domingo, 11 de febrero de 2024

OTRO CUENTO DE YASUHIRO

A ella le gustaba ir a ese bar, era uno pequeño de aquellos ideales para tomarse un par de cervezas y comer algo de pollo frito, allí siempre la atendía Kuniko, una mujer que siempre le hablaba de los años en que vivió en Bolivia, de niña, mientras su padre hacía negocios de minerías, para traer cobre a Japón y luego ella vino para hacer lo que hace toda mujer japonesa: casarse, tener tres hijos como lo había hecho la madre Kuniko para finalmente ver pasar el tiempo y hacer un negocio cuando los hijos se van de la casa, como también lo había hecho la madre de Kuniko al abrir un restaurante de ramen en la vieja casa de la familia que ya no existe, porque cuando las mujeres descubren con la edad que empiezan a tener mucho tiempo libre y poco dinero para pagarse caprichos pues ideas de sobrevivencias comienzan, ideas que también desaparecerán. Así que junto a su esposo y luego de que él se cansara de ser un chupatintas, abrieron un bar y por nostalgias lingüísticas Kuniko lo llamó: Amigos. Allí una noche luego de una jornada de ocho horas atendiendo a mujeres viejas que se quejaban de que sus cuerpos ya no era como antes, conoció ella a Yasuhiro tomando unas cervezas, la causa de conocerse es como ocurre en todo pequeño bar, estar lleno y sentarse al lado de un desconocido. Todos saben en Japón que luego de estar sentado al lado de alguien en un bar comenzará algún tipo de conversación que generalmente empieza con una pregunta laboral: ¿en qué trabajas? a partir de ahí, de la respuesta, la conversación puede ser más animada o simplemente callarse ambos hasta que cierre el bar. Yasuhiro preguntó y luego comenzaron a hablar de comida, de manga, de musica, hasta que al final Yasuhiro le comentó entre risa y terminando un vaso de cerveza que podían hacer el amor sin problemas porque él desde los dieciocho años de había hecho la vasectomía. Argumentó que no quería tener hijos, que no quería que sus novias tomaran hormonas, que el preservativo siempre corta lo natural y si en algún momento se quiere hacer una familia se puede adoptar hijos o en última instancia un perro, y lo más importante de aquella decisión es que sabía que ninguna mujer lo engañaría. Ella sintió algo que no podía precisar. Al igual que Yasuhiro, en algún momento no quizo tener un bebé, pero no podía decirle que a los diecisiete años abortó yendo a una clínica con una amiga luego de que su primer amor consiguió ingresar a una universidad en Tokyo y ella se tuvo que quedar en el pueblo, un año viviendo en tristeza para luego estudiar enfermería y desde entonces cuidar a ancianos que cada vez se reproducía como hongos por el pueblo que cada vez lo olía más roñoso. Ella había tomado esa elección porque la realidad económica siempre es fáctica para evaluar la felicidad de un hijo o por lo menos así nos han enseñado en estas últimas décadas, pero no perdía la esperanza de algún día tener uno, de formar una familia, de ver crecer su propia carne con la esperanza de que sea algo distinto a ella, pero Yasuhiro fue tajante: no quería tener un hijos, y a ella le recordó cómo ese argumento aumentaba teniendo de fondo todo horizonte macroeconómico como límite, por lo que si no tenía dinero, buen empleo o abolengo, no tiene sentido traer hijos al mundo porque sufrirán, como si sufrir no fuera parte vital de la vida, como ella concluyó luego de años oyendo los cuentos de sus ancianos clientes que tenía, de aquellos que sufrieron hambre en la guerra o accidentes en sus trabajos, de haber tenido cientos de crisis nerviosas por las carestías o por las enfermedades que siempre los rodeaban y en especial de recordar a aquellos seres queridos que al final se suicidaron para no dejar huellas en este mundo. Ella seguía su reflexionas solitaria mientras Yasuhiro pidió otra cerveza y finalizó su argumentos explicando que esa decisión le dio libertad y quizás tener una perspectiva eficiente de acabar con la humanidad. Desde esa reunión ella no volvió más al bar de Kuniko, tiene un miedo extraño porque siente que puede descubrir verdades que nadie quiere develar. 

sábado, 3 de febrero de 2024

Decencia Pública de un Ángel... no es un cuento cualquiera.


Hoy 3 de febrero de 2024 me encuentro con la noticia de que fue detenido por la Guardia Nacional de Venezuela un ángel que se tomaba fotos frente a la basílica de la Chinita en Maracaibo. En principio me pareció una hazaña teológica, propio de Santo Tomás que ya había explicado entre sus doctas reflexiones que la diferencia entre Dios, un ángel y el hombre es que el hombre es la suma de existencia + sustancia + materia, mientras los ángeles es una sumatoria de existencia + sustancia, por lo que Dios es pura existencia, y he aquí lo interesante que unos teólogos usando uniformes represivos y armas largas, lograron por primera vez en la historia atrapar la materialización de un ángel. Pensé que por eso lo detuvieron, por mostrar un milagro a la Nación que lleva décadas esperando uno, como detener la inflación, dejar de que los llenen a través de los medios de comunicación de basura ideológicas, o que por lo menos su trabajo de beneficios, pero no, el milagro fue la detención de un ángel.  

