lunes, 27 de enero de 2014

HER - DOMINGO DE CINE (3)

Película: HER (2013)
País: EE.UU.
Título Original: HER
Director: Spike Jonze
Actores: Joaquin Phoenix, Amy Adams, Scarlett Johansson
Sipnosis: Theodore es un hombre solitario que no acepta el proceso de divorcio que lleva a cabo. Trabaja como redactor de cartas sentimentales y su entretenimiento son los juegos de video y de vez en cuando salir con los amigos. Está ambientada en un futuro amable, limpio y tecnológico. Dentro de los adelantos de tecnologías está el sistema operativo OS1, que anuncia poseer una inteligencia artificial especial ya que: "no es sólo un sistema operativo, es una conciencia", precisa el anuncio. Theodore se encuentra rápidamente atraído por Samantha, la voz del sistema operativo OS1. A medida que comienzan a pasar tiempo juntos comienzan una relación sentimental, etérea con respecto a los cuerpos pero profunda en cuanto a las necesidades, hasta transmutarse en amor. Theodore se encuentra en un mar de emociones a veces inconexas, a veces absurdas, a veces deseadas. En la medida en que pasa el tiempo, el sistema operativo aprende, evoluciona, creciendo ambos en un sentido espiritual. Luego de un tiempo, los conflictos se acumulan hasta desbordar la coherencia de la cotidianidad.  

