lunes, 2 de diciembre de 2013

EN LA CASA (DANS LA MAISON) - DOMINGO DE CINE (2)


Película: EN LA CASA (2012)
País: Francia
Título Original: DANS LA MAISON
Director: François Ozon
Actores: Frabrice Luchini, Ernst Umhauer, Kristin Scott Thomas, Emmanuelle Seigner
Sinopsis: Un profesor de lengua francesa: Germain, está atrapado en la rutina de las clases, un día, descubre la redacción de un alumno a comienzo de curso. El alumno: Claude Garcia, se sienta en el fondo del salón y pasa inadvertido, pero su narración cautivan al profesor, se centra en su ingreso a una casa de clase media francesa y su convivencia con la familia Artole. Lo que comenzó siendo un ejercicio de redacción se va convirtiendo en una novela por etapas, con aire de folletín donde el lector no puede prever los desenlaces de la novela llena de intrigas, sarcasmos y enredos propios de un adolescente que inicia un aprendizaje emocional y erótico. La novela folletinesca de Claude nunca se completa ya que al final de cada entrega siempre escribe á suivre... (continuará) mostrándonos el tesón y la entrega que necesita el escritor para producir la obra, y a veces los consejos. 

Pensar la película. Lo que más me gustó del filme fue que Ozon enfatiza un estilo de las películas docentes donde los problemas se centran más en el profesor que en la institución o los alumnos, pero entregando unos cambios sutiles que hace de esta película una sofisticación del tema. Sofisticación creo, es la palabra clave en las películas de Ozon y su estilo. Ha habido cientos de películas donde la relación profesor-alumno han sido manifiestas, pero la mayoría de las tramas podrían agrupase en dos direcciones. La primera fue inaugurada con el filme Goodbye, Mr Chips (Adiós, Mr. Chips) de 1939, dirigida por Sam Wood, donde muestran la vida de un docente y su dedicación a la docencia. La película muestra una vida que se va diluyendo en la educación de cientos de jóvenes. Mr Chips buscará ampliar las perspectivas del mundo de sus estudiantes a partir de la literatura en un colegio de alta categoría, con estudiantes ordenados, de clase media acomodada que les aseguran ciertas comodidades y esperanzas en la vida. Mr. Chips sólo le muestra un poco más para llegar a ser felices. Si bien la película se centra en la vida de Mr. Chips, esta sólo muestra algunos momentos de alegría y tragedias circunstanciales derivados de la primera guerra mundial, de la muerte de su esposa, y de sentirse honrado y respetado, pero situaciones embutidas dentro del mundo del colegio. Similares filmes son Dead Poets Society (La Sociedad de los poetas muertos) de 1989, dirigida por Peter Weir, donde Robin Williams muestra ese otro mundo a través de la poesías a jóvenes de familias ricas con problemas vocaciones y de actitudes; también Kelvin Kline, a través de la historia en The Emperor´s Club (El Club de los Emperadores) de 2002, dirigida por Michael Hoffman; o Julia Roberts por medio del arte en Mona Lisa Smile (La Sonrisa de la Mona Lisa) de 2003, dirigida por Mike Newell. En estas películas se retrata al docente como un Virgilio que guiará a los estudiantes a otra dimensión de la vida a través de algún descubrimiento de orden espiritual. Podemos ver en este tipo de filmes al docente luchar contra las adversidades que lo rodea, no para beneficio de él sino para el alumno. Estas películas muestran una visión "religiosa" del docente, como guía, con sacrificios donde los otros se anteponen a sus necesidades. La segunda dirección apunta hacia un individuo que se descubre como docente y que tratar de encarrilar a jóvenes inadaptados, toscos, rebeldes. Es el retrato del docente que disciplina a los alumnos, como "militar". Uno de los primeros filmes de este tipo fue Blackboard Jungle (Semilla de Maldad) de 1955, dirigida por Richard Brooks y donde Glenn Ford, un ex solado de la guerra de Corea, busca reinstalarse en la sociedad como profesor, y entra a ser docente en una de las escuelas más problemáticas de la zona, lleno de jóvenes violentos, llevados por la inmediatez del goce y la desesperanza de no tener futuro, ya que tienen conciencia de ser marginados sociales. Esta película evita presentar al profesor "religioso", al guía, para presentar al profesor "militar", líder que dirigirá a sus alumnos como tropa hacia un buen puerto social. De la misma matriz se han realizado una gran cantidad de películas del género como To sir, with Love (Rebelión en las Aulas) de 1967, dirigida por James Clavell y donde actuó como profesor Sidney Poitier, un ingeniero de Guyana que, mientras espera un buen trabajo en la fría Londres, se dedica a la docencia para subsistir pero en el proceso descubre su vocación, y curiosamente en Blackboard Jungle, Poitier actuó haciendo el papel de un inadaptado con cualidades de líder, ¿destino? Podemos ver en otros filmes como Lean on me (Escuela de Rebeldes) de 1989, de John Avildsen, a Morgan Freeman actuando como un general dentro de un estado de sitio, pitando cualquier irregularidad o gritando con su megáfono cualquier desobediencia, como si la escuela fuera un campo de entrenamiento militar. En Dangerous Minds (Mentes Criminales) de 1995, dirigida por John N. Smith, la situación es similiar a Blackboard Jungle, pero versión femenina, así tenemos a Michelle Pfeiffer, una ex-marine que seguirá los pasos de Glenn Ford en lograr disciplinar a sus "criminales" alumnos. El profesor "militar" no muestra otros mundos a través de una espiritualidad que se accede por medio de la poesía, la historia o el arte; sino presenta oportunidades para sobrevivir en una sociedad violenta y capitalista. Hay películas recientes donde la disciplina no es tan violenta como The Principal (El Rector) de 1987, dirigida por Christopher Cain y donde James Belushi anda por las aulas con un bate, e inclusive hay una batalla campal al final, no, últimamente la disciplina es más psicológica como en  Freedom Writers (Diario de la Calle) de 2007, dirigida por Richard La Gravenese, y donde Hilary Swank se va despojando de todo sus sentidos por llegar a los sentidos de vidas de sus estudiantes, dedicándole tiempo, dinero y humanismo y en ese despojar, disciplina a sus alumnos, no con un megáfono o un bate, sino con un compromiso psicológico, con terapias, con gestal. Estas, pienso, eran las tendencias principales de las miradas del cine sobre los problemas educativos donde se representaba a un profesor "religioso" o a un profesor "militar" con más o menos carisma, con más o menos psicología. Claro, hay muchas más películas y variantes, pero creo que una gran cantidad de retratos y de visualizar los problemas educativos que quiso hacer el del cine, coquetearon con alguna de estas alternativas. A finales del siglo XX se ha desarrollado otro retrato del docente, no como "religioso", no como "militar", sino como un ser humana rodeado de sus circunstancias, como si el aforismo de Ortega y Gasset fuera el eje de los guiones actuales. Quizás la primera sea Mr. Holland´s Opus (Profesor Holland) de 1995, dirigida por Stephen Herek y donde la actuación de Richard Dreyfuss muestra la vida de un profesor, similar a la de Mr Chip, pero acompañado con el peso de los problemas culturales, económicos, políticos y personales (un hijo sordo) que vivió, y a diferencia de Mr. Chip, no está su vida centrado en un colegio de prestigio sino que Mr. Holland comparte su vida con una institución promedio, por lo que la reflexión acerca de las funciones de la docencia, su labor y alcances se cuestionan más, además, Mr. Chips tenía vocación, Mr Hollad la va descubriendo y la halla al final de su vida. La película gira alrededor de los deseos y frustraciones de este profesor de música y cómo su obra se reduce en la educación de sus alumnos. Podemos apreciar que desde finales del siglo pasado el germen de la películas que buscan el prototipo del profesor se fue centrando en su vida, en sus problemas morales, en sus ideologías, e inclusive estéticas, alejándolos de las matices religiosas o militaristas. Las películas giran en la actualidad en torno a la vida del profesor y no sobre la escuela o los alumnos que en ciertos momentos comienzan a ser meros escenarios decorativos. Los elementos emocionales, los pensamientos y las circunstancias se fueron entremezclando con la vida del profesor y cómo la liaban con su función de docentes. Una de estas películas es Half Nelson de 2006, dirigida por Ryan Fleck y donde Ryan Gosling interpreta a un profesor con problemas de drogas y cómo busca mantener la delgada línea entre sus adicciones y su papel de formador de conciencia. En este filme observamos los problemas éticos y morales del profesor como principal eje temática; podemos apreciar una variante en la película Die Welle (La Ola) de 2008, dirigida por Dannis Gansel y donde Frederick Lau actúa como un profesor que busca comprobar los problemas de las ideologías sobre las actividades de la institución educativa e inclusive sobre sus alumnos. El profesor comienza a experimentar con sus habilidades de retórica y psicología social a los alumnos, hasta lograr transformar a la mayoría a una ideología de orden y control, demostrando el poder de las ideas y la disciplina, pero esta ideología arrastran contrariedades que afectan a otros alumnos, generando al final un caos en la institución. Pero no sólo los problemas éticos o ideológicos de los profesores se muestran en las nuevas películas sobre la actividad docente, podemos apreciar en Detachment (El profesor) de 2011, dirigida por Tony Kaye, a Adrien Brody que ejerce como un profesor suplente normal, pero que sufre depresiones por la incapacidad de percibir, por parte de sus alumnos, de la belleza del mundo, de las personas, de la vida. El profesor logra conexiones emocionales con sus alumnos en una búsqueda de la belleza, pero al final esta hipersensibilidad afecta sus estados emocionales hasta que lo impulsa huir constantemente por lo que el único trabajo docente que puede ejercer es el de suplente. En estas últimas películas comentadas que enfocan más la vida del profesor que la escuela y los alumnos, nos hallamos con el profesor "frágil", lejos del "religioso" que poseía una fuerza moral o del "militar" que poseía una fuerza de voluntad. El profesor "frágil" está siempre en un borde, y su caída es un peso que se percibe a los largo de la película.  Dans la Masión es una película de un profesor "frágil" pero ha diferencia de los otros, cae. Germain perdió todo: su mujer, su trabajo, sus sueños, su realidad. La caída de los profesores "frágiles" está consignada por la relación con un alumno. Así el profesor vicioso debe enfrentarse con su alumna que vende drogas, el profesor ideológico debe enfrentarse con el fanatismo de su alumno, el profesor estético huirá por los alumnos que confunde sus emociones. Al final el docente se aleja del alumno que ha roto su fragilidad, pero en la película de Ozon, el alumno al final se reúne con el profesor caído. La caída es dialéctica, mostrándonos los intersticios de toda construcción sobre la realidad y la necesidad de las complicidades para su sostenimiento. El final de la película es precisamente eso: la caída, estar frente a la nada, frente al vacío o metafóricamente, frente a ciento de historias que habrá que elaborar, narrar y crear sentidos, y quizás nuevas visiones del mundo... á suivre