Luego precisan los medios informativos que era un joven modelo vestido con ropa muy ajustada y con unas alas falsas que se tomaba fotos frente a la basílica para su portafolio y que horrorizó a los transeúntes mayoritariamente católico aunque no sepan que es una bula papal, en otro día infernal en esa ciudad donde el sudor aflora fácilmente así como las arrecheras. Según las palabras del ángel a quien le hacían fotos artísticas, usó los argumentos cansados para explicar su aparición frente a la iglesia porque es un ser libre y expresar lo que somos no es un pecado y finaliza sus argumentos explicando que vive en un país homofóbico y tercermundista y haciendo una frase su firma: "deja vivir y guárdate tu moral". Lo que nos muestra que el ángel lleva la misma ideología individualista e irresponsable que vende el consumismo; bien sobre las mesas del capitalismo, bien sobre las camas de los progres. 

Los teólogos de la Guardia Nacional le explicaron al ángel su error al aparecer así al materializarse en un lugar que para hacerlo debe solicitar permiso, ya que hay normativas de la alcaldía que exige que para realizar su aparición en lugares religiosos y sagrados debe tener los permisos correspondiente, y el ángel al no saber la burocracia del mismo país donde dice que vive, quizás por ser tercermundista, quizás porque todos guardan su moral para exigirla a los otros cuando se siente guapos y apoyados, pues fue arrestado. Pero cuál era el cargo, ¿no pedir permiso?, pues el mismo solo es una multa y no encarcelamiento, pues haber violado el articulo 536 del Código Civil de Venezuela que dice:

Artículo 536. Cualquiera que se haya presentado en público de un modo indecente, o que con palabras, cantos, gestos, señas y otros actos impropios ofenda la decencia pública será penado con arresto hasta por un mes o multas de diez a trescientas unidades tributarias

Así nuestro ángel es posible que por lo menos pase un tiempo encerrado, quizás una noche, quizás una semana mientras los miembros de los clubs homoeróticos se rebelan, mostrando que el trabajo de teología de la Guardia Nacional es falso y apostata. Pero yo me quedo pensando, no sobre la libertad de expresión que es un renglón que cuela en esta materialización angelical, sino sobre la represión por decoro, por decencia pública, quizás... ¿porque era un homosexual declarado el quien se hacía las fotos?, ¿y si hubiera sido una mujer de aquellas que aspiran a ser reinas de bellezas y esposas de chavistas, hubiera ofendido la decencia pública? Mucho acusan a que los visitantes a la iglesia eran familias con niños y los niños tuvieron que ver ese ángel, quizás un poco erotizado, quizás un poco sacado de la fantasía general de un ángel con bata y asexuado como lo ha representado la tradición pictórica.

Me pregunto: ¿qué es decencia pública en un país que desde hace más de cuarenta años perdió sus referentes entre golpe de Estado, Caracazos, miserias, pobrezas, gente emigrando, malandros, con políticos que son indecentes en palabra, obra y opinión, oyendo y viendo a seguidores mediáticos que aúpan criterios embrutecedores y delincuentes con carnet para porta arma, uniforme y sancionar según con el pie con que pisaron la realidad ¿el izquierdo o el derecho? ¿Cuál es la decencia pública? Seguirá teniendo su sentido etimológico del latín decentia que implica lo que es "algo con cualidades apropiadas" por lo que la personas eran decentes en la medida en que se apropiaba de aquellos que los hacían ciudadanos. Los Venezolanos cada día son ciudadanos vacíos de contenidos y reflexión pues han aceptado que lo "apropiado" para ellos es lo que infunda más beneficios individuales maltratando todo aquello que se presenta como público y de todo aquello que pueda contaminar sus hedonismos y no hay peor contaminante que la expresión de la sexualidad las cuales no puedan controlar o comprar. La expresión sexual como ocurre en el reggaetón y como lo fue el swing a principios del siglo XX y que fue prohibido en la Alemania Nazis por verlo como un baile demasiado inmoral, indecente, erótico, igual como fiscal nacional Terek William Saab ve el reggaetón y cientos de críticos con moral sublime; así que el problema de la materialización del ángel no fue la materia que uso, sino la sexualidad que insinuó y que no es propia para formar a los machos de la República por lo que por una razón obvia atenta al decoro de todos aquellos que llevan uniformes y opiniones digeridas, a las mujeres que se operan las tetas que sobresalen bajo las togas de abogadas, de presentadoras de televisión o de primeras combatientes y a los jóvenes que piensan que son bendecidos por su único y exclusivo Dios por eso sueñan en futuros lujos y en caso de que mueran volarán alto como los zamuros.