Pensar la película. Esta película la vi porque después de mi descanso de Navidad he decidido ponerme en la actualidad con las películas que concursarán por el Oscar. No se puedo predecir cuál ganará, y de hecho, mis favoritas raramente son las ganadores, por lo que desde que Titanic ganó, película que para mí no merecía todo lo que ganó, decidí no predecir más, ni apostar, ni pertenecer a ningún club. Her es una película con sus altibajos, pero me reencontró con mi afición por las películas de Ciencia Ficción. Es difícil hacer una buena película en este género, aunque las que hay son todas clásicos incuestionables del cine. Desde Metrópolis  de 1927, dirigida por Fritz Lang, pasando por Alphaville de 1965, realizada por Jean-Luc Godard o Solaris de 1972, dirigida por Andrei Tarkovsky, hasta la trilogía de Matrix de los hermanos Wachowski, las películas de Ciencia Ficción siempre apuntan a las debilidades que a veces son transformadas en fortalezas, o viceversa, de hombres incrustados en "mundos perfectos"; es posible que la mejor película que logra resumir este drama sea Gataca de 1997 dirigida por Andrew Niccol. Las películas de Ciencia Ficción presentan al principios mundos perfectos, a veces diáfanos, a veces oscuros, pero son perfectos porque en apariencia todos los miembros de la sociedad han aceptado un sistema social y político masificado donde la tecnología soporta la credibilidad de esos mundos. En estos ambientes impolutos y dentro de cierta lógica pragmática como Minority Report de 2002, dirigida por Spielberg, observamos que los errores humanos pueden ser previsible, pero es precisamente lo azaroso de la condición humana lo que al final desactiva esos mundos perfectos. Creo que la mayoría de las películas de Ciencia Ficción se basan en esta fórmula: el futuro será mejor que el pasado, entramos en una vía de perfección sostenido por nuevas tecnologías, y todo lo anterior se presenta creíble ante nuestros ojos, quizás porque de una u otra manera, vivimos parte de ese futuro y vamos aceptando las pruebas económicas, sociales, psicológica, políticas para llegar allí: al futuro, aunque a veces podemos hallar películas de Ciencia Ficción donde ese futuro es descabellado pero igualmente creíble y quizás certero como en Idiocrecy de 2006, dirigida por Mike Judge, al final los personajes de las películas de Ciencia Ficción introducen cambios en el mundo, o adquieren los personajes perspectivas que muestran lo aberrante que es, como lo hacen los protagonistas de las novelas 1984 y Fahrenheit 451. Esto parece ser la fórmula de muchas películas de Ciencia Ficción: mostrar que siempre exitirá la posibilidad del fracaso o lo inhumano de ese futuro debido a nuestra condición humana y así replantear otras alternativas, otros finales, para la humanidad o para el protagonista. En Her, su logro como película de Ciencia Ficción es que nos dice que por más apetecible que podamos imaginarnos un mundo ordenado, pulcro, sin miserias y sentir que algo falla, que en el fondo hay algo aberrante en aquella sociedad perfecta, pero el mundo y la perspectiva de Theodore no cambia. La película hace énfasis en que sea cual sea el futuro, el hombre estará domesticado por la tecnología, de aquí la belleza poética futurista de la película. No hay otros finales, otras alternativas, para Theodore la vida continua y su único placer es la visualización de otro futuro que elabora en su mente.  