viernes, 30 de diciembre de 2011

私の日本人の友人と日本学習 (2)

この間、友達と私の家にいるときに、私たちはお腹が空いたのでピザを頼むことにしました。彼は私に『鶏肉』という、単語を言いました。なので、私は彼が『鶏肉』のピザをたべたいのだと思ったので、彼に聞いたところ、海老のピザが食べたいと言ったのです。しかし、そのあと、すぐ彼はまた『鶏肉』と言ったので、もう一度彼に『鶏肉』のピザがたべたいのかと聞きました。お互いに理解出来なかったので、彼は紙を取り出して『取りに行く』と書きました。そこで、やっと、ピザを受け取りに行くのだと分かりました

martes, 27 de diciembre de 2011

MI AMIGA JAPONESA Y LOS ARTEFACTOS DE AFECTOS.

Documentando la documentación de una amiga
Cuando murió Jorge Luis Borge, circulaba por la universidad un poema que aparentemente era lo último que había escrito el argentino y que comenzaba: "Si pudiera vivir nuevamente mi vida en la próxima trataría de cometer más errores..." el poema es malo, lleno de lugares comunes, de irritación emocional y lacrimosa, en fin, toda una historia imposible de pensar en una radacción como la de Jorge Luis Borges, le dije a mi amiga en aquel entonces que eso no lo escribió él, tanto patetismo romántico por línea era impensable en la morfosintaxis del autor de Ficciones, y que cualquiera de sus lectores se daría automáticamente cuenta de ello. Ella sencillamente me quitó el poema y se fue. Tiempo después una tarde, un amigo me trajo el último poema de García Márquez; que yo sepa García Márquez no escribe poemas le dije, él me explicó que como estuvo a punto de morir en mayo de 1999 escribió ese poema en el hospital cuyo título es La Marioneta. Realmente es un poema lleno de lugares comunes y torpe, no propio de un genio de la escritura como García Márquez, la historia se repite.
¿Cuál es el sentido de la historia?
Casi todo los últimos poemas de alguien famoso están lleno de patetismos, de culpabilidades, de cobardías, y por eso parece que le gusta a algunas personas, son como Artefactos de Afectos que se lanzan en la Web para que las personas patéticas, culpables y cobardes se sientan bien al tenerlos y al ser firmados por un gran crítico o pensador, observan sus miserias humanas con conmiseración y distancia, pero son las suyas no la de los escritores. No me puedo imaginar el último poema de Cioran, pidiendo disculpa a la humanidad, a Dios y a sus vecinos por escribir cosas indiscretas sobre ellos o a Fernando Vallejo haciendo un Auto de Fe en el Zócalo de México por haber escrito La Puta de Babilonia. Puede que en algún momento el último poema de Cioran o el Auto de Fe de Vallejo aparezcan en Internet, pero sería desconocer a los autores, a sus ideas, a sus escrituras, pero últimamente las personas conocen menos las ideas, a las personas y a las escrituras y más Artefactos de Afectos.  
Algún día tendré que pagar por mis pecados fotográficos
Llamo Artefactos de Afectos a todo ese conjunto de cadenas, mensajes, últimos poemas, etc., que buscan sensibilizar a una personas, una estética de lo efímero con altas dosis lacrimógenas, pero que en el fondo ni es una experiencia estética ni son reflexiones ni vivencias emocionales, parece sencillamente una sucesión de capas o estratos de sentimientos en el cual no se sabe cuál es la capa predominante, los artefactos son como pequeños sismos que liberan de esos sedimentos cierta presión afectiva. Como los terremotos que nos mueven y nos sentimos extrañamente vivos en un momento en que no podemos controlar la situación -lo que ocurre en un terremoto-, y luego de unos minutos, todo pasa y seguimos con nuestras vidas de zombis o de vampiros, depende si le damos más importancia a los instintos o a la libido. 
Madre, hija, hermana
Y es que estás reflexiones comienzan por una cadena en Facebook que me han enviado casi media docena de veces, en ella vemos a una "madre" protegiendo de su "niño" precisamente después de un terremoto. La titulan: "Solo una madre" y comentan que la foto que inaugura el texto fue tomada luego del terremoto de Marzo de 2011 en Japón, debajo del la imagen nos hablan del sacrificio de dicha "madre japonesa", relatando detalles, como su postura y de allí buscar una racionalidad afectiva a tal hecho de horror y que por ser horror no tiene lenguaje. ¿Sacrificio de una madre? Lugar común, todas las madres se sacrifican, una madre funciona como una categoría más que como un individuo, como código de aprendizaje para que la ficción de la realidad sea posible, he oído los sacrificios de madres toda mi vida, desde la mía hasta aquella que trabaja en un burdel y dice que se sacrifica para que su hijo tenga algo qué llevarse a la boca; entonces, por qué esta exaltación mediática y especialmente falsa. Quizás por vivir en Japón y al no saber en Japón nada de esa historia le pregunté a Mi Amiga Japonesa si había oído algo acerca del caso de una madre que se sacrifica en pleno terremoto por salvar a su hijo y le muestro la foto, ella me dice que no y mira la imagen, luego de un rato comenta que esas personas no son japoneses, están uniformadas, son de un ejercito y Japón no tiene ejercito, de hecho me acordé que los rescatistas japoneses fueron por las zonas devastas con cascos blancos y monos azules. 
Mother Love in Earthquake
Me puse a investigar la foto y obviamente no fue en Japón sino en el terremoto de China de 2008, en la ciudad de Pan Zhi Hua. La foto ganó un premio como mejor fotografía para la China International Press y su fotógrafo fue Zou Sen la tituló: Mother Love in Earthquake, por supuesto el fotógrafo dejó sólo la imagen para que se interprete, es decir, que cada persona tenga capacidad de discernir y apreciar lo que la imagen propone desde diversos ángulos y experiencias, ya que pudo ser una madre, una hermana, o más noble aún, una desconocida, no sabemos, se nos impone la madre como categoría de sacrificio único, juego moral y social, todo juzgado para que las madres entiendan de nuevo su papel en la sociedad. Me acuerdo mucho de la foto de Kevin Carter titulada en español El Niño y El Buitre -aunque el título oficial es: Starving Sudanese girl who collapsed on her way to a feeding center while a vulture waited nearby, y si en su redacción original dice girl, realmente era un boy-, fotografía tomada en las hambrunas de Sudán en 1993. Cuando vi la foto la estudie, me conmovió, me hizo pensar, pero la mayoría de las personas la juzgó moralmente, religiosamente, políticamente y tuve mis distancias. La foto funcionaba como un Artefacto de Afectos para muchas personas, como un sismo de magnitud mediana, inclusive dudaban de cosas, de Dios, de la ONU, de la vida, pero unas semanas después todo se sedimentó, nadie siguió ni viendo, ni estudiando, ni entendiendo la foto. A veces la veo y reflexiono sobre este mundo en donde me desenvuelvo, a veces Mi Amiga Japonesa no entiende porque yo tengo un archivo de fotos donde no aparecen gente contenta, comidas, niños jugando o ella. Le trato de decir que si tuviera sólo esas fotos no encontraría la superficie de mis emociones y que todas sus fotos están en un archivo que abro cuando ella no está. 
Starving Sudanese girl who collapsed on her way to a feeding center while a vulture waited nearby

