Cuba: el mar de la felisidad |
CLAVE Todos los discursos sociales engendran un sentido ideológico, pero para que el discurso tenga poder, debe marchar junto a una creencia que sumerja el discurso en una semiótica de significados; pero hay un detalle en esta combinación entre creencias e ideologías, y es que al estar el discurso inscrito en el lenguaje y sus significantes, no hay una "libertad de expresión" del discurso, en el sentido de no estar sometido al lenguaje. El lenguaje es un a puertas cerrada que obliga a hablar de manera que se pueda entender, es decir, debe seguir las normas que impone la gramática de su lengua y sus oraciones tienen que significar algo para todos lo puedan entender. Si quisiera situarse fuera del poder sus expresiones, es decir fuera de las normas del lenguaje, sus oraciones tendrían que ser ininteligibles o él tendría que quedarse mudo.
PAN, TIERRA Y TRABAJO, guía del uno de los Partidos Socialista de Venezuela fundado en 1941 |
HISTORIA Doña Carmen había venido del campo a la ciudad a buscar suerte, apenas aprendió a leer y a escribir y sabía que poseía un lenguaje limitado porque a veces no entendía palabras o expresiones, pero tampoco le interesaba saberlas, su vida era sencilla y plácida. Llegó a Caracas a finales de los años 60 de su pueblo natal Caripe. Aquí se casó con un andino, y con el tiempo se hizo una militante furibunda adeca, así durante la política pleno empleo de Carlos Andrés Pérez (CAP) en la década de los 70, logró obtener su trabajo de ascensorista en una torra de oficinas pública hasta que se jubiló a finales de la década de los 90, ese día, de los ocho ascensores sólo funcionaba uno y en la nómina habían doce ascensoristas de los cuales uno era su compadre y a tres nunca los había visto por el edificio.
Nadie ganó, nadie entendió, muchos perdieron, muchos la usaron |
Su vida era sencilla y su actividad política crecía cada cinco años, pero cada vez más le constaba entender los meollos de la economía, de la educación, de la salud, de lo que trató de hacer CAP en su segundo gobierno y por supuesto oró mucho para que no sucediera otro Caracazo. No pudo entender nada de lo que pasó en su país en la década de los 80 y principio del segundo gobierno de CAP. Por eso en las últimas elecciones en que fue adeca, le costó creer en los mitos de democracia y progreso que oyó a su amigo Rómulo Betancourt. Pensaba que al seguir viviendo en el mismo barrio y no tener un Malibú Classic en la entrada de la casa como había en la casa de su hermano mayor que vivía en Carapita, y no poder comer buenas parrillas los domingos, y no haber viajado a la Gran Sabana como su vecina, y menos a Miami como sus amigos de la Dirección General de Acción Democrática significaba que el progreso y la democracia nunca llegaron a su casa. Doña Carmen sólo sentía los avances de la edad y así veía natural que sus cinco hijos estudiaran gratuitamente y en más de una ocasión en el Seguro Social consiguiera órdenes de reposo que emitía un amigo médico adeco, y claro mal que bien nunca pasó hambre. Pero su pérdida de fe nació cuando Alfaro Ucero, su vecino de Teresén, no la llamó para que lo ayudara a ganar las elecciones de 1998.
Giordani explicando a doña Carmen la relación de su sueldo con la canasta básica |
Doña Carmen no entendía lo que sucedía en el país, pero una tarde en un programa de televisión en cadena nacional, Chávez exhortó a sus ministros a explicar aquellos enredos de la economía que hablaba de: capitalización bursátil, de regalías, de millardo de dólares, en palabras simples, en palabras que pudiera entender Doña Carmen, y así un viejito simpático llamado Giordani, comenzó a explicar la economía para que doña Carmen entendiera. Desde entonces todos los políticos del gobierno empezaron a hablar para que Doña Carmen entendiera su país, aunque le constaba imaginar cuántos ceros tenía un millardo.
Ismaelito y la Corte Malandra. Ellos si hacen milagros pregúntele a cualquier PRAN (Preso Rematado Asesino Nato) |
A partir de ese día Chávez se transformó en su nuevo ídolo y apartó la foto de Betancourt que estaba junto a la de María Leonza, para colocar la de Chávez junto a unos bustos que lo flanqueara, el de Simón Bolívar y el de Ismaelito. Cada discurso de Chávez ella lo entendió, cada oración, cada frase, cada referencia a su abuela Rosa Inés, a Zamora, a Simón Rodriguez, a la sabana, a la revolución bonita. Sabía que él era correcto porque era un militar y desde pequeña le habían dicho que los militares eran las personas más eficientes y correctas que tenía el país; sabía que era un macho, porque no andaba en mariconerías y siempre se acercaba a las mujeres como para montarlas, y a veces con algo de celo, veía como algunas mujeres querían ser montadas por este semental y milagrosamente les crecían los senos; sabía que la amaba porque siempre se dirigía a ella con amor, con mucho amor; sabía que era un milagro porque tenía las bendiciones de Zapata, Sandino, Castro.