Theodore instalado en un mundo de tecnología vive como un hombre rodeado de una humanidad clásica, de afectos confusos por una sensibilidad extrema, de definiciones opacas entre la realidad y la ficción, además se dar la oportunidad de vivir un affaire con un sistema operacional que no es más que una resolución especular a su lógica emocional frente a sus crisis afectivas, pero no hay otro final ante el mundo en el que vive, lo acepta como en el fondo todos aceptamos el Internet, los Smathphone o el Facebook; cuestionándolos pero usándolos y adaptándonos. Her se desarrolla desde la visión de un hombre clásico, aquel hombre que Foucault argumentó que fue una invención del siglo XVII que se abrió paso a través del siglo que llamamos de las Luces y se expandió con la Revolución Industrial. En Las palabras y las cosas cuenta esa odisea sin omitir nada. Así su propuesta de que la muerte (teórica) del hombre implicaría una revisión de conceptos como humanismo, al igual que los derechos humanos, ya que estos actúan de acuerdo con el principio de mecanizar las energías revolucionarias con el fin de transformarlas en compasión, simpatía, condolencia y otros sentimientos que eximen de atentar contra el orden del mundo, y es precisamente esta imposibilidad de dar otra definición de hombre, lo que genera la dinámica en la que viven Theodore y Samathan. Este filme no llama a ningún cambio hacia el sistema social, político o económico del futuro, como podemos ver en otras obras, pero nos muestra el conformismo humano en una cotidianidad que aún no resuelve nuestros problemas básicos afectivos y nuestra condición humana. Lo loable de Her es que a diferencia de otras películas donde el final alternativo se busca, aquí se hace énfasis en la domesticación del ser humano por las tecnologías, y no es el ser humana quien abandona las tecnologías, como algunos soñadores imaginar al no usar un móvil o programas como twitter, son las tecnologías quienes abandonan al ser humano, como Samatha, o para quizás separar la metáfora de la idea, son nuestras capacidades de domesticar nuestros cuerpos, pensamientos y opiniones a las nuevas tecnologías lo que realmente nos muestra la posibilidad de arribar o no a un futuro. Theodore está instalado en ese futuro, está sometido sin resistencia, continuamente domestica su condición humana, sólo le queda la opción de soñar otro futuro como muestra el final del filme, como lo hicieron los primeros hombres que soñaron con otras realidades, otros finales para sus vidas.  

Trailer


lunes, 2 de diciembre de 2013

EN LA CASA (DANS LA MAISON) - DOMINGO DE CINE (2)


Película: EN LA CASA (2012)
País: Francia
Título Original: DANS LA MAISON
Director: François Ozon
Actores: Frabrice Luchini, Ernst Umhauer, Kristin Scott Thomas, Emmanuelle Seigner
Sinopsis: Un profesor de lengua francesa: Germain, está atrapado en la rutina de las clases, un día, descubre la redacción de un alumno a comienzo de curso. El alumno: Claude Garcia, se sienta en el fondo del salón y pasa inadvertido, pero su narración cautivan al profesor, se centra en su ingreso a una casa de clase media francesa y su convivencia con la familia Artole. Lo que comenzó siendo un ejercicio de redacción se va convirtiendo en una novela por etapas, con aire de folletín donde el lector no puede prever los desenlaces de la novela llena de intrigas, sarcasmos y enredos propios de un adolescente que inicia un aprendizaje emocional y erótico. La novela folletinesca de Claude nunca se completa ya que al final de cada entrega siempre escribe á suivre... (continuará) mostrándonos el tesón y la entrega que necesita el escritor para producir la obra, y a veces los consejos. 