Trailer de la película

miércoles, 20 de noviembre de 2013

LAS VENGANZAS DE PARK CHAN-WOOK

Versión del año 2013, de una historia de venganza, no de héroes, guerreros y leyendas.  
Jorge Luis Borges escribió un cuento: El incivil maestro de ceremonia Kotsuké no suke que publicó en su libro Historia universal de la infamia, allí resume un episodio real que ocurrió en el siglo XVIII en Japón y cuenta la historia de una venganza. Le explico a Mi Amiga Japonesa si conoce la historia mientras miramos unos C.D. y le muestro la carátula donde aparece los 47 ronin, ella duda, así que le recreo la historia de los 47 ronin y cómo se unieron y ejecutaron un plan que les llevó años, sólo por mantener el espíritu de venganza復讐心Esta historia ha sido contada, estudiada, documentada y filmada decenas de veces, desde directores como Mizogushi Kenji quien produjo en 1941 su versión titulada 元禄忠臣蔵hasta una readaptación hecha este año que titularon 47 Ronin con Keanu Reeves y Kikushi Rinko como actores principales y dirigida por Carl Rinsch y la cual su carátula, le mostré a Mi Amiga Japonesa en la tienda de videos. Al llegar a la casa le comenté que hace unos cuatro años atrás fui a Tokio y visité el cementerio donde aún se le rinde los homenajes respectivos a estos 47 hombres. Mientras vagabundeaba por el lugar le pregunté a unos japoneses por qué iban a rendirle homenaje y respeto y me contestaron que era parte de su historia, por lo que los 47 ronin merecen admiración y pleitesía. Es decir, parte de la historia de Japón se sostiene en el honor, pero también en la venganza. Así que le resumo a Mi Amiga Japonesa estas percepciones del ser japonés, ella me mira y reflexiona mi punto de vista. 
¿Culpables? Siempre alguien
Mientras ella medita, creo que en América Latina no tiene grandes hitos o historias donde las venganzas sean los ejes principales sino el resentimiento. El rencor llena mucha de las páginas de la historia de América Latina. Rencor y resentimiento son dos léxicos difíciles de separar pero que apuntan a un mismo objetivo: mantener posibles respuestas a un ataque, a un daño que no se olvida, que no se perdona pero que tampoco se venga. El resentimiento está acompañado con un sentimiento de indignación y de impotencia, pero también de pusilanimidad, ya que el individuo va aceptando la injusticia por décadas, porque a veces no se siente digno de recibir justicia. ¿Cuándo ocurrió el daño, quienes fueron los ultrajados, quienes son los herederos del sufrimiento? Desde México hasta Argentina las personas hablan de cambios de valores, de falta de políticas, de corrupción institucional, de que alguien tiene la culpa de sus tragedias, siempre alguien, abstracto, impreciso o a veces concreto y definidos. En muchas miradas de latinoamericanos se pueden apreciar un resentimiento evolucionando, sin importar la raza, la clase social, la educación adquirida, todos tienen una queja que abarcan diversos puntos de la historia: desde la conquista española y los sistemas esclavistas, hasta los crack económicos o las injerencias del o los "imperios". El resentimiento culpa algo o alguien que obstaculiza el cumplimiento del deseo. El mito de que los latinos no tienen memoria es falso, tiene una gran memoria, pero no es una memoria de datos, de conocimientos, sino un sentimiento memorioso que busca respuestas a sus rencores atávicos, a sus iras y enemistades envejecidas. Los acusados se pierden entre mitos y sueños, todos desaparecen para transformase en un mero concepto abstracto o en un mito sin origen claro. 
La obra de César Enriquez, con una estética propia de neorrealismo 
italiana y un guión conbases de contenido propios del rencor y la culpa
El cine latinoamericano está lleno de rencores, de resentimientos, y especialmente el cine venezolano, que desde una de sus primeras producciones que pude apreciar: La Escalinata de 1950 de César Enríquez hasta Secuestro Express de 2005 de Jakubowicz, mantienen un mismo argumento, subrepticio en la mayor parte, pero obvio en general: un rencor que mueve a los protagonistas y que percibimos en los diálogos, en las actitudes hacia los demás. En La Escalinata el joven ladrón cuando baja las escaleras hacia el barrio con sus amigos a veces enuncia esta sentencia: "las personas con dinero exhiben sus riquezas que nosotros los pobres carecemos, hay que buscarlas porque no hay otra forma de salir de aquí"; igualmente en las últimas escenas de la película de Secuestro Express oímos decir a Trece, uno de los protagonistas, a Carla algo como: "el problema son los burgueses, los "riquitos" quienes exhiben sus riquezas por la calle sacándonos la rabia que acumulamos los pobres"; entonces Carla cambia su coche de lujo por uno sencillo y al final del filme observamos una metamorfosis en ella: de ser miembro de una clase pudiente busca asemejarse a una clase más normal, más pobre, más falsa. Quizás por eso el cine Venezolano, con contadas excepciones, no ha logrado producir obras de calidad visual que soporten argumentos que no estén enmarcados emocionalmente por el rencor, el resentimiento, la exaltación del resquemor, ya que estas emociones se repiten entre argumentos y guiones. Pienso que una gran cantidad de películas Venezolanas se centran en este sentimiento que percibe obstáculos, ofensas, amenazas que impiden lograr los deseos y algunos directores como Román Chalbaud y Mauricio Walerstein han intensificado, por lo que son escasas las películas donde sentimientos como: la calma, la paciencia, la misericordia, el amor, sean las principales líneas emocionales de los filmes venezolanos, y las pocas que hay, curiosamente no son las favoritas del público.   
Park Chan-wook