miércoles, 21 de diciembre de 2011

MI AMIGA JAPONESA Y MIS PÉRDIDAS EN LAS TRADUCCIONES

Estambul
Cada vez que uno va a realizar un viaje a un lugar exótico trata de saber algo sobre ese lugar. Uno se acercaba a esos lugares por medio de libros que se catalogaban como crónicas de viajes y que hombres como Marco Polo, Pierre Loti, Rudyard Kipling, Enrique Gómez Carrillo escribían, o por novelas con una fuerte carga de crónicas o viceversa como Eothen de Alexander Kinglake o el Otoño en Pekin de Santiago Gamboa, pero a las personas cada vez le interesan leer menos crónicas de viajes, ¿para qué?, una persona con un especial interés en saber algo de otro país se conecta a YouTube, Flirck o Wikipedia y se adentra con facilidad a otros países y culturas, o a veces compran un libro como el Lonely Planet, pero quizás porque piensan que ese libro le podría ayudar a diseñar una crónica, aunque no la escriba. 
Ayutthaya
Cuando nací no había YouTube, ni Flickr y el televisor era a blanco y negro. Así que los mundos, los viajes, las culturas eran tan lejanas que cuando me hablaban de ellas, era como si me explicaran algo de Urano o Neptuno. Ir fuera de los límites de mi ciudad natal: Caracas, era un viaje enorme y con algunos peligros, mi mundo de niño estaba limitado por La Guaira hacia el norte, Higuerote hacia el este, Los Teques hacia el sur y Maracay hacia el oeste, y si bien no son exactamente puntos cardinales, eran los lugares exóticos y lejanos para mí.
Atardecer en Mombay, un lugar inconcebible pero similar para un niño caribeño
Las distancias poco a poco se fueron encogiendo, quizás debido a una particular afición de mi padre, le encantaba un libro que se llamaba Almanaque Mundial. Nunca entendí bien por qué. Me imagino que era su libro favorito para viajar, por medio de ese libro su mente divagaba por Mongolia o Kenia, sabía algo de su historia y su cultura. Y como todos los años aparecía un nuevo Almanaque, se empezó a arrumarse en algunos lugares de la casa, lo que me llevó con el tiempo a ir viéndolo y leer desde Andorra hasta Zambia. Quizás mi padre tenía el sindrome de Lezama Lima, que sólo necesitaba unos libros y su imaginación para realizar largos y peligrosas travesías. 
Lezama Lima quizás terminando un viajes por Atenas
Quizás por herencia o por naturaleza soy totalmente contrario a mi padre, quizás no tengo su imaginación o paciencia, o sencillamente la vida me dio la oportunidad de estar en los cinco continentes del mundo. Creo que he recorrido más de una treintena de países, quizás no mucho como otras personas, pero por lo menos profundamente, creo. No tengo el síndrome de Lezama Lima, sino el Marco Polo, o de un neurótico obsesivo que le gusta huir de los lugares por una especie de claustrofobia a la cotidianidad. En fin, el hecho es que ahora trato de entender los viajes y sus crónicas.
La manera más fácil de perderse: entre las personas
Cuando vine a Japón a vivir fue todo un reto, era un país que no conocía bien, no sabía nada de japonés, claro exepto palabras como sayonara, geisha, sake, sushi y katana,  de hecho creo que sólo conocía cinco palabras y cuatro escritores, de ellos los dos premios nobel, además de Mishima y Akutogawa, este último por las referencias de la película: Rashōmon 羅生門』 de Kusorawa, y por supuesto, como obseso del cine había visto varias películas de japoneses, destacándose no sólo Kurosawa, sino Mizogushi, Ozu y Oshima. En fin, mi cultura japonesa era fílmica y punto. Una semana antes de venir a radicarme en Japón, busqué una película que me diera a entender lo que me esperaba y vi Lost in Translation.
Luego de ver la película me sentí profundamente desamparado, veía la escena del comercial de Whisky que hace Bill Murray, y todo parece absurdo y hasta cierto punto así es. Traducir puede llegar a convertirse en un hábito absurdo, y mientras más abusamos de ello, más no perdemos. A veces hablo con otras personas extranjeras en Japón y muchas me confiesan que habían visto alguna película que le mostrara algo del Japón al que se enfrentarían: desde Sayonara con Marlon Brando, hasta The Fast and the Furious: Tokyo Drift. En teoría todos buscamos acercarnos a una cultura a través de producciones fílmicas y visuales principalmente para que nos hablen de lo desconocido que nos espera, aunque en la mayoría de los casos, quizás lo que buscamos es reforzar nuestros estereotipos y prejuicios.
Entrada de un cine en Benarés
A veces Mi Amiga Japonesa quiere que le traduzca América Latina, pero cómo. Busco una película que represente algo de ese continente para que comprendan un poquito de cómo somos o por qué hacemos algunas cosas, y me acuerdo de los intentos de Eisenstein con: ¡Que viva México! película sobre América Latina que nunca la pudo terminar o It´s all True de Orson Welles, igual intento, igual resultado. Claro siempre hubo intentos de hacer una película sobre América Latina y la "mejor" acabada la hizo los estudios Disney con The Three Caballeros. Así que en estos tiempos de relajación veré los Tres Caballeros con Mi Amiga Japonesa, para que se haga una idea de una Latinoamérica estereotipada, donde todo el mundo baila sus tristezas y cantan sus opresiones y así se hacen felices, y cuándo me pregunte los porqué, me perderé en mis traducciones.








