jueves, 31 de diciembre de 2015

LA HISTORIA DE UN JAPONÉS Y SUS FANTASMAS: MIZUKI SHIGERU


En mi primer año en Japón, 2009, llegué con un aire de querer conocer mas lo conocido, así que veía películas de Kurosawa Akira y Oshima Nagisa a la vez trataba de leer libros de Mishima Yukio o Murakami Haruki en japonés; la fustración fue total. Soy terco frente a lo gnoseológico, condición que me ha permitido sobrevivir, así que he seguido tratando de aprender a leer este idiomas mas que hablarlo, quizás porque solo oigo en monocromáticos, con esta terquedad me iba a las librerías para desprenderme de mis incapacidades. Fue en una librería enorme, de ocho pisos, computarizada en Tokyo, donde me perdí por estanterías llenos de kanji, buscaba un estante especializado en obras sobre Hitler, no porque sienta un particular morbo hacia los nazis, sino que según la guía de la librería allí encontraría el libro que buscaba de Mishima:「わが友ヒットラー」Mi amigo Hitler, una obra de teatro corta de 1968, donde Adolf Hitler exclama discursos a su pueblo mientras Gustav Krupp, Gregor Strasser y Ernst Röhm, intervienen entre bambalinas sus propias ideas de cómo construir el Tercer Reich, ideas peregrinas ya que la obra se enmarca en el 30 de junio de 1934, inicio de "La noche de los cuchillos largos" donde morirán Strasser y Röhm. Mi idea era tratar de leer esta obra corta que no está traducida al español, me llevó dos años traducirla, seguramente mal, pero mientras ojeaba el libro de Mishima en esa estantería, abajo había una gran cantidad de mangas dedicada a Hitler. Reconocí la obra de Tezuka Osamu「アドルフに告ぐ」El informe Hitler, una maga donde japoneses alemanes y judíos se entrelanza en la búsqueda de un secreto: que el abuelo de Hitler era judío, eran cuatro tomos, y los compré, a su lado había otro libro dedicado a Hitler:「劇化ヒットラー」que podría traducirlo como el Drama gráfico de Hitler publicado en 1971, el dinero me alcanzaba así que también lo adquirí. Esa tarde salí con los libros de Mishima, Tezuka y mi nuevo amigo Mizuki Shigeru y había invertido cerca de cinco mil yenes.
Hitler, libro gráfico de Mizuki
Con el tiempo leí el libro de Mizuki, pude entretenerme con una obra diáfana que narraba la vida de Hitler con dibujos de trazos particulares, con un gran trabajo en los rostros de los protagonistas, llegando a introducirle matices psicológicos complejos a través de trazos particulares para el desenvolvimiento creíble de los personajes, además la obra de Mizuki añade una información en su drama que generalmente pasan por alto muchos estudios, lo que implicaba una investigación minuciosa de la vida Hitler. También Mizuki perfiló personajes menores, olvidados en el gran drama hitleriano como el marchante Hanish, que vendía los cuadros de Hitler mientras éste trataba de ser un pinto afamado en Viena del principios del siglo pasado, también sobre su compañero de cuarto el músico August Kubizek, obviamente Mizuki dibuja a grandes figuras de la época, con una maestría oculta, en fin, todos lo que interactuaron de alguna manera con Hitler en su juventud y proceso de ser el Führer (me hubiera gustado que Mizuki dibujara el encuentro de Hitler con Kafka como lo insinúa Piglia en su novela Respiración Artificial, pero es mucho pedir al azar). En mi estada en el país del ramen y shōchū, me enteraba de la obra de Mizuki mayoritariamente de forma accidental, ¿quién era Mizuki Shigeru para la cultura de manga en Japón? era una pregunta que me llevaría unos cuatro años contestarla a fuerza de información y compra de mangas accidentales, como la que ocurrió durante el 2010; viendo algunos días las series de la televisión estatal NHK que transmiten los mediodías y que me entretenía mientras almorzaba solo en el apartamento, me percaté que la telenovela de ese año se llamaba:「ゲゲゲの女房」algo así como: La mujer de Ge-ge-ge. No podía entender el sentido del título, vi varios capítulos que narraban la vida de un "mangaka"「漫画家」o caricaturista, su trabajo obsesivo, su vida familiar y las peripecias de su esposa para mantener una armonía siempre en un hilo. La particularidad del protagonista principal era que le faltaba un brazo, se había casado por arreglo entre familias, por lo que no hubo una historia de amor, sino un contrato donde la esposa se convirtió en algo así como una persona que lo cuidaba y protegía. La serie ambientada durante los años sesenta y setenta, muestra un machismo a veces insoportable, tal es así que me acuerdo que la dejé de ver porque al tener el segundo hijo la esposa se acerca al "mangaka", le pregunta qué nombre tendrá la niña y él se lo da, nunca hablaron sobre el nombre, ella preguntó y el contestó sin titubear, ella nunca tomaba decisiones, ni siquiera sobre los nombres de sus hijas, siempre él, lo que hace todo el día ella lavara, mantuviera las formas de perfecta esposa y madre y cocinara para él y sus invitados. Si bien la serie muestra constantemente la entrega del artista, las dificultades económicas, las personas que quieren aprovecharse de las situaciones, el ascenso y éxito de los productos elaborado por el caricaturista, su familia parecía muebles, accesorios donde una esposa es una mera puerta que divide lo privado de lo público. En sí la serie no me atrapó, así que tampoco profundicé si era una serie de ficción o tomada de la realidad misma o por lo menos alguna de sus partes.