Desde que vivo en Asia, el cine latino se me hace esquivo, casi no puedo ver las producciones que se desarrollan en ese amado continente, porque no llegan a las grandes tiendas de videos en Japón, la mayoría son producciones asiáticas y norteamericanas, y en menor medida europeas. Es extraño ver cine argentino, colombiano, mexicano recientes por las tiendas de videos. Es cierto que puedo hallar una gran cantidad por Internet, pero la mayoría, o ya las he visto o sencillamente no me interesan. Me he dedicado a ver el cine asiático, con paciencia y tratando de entender argumentos y sentimientos. Gran parte de este cine lo veo con Mi Amiga Japonesa, ambos somos apasionados por el cine, ella tiene sus directores japoneses favoritos donde resalta Kōreda Hirokazu y yo tengo los míos donde destaca Sono Sion, así que compartimos opiniones y miradas. Ella a aceptado parte de mis argumentos sobre la necesidad de vengarse en el mundo japonés, pero yo lo extiendo aún más, y le digo que es posible que también se perciba con la misma intensidad en Asia, como en Corea. Ella me vuelve a mirar y me increpa que no puede saber eso. Yo le digo que no sólo admiro a directores japoneses, sino coreanos, ella no admira a ningún director coreano, así que tengo otros argumentos cuando comparo el cine japonés con el coreano, y le explico que entre los directores coreanos que me encantan está: Park Chan-wook. Mi Amiga Japonesa repite los sonidos que acabo de decir y comenta que no lo conoce. Yo le explico por qué el cine de Park Chan-wook me confirma la necesidad de venganza en la cultura asiática, y ella vuelve a meditar mi punto de vista.
Lo que más me gusta de la versión japonesa de 
La Genealogía de la Morales el dibujo de la portada.
No sé por qué
Lo que más me ha interesado del cine de Park Chan-wook, es que a diferencia del realizado en Venezuela, el coreano destaca y da preponderancia al sentimiento de venganza sobre el del rencor. En casi una docena de filmes que abarca su producción, podemos apreciar este ir y venir de la venganza, que a diferencia del rencor que no realiza el acto vindicador, la venganza lo busca y ejecuta causando daño al obstáculo de la felicidad del individuo. La venganza es una respuesta a un agravio, quizás por eso, san Agustin comentó que la venganza está fundada sobre una especie de sombría justicia. Lo interesante de la venganza es que busca la justicia con una característica vital: desplazar la pulsión, detener el acto de la furia del momento, contener la cólera que produce el agravio, para no ser llevado por los impulsos. El vengador debe ser cauto y paciente, pero además introduce una racionalidad sobre el sentimiento que congela su pulsión, transformando la venganza en un proceso racional. Este proceso implica una relación existencial, ya que el vengador existe para el otro, como nombre, como fecha, como vida; mientras el resentido vaga sin precisión, sin existencia para el otro. Es posible que la tradición cristiana que inundó a América halla pululado el perdón como el más noble de los actos, pero el perdón siempre será una atribución del poderoso (sólo Dios perdona), no del débil, para el débil queda el acto de la venganza, pero debe poseer una lógica estricta para realizarlo, si no será un ser esclavo de unos sentimientos que vive infinitamente en un estado de negación, de anulación, de tristeza y autodestrucción. El perdón genera rencor, ya que el perdón exige el olvido total del acto, del deseo, de la pulsión, y es precisamente nuestra memoria quien traiciona el perdón. Somos seres de recuerdos, así que el perdón es una lucha interna entre memorias y la compresión del acto de agravio que no siempre estamos dispuestos a llevar; ya Nietzsche había entrevisto que el rencor, la venganza y el perdón conformaban las estructuras básicas de la moral, de aquí que hayan sido las bases de su obra: La genealogía de la moral. La venganza no exige perdón, no hay una lucha entre recordar y olvidar, sólo hay un principio, una exigencia de satisfacción que tiene la paciencia como aliada principal.
Cartel coreano de Sympathy for Mr. Vengeance
Park Chan-wook está obsesionado con mostrar la imagen de la venganza, quizás sus dos películas más emblemáticas sean precisamente Sympathy for Mr. Vengeance de 2002, y Sympathy for lady Vengeance de 2005. En Mr. Vengeance nos muestra la venganza como una espiral imparable. En esta película, por una serie de azares que nos embelesa para seguir los pasos de las venganzas que ocurren paralelamente entre Ryu y Park Dong-jin. Las venganzas nacen por una serie de equívocos, de necesidades, de carencias. Ryu pierde su riñón y el dinero de su venta en manos de la médico que lo operó, acto que hizo para salvar a su hermana que necesita una operación. Antes su desesperación Ryu ha secuestrado a una niña para obtener el dinero que necesita para ayudar a su hermana, la hija es de un rico empresario: Park Dong-jin. La niña muere accidentalmente, y paralelamente la hermana se suicida. A partir de este doble proceso de muerte nace las venganzas que al final convergen en una lucha entre Ryu y Park Dong.jin, por un lado Ryu busca la doctora y sus hijos quienes lo han estafado, así como a cientos de personas que pierden su dinero y sus riñones, para vengarce, no por su estafa sino por la muerte de su hermana, a la vez Park Dong-jin busca vengar la muerte de su hija, tratando de hallar a los culpables para asesinarlos y al final ambos se encuentran. No sólo el tema y su presentación son exquisitos, sino que Park Chan-wook experimenta con grandes angulares manteniendo una línea divisoria sutil en la pantalla, un juego simétrico que atrae al espectador, también juega con colocar la cámara a distancia, lo que permite exacerbar los placeres voyeuristas; además de buscar equilibrios entre las imágenes y los ángulos, Park Chan-wook descontextualiza escenas, introduce fotografías en los planos menos pensados y recrea escenas con elementos de crudeza, siempre necesarios en las venganzas, para demostrar lo inhumano del agravio. A diferencia de Sympathy for Mr. Vengeance, en Sympathy for lady Vengeance, Park Chan-wook mantiene un argumento sólido donde la venganza, su génesis y consumación son desveladas paso a paso. La película cuenta la historia de Lee Geum-ja y cómo ha planificado su venganza hacia un secuestrador de niño, que por azar ella ayudó siendo una adolescente por amor. Luego de pasar 13 años en la cárcel logra amasar sus impotencias para redirigirlas hacia su victimario. La película cuida mucho la narración, desatando los nudos conflictivos lentamente, a un ritmo que mantiene al espectador en constante suspenso y entretejiendose con otras historias de mujeres encarceladas que dan una vitalidad y fidelidad a la historia que conmueve. 
Cartel coreano de Sympathy for Lady Vengeance