jueves, 15 de diciembre de 2011

私の日本人の友人と日本学習 (1)


私は日本の友人と日本語を学習することでアリストテレスは正しかったとわかった。笑いは、時に言葉の間違いの為に起こります。私が日本に住んで以来、これらの笑いが多く起こりました。文化の違いや聞きなれない音、また、スペイン語での考え方による、誤解が引き起こした、いくつかの例を挙げてみます。
ある夜私が道を歩いているとき、前を歩いていた女性がこけてしまいました。そして、私は彼女に『お元気ですか』と言うと、彼女は、驚いた顔で私を見て『大丈夫』といい、走っていきました。¿CÓMO ESTÁS? 『お元気ですか』はスペイン語では人を気にかける時に使う言葉で、人が転んだときにも、使います。しかし日本語では、こう言わないので女性は驚いたのでしょう。

domingo, 11 de diciembre de 2011

Correfoc 04

Correfoc 04 by Álvaro Martín Navarro
Correfoc 04, a photo by Álvaro Martín Navarro on Flickr.
La fiesta de los corredores de fuego en Tarlan, pueblo mágico que se pierde en Lleida, allí sus habitante festejan con fuegos artificiales la llegada del estío, de la noche y de los sueños...

miércoles, 7 de diciembre de 2011

MI AMIGA JAPONESA Y EL EROTISMO

Jóvenes exhibiendo uno de los fetiche japoneses por excelencia: los muslos 
Hace años salía con mujeres exuberantes, a veces con mujeres sencillas, o voluptuosas, o simpáticas, siempre hay formas de clasificar a una mujer y a un hombre, hay grados, momentos, situaciones y lo que clasificamos de una forma hoy, años después puede ser clasificado de otra, de ahí que perdí el hábito de clasificar y especialmente a Mi Amiga Japonesa. Podría decir que Mi Amiga Japonesa entra en algunos de los parámetros anteriores, pero resulta que ella le interesó saber por qué yo una vez le dije que era erótica, lo que llevó a armarme de paciencia e ideas. El concepto de erotismo es tortuoso y complejo, a principio le insinué el porqué era erótica tocando su cuerpo, pero luego ella quiso saber más, de ahí que le hable de Bataille y Zizek. Del francés le advertí que buscó mostrar que el erotismo y la muerte son dos caras de la misma moneda, de hecho él afirmó que el fin del erotismo es alcanzar al ser en lo más íntimo, hasta el punto del desfallecimiento. El paso del estado normal al estado de deseo erótico supone en nosotros una disolución real del nuestro ser, tal y como está constituido en el orden de la discontinuidad, y que para Bataille, es nuestro estado por excelencia, por lo que toda operación erótica tiene como principio una destrucción de la estructura "cerrada" del Ser  que es el estado normal de las personas y por supuesto disfrutar sus cambios. Cuando nos erotizamos buscamos invadir y controlar a la otra persona a cualquier precio, y el sexo normalmente es un buen precio; mientras tanto para el esloveno apunta sus reflexiones a que el erotismo termina siendo algo trascendente y transgresor.  Partiendo de la idea lacaniana de que el sexo del hombre con la mujer es masturbatorio, Zizek demuestra en varios artículos cómo el erotismo está mediado por la fantasía, inclusive mientras un acto sexual es más erótico, éste estará más arropado por nuestras imágenes fantasmales, Zizek trata de validar estos actos eróticos como una transgresión desde nuestra fantasía hasta nuestra realidad, movimiento que lleva sus costes entre ellas la destrucción de la persona y en este punto Bataille y Zizek parecen darse la mano. Así para el francés algunas películas erótica por excelencia serían: El imperio de los sentidos 『愛のコリーダ』de Oshima, o 91/2  weeks de  Lyne,  películas con un erotismo tan profundo que termina con la muerte o el alejamiento de los cuerpos por sanidad, por recuperación, mientras que para el esloveno, películas eróticas serían Persona de Bergman o Eyes wide shut de Kubrick, en estas películas el erotismo se narra para acompañar nuestra fantasía, y consumirnos en actos e imágenes masturbatorias, álgidos, profundos para ser reconstruído en nuestras realidades, lo que seguramente ambos pensadores dirán que son películas eróticas sin reticencias.
Poster original de la película de Oshima, nada erótico a primera vista.
