viernes, 29 de noviembre de 2024

Terra Immānis... -y algo sobre las autopublicaciones-

Hay dos tipos de escritores principales en el mundo de la autopublicación que están en los extremos de una curva de creadores de ficciones, por un lado, los Correcaminos, son aquellos que escriben una o dos novelas con un tema "original", como que una mujer se enamora de un hombre que no sabe que ha recibido el corazón de un ex, o de una mujer que se viste como hombre para emigrar de un lugar a otro y se enamora al llegar de algún mafioso o virginal hombre, o cosas parecidas, escriben corriendo esperando llegar a sus propias metas que ellos han establecido para que, una vez rebasadas, ser famosos y vivir como héroes literarios. Como el Correcaminos no conocen la gravedad, ni saben aritmética y su realidad es sólo lo que está adelante y el polvo que deja atrás a los otros, a los que no pueden seguir sus movimientos, intuiciones o destinos; de esos escritores se llena muchos libros de autopublicación en Amazon, de escritores Correcaminos. Luego hay otro grupo, los escritores Coyotes, aquellos que piensan hasta la ultima palabra de su narración, así en lugar de escribir "té quiero", piensa que es más original "quiero té", hasta que ven la confusión de sus lectores, de la crítica, que en el fondo son ellos mismos, así que arreglan la frase en algo como; "era un laberinto donde las flores de los teales hipnotizaban la híbrida mente de aquel que solo conocía el deseo". En fin, los libros de los Coyotes son otra gran parte de los libros autopublicados en Amazon, son personas que piensan mucho su producción por lo que a veces asistimos a crónicas o textos de historia llena de personajes planos, temáticas aburridas porque no crean ningún tipo de tensión con la realidad o viceversa, usan una que otra táctica o "ganchos" aprendidos en cursos de redacción o dictadas por coaching de escritura con un poemario como suma de su creación, estas tácticas de las cuales abusan muchos son: crear un misterio como ¿quién se comió el queso?, realizar giros inesperados donde él no es él ni ella, declarando problemas sin resolver o una variante como ¿quién se comió mi queso?, y especialmente crear emociones, preferiblemente donde la gente este a punto de morir y se arrepientan de todo el mal que han hecho, o marquen sus pecados eróticos cripticamente o se sacudan la depresión con un helado de chocolate, como si los lectores fueran seminaristas diocesanos. Pero en fin, ¿qué podemos obtener de un libro autopublicado por algunos que precisamente no son tomado en cuenta por la editoriales capitalistas? Claro, Amazon nos enseña a ser capitalistas, emprendedores y bobalicones, donde uno puede resistir su influencia negándola, pero es como negar las vacunas o preferir un caballo a un coche, en fin, no podemos denostar nuestra época porque no es la ideal que soñamos. En Amazon no solo hay Correcaminos y Coyotes, sino toda una fauna de estafadores, de gente que siente que la escritura es su sino, y de personas que tienen algo que decir y que narrar, pero que no han tenido las capacidades o conexiones para ser considerado por la crítica, por las instituciones culturales o por un grupo de amigos vinculados con el mundo intelectual y le permitan publicar en editoriales singulares. 

Comencé a autopublicar porque es una opción, no se si literaria como tal, pero por lo menos lo presento originalmente como entretenimiento para los demás, ya que algo que me ha hecho llegar a donde estoy es tomar las pocas opciones que me presenta la vida y pienso que publicar en Amazon es una opción en este mundo digital, aunque se le puede realizar todas las crítica que podamos generar al respecto, pero es algo presente, observable y donde el que quiera puede obtener mi libro. 

Lo cierto es que desde que autopublico compro libros autopublicados, por azar, por títulos, por enterarme de este mercado que cada día pone a disposición más de doscientas obras por día solo en español, algunas realizadas con ayuda de inteligencia artificial, con plagios, con problemas de redacción y escasamente interesantes. Si soy sincero, pues a penas una obra me absorbió las primeras treinta páginas, luego entró en laberintos de incoherencias. He comprado unos veinte libros autopublicados de los cuales diez no los pude terminar por malos, así de simple, y los otros tenían problemas muy elementales como personajes planos, temáticas poco desarrollada o llenas de clisé, o argumentos donde siempre buscan proteger un discurso correcto, tan perfectos que son incapaces de trasgredir, de incomodar, cuando son las novelas de ficción el lugar de transgresión, un lugar privilegiado para generar críticas a la política, a la psiquis, a la sociedad, a la época, con ironías, sarcasmo, dudas, imprecaciones, inteligencia, pero no, las personas piensa que la literatura son libros, y que parte de estos es ordenar sus descalabros emocionales a través de libros de autoayuda (todavía me pregunto cómo alguien se puede ayudar así mismo porque la idea de ayuda siempre es socorrer a otro), o introducirlos en fantasías de sistemas donde todo se reduce a la lucha del bien contra el mal, de héroes contra supervillanos (como algunas políticas, como la Venezolana, tratan de imitar), mientras buscan pasar tiempo inutilizables en un sofá, y claro la literatura como crítica, como una manera de encontrarnos y orientarnos en la realidad se vuelve cada vez más pesada. 

Aunque parezca obvio que ser un escritor autopublicado implica por una parte, la incapacidad para lograr el interés editorial de tu obra y por otra parte, una inoperancia en relaciones públicas e institucionales, lo cierto es que ser un escritor autopublicado, como lo fue Kierkegaard, Whitman, Proust, quienes financiaron sus obras e incluso Virginia Woolf quien hizo su editorial con su esposo y Joyce que costeó toda su primera edición de "Ulises", me hace sentir que pertenezco a un "sindicato" donde todos somos obreros, reunidos en un comedor donde unos hablan más que otros de éxitos o sueños, comedor donde se oyen grupos que auspician encuentros de dragones o amores infelices, mientras otros se divierten entre espejos gramaticales y repeticiones de psiquis quebradas y algunos escasamente, ¿como yo?, se dedican a ver la alienación que sufrimos en la actualidad y lo absurdo de las cosas a la vez de cómo pedir más cuota de siervo a nuestro amo Amazon a través de nuestros capataces algorítmicos, y esto lo digo por mi última novela Terra Immānis


Sobre la obra


Terra Immānis es el tercer tomo de una heptalogía titulada Razonamientos Dialécticos. Donde previamente he editado: El Evangelio Autista del Único Hijo, y La Albacea de las Epístolas de Caín. Cada libro es independiente así que no hay continuidad entre ellos y cada uno posee su inicio y conclusión en sí mismos, pero las obras son unidas por un desarrollo propio desde conceptos y palabras claves del ámbito de la filosofía. La idea en general es que cada novela es una puesta en escena de una narrativa que se sustenta en pensamientos filosóficos largamente acariciados y que se exponen soslayadamente. En el caso de esta última entrega: Terra Immānis en sus entrañas transcurren diversas dialécticas de filosofía política que se han percibido a los largo de los cuarenta años de democracia en Venezuela o los cuarenta años de puntofijismo, hambreados y cruel como Chávez tildó a ese período, hasta la tragedia de La Guaira, por lo que considero no solo mi obra más venezolana, sino a los nacidos en esta tierra inmensa, primera traducción de Terra Immānis, nos perdemos, donde las contradicciones son propias, donde no vemos límites, trasformándose por ello en una tierra monstruosa, segunda traducción de Terra Immānis.