Pensar la película. Lo que más me gustó del filme fue que Ozon enfatiza un estilo de las películas docentes donde los problemas se centran más en el profesor que en la institución o los alumnos, pero entregando unos cambios sutiles que hace de esta película una sofisticación del tema. Sofisticación creo, es la palabra clave en las películas de Ozon y su estilo. Ha habido cientos de películas donde la relación profesor-alumno han sido manifiestas, pero la mayoría de las tramas podrían agrupase en dos direcciones. La primera fue inaugurada con el filme Goodbye, Mr Chips (Adiós, Mr. Chips) de 1939, dirigida por Sam Wood, donde muestran la vida de un docente y su dedicación a la docencia. La película muestra una vida que se va diluyendo en la educación de cientos de jóvenes. Mr Chips buscará ampliar las perspectivas del mundo de sus estudiantes a partir de la literatura en un colegio de alta categoría, con estudiantes ordenados, de clase media acomodada que les aseguran ciertas comodidades y esperanzas en la vida. Mr. Chips sólo le muestra un poco más para llegar a ser felices. Si bien la película se centra en la vida de Mr. Chips, esta sólo muestra algunos momentos de alegría y tragedias circunstanciales derivados de la primera guerra mundial, de la muerte de su esposa, y de sentirse honrado y respetado, pero situaciones embutidas dentro del mundo del colegio. Similares filmes son Dead Poets Society (La Sociedad de los poetas muertos) de 1989, dirigida por Peter Weir, donde Robin Williams muestra ese otro mundo a través de la poesías a jóvenes de familias ricas con problemas vocaciones y de actitudes; también Kelvin Kline, a través de la historia en The Emperor´s Club (El Club de los Emperadores) de 2002, dirigida por Michael Hoffman; o Julia Roberts por medio del arte en Mona Lisa Smile (La Sonrisa de la Mona Lisa) de 2003, dirigida por Mike Newell. En estas películas se retrata al docente como un Virgilio que guiará a los estudiantes a otra dimensión de la vida a través de algún descubrimiento de orden espiritual. Podemos ver en este tipo de filmes al docente luchar contra las adversidades que lo rodea, no para beneficio de él sino para el alumno. Estas películas muestran una visión "religiosa" del docente, como guía, con sacrificios donde los otros se anteponen a sus necesidades. La segunda dirección apunta hacia un individuo que se descubre como docente y que tratar de encarrilar a jóvenes inadaptados, toscos, rebeldes. Es el retrato del docente que disciplina a los alumnos, como "militar". Uno de los primeros filmes de este tipo fue Blackboard Jungle (Semilla de Maldad) de 1955, dirigida por Richard Brooks y donde Glenn Ford, un ex solado de la guerra de Corea, busca reinstalarse en la sociedad como profesor, y entra a ser docente en una de las escuelas más problemáticas de la zona, lleno de jóvenes violentos, llevados por la inmediatez del goce y la desesperanza de no tener futuro, ya que tienen conciencia de ser marginados sociales. Esta película evita presentar al profesor "religioso", al guía, para presentar al profesor "militar", líder que dirigirá a sus alumnos como tropa hacia un buen puerto social. De la misma matriz se han realizado una gran cantidad de películas del género como To sir, with Love (Rebelión en las Aulas) de 1967, dirigida por James Clavell y donde actuó como profesor Sidney Poitier, un ingeniero de Guyana que, mientras espera un buen trabajo en la fría Londres, se dedica a la docencia para subsistir pero en el proceso descubre su vocación, y curiosamente en Blackboard Jungle, Poitier actuó haciendo el papel de un inadaptado con cualidades de líder, ¿destino? Podemos ver en otros filmes como Lean on me (Escuela de Rebeldes) de 1989, de John Avildsen, a Morgan Freeman actuando como un general dentro de un estado de sitio, pitando cualquier irregularidad o gritando con su megáfono cualquier desobediencia, como si la escuela fuera un campo de entrenamiento militar. En Dangerous Minds (Mentes Criminales) de 1995, dirigida por John N. Smith, la situación es similiar a Blackboard Jungle, pero versión femenina, así tenemos a Michelle Pfeiffer, una ex-marine que seguirá los pasos de Glenn Ford en lograr disciplinar a sus "criminales" alumnos. El profesor "militar" no muestra otros mundos a través de una espiritualidad que se accede por medio de la poesía, la historia o el arte; sino presenta oportunidades para sobrevivir en una sociedad violenta y capitalista. Hay películas recientes donde la disciplina no es tan violenta como The Principal (El Rector) de 1987, dirigida por Christopher Cain y donde James Belushi anda por las aulas con un bate, e inclusive hay una batalla campal al final, no, últimamente la disciplina es más psicológica como en  Freedom Writers (Diario de la Calle) de 2007, dirigida por Richard La Gravenese, y donde Hilary Swank se va despojando de todo sus sentidos por llegar a los sentidos de vidas de sus estudiantes, dedicándole tiempo, dinero y humanismo y en ese despojar, disciplina a sus alumnos, no con un megáfono o un bate, sino con un compromiso psicológico, con