martes, 21 de mayo de 2019

CUENTOS DE LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA CONTADOS POR SUS CREADORES (JULIÁN ISAÍAS RODRÍGUEZ DÍAZ)


Julián Isaías Rodríguez Díaz
LA CARTA REVOLUCIONARIA.
Fui su secretario por mera envidia, quería tener su sabiduría que le permitía ver la verdad en los ojos de los demás como explicó a la Nación cuando investigaba en caso del asesinato de Danilo Anderson y vió la verdad en el discurso de su testigo estrella Giovanni Vázquez. Mi jefe no sólo veía la verdad, sino era un consagrado poeta, como lo debe ser todo buen revolucionario, además de lector, narrador y cristiano, siempre recordaba su versos: «Al él, le gustaba fregar / fregaba los platos / fregaba los cubiertos / fregaba las ollas / y fregaba la paciencia», lo que también me recordaba que todo delirio poético se vuelve realidad gracias a las instituciones que lo promueven, es decir, la institución llamada Revolución Bolivariana ha fregado la paciencia a cada uno de nosotros e inclusive a mi jefe Isaías Rodríguez, Julián para los panas, por lo que no es que la realidad imita la ficción, sino que ésta se vuelve real por las ineptitudes políticas que las promueven de ahí la novela kafkiana que vive Venezuela. Mi Jefe me confesó que deseaba renunciar a su cargo viendo que no tenía dinero para pagarme mis honorarios, ni la cuenta de la cafetería donde todas las mañanas desayuna un café y dos cruasán por doce euros, por lo que también me permitiría renunciar si quisiera pero eso sí, no podía tomar mas café gratis en la embajada, pero antes de renunciar me pidió que le ayudara a corregir su carta de renuncia y así lo hice con sus comentarios. Estimado Presidente: (aunque no estaba seguro si se dirigía a Maduro o a Guaidó). Desprovisto de alardes y con un inmenso respeto por esta batalla digna y valiente que ha librado contra el imperio declinante, me dirijo a usted en la oportunidad de presentar mi renuncia al cargo de Embajador Plenipotenciario de la República Bolivariana de Venezuela ante la República de Italia. (Le comenté que la introducción tenía un alarde épico-poético a lo que él preguntó ¿acaso los imperios no caen? ¿no ves lo cerca que el Imperio está por caer, está declinando por el peso de sus políticas estúpidas? Frente a esta sentencia de la persona que más envidio pensé en redactar un tratado sobre qué es la estupidez, pero creo que es inagotable, en fin, leí el siguiente párrafo donde detecté un arrebato iluminado). Debo reconocer que nací para martillo y del cielo me caen los clavos. No he aprendido a regatear indulgencias y ello es terrible y agotador en la política del día a día. Afortunadamente, el dolor proporciona confianza y seguridad; el dolor es necesario y opcional, cuando los pasajes duros se atraviesan frente a nuestra dignidad. Sepa usted, Presidente, que sigo senderos rectos como los de una lanza. (No pude evitar que una lágrima saliera de mí, ver a este recto hombre sufriendo por no poder regatear indulgencias, es decir, las vendía a un precio fijo y punto, sí, qué dolor que a veces no le pagaran su precio, pero siempre la poesía viene a su ayuda)  Su causa, que es la mía, me ha retenido como un campo de fuerza, como un imán. Con fe absoluta me he aferrado al chavismo, cual una tabla en este océano de contradicciones que rodea su Gobierno. He llegado, sin embargo, a comprender definitivamente que no puedo convertir el agua en vino, ni resucitar a los muertos. Muchos de sus discípulos tienen muy poco de apóstoles, y es cuando todos nos preguntamos ¿si es la iglesia o dios quien está fallando? (Cuando leí este párrafo tuve miedo de estar envidiando a Jesucristo y no saberlo, ¿cuándo se habrá dado cuenta que no podía convertir el agua en vino?, creo que en los momentos donde más contradicciones mostraba la revolución había menos milagros, obvio porque con Chávez y con muchos dólares los milagros aparecían y los apóstoles también). Como San Pablo, el gran faquir, renuncio a mi trabajo de recaudador y me largo al infierno. Puede usted estar seguro que cantando enfrentaré cualesquiera de las muertes que me esperan ¡Ya no aguanto más! Se ha irrespetado la Embajada donde lo represento, y tengo 77 años. Mi frente está y estará en alto, no soy de los que se quedan mirando los zapatos. Toda la vida he rechazado las injerencias que pretendan humillar o alterar mi consciencia y mi espíritu. (En este momento epistolar le pregunte si vivir en el Infierno era los EE.UU. o Venezuela, pero él apenas sonrió y no preciso, y es que la poesía nos llenas de metáforas y nos aleja de las precisiones). Quiero que sepa usted, que estoy y estaré a su lado. Pero espiritualmente. Es mi turno de ser abuelo. Lo he diferido mucho tiempo y no quiero morir sin ejercer este oficio que lo ha retardado la política. Me alisto en la Fuerza Espiritual de Operaciones Especiales para los Nietos. Necesito mucho de ellos para poder contar y escribir las historias de este tiempo, vivido desde 1.998 hasta la fecha en la cual suscribo esta carta. (No pude evitar verlo como el abuelo de Heidi, con su pipa y haciendo cabras de madera, eso sí, no importa si está en un Chalet en Suiza, él estará espiritualmente con Maduro, mientras éste lo ve en las fuerzas especiales espirituales para nietos, obviamente no es sólo poesía lo que leemos, es paradoja que zanja a una generación de otra).  La fe, Presidente, es una lección, pero también una elección. No tengo nada de que arrepentirme; he sido feliz entregándome a una de las causas más bellas de la vida: la libertad de mi país. He querido ser un compañero leal y no un diletante adulador y temeroso. No me metí en esto para sacar una espada de una piedra y convertirme en el rey Arturo. Creo en su causa y puedo bailar mazurcas con Ana Karénina. La cruz que he cargado durante estos años la acepto con benevolencia y afabilidad, como un gesto de gracia. No soy de quienes se rajan la camisa para luego decir: "mira lo que hice por ti". (En esos momentos le dije que abusaba de la fuerza de la metáforas, que era innecesario bailar mazurca con Ana Karénina en vez de tambor en la costa de Choroni con una hembra mulata, y que era mejor no burlarse indirectamente del presidente con la imagen del rey Arturo, porque cuando le recomendó la película “Los caballeros de la mesa cuadrada” y le explicaba que era una parodia del rey Arturo, Maduro preguntó si aún gobernaba). He visto mucho marketing al lado suyo y también al lado de Chávez. La gente constantemente se bautiza, pero jamás se libera de sus pecados; sepa usted, Presidente, que su pueblo no solo es insobornable sino, también, difícil de engatusar. Mucho más allá de los partidos, ese pueblo, es una gran familia que debe superar el odio. Con el tiempo sabremos quienes somos, y a quienes nos hemos parecido, a Bolívar o a Santander. (Aquí casi me decepciono de él, del hombre que ve la verdad en los ojos de los otros, porque aun no sabía quienes eran colombianos o venezolanos, sólo alentaba a superar los odios, aunque nadie supera sus pecados. No sé, le dije que era muy teológica esta parte y yo era santero. Él me hizo con la mano la señal de la cruz y me sentí liberado). Me voy (del cargo) sin rencores y sin dinero. Mi esposa acaba de vender las prendas que le regaló su ex esposo, para poder mantenernos frente al bloqueo norteamericano. Estoy intentando traspasar el vehículo que compré al llegar a la Embajada y, como usted sabe, no tengo cuenta bancaria, porque los gringos me sancionaron y la banca italiana me echó de su lonja. Clavaron mi honestidad en una pica, pero cuando muera sabrán exactamente cual patrimonio dejo a mis hijos. Guardaré los recuerdos que de usted tengo en una caja con pelotas de naftalina. (Le pedí que no escribiera esto, lo verían como un chulo, además de que buscarán por las redes quién es su esposa además de explicarle que no tenía que separar el prefijo ex de la palabra esposa, pero en fin él es un poeta, pero además seguramente buscarán a su exesposo por tarugo y rico o quizás bolichavista que le regalaba joyas, en esos momentos yo lo buscaba por Google; pero él fue enfático, la caja con pelota de naftalina tenía que aparecer en el texto como una visión de humildad. Sí, le dije en estos momentos, el pueblo venezolano lo verá como un Mahatma Ghandi en un futuro cercano). No tiene usted que aceptar o reprobar esta carta. La haré pública porque es definitiva. No es irrevocable porque nada es irrevocable en la vida. Es simplemente definitiva, señor Presidente. No me vea ni me sienta vulnerable. Esa expresión es "neonazi" y no suena bien. (También le advertí de la palabra neonazi, porque la gente puede pensar que el presidente es fascista, lo que es algo impensable si no usamos la lógica, pero a él le encanta la historia, las película y los libros que habla sobre los nazis, no sé es una afición que junto a ir a la iglesia a las 10 de la mañana, nunca he entendido) Créame que me siento orgulloso de haber sido su Embajador y su compañero, y que, en este momento, siento como si me quitara una de las tantas contracturas que tengo (son tres) en la columna. Renuncio, Presidente, a mis dosis de insomnio, estrés, aflicción y a las víboras con cabeza triangular que desde hace mucho tiempo lo acompañan. (Definitivamente renuncio, le dije a mi jefe al leer esta parte de la carta porque está proclamando a los vientos que además de que la Revolución Bolivariana es mala para la salud, está protegida por una Medusa que impide a los superhéroes venezolano terminar de entender el último capitulo de Juego de Trono).Me voy "pelado", como el ala de un murciélago, como si una ola turbulenta me empujara; sin ningún tormento, con la verdad de lo íntimo, de lo justo y de las convicciones intactas. Le juro que continuaré perfeccionando mi dignidad para reconocerla en mis silencios y poseerla hasta mis últimos días, y para emplearla como escudo y hacha frente a los adversarios (no tengo enemigos Presidente). (Pues yo también me voy, no tan poéticamente porque no me gustan los murciélagos, también pelando aunque nunca fui abogado, ni miliciano de Acción Democrática, ni Vicepresindente de un país, ni Fiscal General, ni embajador, pero si usted después de todos estos cargos sale pelando, no quiero decir cómo salgo yo). Su amigo Julián Isaías Rodríguez Díaz (Su Jalabolas secretario y miembro de PSUV).