Es posible que nuestras vidas, o mi vida, se halla sumergido en esta dialéctica de invasión y muerte acompañado de nuestras fantasías y actos de placer. Mi Amiga Japonesa me invadió, me conquistó como si yo fuera una isla bárbara, llena de riquezas sin explotar y que ella aprovecha, o quizás yo me dejé conquistar porque ella satisfacía mis fantasías exóticas, profundamente alejada de los paradigmas y que siempre me han acompañado. Pero cómo debemos hablar de erotismo ya no a nivel individual sino social. ¿La sociedad latina, caribeña es más erótica que la japonesa, o la de Canadá más que la China? El erotismo baila al ritmo musical que se le coloqué. Siempre he pensado que los latinos, o quizás mejor, los caribeños exportamos erotismo en nuestras músicas, bailes y literaturas. La imagen de una mujer abirragada de carnes en sus senos o glúteos bamboleándose, atacando agresivamente nuestra mirada a tal punto que después no podemos separarnos de su imagen y cuyos íconos quedan existentes como ha sido los imaginarios latinos desde la Tongolele, pasando por Iris Chacón, hasta las caderas de Shakira. En el Caribe es fácil erotizarse en las playas, en los centros comerciales, en una esquina observando a las mujeres que andan. Los hombres y las mujeres buscan a sus victimas para destruirla, quitar sus valores, sus principios, sus seguridades, porque buscamos nuestra muerte o continuidad como dice Bataille a cualquier precio. Un hombre o una mujer eróticos son las bases de los pecados capitales, de la pasión sin frenos, de las pequeñas alegrías y por supuesto de mucha literatura y cine. Somos invadidos y esas invasiones perturban nuestras fantasía y las incrementas. 
Manga erótica que participa en mis fantasías por el parecido a mi Amiga Japonesa
Por años mis relaciones eróticas eran un juego entre morir y seguir en mi soledad, una visión hedónica de orgías que se acababan el lunes para ir a trabajar. Los latinos nos pasamos los días viendo, erotizándonos y, bailando nuestras tragedias. Pero aquí en Japón quizás el erotismo sea más profundo, más sincero y peligroso, aunque a primera vista no lo parezca. Si bien pareciera que a los japoneses le falta la música, el cuerpo, la transgresión de la cual se alimenta lo erótico en Latinoamerica, las mangas, el cine, y las piernas incitan a los jóvenes a mantener un proceso imaginación masturbatoria a todos los ritmos inimaginables y que comienza con la mirada. ¿Cómo explicar a decenas de hombres dentro de una tienda de 24 horas viendo mangas, casi en piyamas, a las 2am., o vestido con sus trajes de salaryman『サラリーマン』, a las seis o siete de la tarde mientras esperan que el tiempo pase? Creo que definitivamente el erotismo en Japón permite una reacción en cadena de fantasías masturbatorias, o en otras palabras de Zizek, el erotismo aparece y se produce un placer que culminará en una acción no destructiva, como hubiera argumentado Bataille, sino placenteramente onanista, porque esta erotización trae más profundidad que el sólo mero pornográfico. 
Creo que también se parece a mi Amiga Japonesa el problema es que mis fantasías enmascaran mi realidad, como a todo el mundo.
La imaginación masturbatoria de la que nos habla Zizek es tan fuerte por esto lares que parece que no diera paso a la propuesta de Bataille, aunque su mejor representación sea las películas de Oshima. Definitivamente algo pasó entre entre la época de Oshima y el cine contemporáneo japonés, donde el erotismo se marca dentro de dramas y romanticismos, como si se subyugara al Otro con encantos, para no consumirlo sino para mantener un poder. Pensamos que por estos lares se imprime una poderosa incursión a las fantasías. En latinoamerica nacemos y morimos con y por pasiones eróticas, que incluso nos lleva  a destruir familia; en Japón estas expresiones pasionarias son subsumidas por la paz familiar. El hombre se casa y la mujer se casa, y si bien puede experimentar un mundo de sexo, el mundo erótico se restringen, especialmente los cuerpos. Bien lo comentaba Barthes en su libros El imperio de los signos, que en Japón o por lo menos a lo que Barthes llamaba Japón, la sexualidad está en el sexo, no en otra parte, y que los Estados Unidos es lo contrario, está en todas partes menos en el sexo. Si jugamos con estas ambivalencia, en Japón el ejercicio del erotismo siempre es masturbatorio, fuera de lo corporal, el cuerpo es sexualidad y reproducción, lo criminal, aniquilador que puede llevar el erotismo de desplaza a otras formas. 

