miércoles, 20 de noviembre de 2013

LAS VENGANZAS DE PARK CHAN-WOOK

Versión del año 2013, de una historia de venganza, no de héroes, guerreros y leyendas.  
Jorge Luis Borges escribió un cuento: El incivil maestro de ceremonia Kotsuké no suke que publicó en su libro Historia universal de la infamia, allí resume un episodio real que ocurrió en el siglo XVIII en Japón y cuenta la historia de una venganza. Le explico a Mi Amiga Japonesa si conoce la historia mientras miramos unos C.D. y le muestro la carátula donde aparece los 47 ronin, ella duda, así que le recreo la historia de los 47 ronin y cómo se unieron y ejecutaron un plan que les llevó años, sólo por mantener el espíritu de venganza復讐心Esta historia ha sido contada, estudiada, documentada y filmada decenas de veces, desde directores como Mizogushi Kenji quien produjo en 1941 su versión titulada 元禄忠臣蔵hasta una readaptación hecha este año que titularon 47 Ronin con Keanu Reeves y Kikushi Rinko como actores principales y dirigida por Carl Rinsch y la cual su carátula, le mostré a Mi Amiga Japonesa en la tienda de videos. Al llegar a la casa le comenté que hace unos cuatro años atrás fui a Tokio y visité el cementerio donde aún se le rinde los homenajes respectivos a estos 47 hombres. Mientras vagabundeaba por el lugar le pregunté a unos japoneses por qué iban a rendirle homenaje y respeto y me contestaron que era parte de su historia, por lo que los 47 ronin merecen admiración y pleitesía. Es decir, parte de la historia de Japón se sostiene en el honor, pero también en la venganza. Así que le resumo a Mi Amiga Japonesa estas percepciones del ser japonés, ella me mira y reflexiona mi punto de vista. 
¿Culpables? Siempre alguien
Mientras ella medita, creo que en América Latina no tiene grandes hitos o historias donde las venganzas sean los ejes principales sino el resentimiento. El rencor llena mucha de las páginas de la historia de América Latina. Rencor y resentimiento son dos léxicos difíciles de separar pero que apuntan a un mismo objetivo: mantener posibles respuestas a un ataque, a un daño que no se olvida, que no se perdona pero que tampoco se venga. El resentimiento está acompañado con un sentimiento de indignación y de impotencia, pero también de pusilanimidad, ya que el individuo va aceptando la injusticia por décadas, porque a veces no se siente digno de recibir justicia. ¿Cuándo ocurrió el daño, quienes fueron los ultrajados, quienes son los herederos del sufrimiento? Desde México hasta Argentina las personas hablan de cambios de valores, de falta de políticas, de corrupción institucional, de que alguien tiene la culpa de sus tragedias, siempre alguien, abstracto, impreciso o a veces concreto y definidos. En muchas miradas de latinoamericanos se pueden apreciar un resentimiento evolucionando, sin importar la raza, la clase social, la educación adquirida, todos tienen una queja que abarcan diversos puntos de la historia: desde la conquista española y los sistemas esclavistas, hasta los crack económicos o las injerencias del o los "imperios". El resentimiento culpa algo o alguien que obstaculiza el cumplimiento del deseo. El mito de que los latinos no tienen memoria es falso, tiene una gran memoria, pero no es una memoria de datos, de conocimientos, sino un sentimiento memorioso que busca respuestas a sus rencores atávicos, a sus iras y enemistades envejecidas. Los acusados se pierden entre mitos y sueños, todos desaparecen para transformase en un mero concepto abstracto o en un mito sin origen claro. 