domingo, 14 de abril de 2019

STAND-UP COMEDY : EL MONÓLOGO HUMORÍSTICO INEXISTENTE EN JAPÓN


Yo con mi profesor de Filosofía del Lenguaje
Tengo un amigo cómico, o mejor dicho, un amigo que se dedica profesionalmente al humor: Reuber Morales, bueno sí, a veces el destinos nos coloca a estos tipos de personas para aumentar nuestros niveles de tolerancia o eliminar ciertos excesos de bilis, en fin, lo conocí cuando por otro siniestro misterio de mi destino me dediqué, durante cuatro años, a enseñar una Cátedra de Humor en el Instituto Pedagógico de Caracas, él me ayudaba dando clases de humor y aunque parece un chiste en sí mismo, él además de cómico se dedica a dar clases de humor. Durante esos años en la Cátedra aprendí que hasta un evangélico fanático es capaz de establecer una rutina donde el mismísimo Jesucristo es una fuente de carcajadas, mostrando así que lo más cercano que nos trauma psicológicamente creándonos frustraciones puede contener a su vez, las mayores reservas de pensamientos para hacer monólogos humorísticos si lo sabemos encarrilar; también aprendí que aquellos que llamamos humor “inteligente” está en los oyentes y no en los monólogos de los comediantes, a este respecto tuve problemas con algunos profesores porque me increpaban que algunos alumnos usaban palabrotas “innecesarias” en sus rutinas, a los que yo preguntaban: ¿cuándo es necesaria o no las palabrotas?, a lo que ellos respondían mostrando rutinas de comediantes que nunca decían malas palabras mostrando así un humor inteligente como Laureano Márquez. Pensé entonces que la Cátedra tenía que eliminar a todo aquel que hiciera monólogos como los del Conde del Guácharo que dicen a cada rato palabrotas, groserías o metáforas sexuales, pero también descubrí que no todos se reían del humor inteligente de Laureano Márquez porque sencillamente citar a Kant en ciertos contextos no necesariamente genera humor, porque entre otra cosas, muchos de los que escuchaban esos monólogos a veces sencillamente no sabían quién era Kant, por otra parte, algunas personas luego de oír al Conde del Guácharo, me preguntaba ¿cuáles groserías?, es decir, tanto Laureano Márquez como el Conde del Guácharo usan mordacidad, ironías y sarcasmos para desmontar y desconstruir el "ser" venezolano, sus valores, creencias y miedos; aunque también aquí, en este núcleo de valores es donde se halla los sistemas de censura, agrados y desagrados de las personas que escuchan los monólogos, porque hay público que le gustan que les desmonten su condición con cinismos (humor inteligente, quizás el usado entre otros por El Profesor Briceño) o con sarcasmos (humor bruto, usado entre otros por George Harris). Así que la censura, como toda censura hacia las artes, está en la mente del espectador y NO en los productos de los comediantes. 
Laureano Márquez
La vida y especialmente el socialismo del siglo XXI me hizo autoexiliarme en Japón y mi amigo Reuber, buscando expandir su negocio de la Fabrica de Comedia, busca en Asia, y quizás preferiblemente en Japón, una tierra fértil para desarrollar una escuela de stand-up comedy, especialmente entre las comunidades latinas y angloparlante, por lo que me pregunta sobre ese arte en Japón, y es cuando tomo conciencia de que no existe, o por lo menos en los diez años que tengo viviendo en el país del Sol Naciente nunca he visto información o espectáculos de stand-up comedy, y como buen discípulo de mis profesores de filosofía me pregunto ¿por qué? y luego de pasear por mi jardín llego a unas conclusiones partiendo de las siguientes reflexiones.
Er Conde del Guácharo
Primero. Orígenes diversos: unos de pies, otros sentados. Cuentan que el stand-up comedy tiene sus raíces en la tradición del vodevil del siglo XIX, donde en sus inicios de función o durante el intermedio de los actos había un maestro de ceremonia que contaba chistes o algún monólogo humorístico de manera de preparar a la audiencia para el espectáculo. Frecuentemente se amparaban en anécdotas étnicas o sobre estereotipos así como chistes picantes y en ocasiones sobre sucesos personales o la situación del país. Es conocido la historia de que los hermanos Marx, que comenzaron en el vodevil, siendo un grupo de cantantes conocidos como "The Three Nightingales", pero que todo cambió una noche de 1912, actuando en Texas, fueron interrumpidos por gritos desde afuera sobre una mula que había huido. La audiencia se apresuró a ver qué estaba pasando. Groucho se enojó por la interrupción y, cuando la audiencia regresó, hizo comentarios sarcásticos pero en lugar de enojarse, el público se echó a reír. Esto simple mención de los inicios de los hermanos Marx nos da la clave de su éxito: el sarcasmo, la ironía, en el fondo muestra una infinidad de sentidos en las sentencias o frases que esgrime el comediante y por supuesto: el tono con que lo dice, por eso su película muda de 1921, Humor Risk, pasó sin pena y sin gloria, a tal grado que se encuentra desaparecida, no existe copia. Es en la introducción del cine sonoro cuando los hermanos Marx ganan, su apuesta fue el lenguaje y es que para hacer stand-up comedy se requiere una cierta conciencia del lenguaje así como sus giros, sus tonos, sus polisemias y contrasentidos. En Japón, dentro de su mundo cerrado de la época Edo, no desarrolló vodevil, obviamente existía espectáculos tanto para el samurái como para le pueblo llano, dentro del primer grupo están las geishas, que aunque quieran marcarlas como una forma elegante de prostitución, su origen era entretener a los clientes en lugares de placer, con bailes, música, danza, mientras el pueblo se reía con el rakugo, una especie de stand-up comedy pero sentado. Un comediante contaba chiste o desarrollaba monólogos humorísticos en tabernas o en la calle. Rakugo que podría traducirse por sus kanji 落語 como "hablar en caída", o hablar precipitadamente, es decir, un hablar rápido con gestos y expresiones precisas para atrapar la atención del espectador y generarle risa, éste arte era una conjunción de muecas con anécdotas usando un lenguaje lejos de ironías o sarcasmos y muy próximo al que esgrime un ignorante, un tonto o un niño, así que el lenguaje sigue implicando su uso particular en la comedia desde sus orígenes: de pies en el stand-up comedy quizás mostrando una actitud desafiante, o sentado como en el rakugo, transmitiendo humildad y sencillez.
Profesor Briceño
Segundo. Usos del lenguaje: artillería pesada versus katana. El stand-up comedy ataca desde el presidente de los Estados Unidos hasta la suegra o la mamá. Si observamos cualquier documental o serie cuyo eje sea el stand-up comedy como The marvelous Mrs. Maisel o el primer capítulo de la nueva y renovada serie The Twilight Zone, podemos apreciar cómo el stand-up comedy se desarrolla a partir de un confesar constante de ciertas situaciones que afectan al comediante, porque se transforman en absurdas o sin sentido para él, por lo que trata de plantearla desde otras perspectivas, niveles gnoseológicos, estructuras éticas o morales o pensamientos políticos o religiosos; podemos pensar que aquí radica la genialidad del comediante: plantear lo que nos es cotidiano y normal como algo estructuralmente caótico, irracional, extravagante, por lo que mientras más se trate de mantener una realidad como normal, única, inoxidable, como buscan dar los gobiernos tiránicos, fascistas o neoliberales, más humor se puede producir. Una diferencia entre un filósofo y un comediante es que el primero se pregunta sobre ciertas perplejidades que se le presentan: el mundo, las polisemias de las palabras, la naturaleza, tratando de dar alguna respuesta coherente, lógica y con atisbos de certezas dentro de la realidad que lo rodea; mientras el comediante, sobre esas perplejidades y preguntas no buscan respuestas y menos certezas, sino que las introducen del nuevo en el mundo, pero invertidas, alteradas, fragmentadas, desarrollando así una visión fresca y probable de esa realidad, lo que causa escozor a muchas personas que piensan y sienten que la realidad no debe ser pervertida, en el sentido de entender esa perversión como la manera más rápida de obtener placer, o sencillamente reírse de la realidad. Es posible que esta característica haya hecho a muchos comediantes del stand-up comedy sean unos críticos muy agudos pero a veces