Familia 
Es posible que lo anterior parta del hecho de que para Bataille, el erotismo es una transgresión y como tal violadora de las leyes, leyes que se fundan en su mayoría en prohibiciones y cierta racionabilidad que se vincula con el trabajo. En Japón el trabajo es uno de los principales valores, es un añadido tan importante que una persona que no tiene trabajo es marginado socialmente, y también es  base para la familia, una persona sin trabajo le es muy cuesta arriba casarse y tener familia, trabajo y una familia son los componentes que hace un estatus aceptable en Japón, en cambio el hecho de no tener un trabajo en los países latinos puede ser síntoma de viveza o astucia; por ejemplo en Venezuela las personas prefieren ser buhoneros o montar una empresa de piratería que trabajar en una empresa, si bien la falta de trabajos y sueldos alientan a estas posturas, y de hecho, en nuestra memoria mítica está el mito de que el trabajo es un enemigo, como afirmó el negrito del Batey, exhortando a una vida sin los esfuerzos del trabajo, ya que al fin, es mucho mejor gozar de un erotismo fulminante que trabajar como esclavos, y de eso sabían los esclavos africanos que dieron ritmo a la música latina. 
Lo laboral, la familia, exigen conductas razonables que no admiten impulsos tumultuosos que podemos ver en fiestas, en los juegos y en otras operaciones sociales como en Latinomamerica, por estas zonas las fiestas, las asistencias a eventos deportivos y otras operaciones sociales están fuertemente racionalizadas, lo que por una parte es admirable, pero por otra la falta de erotismo crea cierta monotonía, como toda monotonía que nace del alejamiento de la muerte. El trabajo frena y ayudado por la razón evita la necesidad de invadir al Otro, de atacarlo de erotizar, pero eso no implica que desaparezca el deseo y sus fantasías masturbatorias. La familia es un trabajo, las mangas un erotismo fantasmal y ambos conviven con armonía en Japón, quizás el país más erótico-masturbatorio-fanstasioso del mundo. Termino mi artículo porque voy a comprar una shunga (imágenes eróticas japonesas)『春画』con Mi Amiga Japonesa, que según ella, muestra a un Japón erótico desde siempre, y luego cuando yo salga del trabajo mañana, iré a comprar una entrada para ver el concierto de Navidad de AKB48, donde fantasearé con que Mi Amiga Japonesa, ya que por lo menos creo verla en este vídeo, de allí que no hayan hombres. Así todos somos felices en nuestras fantasías. 







sábado, 3 de diciembre de 2011

SEGUNDA PÁGINA

Navidad Otomana 2010, en Estambul
La segunda página llega con diciembre, mes de los excesos, de los extremos, todo el mundo llora o todo el mundo ríe, hasta en Japón. Hay cientos de cuentos de Navidad, de esperanzas, de glorias, raramente hay cuentos de filosóficos sobre la Navidad o con la Navidad. Escribir un cuento de Navidad, sin resultados morales o éticos, sin connotaciones políticas, sin recuerdos tristes o alegres que nos permitan una gnoseología, sencillamente es pensar la Navidad fuera de época, fuera de las emociones, vivir la Navidad sin ella, no estar con ella, así de sencillo. Alienarme hasta no reconocer nada. Trato de escribir un cuento de Navidad usando la palabra Navidad pero pierdo todos sus sentidos y al final no tengo regalos.  

martes, 29 de noviembre de 2011

MI AMIGA JAPONESA Y LA MÚSICA.

Meditación en silencio
Una vez leí en mi obra favorita de Shakespeare: “The man that hath no music in himself, 
nor is not mov'd with concord of sweet sounds, is fit for treasons, stratagems, and spoils; the motions of his spirit are dull as night,
and his affections dark as Erebus: let no such man be trusted."

Músicos callejeros en Tokio
A mi Amiga Japonesa le gusta la música, y sé que a una gran mayoría de personas en el mundo le gusta la música, por lo tanto en el mundo quizás no hay más traiciones gracias a Bach y a Rammstein. Por muchos años a mí me daba igual oír o no música, así que por mucho tiempo pensé que no me gustaba la música y estaba presto a cualquier traición o destrucción, hasta que descubrí a uno de los pocos seres humanos que no le gusta la música: mi madre. Ella no canta, no tararea, no habla de instrumentos y no es sorda, aprendí de ella a oír el silencio profundo del día, tan profundo que por algún tiempo me sentía mal a veces sólo por oír un ruido o una melodía, pero creo que ella a su manera, me enseñaba a crear estratagemas para aprender a vivir en absoluto silencio, sin traiciones ni destrucciones. Con el tiempo y teniendo a mi Amiga Japonesa que siempre tiene su IPod a mano, canturreando, no he tenido más que aceptar que hay música que me “agrada”, o por lo menos me acompaña, aunque en más de una ocasión alguien se ha compadecido de mi, por mi incapacidad para no conmoverme por una melodía o un acorde.

Músicos en un festival de Kioto
En mis estudios de japonés uno de mis profesores me han insistido en oír música en japonés, en aprender giros y pronunciación, así que busqué música popular japonesa llamada J-Pop, con la ayuda de mi amiga japonesa, ella me compró dos disco. スキマスイッ y Every Little Thing, básicamente porque en ambos disco tienen las líricas y en “teoría” puedo aprender mejor japonés. Oigo la música y comienzo a oír y a tratar de traducir, todo se vuelve pesado y el tiempo no me alcanza. Le digo a una de mis profesoras que trato de traducir canciones, pero que son complicadas, ella me recomienda que busque canciones más fácil. Luego voy a YouTube a buscar canciones, casi infantiles en Japonés y con ella me encuentro a Candy Candy, una serie que en mi época cautivó a más de una de mis amigas del colegio. Veo la introducción en Japonés y traduzco su letra.




そばかすなんて、気にしないわ
Tengo pecas pero no me importa

鼻ぺちゃだってだってだって、おきにいり
No tengo nariz respingada he incluso me gusta
お転婆悪戯大好き、かけっこスキップ大好き
A las muchachas le gustan hacer travesuras, carreras y brincar
私は、私は、私は、キャンティ
Yo soy Candy, Yo soy Candy, Yo soy Candy 

ひとりぼっちでいると、ちょっぴりさみしい
Si estoy sola estaré un poco triste
そんなときこういうの、鏡を見つめて
Entonces, yo me digo frente al espejo

笑って、笑って、わらって、キャンティ
Rie, rie, rie, Candy

なきべそうなんてさようならね、キャンティ
Candy.
No voy a llorar, adiós, Candy.