MEA CULPA |
Ella empezó a entender por qué vivía en el barrio durante cincuenta años: por culpa del Imperialismo Yankee, supo por qué su hija de quince años quedó embarazada: por culpa del capitalismo salvaje que le vendó sus ojos pensando que al tener un hijo se iría del barrio, a una urbanización, como le había prometido su novio, un próspero motorizado del barrio. Empezó a entender sus dolencias de piernas y de ciática: porque nunca tuvo buena atención de los médicos venezolanos y cuando el primer cubano llegó a su casa, una sonrisa se desveló, ahora no tenía que ir al hospital del seguro en Chacao para visitar a su amigo médico, los médicos cubano la visitaban, era alguien importante en la comunidad, era una de las veteranas de la calle, una líder comunal y ahora entendía la dignidad que la clase burguesa le había sustraído. Entendía casi todo, menos el porqué uno de sus hijos fuera homosexual: Yonny, o Yonnito como le decían. De adolescente y luego de haber oído muchos comentarios malucos, lo sentó y le pidió que le dijera la verdad, Yonny le habló de que era un hombre cabal como el comandante y que por eso iría al ejército.
"Una apología a la homosexualidad" Boris Izaguirre |
Doña Carmen se tranquilizó cuando veía a Yonny en uniforme y cómo los domingos, oyendo al Comandante leía El oráculo del guerrero de Lucas Estrella, y es que un sargento regalaba estos libros a los mejores soldados, para que consiguienran respuestas para algunas de sus preguntas vitales. Por eso odió a ese mariquito venezolano que vino de España y en el programa del maldito Napoleón Bravo, dijo que ese libro era el más maricón que había leído en los últimos años. !No puede ser!, se dijo doña Carmen, Chávez lo leía todo el tiempo y por lo visto muchos soldados como su hijo también, seguro que el mariquito que vive en España no había leído el libro y era pura maldad lo que decía. Yonny terminó el servicio y comenzó a trabajar en una compañía de vigilancia. Pero en los últimos años doña Carmen supo una verdad que siempre intuyó y comprobó cuando varias veces Yonnito entró a hospitales víctima de palizas que le daban unos machos del barrio, a partir de lo ocurrido, trató de vivir en otra zona, con un amigo, pero también le daban paliza en las calles donde iban juntos; pero ahí no terminaron los sufrimientos de Carmen, tuvo que ir varias veces a la comisaría, a reconocer y buscar a su hijo porque lo agarraron en actos contra la moral y la buena costumbre, y mientras le regresaban a su hijo los policías se reían y le decían que era una lástima el haber engendrado a un maricón de mierda que era su hijo.
La bandera de las "sin distinciones" de los homosexuales, bisexuales y transgéneros; aunque Pedro Carreño jure que sólo es la bandera del heroico pueblo del Cuzco |
Doña Carmen buscó en Aló Presidente, explicaciones. Esperaba de Chávez respuestas acerca de la "enfermedad" de su hijo, pero Chávez sólo le dijo con mucho amor: "Todos somos iguales, hay que respetar las particularidades de los individuos. Yo pienso igual que la mayoría de los venezolanos que no lo vemos bien, pero es un Estado de opinión, lo cual no significa que estemos en contra de lo que piensen ustedes", y por primera vez doña Carmen no entendió. Una tarde caminando por el centro de Caracas un grupo de personas se acercaron para pedirle su firma. ¿Para qué? preguntó doña Carmen. Para pelear por los derechos de las personas Homosexuales, Bisexuales y Transgéneros. Doña Carmen les pidió que se lo explicara como en la televisión, en un lenguaje llano sin complejidades que tienen todas esas palabras, y así lo hicieron, aunque al final no entendió bien eso de transgéneros. Firmó la petición porque intuyó que podía algún día salvar a su hijo del cual ya aceptaba como maricón. Yonny le había comentado que quería irse a España, donde quizás pudiera vivir su homosexualidad con mayor libertad. Al morir Chávez la tristeza inundó a doña Carmen, quién le explicará el futuro: ¿Diosdado?, ¿Nicolás?
Fidel enseñando a Maduro las estrategias para tener éxito en MEGAPOLIS, el juego Tycoon preferido de los comandantes |
En este año oye a su nuevo presidente explicando la Venezuela de millones y millonas. Las personas dicen que se equivoca mucho, que es un burro, pero doña Carmen sabe que es el heredero de Chávez y por eso trata de hablar para que ella lo entienda. En estos días se sentía mal, triste y un poco deprimida porque un parlamentario usó las palabras marico y maricones, como la usaba la policía, y eso le preocupó, por lo que hacía esfuerzo para que su hijo Yonny se fuera definitivamente a España con su amigo, pero también escuchó decir a doña Celina que el presidente Maduro había dicho que "Cristo multiplicó los penes". Luego fue a la casa de su hermano y le pidió a un sobrino que le mostrara por "Yutu" el video donde el presidente dijo tal afirmación, porque pensó que era otra trama realiza por la derecha mezquina y enferma que no le permitía dormir en las noches por los balazos que oía cada dos por tres. Vio el video e inclusive observó cómo el presidente se autocorrigió. Detalló el video y entendió eso del pene, porque nuestro presidente Maduro explicaba que había que meterse en escuela, en los niños, en el barrio, en las comunidades, usaba mucho el verbo meter, que hay que meter y meter y meter, pues de una vez que metan los penes, seguramente pensó el presidente, y ¿quién sabe? pensó doña Carmen, quizás mi hijo algún día meta su pene en una mujer y un milagro de Cristo se haga y me de un nietecito con su pene y sin pena