incómodos para ciertas realidades, culturas, e inclusive para sí mismo. Si pensamos que los comediantes de rakugo, su humor se basa en las cosas cotidianas que sobresalen, no por su falta de sentidos, sino por sus torpezas. Esta sociedad japonesa que se estructuró jerárquicamente desde la época Edo y que aún se mantiene de forma obsesiva y sutil, como podemos ver en la "amistad" de un equipo de béisbol de una escuela, donde no hay compañeros, sino sempai o kohai, es decir alguien que nació antes o después de un año específico volviendo al sempai el mayor y al kohai el menor, así sea por unos meses, sólo hay compañeros si son del mismo año. Dentro de tal organización y jerarquías todo debe ser presentado con sentido y eso es lo que enseñan a los ciudadanos japoneses en las escuelas, es decir, toda acción que se hace está supuestamente dirigida por superiores, desde la política hasta los profesores, sus mandatos, observaciones y opiniones tienen un sentido autoritario aunque las personas no lo comprenda, y no lo tiene que comprender porque en el fondo dentro de ese orden lo único que se puede hacer es ejecutar esas ordenes para mantener la realidad que los arropa, para mantener precisamente ese orden, que como todo orden es azaroso, pero para la sociedad sólo importa el orden, no los orígenes azaroso. Así los comediantes japoneses no se hacen preguntas al respecto de la realidad y por supuesto toda tergiversación de esa realidad es mal vista, así como toda ironía o sarcasmo se considera de mal gusto, por lo que el humor se refugió en lo que se escapa de esa jerarquización: lo torcido, lo irregular, lo inentendible dados por cierto desbarajustes del orden, por lo que cuando oímos a un comediante de rakugo casi sabemos con certeza el arma que usará: la confusión. De hecho de mí se ríen mucho porque me confundo mucho con el lenguaje japonés. Una vez le explicaba a unas personas que Mi Amiga Japonesa estaba en la oficina, jimusho, 事務所, pero en lugar de decir esa palabra dije cárcel, keimusho, 刑務所, así mientras más explicaba, más se reían, en fin, también en cualquier lugar nos reímos de las confusiones que produce un extranjero tratando de hablar una lengua que no domina, aunque quizás dentro de un stand-up comedy, esa confusión plantee reflexiones sobre los problemas de las migraciones, de las identidades, de las humillaciones, en fin, por aquí me introducen katana a mi orgullo cada vez que hablo japonés, parte del proceso de vivir dentro de una lengua totalmente alóctona, así que me río de los japoneses cuando piensan que: quiero té, significa lo mismo que: te quiero.
George Harris
Tercero. Brecha Generacional: adolescencia versus senectud. Un presidente que es odiado por toda una nación y cuyo movimiento revolucionario hizo que emigrara a Japón: Nicolás Maduro, en cadena nacional, se transformó en un profesor de lingüística románica explicando que la palabra adolescente proviene de la palabra adolecer, es decir, carencia o falta y se permitió proponer el término "construyente", para abarcar aquella época que va entre los 12 a los 20 años.  Creo que no ha tenido éxito o alguien le explicó en privado que ya la palabra adolescente contiene la idea de desarrollo, crecimiento, construcción. El stanp-up comedy es un adolescente cuyas hormonas lo lleva a explorar con más acuciosidad la realidad que lo rodea, como a la mayoría de los adolescentes. Pienso que Latinoamérica está marcada por una visión adolescente del mundo, es un constante laboratorio político, comunicacional, económico, religiosos, etc., así cada década algo cambia en Latinoamérica, bien se cambia de gobiernos de izquierda a gobiernos de derecha, bien la religión cristianas apostólicas a religiones cristianas evangélicas, y en ocasiones salpimentada con santerismo o budismo o bien porque una década la economía funciona de las mil maravillas y en la siguiente los paises se vuelven miserables; sí, Latinoamérica es un lugar que se ha vuelto un terreno propicio para el cultivo de experimentos, y por supuesto entre estos esta el stand-up comedy. Desde México hasta la Patagonia, ciento de comediantes tratan de abrirse un espacio que les permitan vivir de su arte y genialidad con la esperanzas de mantener allí, pienso que lo que hace que un comediante latinoamericano logre cierto éxito está en el público que lo oiga, lo apoye. Las habilidades que debe contar el comediante están limitadas por la audiencia, a mayor carcajadas más espacio tendrá para desarrollar sus rutinas, sus reflexiones, sus carismas, sus descontruciones y por supuesto esto es proporcional, a menor carcajadas debería plantearse ser coaching para amargados, inseguros y soñadores, a lo mejor tiene éxito; estas dinámicas hace que los comediantes sean como adolescentes en constante experimentación de ideas y su semántica como el feminismo, las sociedades LGTB, los movimientos de izquierda, de derecha, la familia, el aborto, las migraciones, etc., movimientos que también buscan sus espacios dentro de la realidad y puede ser que una de las funciones del comediante sea introducirlas, darle giros, quebrarlas, mostrar sus ensamblajes para que los oyentes procesen estos movimientos, mientras se ríen. Así en el fondo cuando el público no este de acuerdo con la semántica del comediante, no se reíran y obviamente despotricará del comediante y sus temáticas, por lo que estos adolescentes que pululan por los stand-up comedy de latinoamérica, deben moverse con los ímpetus propios de su edad, adquiriendo experiencias para pasar las medianías de lo políticamente correcto. Ahora bien, se sabe  Japón es un país de viejos, demasiados, se piensa que a mediado de siglo el 45% de la población tengan más de 65 años, ahora va por el 20%, de hecho me siento un joven cuarentón paseando por la ciudad donde a cada rato paso a un viejito que con bastón trata de ganarme una pequeña carrera, obviamente sin éxito; pero será este precisamente el público que tendría si apareciera unos adolescentes operando la realidad dentro del ámbito del stand-up comedy, por los que los vejetes que cómodamente conocen, aceptan y tratan de mantener esa realidad reaccionarán ninguneando a esta posible generación de comediantes de pie. Este detalle generacional quizás haga que el stand-up comedy no tenga un éxito seguro en Japón, los vejetes o yayos no pueden procesar una realidad alternativa, me imagino que sólo el plantearla le daría un ataque cardíaco. Mi amigo comediante me decía si no habría comunidades de Latinos, de adolescentes comediantes pululando por pequeños barrios, generando stand-up comedy, pero la mayoría de los extranjeros están casados con un o una consorte nipona y es el consorte junto con sus viejos padres los que crean los lazos sociales, así como los afectivos y por supuesto los de humor, y aunque parece curioso, dentro de un bar, uno puede hallar a una pareja de latino en silencio, mientras una vorágine de japoneses encanecidos bebiendo, haciendo escándalo y riendo los aturden, los latinos miran con asombro, y es que creo que en el fondo se sorprende (de hecho me ocurrió a mí) de que esas risas y carcajadas que afloran con facilidad provengan por las confusiones más tontas, como el haber impreso un informe en un papel C1 en lugar de un A1, eso los mantienen alegres por horas, recordado otras confusiones similares, mientras los dos extranjero sencillamente se sienten seniles sin saber que no lo son.    
Reuber Morales
Estas tres reflexiones me hicieron pensar que la propuesta de mi amigo comediante Reuber Morales no tenga éxito en el archipiélago japonés, por supuesto que hay humor, por supuesto que hay comediantes, pero lo que en el fondo nos muestra todo lo anterior es que el humor no es una emoción como el amor, el odio o el miedo, que si mantiene cierta comunión con lo universal al ser común con todos los humanos, sino que es un producto meramente cultural, por lo que se ríe un venezolano, no necesariamente se reirá un japonés o un aborigen australiano, y de lo que se ría un ruso o un chino quizás uno de los tantos monigotes del socialismo del siglo XXI se reirá, más por imitación o miedo que por el humor que contenga la escena, la palabra o los vericuetos de realidad que contengan, así que si quieren tener un futuro en la comedia revisen su humor cada 5.000 kilómtros.      