Alguno de los personajes de Mizuki como el Hombre Rata y Kitaro
Mizuki era un dibujante algo desconocido hasta que en el 2012 traje de España unos libros y entre ellos uno titulado: Mizuki Shigeru autobiografía cuyo original es「水木しげる伝」Era una caja donde me había traído varios libros de manga, casi todos de uno de mis "mangaka" favorito: Guy Delisle, pero cuando abrí la caja me percaté de este libro, que estaba en oferta en ese momento, además de que me llamó la atención su portada, lo cierto es que no me di cuenta que era apenas uno de los volúmenes de la autobiografía de Mizuki, el número cinco de un total de seis. Así que dejé el libro en una pila que siempre me espera para cuando tenga un tiempo libre. Al venir a vivir a Kagoshima en el 2014, se amplió una puerta de ocio que me permitió buscar los cinco libros que me faltaban y así, a finales del 2014, pude leer toda la autobiografía gráfica de Mizuki Shigeru y descubrir una vida donde el destino y la voluntad se tejen con papel y tinta.
Mizuki oyendo de niño historias de monstruos de su nana
Según su autobiografía, volumen uno, Mizuki Shigeru nació en Osaka, en la población de Kohama el 8 de marzo de 1922 con el nombre de Mura Shigeru.「武良 茂」criándose en Sakaiminato en la provincia de Tottori. De pequeño se le conoció con el mote del tragón porque era capaz de comer de todo. Tuvo una nana, una mujer mayor que lo cuidaba: Nonnonba y quien lo introdujo al mundo de lo fantástico, de lo sobrenatural, del mundo de los espíritus que en Japón posee una fuente raíz que se introduce en los orígenes del sintoísmo donde existe el yomi「黄泉」una especie de purgatorio donde sus habitantes, sin distinción de privilegios, viven y cuyas puertas son protegidas por demonios, oni「鬼」De este mundo sobrenatural ya inscrita en las creencias shintoístas y por medio de diversos escritos folclóricos se fue conformando el mundo de los bakemono「化け物」y que  podemos entender como seres que poseen la capacidad de transformase a voluntad. En el libro de Abe Kazue: Iniciación al mundo espectral「阿部 主計・妖怪学入門」el autor distingue los distintos bakemono de la cultura japonesa: yurei「幽霊」o almas en penas,  yokai「妖怪」seres con habilidades sobrenaturales, entendiendo el concepto de seres como cualquier cosa con posibilidad de existir y no referido únicamente a lo seres vivientes, es así que un grano puede transformarse en un ser viviente; y los hengei「変形」que son los animales que poseen la capacidad de transformación a voluntad como los zorros y los tanukis; la característica principal de todos estos seres es que no siguen las reglas de la naturaleza, están proscritos pero existen, así que se presentan a todos aquellos seres que violan una norma, se presentan como advertencia o como ejecutores de justicia. Lo espectral, lo sobrenatural, siempre a tenido un balance con lo religioso y no es menos en Japón, así el shintoísmo abre las puertas a los espectros y su desenvolvimientos dentro de los diversos aparatos culturales como la música, el teatro, la literatura; procesos culturales donde lo fantasmagórico en un consecuencia de los actos anormales de la personas que los cometían, es decir, lo fantasmas se aparece a las personas que no guardan un comportamiento correcto socialmente porque han matado o han hecho acto de lesa humanidad, siendo los espectro los últimos ejecutante de una justicia que abarca lo natural desde lo sobrenatural. Si bien esa ha sido la tradición y el sentido de los bakemono en la cultura japonesa, es obvio que durante el siglo XX hubo cambios, movimientos culturales que vio Mizuki Shigeru, por lo que esta estela de monstruos y formas no humanas no se quedó únicamente como formas moralizantes, sino que comenzaron a aparecer por azar, por la mala fortuna, por estar en parajes desiertos, los monstruos y lo sobrenatural del siglo XX en Japón nace con el terror que se produjo por las hambrunas, por las guerras, por los abusos psicológicos, por la bomba atómica, por la entrada de cultura y fuerza americas que azotaron a Japón durante ese siglo. Esto lo podemos concluir luego de haber leído toda la obra de Mizuki, quien vivió todo este proceso de terror, de guerra, de injusticias, de hambruna, acompañado por un mundo tradicional y folclórico desde el cual emprendió un recorrido gráfico que plasmó en innumerables obras: libros, películas y series de animación.. 