 

Terra Immānis narra cómo los excesos tangibles giraron en una danza tétrica con miles de déficits anímicos que cubrieron a Venezuela en las tres últimas décadas del siglo XX, anexando en muchas de sus páginas anotaciones marginales que reflexionan acerca del quehacer político y sus instituciones, sobre psicología lacaniana y los traumas que pueden conformar a un venezolano y meditaciones sobre la astrología y las creencias y mitos del pueblo, este conjunto de temas barnizará a los personajes tratando así de explicar cierta idiosincrasia del venezolano. La obra opera un conjunto de miradas hacia una realidad ficcional que no hablará sobre un amor, un odio o de una familia, ni presentará un personaje principal o comentará una época histórica concisa, sino se narran: amores, odios, venganzas, esperanzas, tragedias, ingenuidades, torpezas; todo en plural dentro de un caleidoscopio de espacio y tiempo que son separados sutilmente por elecciones presidenciales y sucesos particulares como “El Caracazo” de 1989, la intentona golpista llevada por militares en 1992 y cerrando el libro con el deslave del Estado Vargas en 1999. 

 

Terra Immānis es una manera de desintoxicar mis memorias de ser un venezolano en un exilio autoimpuesto en el Lejano Oriente desde 2009 y que me ha ayudado a configurarme de una forma muy consciente en habitar en un mundo donde los pensamientos fronterizos se llenan con facilidad de desarraigos y descentramientos. Así que este escrito es una excusa particular para mostrar una colección de recuerdos compartidos, creados, oídos, vistos y soñados que acumulé en mis idas y vueltas hacia el Litoral, en mis estadas en el apartamento de un amigo en Macuto, en mirar al mar en la noche, fumando, como si el humo fuera un avant-garde que se dirige hacia un lugar del cual uno no regresará jamás.


Como novela autopublicada se puede adquirir en https://www.amazon.com/-/e/B0C55GKWSP asegurándoles que no es una obra de Correcaminos ni de Coyotes, ni está llena de dragones, personas extraordinarias que con cuatro o seis dedos logran vencer todos los obstáculo que la vida proporciona para luego ser entrevistados por YouTubers influyentes de turno, ni vaticina de que el bien triunfará sobre el mal. 




 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

sábado, 9 de noviembre de 2024

CTRL - DOMINGO DE CINE (25)

Película: CTRL

País: India

Año: 2024   Duración: 100 minutos

Director: Vikramaditya Motwane

Actores: Ananya Panday, Vihaan Samat, Devika Vatsa 

Sinopsis: CTRL es la tecla con la que podemos abrir o cerrar programas, introducir cambios especiales a trabajos cotidianos o eliminar archivos, memorias e historias, es una abreviación de la palabra: Control. La película gira en torno a una pareja, Nella (Ananya Panday) y Joe (Vihaan Samat), quienes se conocen en su primer año en la universidad y congenian. Desde entonces comienza no solo una relación amorosa sino laboral ya que ambos se vuelven "influencer", es decir, aquel que logra una credibilidad para un grupo de seguidores mostrando así la vorágine de un tipo de vida digital que caracteriza a la generación nacidas a principios del siglo XXI, una generación a la que se le podía aplicar el término CTRL. En algún momento toda la credibilidad cae, comienza los desengaños, lo incomprsible, lo obvio, pero a lo largo de la película aparecen una serie de misterios, silencios y algoritmos, que llevará la vida de la pareja feliz a un crimen y a un aislamiento profundo, solipsista, impensable en una era digital.

Pensar la película: La película es llevaba narrativamente bien, haciendo sentir al espectador un simple terminal receptor y pasivo de una serie de hechos que se comparten digitalmente. Ha sido declarada como aburrida o por lo menos una copia de algunos capítulos de Black Mirror o por lo menos se leer en varias críticas, y es obvio que tiene aspecto de ese ángulo, además otra parte de la critica gira en torno a la calidad de las actuaciones, y sí, es difícil conectarse con los actores, y más cuando hay mas de cinco generaciones de diferencia, por lo menos en mi caso, en fin, lo cierto es que si bien parece un capítulo de Black Mirror, esto quizás se deba porque todas nuestras expectativas sobre la realidad cercana puede ser encontrada dentro de una visión donde será la inteligencia artificial, el uso de los smathphone y el pensar de que uno tiene el control de su vida, los elementos e ideas necesarias que nos explicarán qué seremos en el futuro, aún cuando nos cuesta aceptar que apenas somos direcciones de protocolos del Internet, somos simple terminales con una IP. que nos individualiza. En cuanto a la actuación pienso que es la propia de la juventud de la India, con sus miradas y exageraciones que un buen crítico sentado en un cálido sillón en Los Ángeles no pueda comprender, así que más que sobreactuaciones, pienso que es un comportamiento propio de los Hindúes, con sus altas y bajas, pero lo que me llamó la atención de la película es la idea de CTRL, lo que me hizo pensar sobre una brutal necesidad de controlar todo a nuestro alrededor y donde el smathphone, cual esclavo de una dialéctica digital hegeliana, nos puede prender desde las luces del cuarto hasta hacernos recordar u olvidar teléfonos, citas y rostros. Qué entendemos por "Control" creo que no solo revela gran parte del narcisismo que carcomen a las personas en estas época, sino la urgente necesidad de ser tenido en cuenta, en ser oido, en opinar incluso de apoyar lo indefendible o acusar lo dignamente propio con la única excusa de "controlar" la situación como ocurre en muchos países "democráticos" y en las dictaduras. La idea de control que piensa estas nuevas generaciones y que lo tienen en la "palma de su mano", y no hablamos de quiromancia, es una mutación del concepto de control, de ser una idea de poder a ser una fe en CTRL que abre sus mundos, pero como toda fe será expuesta al desengaño, así no me extraña cuando llegan los cayucos llenos de personas desesperadas a las costas nortes del mediterráneo, llegar sin zapatos, sin comida, sin agua, pero con un smathphone en sus manos sintiendo así que tiene algún control en su vidas. Leo y oigo como miles de personas pasan el día "controlando" sus actividades, sus sueños, sus empresas, sus emprendimientos, emociones, incluso la producción de sus obras, bien a través de páginas Web, de "coaching", y muchas veces sienten que ese control lo ejercen con un "like" o una opinión en una páginas intrascendentes, y estos elementos se aprecian en la película mostrando así a la pareja de Nella y Joe, como una de los millones de YouTube exitosos o no; la pareja comienzan el viaje para comprender y registrar todo, especialmente sus vidas y su relación, pero no se ven cómo van fracasando en cada misión porque una economía frágil sostiene sus miradas, y aunque buscan conocimientos y quieren saberlo todo en el fondo se vuelven aprendices de todos y maestros de nada. Al final la idea de la película es concisa, y es que si persigues todo puedes acabar sin nada y es posible que este sea uno de los primeros adagios de la humanidad que aún no se ha aprendido bien, pero esta generación CTRL, no comete los errores por el libre uso de nuestros albedríos como ocurría en la época en que Dios controlaba las iras y los amores de sus criatura, sino por no coincidir con un algoritmo, por una suma y resta de números donde el individuo es divisible hasta su miasma o hasta la divinidad, como alternativamente muestra la película cuyo final es el propio de estar viviendo en la intersección de tres novelas que nos circunscriben: Un Mundo Feliz, Fahrenheit 451 y 1984.