La obra de César Enriquez, con una estética propia de neorrealismo 
italiana y un guión conbases de contenido propios del rencor y la culpa
El cine latinoamericano está lleno de rencores, de resentimientos, y especialmente el cine venezolano, que desde una de sus primeras producciones que pude apreciar: La Escalinata de 1950 de César Enríquez hasta Secuestro Express de 2005 de Jakubowicz, mantienen un mismo argumento, subrepticio en la mayor parte, pero obvio en general: un rencor que mueve a los protagonistas y que percibimos en los diálogos, en las actitudes hacia los demás. En La Escalinata el joven ladrón cuando baja las escaleras hacia el barrio con sus amigos a veces enuncia esta sentencia: "las personas con dinero exhiben sus riquezas que nosotros los pobres carecemos, hay que buscarlas porque no hay otra forma de salir de aquí"; igualmente en las últimas escenas de la película de Secuestro Express oímos decir a Trece, uno de los protagonistas, a Carla algo como: "el problema son los burgueses, los "riquitos" quienes exhiben sus riquezas por la calle sacándonos la rabia que acumulamos los pobres"; entonces Carla cambia su coche de lujo por uno sencillo y al final del filme observamos una metamorfosis en ella: de ser miembro de una clase pudiente busca asemejarse a una clase más normal, más pobre, más falsa. Quizás por eso el cine Venezolano, con contadas excepciones, no ha logrado producir obras de calidad visual que soporten argumentos que no estén enmarcados emocionalmente por el rencor, el resentimiento, la exaltación del resquemor, ya que estas emociones se repiten entre argumentos y guiones. Pienso que una gran cantidad de películas Venezolanas se centran en este sentimiento que percibe obstáculos, ofensas, amenazas que impiden lograr los deseos y algunos directores como Román Chalbaud y Mauricio Walerstein han intensificado, por lo que son escasas las películas donde sentimientos como: la calma, la paciencia, la misericordia, el amor, sean las principales líneas emocionales de los filmes venezolanos, y las pocas que hay, curiosamente no son las favoritas del público.   
Park Chan-wook
Desde que vivo en Asia, el cine latino se me hace esquivo, casi no puedo ver las producciones que se desarrollan en ese amado continente, porque no llegan a las grandes tiendas de videos en Japón, la mayoría son producciones asiáticas y norteamericanas, y en menor medida europeas. Es extraño ver cine argentino, colombiano, mexicano recientes por las tiendas de videos. Es cierto que puedo hallar una gran cantidad por Internet, pero la mayoría, o ya las he visto o sencillamente no me interesan. Me he dedicado a ver el cine asiático, con paciencia y tratando de entender argumentos y sentimientos. Gran parte de este cine lo veo con Mi Amiga Japonesa, ambos somos apasionados por el cine, ella tiene sus directores japoneses favoritos donde resalta Kōreda Hirokazu y yo tengo los míos donde destaca Sono Sion, así que compartimos opiniones y miradas. Ella a aceptado parte de mis argumentos sobre la necesidad de vengarse en el mundo japonés, pero yo lo extiendo aún más, y le digo que es posible que también se perciba con la misma intensidad en Asia, como en Corea. Ella me vuelve a mirar y me increpa que no puede saber eso. Yo le digo que no sólo admiro a directores japoneses, sino coreanos, ella no admira a ningún director coreano, así que tengo otros argumentos cuando comparo el cine japonés con el coreano, y le explico que entre los directores coreanos que me encantan está: Park Chan-wook. Mi Amiga Japonesa repite los sonidos que acabo de decir y comenta que no lo conoce. Yo le explico por qué el cine de Park Chan-wook me confirma la necesidad de venganza en la cultura asiática, y ella vuelve a meditar mi punto de vista.
Lo que más me gusta de la versión japonesa de 
La Genealogía de la Morales el dibujo de la portada.