Luego me detengo y veo que no se parece en nada a la que cantaba mis compañeras del liceo. Aquella era algo melosa, romántica y patética, especialmente la parte: "búscame, sígueme, llamame Candy... y donde las chicas eran invitadas a ser sus amigas". Comparo las letras y mientras la versión japonesa marca un aire ingenuo, la versión española parece cantada por una adolescente enamorada de su ideal platónico y su necesidad de amistad, del otro, de conversar y hablar;  mientras la versión japonesa nos habla de que si una persona está triste que mire al espejo y ría. Dos concepciones para enfrentar la soledad. Le pregunto a mi Amiga Japonesa si se acuerda de Candy Candy, ella ríe, es una generación y media después del boom de Candy Candy, ella es de la generación del móvil, de la computadora portátil, del nomadismo de los sentimientos, ella prefiere otras series, otras historias, otras traducciones. Veo una y otra vez y oigo una y otra vez la canción, pero aunque es pegajosa no entra en mi alma, totalmente oxidada a las melodías y dulces sonidos. Sé cual es el problema principal de este tipo de almas, aprender idiomas. Amar el silencio es atentar al aprendizaje de idiomas, a la semántica, a la fonética. Mi amiga Japonesa aprende rápido español, yo apenas domino el subjuntivo y algunos acordes de los verbos indicativos y por supuesto pienso en imágenes, no en palabras ni melodías cuando me hablan en japonés. Me ahogo dentro de figuras, siluetas y sombras.


Soledades y sombras llenan las memorias



domingo, 6 de noviembre de 2011

I´m not hero

I´m not hero by Álvaro Martín Navarro
I´m not hero, a photo by Álvaro Martín Navarro on Flickr.
En medio de Varanasi, estos niños llevaban unas lámparas para una festividad al lado del Ganges, normalmente no me gusta que posen las personas en mis fotos, busco que sean naturales, pero cuando tomaba estas serie de  fotos al grupo de cargadores, este joven dejó sus manos de llevar la lampara, como si lo hace el niño que va adelante, y colocó sus manos haciendo una pose de revista regalándome su  momento. 

Galería de Álvaro Martín Navarro



La galería de Álvaro Martín Navarro en Flickr.

MI AMIGA JAPONESA Y YO EN HIROSHIMA

     
Niños oyendo explicación en Hiroshima
Llego a Hiroshima, fue un viaje largo desde la primera vez que oí esa palabra, como nombre de una vecina lejana, ella se llamaba Hiroshima. En mi niñez nunca supe por qué se llamaba así y quizás ella tampoco lo supo, o sencillamente una vez su padre oyó hablar de Hiroshima, de la bomba, de la muerte, y colocó ese nombre a su hija como metáfora, como nombre conocido que siempre se asociará con algo exótico, con algo catastrófico. Ninguna mujer en Japón tiene el nombre de Hiroshima y leyendo los kanji nos da la idea de una isla amplia, espaciosa (広島). En mi juventud vi documentales y leí sobre Hiroshima, y siempre sentí algo extraño por esa palabra. Ahora estoy en esta ciudad, que fue devastada por una bomba atómica y que cambió el panorama de la racionalidad humana, del sentido de la existencia y del concepto de religiosidad. Es posible que la posmodernidad tenga varios orígenes, pero seguro uno fue la bomba atómica, o por lo menos eso percibo, así como seguramente percibieron: Adorno, Sartre y Canetti. 

Genbaku
Mientras camino por el parque de la paz y veo la cúpula del genbaku, (原爆ドーム), un edificio que estaba muy cerca del punto de explosión de la bomba, un edificio de ladrillo, concreto y hierro que queda de pies y que muestra las heridas de los errores humanos. Al lado hay un parque, camino por él y observo a cientos de niños y especialmente adolescentes que lo visitan, vienen de distintos lugares de Japón, rinden algunos cultos, especialmente a la escultura en homenaje a los niños, un monumento dedicado a Sadako Sasaki y su titánica lucha por hacer mil grullas (千羽鶴) para salvarse y salvar a toda una generación de infantes que sufrieron las consecuencias de la radiación. Los jóvenes corren y se empujan entre ellos, mientras otros toman fotos y sonríen. Todos son alegres, quizás porque poseen el escudo de la inexperiencia, ven todo como si asistieran a un laboratorio, a un espectáculo de iniciación, observan algo que les pertenece pero que no cuestionan por qué. Al final todos salen contentos, corriendo, mirando sus móviles y detrás varios profesores y fotógrafos que le comentan la historia y toman fotos profesionales de aquel encuentro que seguramente pronto olvidarán. Entro al museo y una carga de memoria me invade. Veo fotos que quizás nadie le hubiera gustado ver, tomar o mostrar, leo relatos de tragedias, de muertes. Todo crece como una espiral sin sentido. La historia cambia, la historia tiene interpretaciones, la historia a veces son narraciones de guerras o de amores, la historia fascina porque siempre hay un antes y un después; pero en Hiroshima la narración está congelada, no avanza. Hiroshima es un narrativa estática, infinita sobre sí misma, agobiante, asfixiante, desesperante. Uno puede entender la carrera atómica, de hecho le comenté a mi Amiga Japonesa que los japoneses también construían una bomba atómica bajo la guía de uno de sus mejores físico, discípulo de Bohr, Yoshio Nishina, pero mi Amiga Japonesa miraba con ojos triste, lloraba viendo. Yo buscaba hacer una historia, un principio, ideas perversas de qué hubiera pasado si en lugar de los EE.UU., hubiera sido Japón o Alemania los detonadores de la bomba, pero al final todo se detenía a las 8:15 del 6 de agosto de 1945, al final no merecía la pena narrar, contar, sino quedarme ahí sintiendo con dolor profundo, un dolor que uno espera que no se repita, y por primera vez en años busqué una oración para aquel momento estático, pero ya no tengo oraciones, sólo dolores y seguridad de continuaciones ambivalentes. Por primera vez vi a mi Amiga Japonesa llorar.      
Dibujo que representa a la gente refugiándose en el río después de la explosión atómica