martes, 23 de julio de 2024

ELECCIONES DE VENEZUELA 28/07/2024 ・ BESTIARIO・


Los carnavales de 1992 no ocurrieron en febrero como siempre se tiene la idea, sino se realizaron por caprichos de la luna en la primera semana de marzo. En febrero de aquel año se realizó el Golpe de Estado o la Insurrección de los Militares, o como quieran llamarlo los sesgos de la historia, donde un Teniente Coronel tomó la responsabilidad de aquellos actos y dijo: "por ahora", volviéndose esa frase pasto verde para las vacas multicolores de las esperanzas. En esos carnavales, por el barrio, una vecina disfrazó a su hijo de "chavito", lo vi cuando pasaba por su casa y al ver al muchacho inquieto y feliz, con su boina roja y su banda tricolor, sabía que algo se quebraba en mí en ese momento pero no pude saber bien qué. Al preguntar a su madre la "razón" del disfraz, sabiamente dijo que ya no necesitaba disfrazar a su hijo ni de Superman ni de Batman, que ya teníamos un héroe propio. Luego vi a más "chavitos" o mini émulos de Chávez por las calles, era el fin de semana previo al Carnaval y las personas no entendía o no querían entender lo que pasaba. Otra vecina me arrinconó para explicarme cómo Chávez había vuelto a darle las esperanzas al pueblo y especialmente a ella, esperanzas que abría nuevos cambios, futuro y prosperidad. Ella me arrinconaba porque yo soy en esencia una persona desesperada, no en el sentido de angustia o por la necesidad de redimirme por un mal acto cometido, sino como indica la palabra: por no tener esperanzas, y eso a mis vecinos del barrio le molestaba e incluso a mi familia y ciertos amigos que me cuestionaban de vez en vez, ¿cómo alguien puede vivir sin esperanzas? Ante de darme a la tarea de explicar las diferencias entre virtudes teologales y dianoeticas, pues me sumía en silencio que es lo único que me hace estar vivo. 

Desde finales del siglo XX Venezuela es un país encasillado en una frase escrita por Rómulo Gallego en su Doña Bárbara, en el capítulo La Doma: "Tierra abierta y tendida, buena para el esfuerzo y para la hazaña, toda horizontes, como la esperanza, toda camino, como la voluntad". Es decir, mutatis mutandis, lo que muchos quieren hacer en el país son hazañas, a veces sin importar el esfuerzo o la importancia de la misma para el país o para los sacrificantes, ya que la mayoría actúa desde una voluntad que generalmente confunden con deseos infantiles y suponiendo que la única guía verdadera para ir a cualquier lugar es siguiendo un horizonte con velos de esperanzas. Son estos horizontes de esperanzas los que creó aureolas en las cabezas de Arias Cárdenas, Manuel Rosales o Henrique Capriles y hasta a un pastor protestante en las elecciones de mayo del 2018 para acceder a la presidencia en enero de 2019, ya que los caminos son tan anchos por el país, que ¿era lógico que un recién presidente esperara seis meses para tomar el poder?, pero no hubo necesidad, la voluntad de Maduro envuelta en remedos de trascendencias banales reafirmó cómo estas tierras tienen necesidades de hazañas y urgencias de esperanzas. Millones de venezolanos continuan oteando esos horizontes después de las últimas elecciones, antes con Juan Guaidó y su acompañamiento a la victoria con cincuenta naciones apoyándolo y ahora con María Corina y alguien que rima con "todo el mundo". Seguramente hacia el final de mi vida, no podré demostrar que el universo y la estupidez humana son infinita como tratan de hacer algunos YouTube, pero quizás podré demostrar que la esperanza tiende en sistemas de miserias y maldad hacia lo infinetisimal. 

Lo cierto es que la esperanza se ha buscado, vendido o comprado, porque se necesitaban horizontes que permitan avanzar hacia los cambios que todos quieren, eso sí, nadie ve, comprueba, analiza, investiga, mide, o teoriza sobre esos horizontes porque las esperanzas es lo suficientemente contundente y "lógica" para que nadie dude de ir hacia donde queremos ir. Así los "chavitos" fueron las primeras alegoría de una "nueva" esperanza, y en la medida en que recorría hacia ese horizonte revolucionario el país se quebraba o ¿se quebró?, pero no importa porque en el fondo a mayor miserias, indigencias, ignorancias, sumisiones, intranquilidades, pensamientos mágicos, injusticias y corrupciones, más necesidad de esperanzas habrá, más ansiedad por hallar horizontes para huir se buscarán. Por lo que estas elecciones de 2024, en 28 julio, en el día del cumpleaños de Chávez difunto, por lo que esta elecciones no se pueden ver como un regalo sino como una ofrenda, aunque según la ley escrita y poco sagrada ¿no debería realizarse el día de Santa Barbara o próximos?, lo cierto es que ya pasó el carnaval e intuyo que ninguna madre disfrazó a su hijo de "chavito" (quizás una que otra madre disfrazó a su hijo o hija de Super Bigote por ¿una promesa especial a las Ánimas del Purgatorio?). Lo cierto es que los últimos veinticinco años de carnavales lo que se ha visto es la expansión de una marabunta de jóvenes disfrazados de Tribilín (apodo del comandante Chávez en sus años de cadete como el mismo confesó varias veces), para esconderse por las calles del país o para emigrar en formación poco marcial y llegar a los caminos de ladrillo amarillos que aseguran algunos que los llevará hacia EE.UU., o Ciudad Esmeralda, camino donde hallaran a Dorothy y a su perro Toto que le contará historias del Mago de OZ, de un león que necesita valentía, de un hombre de hojalata que necesita un corazón y de un espantapájaros que necesita un cerebro.