En Sympathy for lady Vengeance, el director mantiene los mismos elementos técnicos que utilizó en Sympathy for Mr. Vengeance (grandes angulares, cámara a distancia, introducción de imágenes metafóricas para acentuar una idea o suceso), pero en su versión femenina se observa más serenidad y control del tiempo de ejecución de venganza, así con respecto a Mr. Vengeance, Lady Vengeance marca un ritmo más lento, sutil y social para el acto vengativo. En los filmes de Park Chan-wook se establece un conocimiento necesario para precisar el tiempo originario de la venganza. Muchas génesis de las venganzas nacen con la infancia o en la niñez. La inocencia de nuestros años pueriles es rápidamente perdida por los infantes que están en las películas de Park Chan-wook. La niñez es la gramática necesaria para escribir los ejes discursivos que soportan los argumentos de las venganzas, esta idea la podemos precisar en el filme Oldboy en el 2003, en esta película nos muestra los procesos de venganza y su relación con la niñez perdida, además de ser denomina el segundo filme de la trilogía de la venganza de Park Chan-wook. Oldboy nos narra la venganza, no desde la niñez como víctima, sino como pérdida. Luego de ser secuestrado por 15 años Oh Dae-su, al final de una viernes de ebriedad, es sacado a la calle para que busque respuestas a su encierro sin sentido. Las respuestas llegaran lentamente, es víctima de una venganza cuyo origen se remonta a su temprana adolescencia y que se alarga entre expiaciones y comprensión de los tabúes del incesto que enmarcan la cinta. 
Cartel coreano de Oldboy
Esta obra lleva al límite la planificación de la venganza que realiza Lee Woo-Ji sobre un hecho que Oh Dae-su consideró baladí en su momento, pero que para Lee Woo-Ji explicaba sus desapegos, sus obsesiones, sus límites. El filme nos lleva a plantearnos la venganza como sentido de vida, como modo absoluto de subsistencia, explicando cómo este sentimiento desarrolla una vitalidad, un ansias de vivir, sólo por satisfacer el agravio recibido en algún lugar lejanos de nuestra memoria y quizás la obra de Alexandre Duma logró una mirada similar en Occidente en el siglo XIX. En la producción de Park Chan-wook, hay una película titulada Three... Extremes, son tres cortos realizados por tres directores asiáticos: Takashi Miike, Fruit Chan y Park Chan-wook, éste último participa en un corto titulado Cut realizada en el 2002, donde apreciamos la venganza como un proceso que nace, no sólo de la injusticia, de la impotencia, sino especialmente de la envidia. El corto nos relata la historia de un actor de relleno que decide vengarce de un director torturandolo, en ese momento expresa todo un cúmulo de resentimientos y envidias, pero en su proceso de venganza comete mayores agravios, no ataca sólo al director dueño de sus envidias, sino que en su proceso de venganza compromete a su hijo quien no comprende las circunstancias de las locuras que observa en su padre, actor de relleno, de ahí la frialdad con la que el niño dice las palabras "me vengaré", las únicas que dirá en todo el filme. Los que nos lleva a pensar que las venganzas realizadas con envidias y resentimientos conllevan injusticias internamente. 
Cartel coreano de Joint Security Area
Hay otras películas de Park Chan-wook, que si bien no presentan la venganza como motor del filme, no son fáciles de hallar sus sentidos sin tener en consideración este sentimiento. Así tenemos la película  Joint Security Area del 2002. Película que nos comenta acerca del área conflictiva que hay entre las fronteras de Corea del Norte y Corea del Sur. En la zona de seguridad ocurre dos asesinatos, si bien pareciera que no fueron realizados por venganza, ya que los soldados muertos fueron quizás debido al conflicto que hay en la zona fuertemente militarizada, lo cierto es que toda la película gira en torno al asesinato de una de las personas que recibió ocho disparos. "Fue un acto de venganza" dice la investigadora, y a partir de esta idea la fiscal del caso busca la verdad. ¿Fue una venganza? pero ¿por qué? si no hay relaciones entre los soldados del ejercito de Corea del Norte con los soldados del ejercito de Corea de Sur. A lo largo de la película nos muestran los momentos en que se desarrolla la amistad entre los soldados, aunque los por qué de la venganza nunca se dan con claridad. Pienso que en esta temprana película de Park Chan-wook, presenta la venganza en abstracto, la venganza no hacia las personas concretas sino a símbolos: al Estado en este caso. Vengarse de la política de los países, vengarse de los procesos inauditos para mantener las formas sobre los contenidos, vengarse sobre la patria, las instituciones y la vida misma, es lo que quizás obliga a uno de los soldados a disparar ocho veces sobre el cuerpo de su víctima. Es posible que la venganza que luego profundizará Park Chan-wook, haya comenzado desde un constructo abstracto, pero en una de sus más recientes producciones Thirst de 2009, que en principio puede parecer otra película de "vampiros", observamos una refinación a esta idea de venganza hacia los símbolos. 
Cartel coreano de Thirst
Podemos deshilar el tejido del conjunto de argumentos de la película, donde la frase en inglés Thirst for vengaence, "sed de venganza" creo que no es gratuita. Estimo que hay una elaborada venganza hacia el poder y una de sus principales representaciones: Dios, o como decía San Anselmo, del ser tal que nada mayor puede ser dicho. La película mantiene la estética de Park Chan-wook, visualmente bien elaborada y muestra los giros de las personas con respecto al poder, de ahí que una vez obtenido el poder, hay una pregunta capciosa: ¿cómo vengarse al descubrir que el poder es el mayor mal de lo que puede ser obtenido? Tras esta idea, el vampiros, que poseen la inmortalidad y posee además conocimientos de teología, ya que es un ex-sacerdote, buscará respuesta de su estado, a tener el mayor de los males. Luego de reflexiones llenas de inseguridades, llega a la sencilla conclusión de que el único método para ser libre, la única forma de vengarse de su creador que le ha dado el poder, la única manera de abandonar el mayor mal en resistiendo al poder mismo y la única forma es anulándose. Aunque es fácil pensar el suicidio en varios términos, la película nos guía a ver el suicidio como una venganza sublime de aquel que ha heredado el poder y solo tiene la libertad en el rechazo.