「小豆はかり」Azuki Hakari, uno de los primeros yokai dibujados por Mizuki de niño, es la transformación de un grano. 
En su volumen dos, Mizuki Shigeru nos narra sus vivencias desde el final de colegio hasta su ingreso en el ejercito cuando cumplió sus veinte años en 1942. Observamos la vida de un adolescente que no logra ubicarse en una sociedad que ingresaba a la guerra, sociedad jerárquica, con problemas económicos, higiénicos, alimentarios. Circunscrito a un desagradable futuro académico por sus malas calificaciones, el joven Mizuki Shigeru tenía claro su vocación; quería ser pintor pero no era la época adecuada, al no tener buenas evaluaciones en diversos exámenes de ingreso, comenzó a trabajar en varios oficios pero en los cuales no se adaptaba, debido a su torpeza, apetencias o negligencia; trató de ingresar a la escuela técnicas de Horticultura de Osaka que disponía de 50 puesto y había 51 aspirante, ya se imaginarán quién no entró, así "Gege" como lo llamaban algunos amigos, obvia deformación fonética de Shigeru, se dedicó a pintar por su cuenta y a seguir amasando experiencias sobrenaturales como encontrarse hadas o enanos en sus caminatas. Este tomo muestra gráficamente las carestías, los problemas políticos, los discursos de Hitler en la radio y curiosidades que marcaron la vida cotidiana en Japón en esa época como el caso de Sada Abe, una mujer que castró a su amante y caminó con su pene por las calles de Tokyo y que años después inspiraría la película de Oshima Nagisa: El imperio de los sentidos (1976), esta noticia quedaría más en las bocas de las personas que otras que marcaría la historia de Japón como los acontecimientos del 26 de febrero de 1936 cuando oficiales de la Kōdōha「皇道派」una facción de militares que pretendía el poder total político de Japón, asesinaron a varios miembros claves del gobierno, sin lograr ejecutar al Primer Ministro Okada Keisuke; aunque el levantamiento fracasó, sirvió para fortalecer la posición de la Tōseiha统制派 o el Ejercito Imperial, que era apoyada principalmente por altos oficiales, ya que esta parecía ser la única fuerza capaz de restablecer la disciplina dentro de las filas del Ejército Imperial. En efecto, varios simpatizantes de la Kōdōha fueron sentenciados a muerte en juicios secretos, incluyendo a Ikki Kita, y otros fueron purgados de las filas militares, este incidente también sirvió para debilitar aún más al gobierno civil, y desde entonces los políticos fueron incapaces de formar un gobierno sin contar con la aprobación de los cabecillas del Ejército Imperial lo que encaminó a Japón a la guerra sin opciones, estos sucesos los narra gráficamente Mizuki en este Volumen. También nos introduce en la jerarquía y vida de la milicia, ya que el joven Mizuki ingresará a él mostrándonos toda la crueldad, los sin sentidos y las ignorancias que rodeaba la vida de los soldados japoneses en la Segunda Guerra Mundial. El libro termina con el fin del entrenamiento militar y su concentración en una tropa que se radicará en las islas del Pacifico.
En el volumen tres, Mizuki Shigeru nos cuenta la vida militar de los soldados en la Segunda Guerra Mundial. En este libro gráfico nos ilustra acerca de la monotonía y de la estulticia propia de las guerras y de los que las dirigen. Presenta dibujos que muestra la locura que viven las tropas por las carencias de alimentos, armas, ropas. Mizuki fue enviado al frente pacífico oriental en islas paradisiacas llenas de: malaria, ratas, trabajos forzados, cocodrilos, además de abusos físicos y psicológicos. Los jóvenes eran devorados por metrallas y bombardeos mientras ellos aún trataba de adaptarse al infierno en que entraban. En este volumen Mizuki comenta cómo un joven militar idealista recién llegado de su formación militar de oficial, se empeña en hacer un gyokusai「玉砕」o ataque suicida, Mizuki se salva porque un teniente que tiene experiencia en la guerra y contrajo malaria, desestima esa iniciativa como absurda. Mizuki se encarga en cuidarlo junto a otros soldados rasos, al final el teniente debido a su fiebre y de sentirse inútil se suicida lejos de donde acampan las tropas, Mizuki está cerca de él, durante ese mismo lapso el joven oficial militar realiza el gyokusai con todos los que quedaron en el campamento, fueron a encontrar la muerte porque todos el pelotón fue eliminando, sólo sobrevivieron los que asistían al teniente con malaria. La muerte absurda y su redimensiones es lo que abarca este tomo lleno de incisos gráficos donde se muestra un Japón que se viene consumiendo en los fuegos de la conflagración así como muestra el sufrimiento de los civiles que se desesperaban entre el hambre y el hallar un sentido a su existencias.