La esperanza y el cambio sigue en la bocas de todos como avalancha, como horizonte, como líquido vital que le da sentido a las personas, un sentido sin límite, sin razonamiento, sin reflexiones, la esperanza es una furia, un fervor como la que acompaña a los hinchas en los partidos de fútbol, y mostrarla es desnudar una pasión sin forma, una masa controlada en cánticos o consignas, un aumento de aceptación sin movimientos dialogantes los cuales se cree que generan cambios en la sociedad, aunque estos siempre son enardecidos si se producen. Esto es lo que he visto durante estas semanas electorales en Venezuela por el Internet, una masa de personas que ven en María Corina la esperanza, el cambio, lo radicalmente otro, el horizonte, la actriz para la gran hazaña, del último esfuerzo, aunque me pregunto si saben los tribilines y tribilinas que ella no es la candidata sino un hombre mayor, amante a alimentar a las guacamaya con lechosas y cuyo espíritu no es mediático como el de Trump, sino adusto como fue el de Caldera, con sus mismas promesas de dialogar, discernir y clarificar. Pero como todo elección se necesita de libido, es María Corina la que coloca las feromonas que guía al enjambre electoral hacia una victoria final, sin saber bien luego, si nacerá otra esperanza entre las nuevas desdichas, sangre y sacrificios que tendrá que hacer el país una vez que la neblina de endorfinas producida por el consumo excesivo de esperanzas desaparezca, cuando las venganzas no sean llevadas y muchos busquen de nuevo horizontes y sus brújulas apunten a nuevas esperanzas.

Maduro espera, ya es una tarántula en el centro de una telaraña hecha con fondos militares y económicos, acompañado de hienas, lobos, chacales, conejos, burros, leones, tigresas, cuaimas, ratas, ratitas, cucarachas, e insectos de todas las especies porque el gobierno de Venezuela se ha transformado en los últimos años en un bestiario, en una zoografía novelada, y a veces recuerdo como uno de aquellas bestias usando un mazo, asemejándose así a los primeros homínidos, advierte en más de una ocasión de que no "chillen" la oposición una vez que los golpee. Los bestiarios describen lo fantástico, lo alegórico, lo fisiológico de los animales y con ello describen el mal de su esencia, así como lo insospechado que guarda sus formas y el terror que aparecerá al descubrirlos. Los bestiarios se hacen para "el hombre" con intensiones pedagógicas, para que no hagan metamorfosis, sigan o imiten a los animales, por lo que el bestiario político venezolano es una fuente de saber sobre lo que no debe implantarse en otras latitudes o longitudes del globo. Así que la elecciones en Venezuela será de nuevo ofrendas a dioses caribeños con la "esperanza" de que se eliminen el bestiario donde los venezolanos hacen su vida.  

Estas semanas mientras observo la fauna política venezolana donde resalta los gritos de las guacharacas y los cantos de las chicharras, veo noticieros internacionales donde zoólogos expertos comentan el futuro del país así como a ciento de YouTube que creen conocer a las hormigas porque han visto a una por la casa, reduciendo a que la victoria de un bando llevará a un proceso migratorio como hace las mariposas monarca o que con la victoria del otro bando comenzará un proceso predatorio, donde se orinará y cagará el país para ampliar los cotos de caza; entre los interines, leo partes del Kojiki, el libro de los orígenes de los dioses de Japón, y estos días he leído la presentación del dios de la sabiduría, y ha diferencia de Atenea que nace de los regazos de Zeus armada y emperifollada, en el Kojiki es un espantapájaros, pero no como el que presenta Dorothy sin celebro, sino una deidad que representa la sabiduría llamado Kuebiko (久延毘古), kanjis que transmiten la idea de "algo antiguo que ayuda a alargar el tiempo", aunque en la actualidad llamen por este archipiélago a los espantapájaros Kakashi (案山子), algo como "el hijo de la segura montaña". 

Kuebiko posee todo el conocimiento del mundo sin caminar, y me hace pensar que nunca vi un espantapájaros en mi país, mientras que por estas tierras donde ando sin horizontes, a cada cierto sector de mis caminatas encuentro espantapájaros, pero también en las grandes ciudades como Osaka donde viví. Así que pienso en la sabiduría de un espantapájaros y creo que radica en que no toma ningún camino de hazaña o tratar guiarse a través de los horizontes de esperanzas, sino de hacer su humilde función: cuidar el cultivo sin intervenir, ni agredir, sin prometer, dejando que la potencia de las semillas se desarrollen y den sus frutos, semillas cultivadas dentro de campos medidos por agrimensores, con personas que conocen precisiones sobre el clima, las tierras, la producción de alimento que se necesita para abrir todo el potencial de los cultivos y con ello abrir otros campos de cultivos o de culturas, más intelectuales, más técnicos, eso es lo que hace el espantapájaros sabio de Japón, deja que las semillas se desarrollen y den fruto lejos de los bestiarios, ya que su función es alejar a todas las alimañas que desean destruir la cosecha, sin necesidad de esperanzas, porque las semillas no la necesitas, ni crear colmenas con hazañas, porque los espantapájaros no son reinas o reyes de ningún desarrollo, solo están en el medio del campo, haciendo que la naturaleza complete lo que ha pensado el hombre, y no el hombre terminar lo que ha iniciado la naturaleza. 

Así, sea la opción de la reina abeja o de la tarántula la ganadora de estas elecciones, el bestiario continuará teniendo páginas imbricándose con la historia de Venezuela, genéranos una zoografía que entretendrá a investigadores universitarios y tendrá minutos en noticieros internaciones,  así hasta que el último animal de la arca de Noé halla descendido en esa Tierra de Gracia, por alguno de todos sus caminos, y quizás entonces, cuando la extinción nos avise del estado de esas tierras, veamos un espantapájaros cual discípulo de Parménides en el centro de un campo inarticulado desde las guerras de independencia por la soberbia de sus habitantes.  