No sé por qué
Lo que más me ha interesado del cine de Park Chan-wook, es que a diferencia del realizado en Venezuela, el coreano destaca y da preponderancia al sentimiento de venganza sobre el del rencor. En casi una docena de filmes que abarca su producción, podemos apreciar este ir y venir de la venganza, que a diferencia del rencor que no realiza el acto vindicador, la venganza lo busca y ejecuta causando daño al obstáculo de la felicidad del individuo. La venganza es una respuesta a un agravio, quizás por eso, san Agustin comentó que la venganza está fundada sobre una especie de sombría justicia. Lo interesante de la venganza es que busca la justicia con una característica vital: desplazar la pulsión, detener el acto de la furia del momento, contener la cólera que produce el agravio, para no ser llevado por los impulsos. El vengador debe ser cauto y paciente, pero además introduce una racionalidad sobre el sentimiento que congela su pulsión, transformando la venganza en un proceso racional. Este proceso implica una relación existencial, ya que el vengador existe para el otro, como nombre, como fecha, como vida; mientras el resentido vaga sin precisión, sin existencia para el otro. Es posible que la tradición cristiana que inundó a América halla pululado el perdón como el más noble de los actos, pero el perdón siempre será una atribución del poderoso (sólo Dios perdona), no del débil, para el débil queda el acto de la venganza, pero debe poseer una lógica estricta para realizarlo, si no será un ser esclavo de unos sentimientos que vive infinitamente en un estado de negación, de anulación, de tristeza y autodestrucción. El perdón genera rencor, ya que el perdón exige el olvido total del acto, del deseo, de la pulsión, y es precisamente nuestra memoria quien traiciona el perdón. Somos seres de recuerdos, así que el perdón es una lucha interna entre memorias y la compresión del acto de agravio que no siempre estamos dispuestos a llevar; ya Nietzsche había entrevisto que el rencor, la venganza y el perdón conformaban las estructuras básicas de la moral, de aquí que hayan sido las bases de su obra: La genealogía de la moral. La venganza no exige perdón, no hay una lucha entre recordar y olvidar, sólo hay un principio, una exigencia de satisfacción que tiene la paciencia como aliada principal.
Cartel coreano de Sympathy for Mr. Vengeance
Park Chan-wook está obsesionado con mostrar la imagen de la venganza, quizás sus dos películas más emblemáticas sean precisamente Sympathy for Mr. Vengeance de 2002, y Sympathy for lady Vengeance de 2005. En Mr. Vengeance nos muestra la venganza como una espiral imparable. En esta película, por una serie de azares que nos embelesa para seguir los pasos de las venganzas que ocurren paralelamente entre Ryu y Park Dong-jin. Las venganzas nacen por una serie de equívocos, de necesidades, de carencias. Ryu pierde su riñón y el dinero de su venta en manos de la médico que lo operó, acto que hizo para salvar a su hermana que necesita una operación. Antes su desesperación Ryu ha secuestrado a una niña para obtener el dinero que necesita para ayudar a su hermana, la hija es de un rico empresario: Park Dong-jin. La niña muere accidentalmente, y paralelamente la hermana se suicida. A partir de este doble proceso de muerte nace las venganzas que al final convergen en una lucha entre Ryu y Park Dong.jin, por un lado Ryu busca la doctora y sus hijos quienes lo han estafado, así como a cientos de personas que pierden su dinero y sus riñones, para vengarce, no por su estafa sino por la muerte de su hermana, a la vez Park Dong-jin busca vengar la muerte de su hija, tratando de hallar a los culpables para asesinarlos y al final ambos se encuentran. No sólo el tema y su presentación son exquisitos, sino que Park Chan-wook experimenta con grandes angulares manteniendo una línea divisoria sutil en la pantalla, un juego simétrico que atrae al espectador, también juega con colocar la cámara a distancia, lo que permite exacerbar los placeres voyeuristas; además de buscar equilibrios entre las imágenes y los ángulos, Park Chan-wook descontextualiza escenas, introduce fotografías en los planos menos pensados y recrea escenas con elementos de crudeza, siempre necesarios en las venganzas, para demostrar lo inhumano del agravio. A diferencia de Sympathy for Mr. Vengeance, en Sympathy for lady Vengeance, Park Chan-wook mantiene un argumento sólido donde la venganza, su génesis y consumación son desveladas paso a paso. La película cuenta la historia de Lee Geum-ja y cómo ha planificado su venganza hacia un secuestrador de niño, que por azar ella ayudó siendo una adolescente por amor. Luego de pasar 13 años en la cárcel logra amasar sus impotencias para redirigirlas hacia su victimario. La película cuida mucho la narración, desatando los nudos conflictivos lentamente, a un ritmo que mantiene al espectador en constante suspenso y entretejiendose con otras historias de mujeres encarceladas que dan una vitalidad y fidelidad a la historia que conmueve. 