Viñeta del momento de la herida con la que perderá el brazo.
En el volumen cuatro, Mizuki Shigeru nos muestra gráficamente el fin de la guerra, así como sus agonías por fiebre, hambres y heridas que trajeron como consecuencia la perdida de su brazo izquierdo después de un bombardeo. Mizuki estaba enfermo y para colmo su brazo fue amputado por un oftalmólogo que era el médico del campamento, el drama, la gusanera que se generó en su herida y que no lo dejaba dormir, el lento proceso de recuperación y el cómo fueron los trámites de la finalización de la guerra en el Pacífico llenan de gráficas este volumen. El regreso a la patria no fue inmediato, Mizuki convivió con nativos de las islas hallando un cierto remanso de tranquilidad tras años de guerras, este remanso le permitió tener nuevas visiones y narraciones sobre el sentido de la vida, de la solidaridad, del ser humano; es con el fin de la guerra como se inicia este libro. Mizuki nos recrea la rendición de Japón, cómo era el caos del país que sería gobernado por MacArthur desde el edificio de la aseguradora Daichi en el barrio tokiota de Hibiya hasta 1952. Observamos como nuestro "mangaka" regresa al país en 1947, un territorio lleno de jóvenes veteranos que no sabían que hacer en una nueva sociedad japonesa donde prosperó el mercado negro, en este abismo de país Mizuki buscaba luces sobre su futuro. Nuestro "mangaka" vivió en diversos hospitales, ingresó a una escuela de arte y trabajó en una asociación de veteranos vendiendo pescado. Este tomo nos describe de las cientos de aventuras que hizo para conseguir dinero y como al final, con la ayuda de su padre, compró una casa vieja donde alquilaba los cuartos a otros artistas, especialmente dibujantes de kamishibai「紙芝居」o dibujos que se confeccionaban para ser los fondos donde se montaban obras de títeres ambulantes y que eran muy populares en el Japón de posguerra para entretener a los niños. Fue uno de sus mentores del kamishibai Suzuki Katsumaru, quien se empeñó en llamarlo Mizuki, porque así era el nombre de la calle donde nuestro "mangaka" vivía. La industria del kamishibai dejó de generar dinero en la medida en que la economía japonesa fructificaba con los avances tecnológicos, por lo que muchos de sus artistas pasaron a dibujar mangas que se alquilaban y se volvían muy populares por la época generando así pingües dividendos. El inicio de crear mangas fue duro, a Mizuki le faltaba de todo pero en 1958 logró publicar Rocketman su ópera prima, en esta fase de su vida Mizuki tiene 37 años, es soltero, es pobre, vive endeudado y comiendo bananas pasadas y con un único objetivo: todos los días levantarse a dibujar. 
