Lo eterno femenino en la obra de Suzuki Harunobu |
Una burguesía sin poder, natural mecenas de las artes y los placeres |
Cuando llegaban los occidentales a principios del siglo XX, pensaban encontrar escenas parecidas en Japón, y todos, desde Loti hasta Gómez Carrillo escribieron sus decepciones |
La mujer, mito y leyenda en la obra de Suzuki Harunobu |
La sexualidad, lo normal, lo confortable |
Dando masajes en una terma, todos juntos, hombres, mujeres y un niño riéndose del enorme falo del japonés |
Ver acciones sexuales, el escudriñar entres las puertas móviles el ver sin ser visto, el placer del voyeurismo 『窃視症』un fetiche muy extendido por el país del Sol Naciente y en el mundo |
El voyeurismo está presente desde el principio de las civilizaciones, desde los orígenes de las representaciones de la figura humana, que sintetizaba el objeto deseado y así, aplazar el deseo. El voyeurismo como fetiche se enmarca perfectamente en los contextos pornos que explotan lo que está del otro lado de nuestros límites, de nuestros poderes o capacidades de acción y que además nos es extraño e inexplicable. Lo curioso es que en un mundo globalizado hay ventanas para todo, y así descubrimos a muchos voyeuristas viendo pornografía en trenes, en el trabajo, en el móvil mientras esperan el autobús, yo he tenido la curiosa experiencia de haberme sentado en un tren en Japón y el hombre a mi lado babeaba frente a una mangas pornográfica; y claro, yo entiendo que uno de los placeres del voyeurismo es estar contemplando algo prohibido, ilícito y ser capturados, Quién capturará al hombre leyendo mangas pornográfica en el tren ¿su jefe?, ¿un amigo?
El máximo placer para el voyeurista es ser agarrado in fraganti |
¿Padre(s) enseñando la sensualidad a su hijo? o ¿Enano recreando un ménage á trois ? |
Los gruesos y grandes penes centra la obra de Suzuki el mito de la fertilidad, de la vitalidad, del dominio, del macho |
Así lo interesante de los Ukiyo-e es que nos enseña que no existen miradas inocentes, que no hay miradas que no modifiquen con su presencia aquello que mira, como las miradas que yo hago, como las miradas que me hacen.
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