terapias, con gestal. Estas, pienso, eran las tendencias principales de las miradas del cine sobre los problemas educativos donde se representaba a un profesor "religioso" o a un profesor "militar" con más o menos carisma, con más o menos psicología. Claro, hay muchas más películas y variantes, pero creo que una gran cantidad de retratos y de visualizar los problemas educativos que quiso hacer el del cine, coquetearon con alguna de estas alternativas. A finales del siglo XX se ha desarrollado otro retrato del docente, no como "religioso", no como "militar", sino como un ser humana rodeado de sus circunstancias, como si el aforismo de Ortega y Gasset fuera el eje de los guiones actuales. Quizás la primera sea Mr. Holland´s Opus (Profesor Holland) de 1995, dirigida por Stephen Herek y donde la actuación de Richard Dreyfuss muestra la vida de un profesor, similar a la de Mr Chip, pero acompañado con el peso de los problemas culturales, económicos, políticos y personales (un hijo sordo) que vivió, y a diferencia de Mr. Chip, no está su vida centrado en un colegio de prestigio sino que Mr. Holland comparte su vida con una institución promedio, por lo que la reflexión acerca de las funciones de la docencia, su labor y alcances se cuestionan más, además, Mr. Chips tenía vocación, Mr Hollad la va descubriendo y la halla al final de su vida. La película gira alrededor de los deseos y frustraciones de este profesor de música y cómo su obra se reduce en la educación de sus alumnos. Podemos apreciar que desde finales del siglo pasado el germen de la películas que buscan el prototipo del profesor se fue centrando en su vida, en sus problemas morales, en sus ideologías, e inclusive estéticas, alejándolos de las matices religiosas o militaristas. Las películas giran en la actualidad en torno a la vida del profesor y no sobre la escuela o los alumnos que en ciertos momentos comienzan a ser meros escenarios decorativos. Los elementos emocionales, los pensamientos y las circunstancias se fueron entremezclando con la vida del profesor y cómo la liaban con su función de docentes. Una de estas películas es Half Nelson de 2006, dirigida por Ryan Fleck y donde Ryan Gosling interpreta a un profesor con problemas de drogas y cómo busca mantener la delgada línea entre sus adicciones y su papel de formador de conciencia. En este filme observamos los problemas éticos y morales del profesor como principal eje temática; podemos apreciar una variante en la película Die Welle (La Ola) de 2008, dirigida por Dannis Gansel y donde Frederick Lau actúa como un profesor que busca comprobar los problemas de las ideologías sobre las actividades de la institución educativa e inclusive sobre sus alumnos. El profesor comienza a experimentar con sus habilidades de retórica y psicología social a los alumnos, hasta lograr transformar a la mayoría a una ideología de orden y control, demostrando el poder de las ideas y la disciplina, pero esta ideología arrastran contrariedades que afectan a otros alumnos, generando al final un caos en la institución. Pero no sólo los problemas éticos o ideológicos de los profesores se muestran en las nuevas películas sobre la actividad docente, podemos apreciar en Detachment (El profesor) de 2011, dirigida por Tony Kaye, a Adrien Brody que ejerce como un profesor suplente normal, pero que sufre depresiones por la incapacidad de percibir, por parte de sus alumnos, de la belleza del mundo, de las personas, de la vida. El profesor logra conexiones emocionales con sus alumnos en una búsqueda de la belleza, pero al final esta hipersensibilidad afecta sus estados emocionales hasta que lo impulsa huir constantemente por lo que el único trabajo docente que puede ejercer es el de suplente. En estas últimas películas comentadas que enfocan más la vida del profesor que la escuela y los alumnos, nos hallamos con el profesor "frágil", lejos del "religioso" que poseía una fuerza moral o del "militar" que poseía una fuerza de voluntad. El profesor "frágil" está siempre en un borde, y su caída es un peso que se percibe a los largo de la película.  Dans la Masión es una película de un profesor "frágil" pero ha diferencia de los otros, cae. Germain perdió todo: su mujer, su trabajo, sus sueños, su realidad. La caída de los profesores "frágiles" está consignada por la relación con un alumno. Así el profesor vicioso debe enfrentarse con su alumna que vende drogas, el profesor ideológico debe enfrentarse con el fanatismo de su alumno, el profesor estético huirá por los alumnos que confunde sus emociones. Al final el docente se aleja del alumno que ha roto su fragilidad, pero en la película de Ozon, el alumno al final se reúne con el profesor caído. La caída es dialéctica, mostrándonos los intersticios de toda construcción sobre la realidad y la necesidad de las complicidades para su sostenimiento. El final de la película es precisamente eso: la caída, estar frente a la nada, frente al vacío o metafóricamente, frente a ciento de historias que habrá que elaborar, narrar y crear sentidos, y quizás nuevas visiones del mundo... á suivre