El quinto volumen, tomo que compré en España, nos cuenta la continuación de su vida entre penurias y miserias, en este tomo introduce su vida familiar comenzando con su boda y cuya única foto la ha dibujado y aparece en la portada del tomo. Esta unión fue arreglada por sus padres porque había llegado a los cuarentas años sin tener familia, algo no fácil de aceptar en el Japón donde el concepto de familia es (o era) fundamental para darle sentido a la vida. Nuestro "mangaka". Mizuki fue a conocer a su esposa y al día siguiente de conocerla se casó, en parte porque tenía mucho trabajo pendiente, en parte para desligarse del acoso de su madre y padre acerca de su porvenir. Parte de esta aventura pseudoamorosa fue escrita por su esposa y luego llevado a un drama en televisión con el nombre de La mujer de ge-ge-ge que he mencionado con anterioridad y cuyo fin es mostrar como los sacrificios son los mejores bienes activos y emocionales que pueden poseer una persona. Endeudado, con malos trabajos y empeñando los kimonos de su esposa, Mizuki trata de sobrevivir con su talento durante los primeros años de casado, él es explotado por empresas, por amigos, mal pagado y usado por editores sin escrúpulos y editoriales inestables. Su trabajo de un mes era pagado con 500 yenes lo que apenas le alcanzaba para dos o tres días de subsistencia. El día que nació su primogénita apenas tenía 300 yenes por todo capital. Esta situación de constante incertidumbres y penurias hizo que Mizuki concibiera la idea de un héroe que ordenara el caos que acontecía en un Japón de crisis, abogados e impuestos y fue en esta olla de presión donde concibió a Akuma-kun, un niño que logrará acceder a través de conocimientos esotéricos a los poderes del diablo, con la ayuda de doctor Fausto y sus amigos, lograra superar pruebas complejas y ayudar a los más necesitados, en esta serie comenzarán a aparecer yokai, que a mi entender sería un proto-inicio de lo que con el tiempo llegará a ser todas estas series de monstruos y monstruitos como los Pokemon, claro ahora más sencillo sin tantos rodeos metafísicos o culturales, más exotéricos creando bandas exactas de buenos y malos, todo esto alejado de la obra de Mizuki. A partir de la publicación de esta serie otras editoriales más estables le ofrecieron otros trabajos, hasta que logró una cierta estabilidad económica y lograr éxitos con la editorial Kodansha que le empezó a publicar sus trabajos Terebi-kun y Kitaro, este último trabajo le otorgará el premio al mejor comic infantil en 1968, desde entonces su vida económica mejoró y la fama comenzó a arrollarlo, pero también a agotarlo, las polémicas con sus asistentes, con las editoriales, con su mujer, con su familia va poblando este tomo hasta que tuvo un colapso nervioso, esto le permitió visitar la isla donde pasó parte de su vida durante la guerra y con el que acaba el fin de este volumen.
El último libro de su autobiografía gráfica nos cuenta sus diversas aventuras, viajes y reflexiones que hace por el mundo, su relación con lo fantasmagórico y con los enigmas, sus análisis sobre las religiones, las filosofías, la sociología de un Japón que en dos generaciones cambió como nunca lo había hecho en su más del siglo y medio de historia escrita que tiene Japón. Podemos considerar éste volumen como una síntesis gráfica del pensamiento metafísico y epistemológico de Mizuki, sus deseos y miedos, sus decepciones y logros, a la vez de que nos muestras sus diversas posturas acerca  del sentido de la vida y constante observaciones acerca del más allá de la muerte. El mundo de Mizuki fue complementado con fantasmas de todas las formas, época y maneras creando libros especiales donde explicaba cada fantasmas del folclore japonés pero también cada particularidad psicológica que anima a este pueblo a mantenerse como el País del Sol Naciente.

Se lee de derecha a izquierda

domingo, 13 de diciembre de 2015

VENEZUELA: UNA DEMOCRACIA SÁDICA EMPALMADA A UN REPUBLICANISMO KAFKIANO

Viñetas de "La peor banda del mundo"
Hubo un seis de diciembre de mil novecientos quince, en la República Bolivariana de Venezuela, donde millones de personas ejercieron su derecho a elegir un nuevo parlamento. La idea de este proceso es designar a los representantes de los distintos municipios que conglomera el Estado con la idea básica de congregar a un grupo de notables para que dialoguen, promulguen y sancionen leyes y controlen el erario público, o por lo menos esta es la premisa que se abre desde la separación de los poderes de Montesquieu; aunque en muchos programas y redes sociales ese seis de diciembre se vivió como un  "clásico" entre equipos deportivos como si fuese: "Barcelona-Real Madrid" o "Caracas-Magallanes"; mientras los jugadores de Polo Patriótico (PSUV) se enfrentaron a la Mesa de la Unidad (MUD), las personas, los medios, los intelectuales y curiosos