martes, 26 de marzo de 2019

CUENTOS DE LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA CONTADOS POR SUS CREADORES (IVÁN HERNÁNDEZ DALA)


Iván Rafael Hernández Dala
LA LEALTAD DE LA REVOLUCIÓN
Iván Hernández Dala estaba detrás de un vidrio que lo protegía de algún posible atentado a su existencia, había tenido una vida dedicada a proteger con lealtad al Presidente de la República, ya que uno de sus cargos era sencillamente mantener a Nicolás Maduro a salvo de cualquier atentado, intentona o salvajada. En su silencio, mientras oía su juicio que se celebraba por sus responsabilidades en varios actos de lesa humanidad mientras fue el máximo encargado de DGCIM, la Dirección General de Contrainteligencia Militar, donde entre otras cosas oía los cargos que se le inculpaban como: torturas, desapariciones, entrega de armamentos a grupos ilegales, paramilitares y parapoliciales, asesinatos, exterminios, etc., se acusaba a este general de dar órdenes de maltratar y mancillar contra todos aquellos que atentaran contra el poder investido en el presidente, los que tenían más suerte eran dejados apretujados con otras docenas de personas en una celda infernal con el espacio mínimo para un retrete. Él nunca sonreír y aceptaba la vida de un militar con el acatamiento de todos los valores militares que orbitaban siempre sobre la heroicidad, sobriedad, gallardía, orden, compromiso, valentía; y nunca, nunca: sobre el huir, escapar, o ser cobarde. Toda su vida se preparó para no ser un cobarde, aunque como había escuchado alguna vez, sólo los caballos sobreviven a los héroes, cuando huyen. Recordaba aquel lejano agosto de 1984, cuando entró como aspirante a la Academia Militar de Venezuela, fue un día despejado donde sus familiares lo vieron vestido por primera vez de uniforme de soldado, sentía el orgullo en la mirada de su madre quien lo volvió valiente, quien le mostró cómo pelear en la vida y lograr tener lo que se quiere y lo que se merece, le enseño ser orgulloso y leal. Ese día agosto estuvo cinco horas esperando su turno para acercase a la bandera del país, besarla y jurar su lealtad para defenderla por el resto de su vida. La lealtad significaba todo, lo aprendió como cadete junto con el hábito de obedecer, de no sentir miedo, de disparar fusiles, de aprender a enfrentarse con el enemigo con la victoria siempre en el horizonte. Algunas tardes en el casino, oía a los alférez hablando sobre lo que hace un buen militar: ser un buen militar implica recibir y ejecutar una orden y respetar las jerarquías que siempre implica orden y control; no obedecer una orden, no aceptar la jerarquías implicaría un cinismo y el cinismos no puede ser aceptado en el ejercito, tampoco una resistencia sin sentido que en el fondo es una cobardía disfrazada, la naturaleza del ejercito, de los militares era elevarse a través de sus valores a la categoría de héroe. Ser heroico es el baluarte de un buen militar, esto lo oía también del capitán Chávez cuando se quedaba los fines de semana de guardia. El capitán le enseñaba aquella historia de lealtad y heroicidad cuyo ápice siempre estaba Simón Bolívar. Desde esos adolescentes años decidió hacer actos nobles y seguir el camino de la lealtad, especialmente al capitán Chávez que le mostraba el camino. Ahora era acusado de asesinatos, torturas, desapariciones, de dar ordenes que fueron ejecutada violando los derechos humanos. Él miraba en silencio a su alrededor, se acordaba de cómo después de la muerte de Chávez, Maduro confió su vida en él y a algunos miembros del Órgano de Seguridad del Estado de Cuba quienes cooperaban en organizar y precisar a los saboteadores del procesos revolucionarios bolivariano. Había que defender esa revolución, aquella creada por el heroico Chávez, no había que tener miedo a los enemigos de la revolución, había que mostrar lealtad sobre cualquier otra emoción o pensamiento. Él entendió las órdenes, entendió su misión, entendió la gallardía que hay en la defensa de aquello que se quiere, por lo que se lucha, así que consideraba que todas sus acusaciones eran propias de hipócritas cobardes. Cuando el juez le peguntó si tenía conciencia de todos aquellos actos de lesa humanidad, sobre los desaparecidos, sobres las muertes hechas en el DGCIM, sobre los mercenarios rusos que masacraron el pueblo con su venia, con el ataque a civiles quienes intentaron detener al presidente en su huía, mientras él con un grupo de soldados les disparaban para salvar a Maduro. El general sólo respondió: yo sólo soy un militar que seguía órdenes de poder ejecutivo, un venezolano para mantener la paz de la República, yo sólo soy un soldado que cumplió su misión que era la seguridad de mi país, de mi presidente, de mis valores. En ese silencio alguien comentó cerca de un micrófono que luego se pudo oir en algun podcasts, la banalidad de mal que siempre está en los núcleos argumentativos de los militares, quienes en última instancia, por mantener un orden azaroso, como cualquier orden, dentro de una jerarquía vetusta y corrupta, anula cualquier capacidad de pensamiento crítico, cínico, humano.

miércoles, 13 de marzo de 2019

CUENTOS DE LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA CONTADOS POR SUS CREADORES (NERVIS GERARDO VILLALOBOS)