Cartel coreano de I´m a Cyborg, but that´s OK.
En medio de estas dos películas de venganzas sobre abstracciones, Park Chan-wook, nos entrega una "comedia romántica" titulada: I´m a Cyborg, but that´s OK. Lo interesante de esta película, y a diferencia de otras comedias románticas, es que presenta la posibilidad del amor dentro de los ámbitos de la locura. Película que mantiene imágenes bizarras como es el mismo inicio de la película y sostenidas con la estética propia de Park Chan-wook, hace de esta película una "comedia romántica" poco convencional. Ambos personajes Young Goon y Il Sum, viven en un psiquiátrico, ambos tienen esquizofrenia que limitan sus vidas y sueños. Observamos a lo largo de la película y entre líneas la obsesión de la venganza de Park Chan-wook cuando Young Goon confieza que quiere vengarse de las personas que internaron a su esquizofrénica abuela separándola de ella cuando era una adolescente. Young Goon quiere eliminar a todos los médicos y enfermeras, quienes dentro de su mundo psicótico limitan la vida de las personas apagándola con terapia y procesos curativos. Entre las escenas divertidas de la película están los momentos donde Young Goon se venga, en su imaginación, asesinando masivamente a los miembros del psiquiátrico, una venganza sobre las instituciones, sobre los régimen de control. La película posee una poética difícil de hallar en las comedias románticas, donde el mensaje final es el triunfo del amor sobre las adversidades, pero en este caso sería el triunfo del amor sobre la venganza, un giro poético auténtico. Al final hago mi "comedia romántica" con Mi Amiga Japonesa, ella me mira, y sé que no debo cometer agravios, porque seguramente su venganza será fatal, ¿disparándome con sus dedos como lo hizo Young Goon? 