extranjeros, aupaban uno u otro bando; al final ganó la MUD por goleada, paliza o arepas, depende del deporte en que se ubique en este "clásico" (112-55). Luego del juego comenzaron miles de mensajes, fotografías y videos mostrando las posibilidades de cambios, en algunos casos mágicos en otro con metodologías, todos tratan de mostrar la cara oscura del gobierno, de detener los abusos de poder, de crear un orden fiscal y administrativo y de destronar a profetas ungidos por el poder populista de Chávez, así personajes como Ramos Allup y Julio Borges comenzaron a prever situaciones donde los cambios serán para el bien del pueblo, pero estos personajes y otros similares me hacer afirmar el axioma del príncipe Salinas de la novela Il Gattopardo argumentaba para el mantenimiento del poder: "Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie", gnoseológicamente este argumento presenta una ruptura con el principio lógico de la contradicción que especifica que "una cosa no puede ser y no ser al mismo tiempo", así que: ¿cómo es posible que cambiando todo se mantenga el mismo orden? Esta ruptura lógica ha guiado a Venezuela desde los años ochenta del siglo pasado, una posible respuesta es que la política venezolana posee un entrelineado muy particular y que no ha sido revisada a profundidad y es que posee, por una parte, una democracia sádica, y por otra, un republicanismo kafkiano. Son en las democracias sádicas donde el argumento del príncipe Salinas posee validez. Veamos este caso: la palabra "democracia" como el término "sádico" son conocimientos de uso popular, es decir, poseen sentido común, así si preguntamos a cualquiera qué es "democracia" o qué es "sadismo", sonreirá y afirmará con cierta seguridad su saber, pero si juntamos ambas ideas quizás la persona cuestionada se imaginará a un Estado abstracto que disfruta en hace sufrir a un grupo de sus ciudadanos (raramente el entrevistado se verá como víctima de ese Estado sádico), podríamos poner como ejemplo el Estado Nazi que era "democrático" (Hitler ascendió al poder por medio de elecciones y para un gran grupo de personas democracia se asocia automáticamente con elecciones), pero a su vez era un Estado "sádico" porque cometió actos de sadismo, es decir, hizo sufrir a una parte de la poblaciones homosexuales, discapacitada, gitana, judía, de color; es posible que así visualicemos al Estado sádico como el que podríamos rastrear en el Estado Nazi; una sistema que se ensaña contra una parte de la población, haciéndola sufrir o eliminándola porque en su constitución ideológica aquella parte "inhumana" de su población atenta contra el poder que sustenta al Estado mismo, así que tiene que ejercer todo su poder contra aquella población. Esta línea de pensamiento nos hace reflexionar que la mayoría de los Estados democráticos son sádicos porque siempre hay una parte de la población que es enemiga del sistema: musulmanes, imperialistas, emigrantes; por lo que podemos afirmar al final de estas reflexiones que muchos Estados democráticos son sádicos porque ejerce una parte de su poder contra aquella población que atenta contra el sistema que soportar el poder del Estado, para aquellos con falta de imaginación la serie Homeland la retrata constantemente, por lo que un Estado sádico no significa necesariamente una democracia sádica.
En este punto nos tenemos que preguntar ¿qué soporta el poder del Estado?, según Hobbes los hombres nacen libre, pero renunciamos a esta libertad en aras de que alguien nos proteja, ya que la proporción entre nuestras necesidades y los medios para satisfacerlas genera una guerra de todos contra todos (homo homini lupus), frase que repiten algunos políticos sin saber latín. Para Hobbes uno quiere ser libre, pero los demás también, entonces para evitar matarnos, nos entregamos a un poder absoluto que garantice nuestra seguridad a través de las leyes y su ejercicio de poder. Este poder absoluto se establece en el Estado, por lo que hay una lógica jurídica en que atentar contra el Estado es atentar contra todos aquellos que se inscribieron en el pacto con él, y es la principal función del Estado proteger a sus pactantes contra aquellos que lo atentan, así que deben: eliminalos, destruilos, marginalos, sofocarlos, o más sencillo y racional; encarcelarlos con penas punitivas; pero aquí recae parte de la paradoja hobbiana: ¿aquellos que no hacen pactos con el Estado por una condición de diferencia, lo hacen para al ser lo "otro" contra el Estado, lo hacen para atenta el orden del Estado, lo hacen para perjudica el poder de Estado? o simplemente lo hacen para mantener su mas preciado don: su libertad, mostrándonos aquí la paradoja lógica de que, si la identidad del hombre es su libertad esta no puede ser despojada de ella porque rompe su esencia, doblegando así el principio lógico de identidad: "todo objeto es idéntico a sí mismo". 