  

lunes, 6 de mayo de 2024

PERFECT DAYS - DOMINGO DE CINE (24)

Película: Perfect Days

País: Japón-Alemania

Año: 2023 Duración: 124 minutos

Director: Wim Wenders

Actores: Yakusho Koji, Emoto Tokio, Nakano Arisa, Kawasaki Yuriko

Sinopsis. Hirayama (Koji Yakusho) trabaja como limpiador de aseos públicos en Shibuya, Tokio. La suya es una existencia tranquila y apacible. Todos los días se levanta a la misma hora, se prepara de la misma manera y trabaja de la misma manera. Aunque su vida pueda parecer monótona, no hay dos días iguales, y afronta cada nuevo día con un optimismo sereno. El estilo de vida de Hirayama irradia una belleza apacible. Le encantan los árboles y contemplar el komorebi (木漏れ日), el que es el resplandor de luces y sombras que crean las hojas al mecerse con el viento. Pero acontecimientos inesperados crean ondas en su vida que se remontan a su pasado constantemente, mostrándonos Wenders la construcción de la humanidad en los individuos, proceso que lleva tiempo, sentimientos y decisiones. 

Pensar la película: De que se trata: Perfect Day, la mayoría de los críticos colocan esta obra donde en apariencia no sucede nada, una mirada a lo mundano que nos puede conmover profundamente, y esto lo combina con la aceptación de una condición de vida que si bien no es la mejor para la mayoría por lo que produciría una persona amargada y resentida, lo cierto es que el protagonista disfruta su trabajo, con la serenidad de un budista zen, aunque su trabajo sea limpiar inodoros, por lo que algunos aseguran que es un canto a la esperanza y a la resiliencia. Pienso que la obra de Wenders, como toda su producción y de ahí su maestría, es vestir de humanidad a las personas y en especial en esta época donde la mayoría de las películas lo que buscan es vestir de héroes (películas donde aparecen personajes con superpoderes consciente o inconsciente) o subhumanos (películas llenas de zombis o marginados en sociedades utópicas), a la humanidad. La humanidad con la que se viste Hirayama, el protagonista, es una humanidad que le da sentido a su vida: su orden, el hallar las variaciones en lo constante encontrando en ella agrado a su existencia, a su mundo, como el recoger un brote de árbol o participar en un juego con un amigo secreto o el conectarse con los niños o frágiles. Las personas se preguntan sobre lo humillantes o desagradable del trabajo como lo hace su propio compañero de labores o su hermana, como si no fuera feliz, pero es de Hirayama y ¿qué felicidad puede experimenta? Pues pienso que la felicidad que experimenta el protagonista es la propia de un autista y creo que esto es lo que las personas no aprecian. Hirayama muestra rasgo de autista como es su inexpresividad, el sentirse mejor solo que acompañado, en mantener sus rutinas y sus colecciones, así como sus pequeños rituales como comprar el mismo café en la misma máquinas todas las mañanas o cenar en el mismo restaurantes todas las noches, o hacer en su día libre lo mismo, día tras día. Conozco esta felicidad porque es la que me enseñó mi padre, un autista como Hirayama y el cual me costo años comprenderla, incluso en comprenderme porque la búsqueda de la "felicidad" que todos me decían que tenía que obtenerla y sus caminos a seguir, pues yo no lo hice, no busque la felicidad que todos buscan, sino como un autista de alto funcionamiento que me he reconocido, pues mi felicidad es igual a la de Hirayama, a la de mi padre, y es hallar las variaciones en la cotidianidad, en mis caminatas, en mi jardín, en mi día a día. Parte de toda esta experiencia la relate en mi novela; EL EVANGELIO AUTISTA DEL ÚNICO HIJO, y todo lo que siempre digo a las personas que tienen algún familiar con algún rasgo de autismo es no obligarlo a ser felices, ellos ya saben lo que los hacen felices, aunque sea limpiar inodoros como nuestro protagonista.  


sábado, 9 de marzo de 2024

YASUHIRO CUENTA UN CUENTO OCURRIDO EN UN PACHINKO

Yasuhiro no necesitaba a nadie, había aprendido a ser una persona que no fastidiara a nadie, que no fuera víctima de nadie y que nadie le recriminara, pero una vez hubo alguien. Siempre ha querido olvidar a ese alguien que luego de años tratando de negar su existencia ya no recordaba si era hombre o mujer, ni su edad, ni su estatura, solo le costaba olvidar su aroma. Era un aroma que al principio parece placentero, como sí echaran todos los jugos cítricos en un vaso y le colocaran sal marina que al deshacerse hacía maravillas y luego como toda maravilla se fragmentaba. Por eso Yasuhiro evitaba ir a la playa y comer mandarinas, sabía que esos aromas ocultaban una verdad que esquivaba, porque descubrió que las verdades no se ocultan, se esquivan y para él fue fácil cuando entro por primera vez en un pachinko y descubrió otra forma de vivir, entre sonidos atronadores y luces estroboscópicas. Solo necesitaba de vez en cuanto tomar un cigarrillo y salir a la calle a ver si aún había oscuridad por los bulevares donde los pachinkos resplandecen. Era tanto el placer que solo podía entristecerse cuando a las nueve de la mañana veía cerca de aquellos centros de desmemorias, cola de amantes de los olvidos frente a las puertas de aquellos panchikos para entrar, él varias veces al año lo hizo, especialmente los fines de semanas, colas tan largas que daban vuelta al edificio, a la cuadra, al centro comercial, a la estación de trenes. Yasuhiro poco a poco dejaba su tiempo libre en manos de unas bolitas que caían a toda velocidad por una serie de trampas que debía evitar, pero que casi era imposible, aunque una vez lo logró. Feliz fue a reclamar su premio y le dieron un ticket dorado. Al llegar al lugar de intercambios de premios había cajetillas de cigarros y chiclets para entretenerse, pero le parecía poco por los casi dos años que necesitó para adquirir aquel ticket dorado, por lo que le preguntó al encargado si aparte de cigarrillos o chiclets podía escoger algo más, el encargado lo miró con cierta picaresca, lo invitó a pasar a un depósito continuo de donde él estaba. Entró y consiguió colecciones de bragas y brasieres envueltas en bolsas de plásticos que aseguraban aromas anónimos. El encargado le aseguró que casi todos los ganadores cambiaban sus tickets dorados por alguna prenda o por un objeto exclusivo. Yasuhiro pidió ver los objetos exclusivos y halló unos trozos de yeso el cual el encargado aseguró que eran réplicas de las vulvas de las actrices pornos consagradas y de las debutantes cuyas fotos podía verse al reverso de las peculiares piezas con sus hanko, (印鑑), asegurando así su legitimidad. Yasuhiro no pensó y le preguntó al encargado si tenía bragas usadas por mujeres mayores, el encargado sacó una caja y con curiosidad Yasuhiro buscó hasta encontrar el rostro de aquella que deseaba olvidar.