lunes, 18 de noviembre de 2013

sábado, 2 de noviembre de 2013

LOS LIBROS DE ALBERTO OLMOS

Alberto Olmos, tan viciado de Japón que tituló su blog hikikomori

¿Por qué viniste a Japón? me preguntan a veces.  Siempre doy dos respuestas, primera: un autoexilio originado por una esquizofrenia política que ha crecido en mi país durante los últimos cincuenta años (si tomo de referencia los análisis de Francisco Herrera Luque en su libro Los viajeros de indiasdonde nos habla de una Venezuela enferma mentalmente) y que el Gran Circo Socialista ha buscado consolidar en la medida en que instaurar la Historia con cuentos enfatizados por megalomanías ricas de mitos bobalicones; segunda respuesta, es que soy un sencillo aventurero, es decir, un ser vulnerable que busca estar en un tiempo pleno, desangrando mis vacíos y reportando a la muerte (quizás por eso los dioses no tienen aventuras, no son vulnerables, viven en un tiempo perfecto, no hacen vacíos y son inmortales). La segunda respuesta es mi favorita, aunque después tenga que explicar: vulnerabilidad, tiempo pleno, desangre de vacío y aproximaciones a la muerte. 
Libro donde está la tesis de Herrera Luque
sobre una Venezuela que padece enfermedades
mentales severas. ¿Nadie leyó el libro y buscó
tratamiento? Si ahora lo leyeran parecería que
no ha cambiado nada los venezolanos
y sus psicosis desde 1958
A veces cuando estoy hablando con otros extranjeros de América Latina o de España que viven en Japón, sus respuestas de por qué vinieron a Japón son otras y extrañamente similares a las mías. Algunos me hablan de sus bienestar económico, de sus coches, de los relojes, de sus casas de plástico, de su mujer japonesa que no los entienden o de lo difícil que es trabajar en una sociedad ordenada por pulsiones obsesivas y neuróticamente clasificadora; claro hay otros que me hablan de sus descubrimientos culturales, de los templos y lugares visitados, de la comida sin cocción y de extraños ritos y mitos, de su amor por la historia o la lengua de Japón; pero sea cual sea el motivo de vivir en Japón o los relatos que vivan; todos, absolutamente todos, adquieren los vicios de vivir en Japón, desde encerrarse en la casa cual hikikomori hasta no besar los cachetes de una amiga, de inhibirse al abrazar a alguien o de pronto realizar una venia o inclinar un poco el cuerpo al saludar a la distancia. Así los que vivimos año tras año en Japón, no es que nos volvamos japoneses, simplemente adquirimos sus vicios y a veces los perfeccionamos.
Mi Japón aunque realmente es el de Abraham Ortelius
 de 1595 titulado Iaponiae Insulae
Luego de vivir por cinco años en Japón he asumido varios de sus vicios. Lejos de pensar ésta palabra con su  herencia léxica contraria a  la virtud, en el fondo pienso que los vicios son registros repetitivos que hacemos en nuestro inconsciente para reconocer el placer sin mediaciones, ya que no hay razones que lo explique, de aquí que se entienda el vicio como una falta de virtudes, de prudencia, de propedéuticas institucionales, pero en el vicio podemos repasar un hedonismo que no ha sido tasado por nuestra racionalidad. Todos los vicios que he recorrido y replanteado en Japón se han trasladaron a un proyecto de novela de unas 250 páginas, quizás como para vaciarme un poco de ellos, ya que mi repugnancia a la repetición de los vicios es algo que ha evitado que me volviera adicto a cualquier cosa. Quizás una de las cualidades más profunda del vicio sea la repetición, pero esta cualidad es la que más me cuesta aceptar, así que escribí en el libro partes de esos vicios, crueldades, jactancias, miedos y reproches formando algo como una "novela", aunque realmente son crónicas subjetivas o pinceladas de mis adaptaciones para vivir en un lugar llamado Japón. Al terminar mis crónicas subjetivas busqué a un amigo para que las leyera. Él tiene veinte años viviendo en Japón y al final me dice: "Es que lo que tu escribe, de una u otra manera, yo lo he pensado o vivido, así que no veo originalidad en tus escritos, lo que escribes es lo que otra persona hubiera escrito con algo de curiosidad y un poco de talento para redactar cosas sobre Japón". Aquello fue la primera crítica que recibí, pero yo no había leído ninguna novela como la mía, y cómo me dijo una vez un amigo: "uno escribe lo que no ha leído", así que me parecía original fuera de Japón, quizás dentro de Japón sería cualquier "Japón" ya reflexionado, consumido y contado desde la mirada de otro inmigrante. 
Luego de digerir mis escritos, rearmarlo y guardarlo en un archivo digital, una tarde de ocio que busco desesperadamente fuera del trabajo asfixiante que a veces me ahoga, me introduje por los pasillos de la librería Kinokuniya, especialmente al área de libros en español, mientras Mi Amiga Japonesa iba a la sección de libros de fotografía, porque últimamente se ha interesado mucho por las fotos, quizás un vicio que yo le transmití, mientras ella me trasmitió otros vicios que aún me cuesta aceptar. Hallé en el área de libros en español uno que me llamó la atención: Tatami, de Albero Olmos, escritor desconocido hasta ese momento para mí, pero con esa novela y su simpático título japonés me atrajo sin duda, así que lo compré por 1.905 yenes, algo costoso si comparo que los libros japoneses  cuestan un promedio de 400 yenes, pero nada es caro si lo que busco es leer español y alejarme así por un tiempo de lecturas en inglés o japonés. Tatami (2008), ¿es una novela corta o un cuento largo? tiene 123 páginas (¿cábala?) y me la leí en una noche, quizás en un par de horas. La historia es simple pero extravagante (sí, la extravagancia es uno de los primeros vicios que te contagias en Japón: en la comida, en la ropa, en los signos sin sentidos). Olmos narra la historia de los cientos de españoles que vienen a Japón para enseñar español, entre otros motivos porque en España las cosas no va bien a los jóvenes profesionales y porque para algunos japoneses los latinos no hablamos un buen español, sino otro español (¿castellano?) como me comentaron una vez. El mercado de profesores de español nativo lo tiene tomado los españoles, especialmente los catalanes (¿aquí es cuando los catalanes se sienten españoles? joder), mientras los latinos dan clases de inglés o francés, cuando no tienen facciones indígenas y poseen títulos universitarios, en caso contrario el mercado se reduce más hacia restaurantes o fábricas de parte de automotores. ¿Qué hay marginación o un cierto racismo en Japón? Sí, lingüístico, social, cultural, pero no hay que extrañarse, medio mundo es racista del otro medio mundo, básicamente por ignorancia, mitos o complejos, por lo menos por aquí el racismo religioso es casi inexistente y las mujeres japonesas poseen mayor grado de adaptabilidad cultural que otras asiáticas, lo que permite vivir con Mi Amiga Japonesa en un lugar que juntos llamamos "Japón". La novela relata el encuentro de dos españoles, un hombre y una mujer, en un avión, ambos trabajan en el área de la enseñanza del español. La protagonista en una joven española tetona, (otro vicio que se instala rápido en Japón son los fetiches) que viene con la emoción del primer viaje al Imperio del Sol Naciente para ser profesora de la lengua de Cervantes, se ha formado para la enseñanza de esa lengua que se vuelve barroca fácilmente, a su lado va sentado un español que ya tuvo la experiencia de la enseñanza del español en Japón, pero que regresa para cerrar un ciclo. Mientras dura el viaje que separan Madrid de Tokio (aunque no hay vuelo directo), el hombre empieza a contarle sus experiencias en Japón que podemos resumirla como una aproximación a La Ventana Indiscreta de Hitchcock, con la diferencia de que el hombre no está herido y no observa ningún crimen, sino es un profesor que observa por su ventana a una joven estudiante en su diario vivir dentro de una habitación la cual puede observar con discreción (otro vicio de fácil asunción en Japón: el voyeurismo). 
"Ciudades iguales, inexpresivas
y endemoniadamente estrepitosas."