miércoles, 2 de noviembre de 2011

MI AMIGA JAPONESA Y LOS ZOMBIS

Veo una película coreana llamada Los Vecinos Zombis (The Neighbor Zombie). 
Cartel de la película "Los vecinos zombies"
A mi Amiga Japonesa le agrada, a veces cierra los ojos, y yo a veces me río. Es una película que reune varios cuentos donde los directores (seis directores, seis cuentos) tratan de buscar la humanidad que la pulsión del Zombie elimina, pero también algunas consecuencias y aventuras presentadas inteligentemente en el proceso de ¿zombiz(s)ación? y ¿deszombiz(s)ación? (No sé qué palabras usar para el proceso). Lo cierto es que ahora mi amiga japonesa descansa en el ofuru (お風呂), luego de haber tenido varios placeres con el terror, y es que cuando una persona vive relativamente segura, necesita el terror para experimentarlo, para sentir adrenalina, de ahí el éxito del cine de horror, por lo menos en Japón y EE.UU., en cambio si se vive en inseguridad, en constante peligro, el cine de terror se presenta como una comedia de mala calidad, quizás de ahí que a los malandros, los ladrones, las maras, los narcotraficantes que se desenvuelven en Latinoamerica no le gusten las películas de terror sino de violencia, para identificarse, para realizar "khatarsis" frente a su propia violencia. Yo pienso en Zombie. 


Cartel de la película de Romero que sintetizó los esquemas de la modernidad
Al principio, la primera vez que oí la palabra se refería a muertos vivientes que dentro de la cultura Vudú, aquella “religión” que busca controlar las almas, haciendo esclavo el cuerpo deshumanizado gracias a cierta magia, aunque en el fondo era un pócima que contenía un veneno de acción lenta. Pero con el tiempo, y quizás por las películas de George Romero, especialmente La Noche de los Muertos Vivientes, donde los Zombis se transforman en masa frenéticas, buscando satisfacer su hambre de consumir carne humana (o pantalla plana, BlackBerry, vehículos de doble tracción, whiskeys), están hipnotizados, son masa en su máxima pureza, todos son iguales, no existe el Zombi solitario ni egoísta,  además todos los Zombis nace de algún cataclismo social (vean todas las películas contemporánea con Zombi, nacen después de un accidente biológico que afecta al mundo como 28 Días o Resident Evil) y cómo toda masa busca eliminar aquello que le obstaculiza. Se consigue más seguidores con sangre que con la razón, más con el desprecio y su lógica inversa: el resentimiento, que con la comprensión y humanidad. Los Zombis atraen porque son excesos, pueden hacer lo que quieran, no son éticos ni morales, un estado de transparencia que a veces buscamos, el Zombi busca satisfacer su impulso, atraen, pero también los Zombis son un bastión para mostrar a un enemigo imaginario que siempre es otro uniformado, que no tiene voluntad y es manipulado, enseñándonos en el fondo el miedo al caos.  En fin, ahora tengo que explicar algo de esto en japonés, o mejor no, haré la cena y veré a mi Amiga Japonesa paseando por la casa en una yukata ligera de verano que tiene estampadas muchas flores.


Mujer en yukata o traje de verano en la festividades de Kyoto.

martes, 1 de noviembre de 2011

MI AMIGA JAPONESA Y LOS PASAJES

Ingreso a uno de los pasajes de Kyoto
Camino con mi Amiga Japonesa por心斎橋 (Shinsaibashi) que es una Galería en Osaka, muy larga, llena de tiendas y restaurantes por todas partes. Puedo asegurar que fue una de las estructuras urbanas que más me impactó cuando llegué a Japón, además que a cada rato recordaba los escritos de Walter Benjamin y cómo en una de sus obras fundamentales como es el Libro de los Pasajes nos relata parte de la historia de estos lugares y su asociación indispensable a la modernidad. Como buen flâneur que fue Benjamin, detalla los pasajes de Paris escribiendo: “Ante un chubasco repentino, se convierten en el refugio de todos los que se han visto sorprendidos, ofreciendo un paseo seguro, aunque angosto, del que también los vendedores sacan provechos”. 心斎橋 (Shinsaibashi) es un lugar para caminar con cientos de personas, a veces asemejando a una multitud de Zombis. Todo miran, mi Amiga Japonesa mira, y yo miro a la gente y trato de recordar si hay algún Pasaje en Venezuela. Cuando leía a Benjamin bajo el sol tropical, la idea de los pasaje la asociaba a la de los bulevares en donde pasé gran parte de mi adolescencia como el de Sabana Grande, pero el bulevar no tiene esa opresión de mercancía que se siente en los callejones estrechos de los pasaje, y aunque a veces por los buhoneros o por fiestas forzadas, el bulevar se infla de personas, el desorden en el andar no me hacía pensar en zombis, sino en insectos en una festividad reproductiva. Los bulevares son la culminación de una modernidad y que Latinoamérica imitó hasta la saciedad pero que nunca ha poseído. De niño mis padres me llevaron algunas veces al centro, a las Torres del Silencio, al Pasaje Zingg, quizás mi memoria me traiciona, pero según mis padres, aquello estaba todo iluminado, reluciente con sus partes de bronce por todas partes y llena de tiendas de lujos y confort, por ejemplo las mejores joyerías estaban bajo los pisos de las inmensas torres diseñadas por Cipriano Domínguez y las primeras escaleras mecánicas de Venezuela eran de madera y estaban en el pasaje Zingg, escaleras mecánicas que quizás fueron las primeras que subí y bajé maravillado como un niño que va a un parque de diversiones.  Antes de emigrar caminé por el centro de Caracas y sentí como los pasajes se mueven desde su centro hacia sus periferias. Primero hacia los límites del Paraíso, (El Helicoide), luego hacia Chacaíto (CCC), luego la Castellana (Centro Plaza), luego hacia Las Mercedes (Paseo las Mercedes) y así sucesivamente. El centro de Caracas se mueve porque sus pasajes desaparecen y los Mall inunda los paisajes urbanos como una isla, que a diferencia del pasaje que no inunda sino conecta, no se camina en forma recta, sino circular. En Japón lo que nunca falta es un Pasaje, siempre hay largas rectas que cruzan la ciudad, en Caracas no hay muchas posibilidades de cruzar la ciudad en forma recta, sino estacionarnos en un punto a dar vueltas mientras el tiempo pasa. Ahora los recuerdos de Benjamin me producen nostalgia, una historia por ver, como hace ahora mi Amiga Japonesa en una tienda de mascota y apunta a un gato.
Kyoto en su festividad 「祇園祭 」
祇園祭