domingo, 11 de febrero de 2024

OTRO CUENTO DE YASUHIRO

A ella le gustaba ir a ese bar, era uno pequeño de aquellos ideales para tomarse un par de cervezas y comer algo de pollo frito, allí siempre la atendía Kuniko, una mujer que siempre le hablaba de los años en que vivió en Bolivia, de niña, mientras su padre hacía negocios de minerías, para traer cobre a Japón y luego ella vino para hacer lo que hace toda mujer japonesa: casarse, tener tres hijos como lo había hecho la madre Kuniko para finalmente ver pasar el tiempo y hacer un negocio cuando los hijos se van de la casa, como también lo había hecho la madre de Kuniko al abrir un restaurante de ramen en la vieja casa de la familia que ya no existe, porque cuando las mujeres descubren con la edad que empiezan a tener mucho tiempo libre y poco dinero para pagarse caprichos pues ideas de sobrevivencias comienzan, ideas que también desaparecerán. Así que junto a su esposo y luego de que él se cansara de ser un chupatintas, abrieron un bar y por nostalgias lingüísticas Kuniko lo llamó: Amigos. Allí una noche luego de una jornada de ocho horas atendiendo a mujeres viejas que se quejaban de que sus cuerpos ya no era como antes, conoció ella a Yasuhiro tomando unas cervezas, la causa de conocerse es como ocurre en todo pequeño bar, estar lleno y sentarse al lado de un desconocido. Todos saben en Japón que luego de estar sentado al lado de alguien en un bar comenzará algún tipo de conversación que generalmente empieza con una pregunta laboral: ¿en qué trabajas? a partir de ahí, de la respuesta, la conversación puede ser más animada o simplemente callarse ambos hasta que cierre el bar. Yasuhiro preguntó y luego comenzaron a hablar de comida, de manga, de musica, hasta que al final Yasuhiro le comentó entre risa y terminando un vaso de cerveza que podían hacer el amor sin problemas porque él desde los dieciocho años de había hecho la vasectomía. Argumentó que no quería tener hijos, que no quería que sus novias tomaran hormonas, que el preservativo siempre corta lo natural y si en algún momento se quiere hacer una familia se puede adoptar hijos o en última instancia un perro, y lo más importante de aquella decisión es que sabía que ninguna mujer lo engañaría. Ella sintió algo que no podía precisar. Al igual que Yasuhiro, en algún momento no quizo tener un bebé, pero no podía decirle que a los diecisiete años abortó yendo a una clínica con una amiga luego de que su primer amor consiguió ingresar a una universidad en Tokyo y ella se tuvo que quedar en el pueblo, un año viviendo en tristeza para luego estudiar enfermería y desde entonces cuidar a ancianos que cada vez se reproducía como hongos por el pueblo que cada vez lo olía más roñoso. Ella había tomado esa elección porque la realidad económica siempre es fáctica para evaluar la felicidad de un hijo o por lo menos así nos han enseñado en estas últimas décadas, pero no perdía la esperanza de algún día tener uno, de formar una familia, de ver crecer su propia carne con la esperanza de que sea algo distinto a ella, pero Yasuhiro fue tajante: no quería tener un hijos, y a ella le recordó cómo ese argumento aumentaba teniendo de fondo todo horizonte macroeconómico como límite, por lo que si no tenía dinero, buen empleo o abolengo, no tiene sentido traer hijos al mundo porque sufrirán, como si sufrir no fuera parte vital de la vida, como ella concluyó luego de años oyendo los cuentos de sus ancianos clientes que tenía, de aquellos que sufrieron hambre en la guerra o accidentes en sus trabajos, de haber tenido cientos de crisis nerviosas por las carestías o por las enfermedades que siempre los rodeaban y en especial de recordar a aquellos seres queridos que al final se suicidaron para no dejar huellas en este mundo. Ella seguía su reflexionas solitaria mientras Yasuhiro pidió otra cerveza y finalizó su argumentos explicando que esa decisión le dio libertad y quizás tener una perspectiva eficiente de acabar con la humanidad. Desde esa reunión ella no volvió más al bar de Kuniko, tiene un miedo extraño porque siente que puede descubrir verdades que nadie quiere develar. 

sábado, 3 de febrero de 2024

Decencia Pública de un Ángel... no es un cuento cualquiera.


Hoy 3 de febrero de 2024 me encuentro con la noticia de que fue detenido por la Guardia Nacional de Venezuela un ángel que se tomaba fotos frente a la basílica de la Chinita en Maracaibo. En principio me pareció una hazaña teológica, propio de Santo Tomás que ya había explicado entre sus doctas reflexiones que la diferencia entre Dios, un ángel y el hombre es que el hombre es la suma de existencia + sustancia + materia, mientras los ángeles es una sumatoria de existencia + sustancia, por lo que Dios es pura existencia, y he aquí lo interesante que unos teólogos usando uniformes represivos y armas largas, lograron por primera vez en la historia atrapar la materialización de un ángel. Pensé que por eso lo detuvieron, por mostrar un milagro a la Nación que lleva décadas esperando uno, como detener la inflación, dejar de que los llenen a través de los medios de comunicación de basura ideológicas, o que por lo menos su trabajo de beneficios, pero no, el milagro fue la detención de un ángel.  

Luego precisan los medios informativos que era un joven modelo vestido con ropa muy ajustada y con unas alas falsas que se tomaba fotos frente a la basílica para su portafolio y que horrorizó a los transeúntes mayoritariamente católico aunque no sepan que es una bula papal, en otro día infernal en esa ciudad donde el sudor aflora fácilmente así como las arrecheras. Según las palabras del ángel a quien le hacían fotos artísticas, usó los argumentos cansados para explicar su aparición frente a la iglesia porque es un ser libre y expresar lo que somos no es un pecado y finaliza sus argumentos explicando que vive en un país homofóbico y tercermundista y haciendo una frase su firma: "deja vivir y guárdate tu moral". Lo que nos muestra que el ángel lleva la misma ideología individualista e irresponsable que vende el consumismo; bien sobre las mesas del capitalismo, bien sobre las camas de los progres. 