Ya lo comentaba Henry Michaux cuando vino a Japón: "País donde todo es conocido, todo abierto, todo espiado, donde ninguna puerta se puede cerrar, donde se encuentra un espía hasta en el baño, desnudo, pero espía... Pueblo prisionero de su isla, de su máscara, de sus convenciones, de su policía y de su cordón de seguridad" Sí, Michaux fue uno de los escritores que mas duramente describió su "Japón", no pudo dedicar muchas hojas sobre Japón en su obra Un bárbaro en Asia y apena el teatro  lo cautivó. La novela de Olmos esta llena de encantos y desencantos, el hombre que viaja a Japón para huir de su trágico amor, el hombre que llega a Japón y descubre un erotismo alucinante y acepta su vicio voyeurista, y del cual se vuelve adicto, el hombre que se va acostar con una japonesa y tiene que lidiar con los complejos y los traumas que rodean lo femenino japonés; mientras la profesora busca mantener el encanto de lo novedoso, aunque juzga rápidamente las acciones del hombre como pervertido, siente que necesita oír su narración, el vicio se contagia rápido. La historia son dos visiones, el que va a "su Japón" y el que regresa a "su Japón", por supuesto que cada viaje implica un cambio en la persona, pero pareciera escribir el autor que si se posee una personalidad egoísta, depresiva, inestable, atormentada y con algunos rasgo de crueldad o de sadismo, Japón será un lugar perfecto para vivir, y es que estos rasgos son fáciles de mantener en una sociedad que capitaliza los vicios, no como un sistema de oposición a una educación de virtudes, sino como complemento del placer que por esta zona no se asocia  ni con los pecados, ni con las traiciones como lo ven algunos occidentales; claro, si tu personalidad en alegre, amable, estable, bondadosa, filántropa, nice, Japón puede cerrar todas sus puertas sociales y obligar emigrar a otras tierras donde las enfermedades mentales no sean conocidas, pero esto si sería una real utopía. Así que la novela me presentaba mi tesis, y es que en la medida en que vivimos en Japón nos llenamos de sus vicios, como en el fondo nos llenamos de los vicios en los lugares en que vivimos, ¿pero es así de certero? Supe que Alberto Olmos había escrito otros libros con temática similar, así que tuve la oportunidad, en un envío de libros desde España, me llegaran: Trenes hacia Tokio (2006) y Pose (2012). 
東京行きの電車 
Trenes hacia Tokio, es una novela de acumulaciones y de fragmentos de experiencias que según el autor alimentó parte de su blog. En la novela mantiene una linea sutil argumentativa que a veces se va fracturando, muy posmoderno, muy pop, muy parecido a mi novela. Aquí tenemos a David y presenciamos sus diversas etapas para adaptándose a "su Japón", asumiendo sus vicios, tanto el que trae desde España: fumar, hasta el vicio de presentarse con una tarjeta personal en un tren a una chica desconocida con traje escolar para que dejara de ser desconocida (en mi caso daba las tarjeta a algunas mesoneras que me atraían en los bares o restaurantes por algo extraño como sus sonrisas eterna). Nuestro protagonista comienza a usar el vicio del meishi『名刺』una tarjeta donde están nuestras filiaciones institucional y datos personales, vicio que uso, que comienza como colección, que se mira a veces como si fueran retazos de amistades que tienden a desaparecer rápidamente. Nuestro protagonista nos comenta su divorcio a la japonesa, de la incomprensión de su esposa Kokoro en la cotidianidad de la pareja como filmarla desnuda, hasta su imposibilidad de mostrarle a su esposa su producción económica en términos reales o como uno de los objetivos de la vida en Japón: tener mucho dinero. El absurdo de algunas exigencias se marcan en la separación y en la parodia de un trabajo de profesor de inglés para niños terminan desinflando a nuestro protagonista, para luego sumergirlo entre cuatro paredes cremas que rodea a todos los que viven en Japón, engendrando así uno de los vicios más difíciles de trabar: la soledad. El protagonista empezará a disfrutar a estar solo, para luego buscar salidas voyeurista, de fantasías eróticas con colegialas (un vicio muy profundo en Japón) y por supuesto sumergirse en la pornografía: "Aprovecho mi invisibilidad para las matemáticas. Cuento las películas que caben en una sola balda y las baldas que conforman una estantería. A ojo, cada estantería aloja quinientas películas pornográficas. Quinientas por cada lado. Luego, voy contando las estantería que hay en cada sección (las secciones: violaciones, mujer madura, hermana mayor, oral, amateur, sado, tortura, colegialas, CWNM, TV, interracial, dibujos animados, etc.) y obtengo como resultado un total de 20 estanterías. Multiplico: veinte mil películas, a una hora por película: veinte mil horas; entre las veinticuatro horas del día: ochocientos treinta y tres días sin hacer otra cosa que ver pornografía: imposible; entre ocho horas al día (jornada pornolaboral): dos mil días de contrato, 6,8 años visionando perversiones. Interesante perspectiva." Sí, yo también pienso en lo absurdo de las cantidades, y es que en Japón todo es cantidad, de ahí que sea un gran país masturbatorio, quizás el número uno, y es que para la masturbación necesita mucha variedad, soledad y momento breves de consagración con uno mismo, elementos que la sociedad japonesa busca mantener dentro de su sistema social separado con paredes de plástico, y así asegurar que el vicio no se corrompa en virtud. El protagonista busca presentar una mirada irreverente de Japón, sus absurdos, sus ritos, sus sin sentidos; pienso que en el fondo el protagonista nos muestra lo difícil que es interactuar con otras culturas donde ciertos valores y visiones se oponen, o por lo menos no se pueden resolver fácilmente como fumarse un cigarrillo, pero esta sería una lectura políticamente correcta, lo cierto es que David, español hasta más no poder, de follar, fumar e ir a tascas, con una mirada adolescente sobre las cosas y los acontecimientos, se presenta en una cultura donde follar tiene sus altibajos, el fumar es un pose y las tascas son reuniones sobrias y planificadas con meses de antelación y llenas de sonrisas, en esa medida entiende que necesitará los altibajos, las poses y las sonrisas y comenzará a imitar a los adolescentes japoneses que se rodean de banalidades y superyó (das Über-Ich)
ポーズ
Pose, quizás sea un colofón de Trenes hacia Tokio. Pose tiene dos parte, la primera son narraciones en primera persona de un profesor de español que retrata el día a día con sus estudiantes, con Hitomi su mujer y con sus amigos alienados en una sociedad de consumo que impacta por sus cantidades, sus repeticiones, sus miedos. Las páginas están llenas de anécdotas como en Trenes hacia Tokio, anécdotas que se piensan a veces, pero que se confirman en el texto: "El otro día me llevó en su coche y su coche era un Nissam. Le pregunté, medio en broma, si todos los trabajadores de Nissam tienen que conducir un Nissam. Me dijo que no, pero que comprar un automóvil de otra marca conlleva incomodidades. En la Nissam hay dos párking. Uno, frente a la puerta, grande y vistoso; otro, en la parte de atrás, pequeño y alejado. En el párking delantero  de Nissam sólo pueden aparcarse los Nissam. En el párking pequeño y alejado estacionan los Honda, Mazda, Suzuki, y Toyota y los competidores europeos y americanos". Creo leer en las páginas de Olmos una profunda tristeza entre lo estupefacto de sus experiencias y lo sorprendido de sus nuevos vicios. El Japón de nuestro protagonista se arma con piezas tragicómicas como es la enseñanza de los idiomas, así en el capítulo titulado Edimburgo nos transcribe los escritos de un dictado que hizo en clase, anécdotas que en el fondo nos pone a pensar acerca de la importancia en el siglo de la tecnología de los dictados que atormentaron a más de una generación de estudiantes y que ahora extrañamente se práctica. Pero quizás el capítulo que me confirma que en el fondo vivir en un lugar es también adquirir sus vicios sea precisamente el capítulo Pose, donde el autor se hace unas poses para tomarse unas fotografías, cual Mishima en algún momento, con un fingido seppuku『切腹』El libro muestra algunas de esas fotos, de esas mera formas de espectáculo que rodea cualquier espacio en Japón, Alberto halló un nuevo vicio, quizás el más peligro, el doblegar la voluntad de vivir; es posible que ese fuera el último vicio que obtuvo en Japón, o por lo menos así lo entreveo yo, y de ahí su necesidad de regresar a España. La segunda parte de Pose son las experiencias del Alb en la feria internacional del libro de Guadalajara 2009, obviamente nada que ver con la narrativa que hace de "su Japón", pero que describe al autor y sus obsesiones; en esta parte Alberto se define: "soy una especie de escritor pop que lo único que quiere es tirarse el rollo con sus libros". Pues sí, es un escritor pop, pero de una mirada que no penetra como debería ser pero, que contornea las figuras con detalle nimios pero fascinantes y remarca las siluetas con precisión de un dibujante industrial. Así estas tres obras de Alberto Olmos acentúan siluetas, márgenes, claroscuros que siempre acompañan los vicios que adquirimos por vivir mucho tiempo en un lugar y que a veces no podemos dejarlos jamás. Y ahora que leí una novela similar a la que hice ¿tendré que hacer otra que aún no he leído? Lo bueno de la literatura es que sus temas se cuentan con los dedos de una mano (cita que se le atribuye a Borges aunque bien la pudo haberla pronunciado con mayor autoridad Juan Rulfo), sí los temas se repiten y nos dan placer, aunque leamos una u otra versión del tema, implicaría que la  literatura es un vicio que nos puede llevar a la locura, como todo vicio, como llevó a Alonso Quijano a cabalgar sobre Rocinante y recorrer "su España". 

