Mario Silva es la diva del momento, todos hablan de él, de manera correcta o incorrecta y por supuesto a mí me provocó hablar también. Mario Silva es un personaje que sin duda dio fama a pobres y soñadores así como buscó destronar a ricos y bandidos, mostrándose a veces como un Robin Hood comunicacional que se burlaba de todo lo formal e informal que no estuviera en concordancia con sus líneas editoriales. No es un personaje oscuro, sacrificado, maquiavélico, revolucionario como nos quiere vender su imagen, es un personaje torpe, agresivo y muestra lo peor del uso de una "inteligencia delatora". Mario Silva es una paradoja que muestra cierta idiosincracia del venezolano: primero porque es poco popular o carismático, de aquí que haya perdido en todas las elecciones en que participó, pero poseía una gran audiencia subterránea que lo mantuvo en la televisión por unos cuantos años, muchos quizás; segundo porque entendió, subrayó, comentó he hizo la praxis del libro Elogio de la adulancia de Edecio La Riva, convirtiéndose a través de la adulación en el "comunicador revolucionario". Mario Silva fue un "combatiente" contra los torpes medios de comunicación manejados por una oposición reaccionaria, amarillista y con falta de imaginación e investigación en las noticias, por lo que fue protegido y alabado por Chávez, especialmente cuando Mario decía lo que el "eterno" líder quería oír, era su eco, su repetición, pero ya no hay líder, ni ecos, entonces ¿las adulancias?, ¿a quién?, pues el fin del falocentrismo chavista obligó a que la esencia de la revolución brotara: su charlatanería, y comience a mellar los propios cimientos revolucionarios.
Hace unos años estuvo en boga un libro titulado On Bullshit de Harry Frankfurt y que se tradujo Acerca de la verdad, allí propone una teoría de la charlatanería; explica el filósofo que el mentiroso cree en la verdad, lo que ocurre es que la oculta, por lo que hasta cierto punto la respeta, el charlatán por el contrario no posee ninguna verdad, ni siquiera tiene curiosidad o consideración por ella. De esto que sea imposible mentir si uno no cree conocer la verdad, pero producir la charlatanería no requiere conocimiento de verdad, ni respetarla. El charlatán posee una indiferencia ante el modo de ser de las cosas, e inclusive no le interesa mentir porque no cree que eso sea posible. Mario Silva reproduce en su máxima fidelidad, el nacimiento, auge y posible caída de una revolución charlatana que ha invadido a Venezuela en los últimos años, en la que se utiliza la información con argumentos extraídos de diversas fuentes para lograr objetivos que van desde divertirse, impresionar, apabullar según las circunstancias y el interlocutor. Mario Silva es la punta del iceberg de una revolución charlatana, en la que todos sus participantes, con muy escasa excepciones, hablan sin saber de qué están hablando, porque esta revolución, a diferencia de otras, se ha levantado a partir de un impulso u oportunidad de sus miembros, especialmente de su extinto líder, de hablar de cualquier tema que exceden a sus conocimientos de los hechos que son pertinentes para el tema en cuestión. Así Mario Silva y lo que ocurre en este mes caluroso de junio, es una síntesis de una crisis de charlatanería, que pienso que ha sido el motor y eje fundamental de esta revolución, y que quizás se haya enraizado en Venezuela porque somos un pueblo muy "escéptico" por no decir banal, pero a diferencia de un verdadero escéptico que busca la verdad obsesivamente, paradójicamente somos muy "inocentes" por no decir creídos, así que a veces nos creemos cualquier pendejada, por no decir cualquier charlatanería. Hay hombres y mujeres que en este proceso revolucionario se han vuelto fundamentalistas de la charlatanería, es decir, piensan que poseen la descripción última y correcta de la realidad y que por suerte ellos están mas cerca que otros de la santidad, de la gloria, de la gracia y por lo tanto se asumen con derechos y privilegios antes los otros, pero es charlatanería, habladurías de paja como diría un caraqueño, sólo sirve para entretener, divertir y confundir. Así los líderes revolucionarios nos confunden y Mario Silva se entretiene mientras nos divierte.
He leído tus artículos. EXCELENTE ESCRITURA. Me encantaría compartir contigo algunos escritos e ideas. Saludos.
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