Cartel coreano de Sympathy for Lady Vengeance
En Sympathy for lady Vengeance, el director mantiene los mismos elementos técnicos que utilizó en Sympathy for Mr. Vengeance (grandes angulares, cámara a distancia, introducción de imágenes metafóricas para acentuar una idea o suceso), pero en su versión femenina se observa más serenidad y control del tiempo de ejecución de venganza, así con respecto a Mr. Vengeance, Lady Vengeance marca un ritmo más lento, sutil y social para el acto vengativo. En los filmes de Park Chan-wook se establece un conocimiento necesario para precisar el tiempo originario de la venganza. Muchas génesis de las venganzas nacen con la infancia o en la niñez. La inocencia de nuestros años pueriles es rápidamente perdida por los infantes que están en las películas de Park Chan-wook. La niñez es la gramática necesaria para escribir los ejes discursivos que soportan los argumentos de las venganzas, esta idea la podemos precisar en el filme Oldboy en el 2003, en esta película nos muestra los procesos de venganza y su relación con la niñez perdida, además de ser denomina el segundo filme de la trilogía de la venganza de Park Chan-wook. Oldboy nos narra la venganza, no desde la niñez como víctima, sino como pérdida. Luego de ser secuestrado por 15 años Oh Dae-su, al final de una viernes de ebriedad, es sacado a la calle para que busque respuestas a su encierro sin sentido. Las respuestas llegaran lentamente, es víctima de una venganza cuyo origen se remonta a su temprana adolescencia y que se alarga entre expiaciones y comprensión de los tabúes del incesto que enmarcan la cinta. 
Cartel coreano de Oldboy
Esta obra lleva al límite la planificación de la venganza que realiza Lee Woo-Ji sobre un hecho que Oh Dae-su consideró baladí en su momento, pero que para Lee Woo-Ji explicaba sus desapegos, sus obsesiones, sus límites. El filme nos lleva a plantearnos la venganza como sentido de vida, como modo absoluto de subsistencia, explicando cómo este sentimiento desarrolla una vitalidad, un ansias de vivir, sólo por satisfacer el agravio recibido en algún lugar lejanos de nuestra memoria y quizás la obra de Alexandre Duma logró una mirada similar en Occidente en el siglo XIX. En la producción de Park Chan-wook, hay una película titulada Three... Extremes, son tres cortos realizados por tres directores asiáticos: Takashi Miike, Fruit Chan y Park Chan-wook, éste último participa en un corto titulado Cut realizada en el 2002, donde apreciamos la venganza como un proceso que nace, no sólo de la injusticia, de la impotencia, sino especialmente de la envidia. El corto nos relata la historia de un actor de relleno que decide vengarce de un director torturandolo, en ese momento expresa todo un cúmulo de resentimientos y envidias, pero en su proceso de venganza comete mayores agravios, no ataca sólo al director dueño de sus envidias, sino que en su proceso de venganza compromete a su hijo quien no comprende las circunstancias de las locuras que observa en su padre, actor de relleno, de ahí la frialdad con la que el niño dice las palabras "me vengaré", las únicas que dirá en todo el filme. Los que nos lleva a pensar que las venganzas realizadas con envidias y resentimientos conllevan injusticias internamente. 
Cartel coreano de Joint Security Area
Hay otras películas de Park Chan-wook, que si bien no presentan la venganza como motor del filme, no son fáciles de hallar sus sentidos sin tener en consideración este sentimiento. Así tenemos la película  Joint Security Area del 2002. Película que nos comenta acerca del área conflictiva que hay entre las fronteras de Corea del Norte y Corea del Sur. En la zona de seguridad ocurre dos asesinatos, si bien pareciera que no fueron realizados por venganza, ya que los soldados muertos fueron quizás debido al conflicto que hay en la zona fuertemente militarizada, lo cierto es que toda la película gira en torno al asesinato de una de las personas que recibió ocho disparos. "Fue un acto de venganza" dice la investigadora, y a partir de esta idea la fiscal del caso busca la verdad. ¿Fue una venganza? pero ¿por qué? si no hay relaciones entre los soldados del ejercito de Corea del Norte con los soldados del ejercito de Corea de Sur. A lo largo de la película nos muestran los momentos en que se desarrolla la amistad entre los soldados, aunque los por qué de la venganza nunca se dan con claridad. Pienso que en esta temprana película de Park Chan-wook, presenta la venganza en abstracto, la venganza no hacia las personas concretas sino a símbolos: al Estado en este caso. Vengarse de la política de los países, vengarse de los procesos inauditos para mantener las formas sobre los contenidos, vengarse sobre la patria, las instituciones y la vida misma, es lo que quizás obliga a uno de los soldados a disparar ocho veces sobre el cuerpo de su víctima. Es posible que la venganza que luego profundizará Park Chan-wook, haya comenzado desde un constructo abstracto, pero en una de sus más recientes producciones Thirst de 2009, que en principio puede parecer otra película de "vampiros", observamos una refinación a esta idea de venganza hacia los símbolos. 