Los teólogos de la Guardia Nacional le explicaron al ángel su error al aparecer así al materializarse en un lugar que para hacerlo debe solicitar permiso, ya que hay normativas de la alcaldía que exige que para realizar su aparición en lugares religiosos y sagrados debe tener los permisos correspondiente, y el ángel al no saber la burocracia del mismo país donde dice que vive, quizás por ser tercermundista, quizás porque todos guardan su moral para exigirla a los otros cuando se siente guapos y apoyados, pues fue arrestado. Pero cuál era el cargo, ¿no pedir permiso?, pues el mismo solo es una multa y no encarcelamiento, pues haber violado el articulo 536 del Código Civil de Venezuela que dice:

Artículo 536. Cualquiera que se haya presentado en público de un modo indecente, o que con palabras, cantos, gestos, señas y otros actos impropios ofenda la decencia pública será penado con arresto hasta por un mes o multas de diez a trescientas unidades tributarias

Así nuestro ángel es posible que por lo menos pase un tiempo encerrado, quizás una noche, quizás una semana mientras los miembros de los clubs homoeróticos se rebelan, mostrando que el trabajo de teología de la Guardia Nacional es falso y apostata. Pero yo me quedo pensando, no sobre la libertad de expresión que es un renglón que cuela en esta materialización angelical, sino sobre la represión por decoro, por decencia pública, quizás... ¿porque era un homosexual declarado el quien se hacía las fotos?, ¿y si hubiera sido una mujer de aquellas que aspiran a ser reinas de bellezas y esposas de chavistas, hubiera ofendido la decencia pública? Mucho acusan a que los visitantes a la iglesia eran familias con niños y los niños tuvieron que ver ese ángel, quizás un poco erotizado, quizás un poco sacado de la fantasía general de un ángel con bata y asexuado como lo ha representado la tradición pictórica.

Me pregunto: ¿qué es decencia pública en un país que desde hace más de cuarenta años perdió sus referentes entre golpe de Estado, Caracazos, miserias, pobrezas, gente emigrando, malandros, con políticos que son indecentes en palabra, obra y opinión, oyendo y viendo a seguidores mediáticos que aúpan criterios embrutecedores y delincuentes con carnet para porta arma, uniforme y sancionar según con el pie con que pisaron la realidad ¿el izquierdo o el derecho? ¿Cuál es la decencia pública? Seguirá teniendo su sentido etimológico del latín decentia que implica lo que es "algo con cualidades apropiadas" por lo que la personas eran decentes en la medida en que se apropiaba de aquellos que los hacían ciudadanos. Los Venezolanos cada día son ciudadanos vacíos de contenidos y reflexión pues han aceptado que lo "apropiado" para ellos es lo que infunda más beneficios individuales maltratando todo aquello que se presenta como público y de todo aquello que pueda contaminar sus hedonismos y no hay peor contaminante que la expresión de la sexualidad las cuales no puedan controlar o comprar. La expresión sexual como ocurre en el reggaetón y como lo fue el swing a principios del siglo XX y que fue prohibido en la Alemania Nazis por verlo como un baile demasiado inmoral, indecente, erótico, igual como fiscal nacional Terek William Saab ve el reggaetón y cientos de críticos con moral sublime; así que el problema de la materialización del ángel no fue la materia que uso, sino la sexualidad que insinuó y que no es propia para formar a los machos de la República por lo que por una razón obvia atenta al decoro de todos aquellos que llevan uniformes y opiniones digeridas, a las mujeres que se operan las tetas que sobresalen bajo las togas de abogadas, de presentadoras de televisión o de primeras combatientes y a los jóvenes que piensan que son bendecidos por su único y exclusivo Dios por eso sueñan en futuros lujos y en caso de que mueran volarán alto como los zamuros.   


sábado, 27 de enero de 2024

LA ABACEA DE LAS EPISTOLAS DE CAÍN

Esta obra es la continuación de una proyecto que he titulado: Razonamientos Dialécticos. el primer tomo pueden leer su reseña aquí. Para lo que lo han leído ya conocerán que es una historia cuya pregunta principal es qué es la normalidad o lo "normal", que en líneas generales es lo que se espera, es decir, es normal que de un árbol de manzano tenga manzanas y no naranjas, pero nuestra civilización juega con este concepto según ciertos valores, morales y antojos, por lo que desarrollé un personaje que era acusado de caprichoso y él no entendía por qué hacía las cosas que hacía, hasta que descubrió que era un autista de alto rendimiento y desde entonces, ya con más de cuarenta años supo que también era "normal". En esta segunda obra hay dos temas que se entrecruzan, por un lado reflexiones sobre el Poder tratando de dar respuestas a ¿qué es el poder?, pregunta que va imbricándose página tras página, un poder que nace desde los orígenes más miserables de nuestra psique para desarrollarse en lugares que siempre se nos han vendido como paradisíaco, cuando en el fondo son infiernos dantescos; el segundo tema es la felicidad, idea que desde Aristóteles hemos tratado de entender, a veces como una meta, a veces como el resumen de una buena vida y mayoritariamente como un sentido profundo para obrar en nuestra existencia, siendo quizás la palabra más manoseada en el lenguaje español y cuyo síntesis la realizan miles de publicidades y sonrisas que buscan nuestra atención, aquella atención que ya los griegos advertían de que si la perdíamos, pues dejábamos de cultivar nuestras potencialidades trayendo como resultado una irremediable mediocridad que nos marcará de por vida. 
Esta novela muestra en su primera parte, la vida de una familia, una de las tantas familias latinoamericanas que nacen sin herencias, sin abolengos, sin historias y cómo a través de unas generaciones muestran todas las enfermedades mentales que podemos abrigar por nuestra actividades en lograr poder para sobrevivir frente a las demás desheredadas familias, sádicos amigos y amores divinos, todo dentro del anonimato que se desarrolla en regiones donde la modernidad aún no arriba. Estos primeros capítulos la obra se desarrolla en lo mas profundo de la selva Colombia y Venezolana, en aquellos rincones donde los ríos son los verdaderos límites del conocimientos y la fe la única seguridad que distingue a un hombre de un animal. 
La novela continúa con una segunda parte donde el arte, especialmente el cine y la fotografía aparecen como alternativa a la fe, porque como se explica en algún lugar la novela, lo que tiene en común la teoría fotográfica de Barthes con una teología, es que la foto desde la cual Barthes realiza sus observaciones teóricas, nadie la ha visto, como ocurre con toda las teologías que se han elaborado desde un Dios ausente de cualquier percepción, estas lineas se entrecruzan constantemente mostrando como la fe, que en un principio nos domina dando una normalidad a nuestras vida, lentamente se escuece, se rompe, nos pica y es en ese momento donde nos adentramos en otros fideísmos donde Dios no será el objeto a reflexionar sino el laberinto donde sentimos que nos instala. 
Luego la protagonista, como cientos de protagonistas, da un giro, que como todo giro no siempre es claro porque normalmente los giros que hacemos en nuestras vidas lo hacemos por miedo, bien porque nos alcanza, bien porque queremos enfrentarlos, y ella busca una manera de enfrentarse con sus miedos, que la llevará a radicarse en Barcelona, donde se le sumará a sus reflexiones las propias que derivan de sus experiencias como emigrante que, como a millones de personas la procesará de una manera particular. 
La ultima parte es un discurso sobre la educación y el cine, como fórmulas para comprendernos, así como enumerar cómo el séptimo arte invade todas nuestras perspectivas del mundo, desde sus posibles sentidos hasta el amor, para llegar al final a tener todas las piezas de un rompecabezas, porque creo que en el fondo esta obra está compuesto por piezas de un particular rompecabezas que algunos lectores observarán y algunos podrán desean unir muchas de sus piezas que en principio no tiene una relación entre sí, pero sobreexpuestas darán una imagen, quizás una imagen engañosa de la felicidad, quizás otra imagen que el autor no halla visualizado y que el lector la poseerá. 