Nervis Villalobos
LAS LUCES DE LA REVOLUCIÓN
Llevaba años en una cárcel española, la Corte Penal Internacional, pedía su extradición. Mañana decidirían su futuro y aunque estaba nervioso en su celda, fumaba un ducado mientras veía, en un pequeño televisor, un partido de la champions league entre su real amor: El Real Madrid vs. un equipo desconocido francés: Stade de Reims. Siempre se ha sentido fanático del Real Madrid, cuando veía sus partidos por el canal del gobierno, allá por los años ochenta con los comentarios y voces de Turi Agüero, Pedro Zárraga y Reyes Álamo, por lo que llamó a su equipo se futsala de la escuela de electrónica de la Universidad del Zulia: La Real LUZ. El partido estaba cero a cero, en la mesa había un dossier de la Corte Penal Internacional que tenía su nombre: Nervis Gerardo Villalobos Cárdenas, este dossier se lo había dado uno de sus abogados que eran contratados gracia a su esposa, Milagros Torres, quien se mantenía anónima en Andorra. La Corte Penal Internacional quería procesarlo con un cargo novedoso: genocidio culposo. Al ser un sujeto activo y miembro del gobierno revolucionario en un puesto clave; su negligencia y corrupción generó la muerte de miles de personas, su ineficiencia produjo uno de los apagones más grandes que ha ocurrido en cualquier país desarrollado en el siglo XXI ocurrido en el mes de marzo de 2019, semanas sin luz ocasionó la pérdida de comida, de suministro de agua, inoperancia de hospitales, así como una crisis económica que produjo saqueos y muertes violentas. Leía con tranquilidad el expediente mientras veía el partido. El dossier demostraba que durante sus gestiones como directivo en diversas empresas estatales de Energía así como su desempeño como director general de Energía del Ministerio de Energía y Minas, y a veces encargándose del Ministerio durante la ausencia del titular se profundizaron los males. Se precisó que durante su período como director general se deterioraron los servicios eléctricos con inmensas gestiones de corrupción que llevó a la muerte culposa de unas a más de 65.000 personas certificadas, le acusaba junto a exministro, y amigo personal, Rafael Ramírez Carreño, ambos acusados de genocidio culposo, pero Rafael Ramírez poseía otro dossier y otra historia. Leía y veía, repasaba algunos nombres que también aparecía como acusados del deterioro y la muerte de miles de persona, pero le extrañaba que muchas personas no fueran acusadas y que tuvieron una acción directa como Ramiro Valdés Menéndez, el estratega cubano que apostó por el blackout eléctrico, fue éste cubano con el título de Comandante de la Revolución Cubana, quien en una reunión donde estuvo él, Rafael Ramírez, Nicolás Maduro, Hugo Chávez y tres generales con muchos soles, le comentó en ese momento, cómo mantener la revolución en un ataque final, la idea era suspender el servicio eléctrico, así el caos mantendría una disolución de fuerzas, además que los empeños por sacar al régimen disminuía en la medida en que se le acusará a la oposición de dicho blackout. Lo acusaban por saber, lo acusaban por lavar dinero, lo acusaban por homicidio y genocidio culposo, lo acusaban, pero él veía en esos precisos momentos cómo el Stade de Reims le introducía un gol de cabeza al Real Madrid. No lo creía, tampoco creía que fuera el único responsable directo o indirecto del apagón, él siguió ordenes, de resguardar dinero para oxigenar la revolución en caso de bloqueo económico, de abrir puertas de salida para Europa para familiares del régimen ya que en España vivían muchos hijos y padres de los principales jerarcas de la revolución bolivariana. Nervis hizo lo que debió hacer, pero él no fue el quien realizó los cambios necesarios para que el sistema dejara funcionara, sentía que en ese dossier era mínimo si lo comparara con dossiers donde aparecieran los nombres como el del inepto de Ángel Rodríguez, que fue el primer ministro de energía eléctrica de Chávez, el furibundo de Alí Rodríguez Araque, quien se dedicaba más en mantener los lazos de amor con Cuba que de arreglar los problemas eléctricos, fue él quien trajo bombillas y equipos de Cuba obsoletos e inservible para mejorar el sistema eléctrico y quizás por ese patético amor murió en La Habana; pensaba en el guabinoso, intercambiable, camaleónico de Héctor Navarro, que ahora representaba la bancada chavista de oposición, mostrando la débil memoria de la política venezolana, y cuya mejor jugada fue declararse antimadurista, sin mostrar sus fallos, errores y muertos durante su gestión como ministro de Chávez, sino sólo los que ocurrieron a partir de 2013, pero el quien posibilitó realmente ese apagón fue el maquiavélico de Jesse Chacón Escamillo, quien prometía, con su cara de pureza y honestidad, sobre lo transparente de sus acciones para mejorar el sistema, de conseguir las divisas para mejorarlo, pero al final lo que hizo fue armar las posibilidades de un gran apagón y dejarle todo presto para que Diosdado Cabello, Motta Dominguéz y Nicolás Maduro, tuvieran ese botón de apagar la luz por semanas y hundir al país para luego ellos pasar por héroes, salvadores, redentores, Jesse Chacón por tal vil acción fue recompensado con cinco años como embajador en Austria, para desde ahí, huir con facilidad a algún país con poca relación con la modernidad y con las extradiciones como Albania o Moldavia, pero le compensaba el suicidio por cobardía que realizó Motta Domínguez cuando lo iban a apresar para llevarlo a una cárcel en Texas, también en esos momentos le compensaba el gol que acababa de anotar el Real Madrid para que tuviera aún opción para pasar a los cuartos de final. Sólo su nombre en rojo aparecía como genocida culposo, algo que pensaba era injusto, porque él fue apenas un mensajero que buscaba dar luces de la revolución.

martes, 5 de marzo de 2019

CUENTOS DE LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA CONTADOS POR SUS CREADORES (DELCY RODRÍGUEZ)