Quizás por ser Venezuela un país de "libertadores", por ser un país donde el adjetivo "libre" se usa para todo los casos y caprichos, como puedo referenciar en mis experiencia de niño cuando escuché el argumento de mi vecino de por qué estacionaba frente a nuestra casa y ponía la música a todo volumen: "la calle es libre por lo que hago lo que me da la gana", así como el argumento de motorizado que me quitó de la acera con su corneta disparando decibeles donde caminaba por Antímano una mañana, llena de peatones: "quítate que llevo prisa, la calle es libre y hago lo que me da la gana", luego me mostró una pistola que llevaba en la cintura. Esta expresión "Hago lo que me da la gana" tan filosófica de algunos venezolanos debería ser uno de los lemas que acompañe el escudo de Venezuela, sustituirlo por aquel dice "20 de febrero de 1959", y que cada nueve venezolanos de diez, no saben lo que significa ni cuales fueron sus consecuencias, en cambio todos los venezolanos sabe los cambios históricos que ha generado: "Hago lo que me da la gana" de algunos políticos. Es posible que en el ámbito de los que no aceptan firmar el pacto, están aquellos que como Étienne de La Boétie piensa que perder la libertad ante el Estado es el preámbulo de las dictaduras y del poder abusivo, este francés explicó en su opúsculo: "Discurso sobre la servidumbre voluntaria", que parte del mismo argumento Hobbes que implica que el hombre es libre por naturaleza; que el acto de servidumbre a través de un pacto implicaría una falta de sentido en la esencia del ser humano (será por este principio que muchos venezolanos aprenden a decir que no es esclavo de nadie para hacer un servicio). La Boétie se planteaba que si las personas se siente mal por está en sujeción y corren el riesgo de perder su libertad, estas personas se sienten mal porque firman o asienten el riesgo, pero, ¿qué ha podido entonces desnaturalizar al hombre para decir la verdad y para vivir en libertad? Para La Boétie el hombre o ha sido obligado por el miedo y el envilecimiento o ha sido engañado por las costumbres y la educación. Al final el pacto se puede realizar otorgando su libertad a un poder absoluto que puede trasfigurar en un Estado con las siguientes estructuras: tirano, presidente o junta militar, esta estructura más que armar a sus ejércitos, arma la complicidad de unos cuantos individuos que colaboran con sus criterios, ideologías y crímenes para participar como ejecutores del poder del Estado. Son en principio un grupo pero con el tiempo se multiplican por un pacto de complicidad, elevándose así el número de los pactados, creando así una pirámide de poder y por conclusión lógica de esclavitud. "Así el tirano reduce a servidumbre a unos súbditos por medios de otros; es guardado por aquellos de quienes, si algo valiesen, debería guardase, y, como suele decirse, para partir el leño hace cuñas con el mismo leño". La Boétie escribe en el período de cambios modernos de los siglos XVI y XVII en el cual Hobbes se inserta, mostrándonos dos caras del mismo problema. Mantener un pacto para resguardar mi sobrevivencia o rehusarlo por mantener mi libertad. Si es ciertos que ambos autores dan respuestas a estas problematicas desde diversas perspectivas, así como la historia política a mostrados sus usos y abusos, lo cierto es que a lo largo de esta dualidad podemos insertar un pensamiento que define a extremo el uso de la libertad y los pactos de poder: Sade. 
Sade poseía ideas políticas y enfrentamientos antisistema que le permitieron estar más de veinte y siete años en la cárcel y sanatorios mentales, más que por sus obras literarias, por sus escándalos y que fue acusado con falsas acusaciones. Para este filósofo que vio todas las formas de poder político posible en su época: monarquía, revolución, consulado e imperio; siempre fue fiel a sus ideas y en especial a la condición de libertad que hace al ser humano único e irrepetible, además porque el tema de libertad fue el gran tema del siglo XVIII, (la verdad en XIX, la razón en el XX y la ¿belleza en el XXI? porque cada siglo parece tener un tema que lo limita). Sade parte del placer como máxima (obviamente alejado del placer del epicureísmo pero gracias a Sade el epicureísmo se sepultó entre lujos y excesos), el placer es llevado por los intereses, esta es su base moral, así la única regla de conducta de Sade es aquella que me insta a preferir sólo lo que me afecta felizmente, sin tener en cuenta las consecuencias de mi decisión pueda tener para el prójimo, separándose así de Hobbes y vinculándose a La Boétie. Así la igualdad de los seres humanos (lo que permitió la dogmática de la revolución francesa) permite a Sade decir que la libertad no es un derecho de negarse al sometimiento, como apuntaba La Boétie, sino el poder de someter a cualquiera a nuestros propios deseos separándose así de La Boétie; ante este argumento Maurice Blanchot en su obra: Lautrémont y Sade, argumentó que si la naturaleza nos ha hecho a todos iguales y luego ha dispuesto que haya unos más fuerte que otros, decidiendo así modificar su plan, ¿por qué no aceptar que pueda cambiar nuevamente sus designios concediendo a los más hábiles la capacidad de reparar la usurpaciones de lo más fuertes. A los pobre, sólo el crimen les abre las puertas de la vida, por lo que la maldad que despliegan es una violencia legítima que les compensa por las injusticias padecidas, de aquí el aspecto revolucionario, anti-hobbiano y anti-laboeteriano de Sade, por lo que lo pondríamos catalogar de un anarquista-empírico-racional. Para Sade el régimen perfecto sería aquel que  donde la felicidad de los hombres radica solo en los sentidos y en la virtud de halagarse a sí mismo. Obviamente aquí hallamos a hombres queriendo ser libres egoístamente, lo que llevaría a una ética criminal pero de la cual vislumbraba Sade como consecuencia lógica de su argumentación, porque dentro de una sociedad criminal, es preciso serlo. El crimen posee la lubricidad necesaria para potenciar el placer, de ahí su importancia o como dice el mismo Sade: "El crimen es el alma de la lubricidad. ¿Qué sería de un gozo al que no lo acompañara el crimen? No es el deseo del libertinaje el que nos excita, es la idea del mal. En el placer de torturar y de humilla a una mujer hermosa, existe la suerte de gozo que proporcionan el sacrilegio o la profanación de los objetos consagrados al culto". Si unimos entonces la idea política-anarquista-empirista y racionales de Sade con un "Estado democrático" hallamos la democracia sádica que sería aquella donde existen instituciones que formalmente crean pactos con sus cuidadanos para su protección a través de leyes, que posee un sistema de elección y además manifiestan lógicas jurídicas para la conservación del poder a del miedo o las costumbres; pero este democracia sádica la mayoría de sus pactantes seden formalmente (a través del voto) pero no esencialemente (a través del cumplimiento de las leyes) sus libertades, proyectando así una Estado democrático donde la criminalidad no es una excepción sino una regla inferida. 