viernes, 5 de enero de 2024

UN CUENTO DE YASUHIRO


 Esta es una de las tantas historias de Yasuhiro que podemos hallar en la comisaría. Yo busco estas historias porque las comisarías de mi pueblo es donde menos nos podríamos imaginar que existieran tales aventuras. Así que leí un archivo fechado un día de agosto cuando una mujer con pasaporte español se presentó a este departamento policial explicando lo sucedido. Ella había llegado al país para hacer unos cursos de japonés con la idea posteriormente de estudiar un posgrado, quería estudiar cine japonés ya que es muy fan de las mangas y de la producción de estudios Ghibli, de hecho en su móvil todos sus fotos de presentación eran avatares de heroínas de algunas de las películas de Hayao Miyazaki. Esperando practicar su japonés y quizás lograr tener amistad con algunos nipones, decidió usar redes sociales para el encuentro de parejas, bien para pasar un rato comiendo una hamburguesa, bien para ingresar a un erotismo exótico, lleno de quejidos en otras lenguas y orgasmos políglotas. Así que no pasó mucho tiempo cuando conoció a Yasuhiro2000. Le dio un match tímido, y él aceptó presentándose como un una persona que era capaz de llevarla a las partes más intrínsecas de la cultura japonesa. Cuando le mostró las fotos de Yasuhiro2000 a sus amigas de la península, muchas se quedaron con la boca abiertas, su rostro de actor de películas coreanas, su cuerpo alto y contorneado de cuadritos abdominales, su mirada inteligente que escondía secretos de culturas milenarias. Parecía que aquella española se había sacado el gordo de Navidad en pleno verano. Al conocerlo le pareció un personaje de manga, incluso tenía el pelo lleno de gelatina que lo elevaba cual un Elvis Presley Oriental caminando por los callejones de Osaka. Lo primero que le quiso enseñar Yasuhiro2000 a su invitada fue la típica comida japonesa, no suchis que pueden comprar en cualquier tienda de España gerenciadas por taiwaneses, sino aquel alimento que solo lo más  tradicionales conocen y no se venden allende de la isla. Ella apreció aquel gesto y llegaron a un restaurantes que olía a todos los olores dulzones que la salsa de soya pudiera recrear, ella estaba feliz, y él como un gran conocedor de kanji y de fonética japonesa comenzó a pedir platos inmensos que a su vez dentro de los mismos, traía otros platos pequeños, como si fuera un rompecabezas gastronómico que ella descubría en aquella primera cita, bebieron el mejor sale de arroz del centro de Japón, oyó durante unas horas su historia de ser un joven japonés normal que tiene sus aficiones tradicionales, dentro de una familia estándar compuesta de padres heterosexuales y hermanos, a la vez que estudia una carrera universitaria clásica del siglo XXI como es economía y cuyas metas estaban en un futuro en manejar fondos financieros. Ella le habló de Oviedo, del frío y la humedad, de sus padres divorciados, de Pérez Galdós, de sus estudios de arte y el por qué se pintaba el pelo de azul, de su hermana no binaria y de su hermano que pensaba cambiarse su nombre de José Antonio a Estrella de Mar, pero que no era homosexual ni nada al respecto, sino que se sentía una mujer en los onomásticos, en el uso de perfumes, en la degustación de sidra. Yasuhiro reía y ella abría más sus ojos castaños que a veces eran tapados por hilos azules de su cabellera celeste. Luego leemos el final del informe donde ella comenta que Yasuhiro le dijo que iría el baño antes de salir y caminar cerca de Dotombori para ver los puentes, las tiendas de magas y quizás ir a un café que él conoce y pueda haber un "carajillo" o aquel café con licor del que ella le habló. Pero luego de unos diez minutos y no aparecer ella se preocupó, lo fue a buscar y no lo encontró, con su poco japonés trató de explicar al personal del restaurante lo que había sucedido. Ellos solo le explicaron que aquel hombre con gelatina en su cabellera se había ido, que ella tenía que pagar la cuenta que pasaba de los 300 dólares y que no tenía en ese momento aquel dinero, por lo que el dueño del restaurante llamó a la policía. Al llegar cordialmente la policía le pidió que la acompañaran a la comisaría pero al tratar de salir del restaurante, en la entrada donde todos colocan sus zapatos para no dañar el tatami del restaurante, pues no halló el de su pie izquierdo, por más que lo buscó no lo encontró, por lo que tuvo que ir en zapatos de papel del restaurante a la comisaría para descubrir que ella era otra víctima de Yasuhiro, aquel simpático y normal japonés que tenía varias denuncias por contactar a extranjeras, llevarlas a restaurantes donde se debe descalzar obligatoriamente y desaparecer con un zapato de su víctima, casi siempre el izquierdo.  Ellas le preguntó a la policía  por qué no lo habían detenido si tantas veces había hecho lo mismo. La policía la miró con incredulidad para explicarle cómo aquel sujeto no había quebrantado ninguna ley, a lo que ella cuestionó que por lo menos aquellos actos eran inmorales, pero la policía no pudo entender aquella simple traducción que trataba de hacer aquella mujer con su cabellera teñida de azul.