Delcy Eloína Rodríguez
LA LOCURA DE LA REVOLUCIÓN
En el ala psiquiátrica del Hospital de la Pitié-Salpêtrière se encuentra la internada número 3461. Lleva dos años encerrada y aunque la quieren extraditar a otros países, aun tiene varios cargos en el territorio francés. Desde que era estudiante en Nanterre a mediados de los años 90, ella y un grupo de soñadores quisieron revivir la revolución del 68, destruyendo vidrieras, haciendo grafitis vulgares que señalaban, supuestos negocios que no respetaban la representación sindical; hasta el trágico final de un adolescente, un día a finales del 2019, hecho que ocurrió cuando un grupo de sus compatriotas rodearon su automóvil, ella salió con un bate junto a dos hombres, pero ella, a diferencia de los hombres que sólo asustaban a la pequeña horda que la odiaba, le acertó a dale a la cabeza a un quinceañero a quien mató mientras le gritaba escuálido, siendo curiosamente este adolescente una victima inocente que deambulaba por el lugar y que no era ni compatriota, ni estaba en la horda del ataque. Ahora el juez Charles Ropagnon comienza a leer con detenimiento el informe forense que le ha dado el equipo de médicos psiquiatra del hospital. La paciente, mujer caucásica, de 53 años presenta un cuadro severo esquizofrenia paranoide, resaltando alucinaciones, ansiedad, ira, retraimiento, humor hostil y suspicaz, mostrando en su conjunto una serie de trastornos de conducta que pueden poner en peligro su vida o la de otra persona. Es posible que su núcleo traumático este dado por acontecimientos tumultuosos y violentos durante su infancia, debido a la muerte trágica de su padre quien fue un dirigente político y parecía tener una compulsión con el poder y un trastorno oposicional desafiante. Ella muestra un duelo sin resolver, manteniendo un síndrome postraumático que infirió seguramente a desarrollar alucinosis vívidas con carácter real, propios de trastornos esquizofreniforme e ilusiones, propios de un trastorno histérico-paranoide. Nos comentó la paciente dentro de una narración despersonalizada, propio de un trastorno de disociación, con énfasis confabulatorio, principal rasgo de un trastorno histriónico de la personalidad, que luego de la muerte de su padre fue a vivir al país de Alicia, personaje del libro de relato de Lewis Carroll. Nos precisó que anduvo por los mismos sitios por donde había paseado Alicia, incluso vivió con el gato Cheshire en su cuarto por años, que tomó café con el Sombrerero en los pasillo de la universidad y que el Rey de Corazones la desvirgó, además especificó que el Conejo Blanco fue su mejor amigo durante el último año de la carrera de derecho que terminó exitosamente. Sabemos que al culminar sus estudios entró por tres años en un cuadro de trastorno distímico, desde ese período fue tratada por su hermano, quien ejerce como psiquiatra, administrando una cantidad de medicamentos entre los que hallamos: Nortriptilina, Citalopram, Venlafaxina, Trazodona, Litio, y especialmente fármacos del grupo de las benzodiacepinas, creando un coctel de antidepresivos y ansiolíticos que pensamos ayudaron al aceleramiento sus procesos alucinatorios y disociativos con la realidad, a la vez que mostraba la ineptitud profesional del hermano, al quien hemos podido recabar información y también poseía diversos trastornos, todos vinculado con el uso y abuso del poder. Al salir de su estado depresivo vino a la Universidad de Nanterre a cursas estudios de posgrados, pero las dosis médica la empezó a descuidar y comenzó a perder el sentido de la realidad nuevamente, de hecho nos dice la paciente, entre algunos delirios, que había tenido cientos de amantes: desde el coronel Aureliano Buendía, hasta Oliver Mellors, sin olvidar que su principal amor frustrado como fue Aragon, el personaje de Tolkien, por esos años, además de dominar el francés y hacer una tesis de maestría titulada “La Participación y control de los trabajadores en la negociación colectiva”, se sintió una elfo y nos comentó que estudió lenguas élficas las cuales domina con facilidad. También relató al grupo de evaluadores que no terminó su tesis doctoral, porque, aunque le faltaba pocos capítulos, no pudo abandonar las lecturas de Harry Potter, nos juró que había estado en Hogwarts, donde aprendió hechicería y donde compró unos lentes de pasta, iguales a los de Harry Potter que nunca más se los quitó de su rostro, de hecho cuando lo hace observamos un aumento del trastorno obsesivo-compulsivo, además de exhibir algunas fobias específicas, mostrando por lo tanto aumento del trastorno de ansiedad que en innumerables noches le genera insomnio. Para este paciente, con ésta cargar de trastornos y ciertos bordes de demencia, el mundo que ve o percibe, es real. Pensamos que éste trastorno disociativo fue el que impuso a establecer en su carácter como funcionaria pública de su país, generando varios cuadros de esquizofrenia que mermaron la calidad de vida de sus ciudadanos. La paciente comentó que con esos lentes podía ver la verdadera realidad y le fueron útiles para describirle a los miembros del gabinete de la extinta República Bolivariana, las cosas maravillosas que ocurrían en un proceso revolucionario con rasgos de stalinismo que cundió al país por unos veinte años. Nosotros, como personal médico que buscamos la salud de la paciente, pero también el equilibrio psíquico de la sociedad, recomendamos al juez que la paciente número 3461 que responde al nombre de Delcy Eloína Rodríguez Gómez, sea encerrada de por vida en la prisión de la Santé, ya que lejos de cualquier forma de poder se transforma en una persona inofensiva y hasta frágil que se escuda en su mundo de fantasía, pero cerca del poder o poseyéndolo desarrolla su psicosis volviéndose peligrosa y dañina para la sociedad; además pagará a la sociedad por la muerte culposa del ciudadano subsahariano a quien mató con un bate de béisbol. Se le administrará clorimipramina de por vida, además de psicoterapia individual y programa ambiental, para sufragar los gastos que generará al gobierno francés, exhortamos al juez a embargar sus millonarias cuentas bancarias que posee en Andorra, Francia y Suiza, sustraer los gastos que ha generado y generará, así como un pago de compensación a la familia dela victima a la que diezmó; los excedentes deben ser devueltos al Estado Venezolano. Firma un grupo de seis médicos con firmas ilegibles.  



jueves, 28 de febrero de 2019

CUENTOS DE LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA CONTADOS POR SUS CREADORES (JUAN BARRETO)

JUAN BARRETO CIPRIANI
EL PESO DE LA REVOLUCIÓN
La noche anterior el capitán estudió los mapas y fotografías que el coronel le dio, por afuera parecía una casa común y corriente, como otras tantas casas que se levantaron por la calle 13 de los Jardines del Valle, pero subterráneamente esa casa poseía tres plantas. La construcción total era de unos 2000 metros cuadrados, poseía dos motores generadores de electricidad, un depósito de 50000 litros de agua, sistema de refrigeración, controlador de humedad y varios sistemas de calefacción. En el primer piso subterráneo había información sobre la existencia de neveras industriales y espacios de almacenamiento, seguramente para comida no perecedera, los otros dos pisos mostraba espacios amplios donde posiblemente habría equipos modernos de tecnología, electrónica y comunicación. El bunker poseía una sola entrada, lo que preocupaba al capitán, pensaba que era una trampa mortal para un comando, no sabía cuántas personas podían estar en aquel espacio, ni cómo se distribuían, cuántas armas, lo único que sabía era que desde años se ocultaba uno de los lideres chavista: Juan Barreto. El capitán tenía la misión de llevarlo a testificar para los juicios sobre crímenes de lesa humanidad que le hacían a algunos jerarcas del gobierno de Maduro en la Corte Penal Internacional. Luego de muchos estudios se supo que, de vez en vez, venía un repartidor de pizza llevando algunas cajas para esa casa, decidieron esperar ese día. Un sábado hubo una orden de 10 cajas de pizza para esa dirección. Cambiaron al repartidor y al abrir la puerta entró un comando armado para tomar el bunker. El capitán llegó al medio de una sala, una estancia común y corriente donde una vieja, con una dentadura muy blanca para su edad, les preguntó si quería algunos cafecitos. ¿Ca-fe-ci-tos?, pensó el capitán, algo le hizo sacar su arma automática y ordenar a su comando a preparan sus armamentos para empezaran a peinar las diversas zonas y tomar el control de cada una de los niveles del bunker. Al final había ocho mujeres de diversas edades y dos hombres musculosos que se presentaron como el chofer y guardaespaldas respectivamente, todos cuidaban el día a día del doctor Barreto. El capitán pensó que la situación que vivían era muy “folclórica”, pero de lo folclórico pasó a lo grotesco, a lo extravagante, a lo absurdo cuando bajó al último piso y vio al doctor Barreto sobre una cama especial de hospital, rodeado de tres computadoras, dos televisores de pantalla plana, a su lado una mesa plegable donde se podía ver vasos de diversos colores o bebidas y algunas arepas fritas con queso de mano dentro de una cesta y muy, muy cerca, una pequeña nevera. Al principio el capitán y parte del comando no pudieron reaccionar, se necesitó de un proceso de actualización, de aceptación, de realidad. La persona que buscaba estaba allí, sentado, con una sonrisa a la vez que invitaba al capitán a sentarse a su lado, pero el capitán lo que veía era un rostro redondo, con barba y pelo largo y encrespado de Juan Barreto cuyo cuerpo estaba amorfo, y aunque cubierto con una manta roja, se podía apreciar algunos edemas y celulitis en parte de sus pies, es posible que tuviera más de 250 kilos. El capitán se sentó a su lado abrumado ante la imagen de un ser que le comenzó a hablar mientras veía como su cuerpo deforme por la grasa acumulada se movía a cada gesto, a cada palabra hecha con ahínco. Le preguntó al hombre si realmente era Juan Barreto Cipriani, la masa humana le confirmó que sí. Comenzó a hablarle de su vida, sus títulos universitarios, su doctorado y posdoctorados, su ir por paraninfos en diversas universidades del mundo, su actividades periodísticas y políticas desde que perteneció a la Liga Socialista, su actividad como alcalde de Caracas y cómo y por qué fue apartado del proceso revolucionario que tanto abrazó. Explicaba que todo fue por culpa de una caída. Si, comentó con cierta ironía, una caída de una tarima cuando era gobernador, por usar unos crocs, como tuve unas semanas de reposo aumente varios kilos, debido a mis adiciones y compulsiones al control, desde entonces mi comandante comenzó a burlarse de mí, de mis zapatos capitalistas, de que aprendiera a usa alpargata; una ansiedad me empezó a rellenar, aumentaba de kilo mes a mes, el comandante reprochaba en público mi obesidad que cubría, según él, con camisas de mal gusto, siempre bromeaba de que tenía que hacer ejercicio como él, de hacer dieta, se burlaba de mi forma de hablar y de corregirlo cuando buscaba batallar entre ideas posmodernas de socialismo y citar a sus autores, me acusó de vicioso por fumar cuando todos sabían que él fumaba por los pasillos más intricados de Miraflores, me dijo que si no me controlaba terminaría como un Heliogábalo, me lanzó al ostracismo cuando me criticó el uso de la imagen donde ambos salíamos en los periódicos, una imagen paterna que en algún momento le molestó, me mandó a cancelar todas las publicidades donde saliéramos juntos, porque yo estaba muy gordo, también me criticó mi visión socialista de los problemas de vivienda porque decía que lo imitaba con el uso de las expropiaciones, y eso de expropiar al Country Club, le pareció una burla no al pueblo sino hacia él, pero creo que en el fondo su progresivo odio hacia mí fue porque sencillamente al comandante no le gustaba los gordos, quizás un resabio de los que sufre muchos  militares, en la medida en que alguno de su equipo engordaba, se desproporcionaba su silueta, lo rechazaba; dicen que por eso se divorció de Maríaisabel, porque su mujer engordaba mes a mes a punta de empanadas y Chávez definitivamente le tenía miedo a la celulitis, siempre he pensado que sufría de cacomorfobia, es decir, fobia a las personas obesas y por esa fobia, me apartó de cualquier proyecto, ministerio o proceso de la revolución. Aunque seguí con el proceso a mí manera, todos pensaron que era un loco intelectual que no encajaba con el devenir autentico de la revolución, una revolución que por culpa de los hermanos Rodríguez se transformó en un barco de ira que recogía las inversiones iracundas de las personas con la promesa de una venganza total o del advenimiento de una justicia global, esa fue mi última advertencia al comandante, del rumbo que tomaba la revolución en nuestra última conversación privada, sus últimas palabras hacia mí fueron: ¡ponte a hacer ejercicio!, ¡gordo de mierda! El capitán se levantó de la silla, subía los piso pensando qué equipo especial necesitaría para sacar a una persona con un cuarto de tonelada en su cuerpo desde un tercer piso subterráneo, obviamente necesitaría a un médico bariatra y personal especializado para estos casos, ¿habría en Venezuela? o sencillamente dejarlo morir de hambre como hizo la tiranía de Maduro al pueblo y donde él y su familia perdieron kilos, masa muscular y su padre parte de su visión por falta de nutrientes y vitaminas, pero la Corte Penal Internacional se lo prohibiría seguramente.