MI AMIGA JAPONESA. YO EN TOKYO.

オタク
Vivo en Japón por accidente, podría vivir en Venezuela o Costa de Marfil, pero terminé en Japón, rodeado de sus luces y su cultura. Lo más difícil para un extranjero caribeño es tener una Amiga Japonesa, pero la suerte me acompaña y tengo una Amiga Japonesa con la que intercambio ideas y sueños y le comento mis cosas. La conocí una tarde en Kobe y desde entonces compartimos y a veces nos alejamos por trabajo, como que hace poco tuve que ir a Tokyo por una actividad laboral, pero ante de ir, antes de tomar el shinkansen (新幹線), veo a mi Amiga Japonesa durmiendo y mi naturaleza nihilista se esfuma por un momento y así camino con su imagen a través de este país milenario. Llegué a Tokyo y estuve solo  por unos días, caminé por los barrios icónicos de Tokyo como Shinjiku, Shibuya, visité la Tumba de los 47 ronin en Sengakuji (あこうろうし), historia que leí en mi juventud bajo la tutela de Borges dentro de su Historia Universal de la Infamia y que en su momento no lo entendí bien.


Tumba de los 47 ronin
Durante esos días, una noche vagabundeé por Akihabara; meca de los frikis, con tiendas llenas de artilugios para el placer y el ocio, para los sueños eternos y los efímeros.  Caminé observando a caravana de turistas y japoneses con nortes seguros y claros. Yo miré con esa herencia por cuestionar la realidad que adquirí de los cuentos sefarditas que contaba mi madre. A lo lejos vi a unas jóvenes alegres, con muchos peluches que entregan folletos para ir a un メイドカフェ; algo así como Café de Sirvientas. Para mi y mis historias las sirvientas que vi siempre eran señoras mayores de origen antillano o colombiano en la Venezuela donde todos se creían ricos, no sé cómo será ahora en la Venezuela donde todos se creen pobres. Yo le entendí Maiden, no Maid, y pensé en Café de Jovencitas, mi mente voló más rápido que las evidencias, porque todas estaban uniformadas con un clásico uniforme de servicio inglés, pero rodeadas de peluche. Entré al café pedí una cerveza, mientras vi a hombres de todas las edades y algunos acompañados de sus novias, sonreír y aplaudir. Las メイドse acercaban con una sonrisa de serie de manga, le sirven la comida a los clientes como si fuera su madre y en el momento de máxima adrenalina materna, mientras muestran paralelamente una cierta adrenalina erótica que se confunde con inocencia, realizan una especie de masturbación mental que observo y siento. Todos están alegres mientras ellas sirven y hacen un conjuro. まぜまぜ♪萌え萌え♪にゃんにゃん♪おいしくな~れ♪, que suenan en mis oídos así: (maze maze, moe moe, nia nia, oishikuna... ne) Definitivamente es un conjuro, pero no tiene siglos, es un conjuro que combina, el mezclar (まぜまぜ) con que enseña una madre a unir la leche con el chocolate a un niño, el moe (萌え) una forma de decir bonita o cute, y el sonido de un gato (にゃんにゃん/nian nian), claro  para una persona que piensa en español sería miau-miau, pero en japonés es にゃんにゃん y punto; además, porque obviamente nunca falta un gato en los conjuros ni en las tiendas llenas de 招き猫 (maneki-neko) o esos gatos que llaman a la fortuna y al dinero, a veces combinación incompatible, y por último dicen (おいしくな~れ♪), algo así como rico, sabroso, divino. Conjuro más que infantil, ridículo, pero no por los elementos de fetiche que los rodean, sino por su ineficiencia, luego del conjuro cuando las Maids se retiran, veo a esos hombres solo, sumidos en una profunda tristeza que no logro imaginar dos días seguidos sin ver la opción de suicidio. El mundo está lleno de conjuros, pero creo que en Japón se hallan los extremos, tanto de eficiencia como de resultados. Y mientras bebía mi cerveza pensé en cuál será el conjuro de mi Amiga Japonesa ha hecho para absorberme, que me hace pensar siempre en ella y en amarla. Mi Amiga Japonesa está lejos mientras yo estoy en Tokyo, pero sus conjuros, nada infantiles ni ridículos, me anulan porque poseen una efectividad que creí que no existía. Luego de mi cerveza seguí caminando rumbo al barrio de Ginza, por esas calles buscando miserias iluminadas como recomendaba Cioran.
"Maid" de Akihabara