Cartel coreano de Thirst
Podemos deshilar el tejido del conjunto de argumentos de la película, donde la frase en inglés Thirst for vengaence, "sed de venganza" creo que no es gratuita. Estimo que hay una elaborada venganza hacia el poder y una de sus principales representaciones: Dios, o como decía San Anselmo, del ser tal que nada mayor puede ser dicho. La película mantiene la estética de Park Chan-wook, visualmente bien elaborada y muestra los giros de las personas con respecto al poder, de ahí que una vez obtenido el poder, hay una pregunta capciosa: ¿cómo vengarse al descubrir que el poder es el mayor mal de lo que puede ser obtenido? Tras esta idea, el vampiros, que poseen la inmortalidad y posee además conocimientos de teología, ya que es un ex-sacerdote, buscará respuesta de su estado, a tener el mayor de los males. Luego de reflexiones llenas de inseguridades, llega a la sencilla conclusión de que el único método para ser libre, la única forma de vengarse de su creador que le ha dado el poder, la única manera de abandonar el mayor mal en resistiendo al poder mismo y la única forma es anulándose. Aunque es fácil pensar el suicidio en varios términos, la película nos guía a ver el suicidio como una venganza sublime de aquel que ha heredado el poder y solo tiene la libertad en el rechazo.

Cartel coreano de I´m a Cyborg, but that´s OK.
En medio de estas dos películas de venganzas sobre abstracciones, Park Chan-wook, nos entrega una "comedia romántica" titulada: I´m a Cyborg, but that´s OK. Lo interesante de esta película, y a diferencia de otras comedias románticas, es que presenta la posibilidad del amor dentro de los ámbitos de la locura. Película que mantiene imágenes bizarras como es el mismo inicio de la película y sostenidas con la estética propia de Park Chan-wook, hace de esta película una "comedia romántica" poco convencional. Ambos personajes Young Goon y Il Sum, viven en un psiquiátrico, ambos tienen esquizofrenia que limitan sus vidas y sueños. Observamos a lo largo de la película y entre líneas la obsesión de la venganza de Park Chan-wook cuando Young Goon confieza que quiere vengarse de las personas que internaron a su esquizofrénica abuela separándola de ella cuando era una adolescente. Young Goon quiere eliminar a todos los médicos y enfermeras, quienes dentro de su mundo psicótico limitan la vida de las personas apagándola con terapia y procesos curativos. Entre las escenas divertidas de la película están los momentos donde Young Goon se venga, en su imaginación, asesinando masivamente a los miembros del psiquiátrico, una venganza sobre las instituciones, sobre los régimen de control. La película posee una poética difícil de hallar en las comedias románticas, donde el mensaje final es el triunfo del amor sobre las adversidades, pero en este caso sería el triunfo del amor sobre la venganza, un giro poético auténtico. Al final hago mi "comedia romántica" con Mi Amiga Japonesa, ella me mira, y sé que no debo cometer agravios, porque seguramente su venganza será fatal, ¿disparándome con sus dedos como lo hizo Young Goon? 

2 comentarios:

  1. Imagino el gusto que sería charlar contigo sobre cine... ó mejor dicho el gusto que sería escucharte hablar sobre cine dado que mis conocimiento sobre el mismo y sus directores, actores etc,etc es bastante limitado... Tanto que se reduce a : excelente película, me encantó ó que aburrimiento...
    En fin, te mando saludos afectuosos desde México....

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