domingo, 24 de febrero de 2019

CUENTOS DE LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA CONTADOS POR SUS CREADORES (HÉCTOR RODRÍGUEZ)


Héctor Rodríguez Castro
JUVENTUD REVOLUCIONARIA
El almuédano sube las escaleras del alminar para el adhan, para comunicar la hora de la oración del Asr, comienza su canto: all ahu àkbar, los presentes reunidos en el patio de la mezquita se quitan sus calzados y realizan pequeñas abluciones antes de entrar al recinto para comenzar el salat. En una equina del patio está Hakem Alí, oía tranquilamente las voces de sus hijos y de su esposa que le explicaba que todo estaba bien en su casa de Londres, una vivienda de estilo clásico que mantenía una tradicional chimenea y su respectivo jardín, tenía años que no podía visitar a su familia, pero se sentía bien porque ellos vivían cómodamente, sus hijos estudiaban en las mejores escuelas y su esposa no pasaba necesidades. Apagó su móvil y rememoró cómo compró esa posesión; fue por casualidad, además estaba en oferta y muy cerca de la vivienda en la que Francisco de Miranda, el gran prócer, había vivido. La compró en el 2012, cuando estuvo algunas semanas visitando los principales puntos de interés de Inglaterra, además de asistir a los Juegos Olímpicos y aunque no era un amante de los deportes, ni siquiera los practicó, desfiló justo detrás de Fabiola Ramos, la abanderada de la delegación criolla como el flamante Ministro Popular Para el Deporte en la inauguración de esos Juegos. Rememora también cómo antes fue Ministro del Poder Popular para el Despacho de la Presidencia, con apenas 26 años, quizás uno de los ministros más jóvenes del país, aunque pudo haber sido ministro unos dos años antes, pero esto violaba la Constitución en su artículo 244 que dice que para ser Ministro en Venezuela se debe tener más de 25 años, por eso supo su destino desde muy joven: ser político. Lo supo en los pasillos de la Universidad Central de Venezuela, cuando todo era un caldo de cultivo y nadie tenía claro sobre el qué hacer político, él intuyó que el problema no es hacer discursos como si se contara con categorías que explicara la realidad, porque cuando se está inmerso en la acción política, no se trata de predicar la justicia o la democracia, ni repetir los análisis de los que se disponen con anterioridad y cuya insuficiencia se ve claramente; se trata de intentar devolver a la actividad aquellos conceptos de los que se dispone, y que se puede ajustar al momento histórico y por aquellos años el momento histórico se llamaba Hugo Chávez, él se logró insertarse en aquél momento histórico porque el comandante le agarró cariño luego de mostrar y demostrar a través de diversos argumentos y puestas en escena que los conceptos que disponía para aquel tiempo funcionaba, así compuso frases como: todo ser humano es un ser político, así que nadie es neutro, además el socialismo debe tender cada vez más a poner el poder y la propiedad en las comunidades, ya que en el fondo la democracia que había existido en Venezuela se había adormecido mostrando que la democracia es un debate de idea y se había apaciguado por la ineptitud de los adecos y copeyanos. Todos sus argumentos brillaban por saber usarlo en el momento histórico preciso, obligando en un programa de televisión que titularon: Lideres Estudiantiles de Ideas Distintas, que Jon Goicochea, su opositor en el debate, cayera en contradicciones, en la medida en que éste predicaba justicia, democracia, etc., muchos líderes revolucionarios de vieja alcurnia vieron entonces que ese joven universitario podía ser la cara de una juventud revolucionaria que necesitaban en ese momento histórico. Desde entonces recorrió ministerios, luego de guiar a los atletas del país por las calles de Londres, buscó dirigir a la juventudes socialistas desde el Ministro para la Juventud Venezolana, luego el presidente Maduro fusionó los dos ministerios, pero él saltó para el Ministerio de Educación, y así brincaba hasta llego a ser gobernador de su Estado natal. Durante años todo el mundo lo llamaba ministro, diputados, luego lo llamaron gobernado y en su más oscuro territorio de avaricias y momentos históricos soñaba con que lo llamaran presidente. Los cierto es que usar la retórica, los conceptos en los momentos claves de la historia funcionaba, y aunque él estuvo por mas de 10 años dentro de las principales carteras para la juventud revolucionaria, para la educación de los venezolanos y cargos legislativos, poca gente recordaba alguna obra precisa hecha en su período histórico, de hecho su frase más celebrada por sus detractores fue cuando siendo Ministro de Educación dijo: “No es que saquemos a la gente de la pobreza para llevarla a la clase media para después ser escuálido”, dejando un vacío epistemológico para aclarar: ¿qué hay después de sacar a alguien de la pobreza?, ¿qué es ser clase media?, ¿qué es ser un escuálido?; pero su frase se truncó, en el fondo quería decir: sacar a los pobres para que consigan la felicidad en unas escuelas diseñadas con modelos de Bakunin, con pedagogías libertarias, en aulas ácratas, creando escuelas semejantes a la de Summerhill en cada rincón del país, pero su frase trastabilló, se desconcentró y desde entonces sus argumentos se iban desvaneciendo, los momentos históricos apaciguando, proceso similar a los que vivía el poder al presidente Maduro. Ahora nadie le llama ministro, ni diputado, ni gobernador, ni Héctor Rodríguez, ahora camina por la calles de Estambul, reuniéndose en café con algunos colegas o hermanos de la fe, se ha dejado la barba y siempre usa la taquiah que cubre su calva, poca gente reconoce que él fue un líder de juventudes revolucionarias que nunca cuajó, juventud la cual la mayoría perdió la esperanza, sus estudios, muchos se exiliaron, no se consolidaron como hombres y mujeres de provecho para la sociedad, o entes civiles con valores éticos y morales que les permitiera construir una Estado más equitativa y justa, así que mucha de esa juventud terminaron en trabajos miserables, con hambre y con innumerables problemas de salud, entendimiento y vida. Ahora camina por bazares donde siempre compra alguna trivialidad o viendo los centenares de gatos que pululan por las calles o cruzando la plaza de Taksi, yendo hacia Nişantaşı, donde vive en un cómodo piso lleno de sueños sin momentos históricos, ya no es un ser político, reflexiona sobre sus esencia y se contenta ahora abrazando a la fe, sólo se le ocurre orar a Allah, quien no cabe en los cielos y en los mundos, y contentarse en silencio por la selección de su nombre musulmán: Hakem Alí, que posee el sentido de ser un altísimo gobernador.  