Lo anterior, y tras un ejercicio de imaginación, podríamos vislumbrarlo en algunos países, como en Venezuela donde existe formalmente un Estado democrático, en el cual todos aceptaron en un pacto electoral, donde formalmente existen instituciones para la protección de sus cuidadanos, pero en el cual mucho de los pactantes son prosélitos de la ideología política de Sade: quieren mantener una libertad a costa de los demás egoístamente, permiten un Estado criminal en todas sus escalas y colores, se desenvuelven dentro de una moral donde los placeres hedonicos determinen los rumbos de sus discernimientos, donde la ley y la justicia sólo existe para aquellos personajes, cual cuento de Kafka, se quedan esperando "Ante la Ley". Si hemos desenrollado el estambre del la democracia sádica venezolano, observamos que no es exclusiva, porque si bien pareciera que en país se acercara a una hecatombe anunciada: guerra civiles, caracazos, jinetes del apocalipsis llegando por la autopista regional del centro, lo cierto es que hay millones de personas que han pactado con el Estado para su protección, su seguridad, su sobrevivencia, y pareciera que hay sectores que impulsan esta posibilidad; pero, qué pasa cuando un Estado se sostiene en una democracia sádica, pues para la personas que han pactado esencialmente con el Estado se les generará un republicanismo kafkiano. El republicanismo es una posibilidad política frente a la monarquía, la aristocracia, al despotismo o la tiranía, porque en su esencia busca proteger la libertad por medio de las leyes y la expansión del derecho. Lo curiosos será que las personas republicanas, las personas que aceptan el pacto para su vida en comunidad civil, se pierden en un mundo donde el día a día se presenta absurdo, sin sentido, lleno de trámites y dolor: colas, corrupción, abusos, violación de: vida, propiedad, dignidad, así como ausencia de justicia y perspectivas de futuro, solo para enumerar las más elementales. El cuento de Kafka "Ante la ley" manifiesta toda la perplejidad de los cuidadanos venezolanos esperando que la justicia actúe. Es la espera infinita ante algo que es inmóvil. 
No todos los venezolanos buscan mantener su libertad a costa de los demás, de desarrollar "vivezas" o perverciones doctrinarias, hay millones que aceptan leyes, órdenes, procesos para que la convivencia sea posible para todos, como descubrí en cientos de estudiantes a los que le di clases allá, durante mi periodo de profesor en Venezuela, pero con el tiempo vi sus metamorfosis, vi como estas personas republicanas se fueron trasformando sus cuerpos, como estas personas que cedieron parte de su libertad esencial a un poder absoluto se transformaron extrañamente en bichos; bichos que eran asaltados por sus propios compañeros, humillados con viadantes motorizados, colectivos y metro, violados por una burocracia ineficiente, reprendidos por aquellos que buscan mantener la democracia sádica para su beneficio entre lo cuales destacaban muchos profesores que se escudan en derecho de palabra dentro de una libertad de cátedra falsamente ensamblado por mística y trabajos mediocres. Pienso que si debe haber cambios en Venezuela no debería ser en los cambios de rostros, es decir, cambiar en la presidencia de la asamblea de un Diosdado Cabello por un Ramos Allup; cambiar para mantener las cosas iguales, sino que las personas institucionalicen sus verdaderos procesos, pero para tal fin el Estado debe de dejar de mantener una democracia sádica para sustentar su poder y eliminar un republicanismo kafkiano, y así obtener las posibilidades de un País real y moderno. ¿Cuesta mucho imaginarlo?