martes, 22 de octubre de 2013

MI AMIGA JAPONESA Y HANNAH ARENDT


Foto de Hannah Arendt que estuvo como fondo de pantalla
de mi portátil.

Durante un tiempo tuve una foto de Hannah Arendt como fondo de pantalla en mi portátil, y a veces cuando mis alumnos japoneses la veían preguntaban ¿quién era? Yo respondía mi abuela. Mi Amiga Japonesa cuando vio la foto por primera vez se intrigó. Es una foto antigua me afirma. Sí respondo y le digo es Hannah Arentd. Ella me mira con dudas y pregunta ¿quién era? Yo respondí que fue una antigua profesora filosofía. Durante los dos años que tuve la foto de Arendt en mi computadora sólo mi amiga china Zhou al verla dijo: es Hannah Arendt. Claro, Zhou estudió en Alemania y a veces me habla inglés con acento alemán y luego preguntó ¿por qué colocas la foto de Hannah Arendt en tu ordenador? Como siempre tenía que responder quién era o por qué tenía a Hannah Arentd en mi computadora, una mañana decidí quitarla como fondo de pantalla y colocar un diseño abstracto. Ya nadie hace preguntas, debe ser por eso que me encanta el arte abstracto, porque cualquier pregunta carece de sentido. Quizás mi amor por Hannah Arentd nació cuando estudiaba filosofía, tomaba mucha cervezas, fumaba mucho Marlboro con café retinto y luego me la pasaba discutiendo en las clases de Filosofía Política, allí oí por primera vez su nombre, cuando en algunas discusiones sobre política el profesor Omar Astorga nos trataba de enseñar algunas diferencias básicas entre Imperialismo, Fascismo y Totalitarismo que desgranaba a partir de las ideas de Arendt y cómo eran particulares desarrollos que estaban en la obra Leviatán de Hobbes. 
Los orígenes del Totalitarismo, un libro que
explica mucho pero que "políticamente"
se lee poco.
Claro, el profesor Astorga era un enamorado de Hobbes y yo me enamoré de Arendt, por lo que concluí que en las clases de Filosofía Política uno descubre un tipo de amor que no se nos da a nuestras corporalidades. Leí a Arendt y me entretuve con sus libros: Los Orígenes del Totalitarismo, Eichmann en Jerusalem y La condición humana. Leí a Hannah como si fuera una amiga, una vecina, una colega, por lo que nunca hice un trabajo de investigación, ni un ensayo sobre su pensamiento, sencillamente la leía y disfrutaba su inteligencia y la forma de organizar los problemas y las soluciones, definitivamente era una de las grandes escritoras del siglo XX. Quizás la respuesta de por qué coloqué su foto como fondo de pantalla, fue por una especie de homenaje íntimo que no sabía con precisión el porqué, pero que provenía de dos acontecimientos. El primero fue hace unos años, cuando aún vivía en Venezuela y por distintos canales y personas comenzaron a usar la palabra fascismo como el mayor insulto ontológico político que se hubiera creado, pero lo que yo veía era la instauración de un fascismo en Venezuela, más que un contrapunteo con la palabra, era la fundación de una era dictatorial, con un caudillo, con todas las señales, marcas y discursos que en sus tiempos hizo Mussolini. 
Il Duce e il popolo.
Diferencias pocas realmente entre Mussolini de ultraderecha y sus camisas negras y Chávez de ultraizquierda con sus camisas rojas, porque al final ambos eran ultra, ambos evitando cualquier argumento de coherencia y de razonamiento para sustituirlos por elementos de fe con valores destinados a perdurar en la conciencia del pueblo, valores obtenidos de cierto heroísmo, de aceptación de la gran patria o de la gran nación, de rescatar ciertas historias olvidadas y de dar un estatus óntico al pueblo, para así desarrollar una nueva vida espiritual bajo las directrices de un líder, comandante, duce, caudillo, führer, etc. Así de sencillo pienso se calcó la política de Mussolini y la de Chávez, ambos populares, ambos líderes de fe para sus pueblos fuera de cualquier contrato social, fuera de cualquier parlamento político, fuera de cualquier instancia institucional democrática porque en el fondo ellos fueron resultados del momento político caótico que había en la Italia premoderna y en la Venezuela posmoderna. Así que mientras releía a Arendt y mis estudiantes me decían escuálidos y mis colegas chavistas, precisé los ángulos con el que el fascismo se instalaba en mi país a mediados de la primera década del siglo XXI, luego coloqué la foto de Arendt para recordarlo. 
Burocracia efectiva
A veces me detengo a pensar que en Venezuela se ha aceptado el fascismo y posiblemente irá hacia un totalitarismo. Si bien esta conclusión podemos llegar en las lecturas de Arendt, lo cierto es que para que este proceso se de, se necesita de una burocracia de Estado funcional. Arentd nos comenta: "El verdadero objetivo del fascismo era sólo apoderarse del poder e instalar a la élite fascista como dominadora indiscutida del país. El totalitarismo nunca se contenta con dominar por medios externos, es decir, a través del Estado y de una maquinaria de violencia; gracias a su ideología peculiar y al papel asignado a ésta en ese aparato de coacción, el totalitarismo ha descubierto unos medios de dominar y de aterrorizar a los seres humanos desde dentro. En este sentido, elimina la distancia entre los dominadores y los dominados y logra una condición en la que el poder y la voluntad de poder, tal como nosotros los comprendemos, no desempeñan papel alguno o, en el mejor de los casos, desempeñan un papel secundario. En sustancia, el líder totalitario no es nada más ni nada menos que el funcionario de las masas a las que conduce; no es un individuo hambriento de poder y que impone una tiránica y arbitraria voluntad sobre sus súbditos. Siendo un mero funcionario, puede ser reemplazado en cualquier momento y tanto depende él de la «voluntad» de las masas a las que encarna, sin él las masas carecerían de representación externa y seguirían siendo una horda amorfa; sin las masas, el líder es una entidad inexistente. Hitler, que era completamente consciente de esta interdependencia, la expresó una vez en un discurso dirigido a las SA: «Todo lo que sois me lo debéis a mí; todo lo que soy sólo a vosotros lo debo»". Pienso que Venezuela podría pasar de un sistema fascista compuesto por una dictadura nacionalista a un totalitarismo como ocurrió en Cuba o Corea del Norte donde desde adentro, desde las instituciones controlan al individuo, pero para lograrlo se debe poseer instituciones efectivas, diligentes, por lo que un sistema totalitario necesitará de una burocracia efectiva y funcional, pero esa instancia de excelencia dentro de las instituciones burocráticas en Venezuela se ve como una meta imposible, y es aquí donde el terror y la capacidad de aterrar en el fondo se transforman en chistes y los líderes políticos en monigotes. Obviamente un país con una burocracia efectiva generará otro totalitarismo, menos claros como en los EE.UU. o Japón, pero en estos totalitarismos meramente burocráticos contemporáneos, no aparece el líder, el guía, el führer espiritual, lo que permite a los individuo ejercer su individualidad.
El totalitarismo Disney
Sí, es cierto que una élite política tomó el poder en Venezuela, o sustituyo a otra, y en el proceso para serlo desarrolló una dictadura fascista con rostro democrático frente a una democracia teatral que comenzó a dominar la política de Venezuela desde los años setenta. Lo cierto es que el próximos paso en Venezuela no será un totalitarismo gracias a lo negligente de su burocracia, sino quizás otra dictadura fascista ultra de izquierda o derecha, como aconteció en el 2002 con Pedro Carmona, o arribada al poder a través del rostro democrático popular. Mucha de las preguntas que hay sobre las crisis políticas en Venezuela, en Siria, en Corea de Norte, en Japón, quizás tengan respuestas en los libros de Arendt, de ahí la primera parte de mi íntimo homenaje.
Producción de mi hemisferio derecho
El segundo acontecimiento que me llevó a colocar la foto de Arendt fue que paralelamente leí su biografía y mi hemisferio derecho cerebral comenzó a imaginar cosas y decidió narrar lo que imaginaba. Yo como amanuense empecé a escribir una historia donde la protagonista fuera Hannah Arendt. Imaginé una historia de amor desde la filosofía, la joven Arendt y el soberbio Heidegger reposaban en un lecho después de hacer el amor. Esta escena de ternura entre dos personas cerebrales siempre me produjo una imagen que derrumbó cualquier principio de contradicción que me regalaría la lógica. Así con el tiempo hice un cuento que titulé Tiempos en Marburgo y que luego se transformó en el primer cuento de mi libro Cuentos de amores extremosAllí está la historia, con sus matices y desarrollos, con sus reflexiones y acciones, y la foto de Hannah fue una inspiración mientras la describía, por lo que con el tiempo le tomé cariño y la coloqué de fondo de pantalla.
Cartel de la película
Todo lo anterior lo escribo porque hace unas semanas vi una película llamada Hannah Arendt (2012) dirigida por Margarethe von Trotta, en ella resumen las experiencia de Arentd en su percepción al juicio de Eichmann en Jerusalem. La película con una buena ambientación de la época muestra las facetas polémicas de la filósofa, pero también su lado femenino, su ternura y amor por el pensamiento y por lo humano. La película recrea algunos flashback (analepsis) de los encuentros amatorios con Heidegger... y se me erizaron los pelos porque veía lo que había imaginado. Fue una experiencia curiosa, era como si alguien hubiera leído las escenas de los encuentros entre Arendt y Heidegger que describí y las hubiera realizado para el cine. En verdad la sensación fue extraña, tan extraña que aún la siento mientras escribo estas líneas, y claro, la imaginación es libre, pero si hubiera salido algún elemento que sólo está en mi cuento, como el ratón Diógenes y apareciera en la película, la hubiera demandado por plagio. Lamentablemente no salieron ratones en la película.



 Trailer de la película