miércoles, 20 de febrero de 2019

CUENTOS DE LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA CONTADOS POR SUS CREADORES (FRANCISCO SESTO NOVAS)

Francisco Sesto Novas
POESÍA Y REVOLUCIÓN
Había escrito una vez que la poesía es revolución y la revolución es poesía, porque una revolución es un trastocar la realidad que es la esencia de la poesía: ver la realidad con otros ojos; ahora sus ojos ve sus posesiones que se reparten a lo largo de los ríos Miño, Alvia y Barbantiño, donde unas 300 hectáreas de viñedos le producía unos vinos blancos con la denominación de origen “Ribeiro”, además de poder recorrer con su amigo y crítico literario, Basilio Losada, su bodega dentro de una grieta en un acantilado donde albergaba más de 20.000 botellas a temperatura y humedad ideal, de diversas cepas y años. Poseía una casa que él diseñó y construyó con su constructora española y que estratégicamente salía como un manchón blanco en Google Map, y cuya única carretera era de uso privado por lo que era imposible acercase a ella sin su consentimiento. Colocada la casa en la cima de un peñón que daba al Oceano Atlántico frio y ventoso, que le había inspirado sus versos: Galiza nai e lume das asas destemidas, / Galiza nai e día dos eternos meniños, / terra xeitosa e queda facedora dos ventos. Se sentía bendecido, poeta como Neruda en su Isla Negra. Desde sus ventanales veía los atardeceres que siempre arropaba su Vigo natal y desde su biblioteca, llena de ejemplares firmados por escritores poetas que admiraba como Ernesto Cardenal, Norbeto Codina, Saadi Yousif, Octavio Paz, y así cientos, todos colocados entre dos incunables, uno era la Opera Latina de Francesco Petrarca de 1496 y el otro De Efficacia Orationis de Johannes Gerson de 1467. Así pasa los días Francisco Sesto, entre su biblioteca, sus constructoras y viñedos, está algo pasado de peso y con una larga barba, pero no importa, ya la poesía lo había investido. Bebía una copa de vino de Ribeiro mientras esperaba para la cena a su amigo escritor y político nacionalista Xosé Méndez Ferrin y a su colega arquitecto César Portela. Venían para hablar de poesía y de proyectos, como cuando se reunía, en su mejor época revolucionaria, con su amado Chávez. Ambos se reconocían como personas únicas, Chávez leyó y publicitó su opúsculo ¿Por qué soy Chavista? mientras el comandante le daba escritos suyos donde buscaba rimas entre la vastedad del llano, los ojos aguarapados de una quinceañera que ve una cabalgata de hombres rebeldes y aliados de Bolívar y de fondo, melodías de Alí Primera. Sí, su relación con el poder fue poética, lleno de musas y oportunidades, por eso trató de volver a Caracas la capital de la poesía a través del Primer Festival Mundial de la Poesía, los primeros festivales buscaron solidarizar la voz social con la conciencia proletaria, los últimos, las emociones con la lucha antiimperialista, así debía desenvolverse la poesía en tiempos de revolución. Él trabajó seriamente para aumentar la producción cultura del pueblo, Chávez lo apoyó en todas sus iniciativas con gruesas suma de capital, creía en él, le dio recursos para crear empresas editoriales trayendo impresoras ultras modernas de Alemania y de generar un libro por día para el pueblo, de productoras de discos con maquinaria para hacer CD y equipar instalaciones, y su corona, la realización de una Villa de Cine que equipó construyó para realizar grandes producciones donde Román Chalbaud u Oliver Stone, desenmascaran las raíces podridas del capitalismo dirigiendo a actores como Roque Valero, Fernando Carrillo, Tim Robbins, Kelvin Spacey, Sean Penn o Danny Glover, todos ellos curiosos activistas y actores que habían visitado al país y apoyado a Chávez, en sus conversaciones dieron ideas, como Glover, de hacer una película para rescatar la historia de Toussaint L’Ouverture, el célebre líder de la independencia de Haití, claro con un adelanto en dólares para Glover y quizás un mínimo de porcentaje para el midas de la cultura. El gallego habló con arquitectos, escultores, conservadores, músicos, artistas, en fin, con todo aquel que quisiera expresar las mieles de la revolución, donó y trajo a muchos artistas extranjeros, periodistas, fotógrafo; apadrinó las danza, el teatro y auspició la creación de la Universidad Nacional Experimental de las Artes, expropiando El Ateneo y defenestrando a su aristocrática directiva que nunca supieron sobre las fuerzas productivas populares y se escudaba en ferias navideñas llenas de capitalismo, amiguetes y drogas; editó parte de El Quijote prologado por Saramago y Los Miserables de Hugo para que la gente tuviera esperanzas y valores morales. Francisco Sesto era el mecenas de la cultura, había que tener ojos de poetas para ver la realidad desde la cual debías educar a un pueblo para que apreciara con otros ojos la revolución, proceso que Chávez mimaba. Luego comenzaron los cambios por la ineptitud de los otros, por lo que Chávez lo llamó para el Ministerio de Vivienda y Hábitat, pero la poesía no lo acompañó, la burocracia y la estulticia de los otros lo atormentaron, nunca había forma de disfrutar de una producción artística entre ingenieros, administradores y constructoras. Chávez lo intuyó, dándole todo el poder poético para la Transformación Revolucionaria de la Gran Caracas y finiquitara de una vez con los problemas de Río Guaire, los espacio de La Carlota y hacer que la ciudad dejara de ser vista como un ghetto y se transformara en una gran metrópolis que atrajera a los revolucionarios y las revolucionarias del mundo, pero Chávez murió demasiado rápido y al nuevo presidente no le gustaba la poesía sino la música de Juan Gabriel. No pudo mostrarle a Maduro lo necesario que era mantener la poesía transformadora, porque éste no sabía nada sobre rimas, de construcción de imágenes, a lo sumo algunos chistes y anécdotas sin florituras. Se volvió sombra, lo que le fue crucial para salir de una Venezuela esquizofrénica luego de que el dictador huyera a Siberia, gracias a su pasaporte español y a una carta donde explicaba pertenecer a la Real Academia Galega, además de mostrar que la palabra farruco no aparecía en ningún documento que enseñó, es decir, Galicia era su patria y Venezuela había sido una amante momentánea. Seguía esperando a sus amigos para cenar, pero de repente recordó su Premio Nacional de Cultura mención arquitectura 2015, algo que lo orgullecía pero le amargaba al recordar que muchos facinerosos de derecha lo habían obtenido como Sofía Imber, Orlando Urdaneta o Rafael Cadenas, lo que le daba cierto amargor a su garganta que diluía con otro trago dulce de su reserva especial de vino de Ribeiro.