Trailer de la película

miércoles, 20 de noviembre de 2013

LAS VENGANZAS DE PARK CHAN-WOOK

Versión del año 2013, de una historia de venganza, no de héroes, guerreros y leyendas.  
Jorge Luis Borges escribió un cuento: El incivil maestro de ceremonia Kotsuké no suke que publicó en su libro Historia universal de la infamia, allí resume un episodio real que ocurrió en el siglo XVIII en Japón y cuenta la historia de una venganza. Le explico a Mi Amiga Japonesa si conoce la historia mientras miramos unos C.D. y le muestro la carátula donde aparece los 47 ronin, ella duda, así que le recreo la historia de los 47 ronin y cómo se unieron y ejecutaron un plan que les llevó años, sólo por mantener el espíritu de venganza復讐心Esta historia ha sido contada, estudiada, documentada y filmada decenas de veces, desde directores como Mizogushi Kenji quien produjo en 1941 su versión titulada 元禄忠臣蔵hasta una readaptación hecha este año que titularon 47 Ronin con Keanu Reeves y Kikushi Rinko como actores principales y dirigida por Carl Rinsch y la cual su carátula, le mostré a Mi Amiga Japonesa en la tienda de videos. Al llegar a la casa le comenté que hace unos cuatro años atrás fui a Tokio y visité el cementerio donde aún se le rinde los homenajes respectivos a estos 47 hombres. Mientras vagabundeaba por el lugar le pregunté a unos japoneses por qué iban a rendirle homenaje y respeto y me contestaron que era parte de su historia, por lo que los 47 ronin merecen admiración y pleitesía. Es decir, parte de la historia de Japón se sostiene en el honor, pero también en la venganza. Así que le resumo a Mi Amiga Japonesa estas percepciones del ser japonés, ella me mira y reflexiona mi punto de vista. 
¿Culpables? Siempre alguien
Mientras ella medita, creo que en América Latina no tiene grandes hitos o historias donde las venganzas sean los ejes principales sino el resentimiento. El rencor llena mucha de las páginas de la historia de América Latina. Rencor y resentimiento son dos léxicos difíciles de separar pero que apuntan a un mismo objetivo: mantener posibles respuestas a un ataque, a un daño que no se olvida, que no se perdona pero que tampoco se venga. El resentimiento está acompañado con un sentimiento de indignación y de impotencia, pero también de pusilanimidad, ya que el individuo va aceptando la injusticia por décadas, porque a veces no se siente digno de recibir justicia. ¿Cuándo ocurrió el daño, quienes fueron los ultrajados, quienes son los herederos del sufrimiento? Desde México hasta Argentina las personas hablan de cambios de valores, de falta de políticas, de corrupción institucional, de que alguien tiene la culpa de sus tragedias, siempre alguien, abstracto, impreciso o a veces concreto y definidos. En muchas miradas de latinoamericanos se pueden apreciar un resentimiento evolucionando, sin importar la raza, la clase social, la educación adquirida, todos tienen una queja que abarcan diversos puntos de la historia: desde la conquista española y los sistemas esclavistas, hasta los crack económicos o las injerencias del o los "imperios". El resentimiento culpa algo o alguien que obstaculiza el cumplimiento del deseo. El mito de que los latinos no tienen memoria es falso, tiene una gran memoria, pero no es una memoria de datos, de conocimientos, sino un sentimiento memorioso que busca respuestas a sus rencores atávicos, a sus iras y enemistades envejecidas. Los acusados se pierden entre mitos y sueños, todos desaparecen para transformase en un mero concepto abstracto o en un mito sin origen claro. 
La obra de César Enriquez, con una estética propia de neorrealismo 
italiana y un guión conbases de contenido propios del rencor y la culpa
El cine latinoamericano está lleno de rencores, de resentimientos, y especialmente el cine venezolano, que desde una de sus primeras producciones que pude apreciar: La Escalinata de 1950 de César Enríquez hasta Secuestro Express de 2005 de Jakubowicz, mantienen un mismo argumento, subrepticio en la mayor parte, pero obvio en general: un rencor que mueve a los protagonistas y que percibimos en los diálogos, en las actitudes hacia los demás. En La Escalinata el joven ladrón cuando baja las escaleras hacia el barrio con sus amigos a veces enuncia esta sentencia: "las personas con dinero exhiben sus riquezas que nosotros los pobres carecemos, hay que buscarlas porque no hay otra forma de salir de aquí"; igualmente en las últimas escenas de la película de Secuestro Express oímos decir a Trece, uno de los protagonistas, a Carla algo como: "el problema son los burgueses, los "riquitos" quienes exhiben sus riquezas por la calle sacándonos la rabia que acumulamos los pobres"; entonces Carla cambia su coche de lujo por uno sencillo y al final del filme observamos una metamorfosis en ella: de ser miembro de una clase pudiente busca asemejarse a una clase más normal, más pobre, más falsa. Quizás por eso el cine Venezolano, con contadas excepciones, no ha logrado producir obras de calidad visual que soporten argumentos que no estén enmarcados emocionalmente por el rencor, el resentimiento, la exaltación del resquemor, ya que estas emociones se repiten entre argumentos y guiones. Pienso que una gran cantidad de películas Venezolanas se centran en este sentimiento que percibe obstáculos, ofensas, amenazas que impiden lograr los deseos y algunos directores como Román Chalbaud y Mauricio Walerstein han intensificado, por lo que son escasas las películas donde sentimientos como: la calma, la paciencia, la misericordia, el amor, sean las principales líneas emocionales de los filmes venezolanos, y las pocas que hay, curiosamente no son las favoritas del público.   
Park Chan-wook
Desde que vivo en Asia, el cine latino se me hace esquivo, casi no puedo ver las producciones que se desarrollan en ese amado continente, porque no llegan a las grandes tiendas de videos en Japón, la mayoría son producciones asiáticas y norteamericanas, y en menor medida europeas. Es extraño ver cine argentino, colombiano, mexicano recientes por las tiendas de videos. Es cierto que puedo hallar una gran cantidad por Internet, pero la mayoría, o ya las he visto o sencillamente no me interesan. Me he dedicado a ver el cine asiático, con paciencia y tratando de entender argumentos y sentimientos. Gran parte de este cine lo veo con Mi Amiga Japonesa, ambos somos apasionados por el cine, ella tiene sus directores japoneses favoritos donde resalta Kōreda Hirokazu y yo tengo los míos donde destaca Sono Sion, así que compartimos opiniones y miradas. Ella a aceptado parte de mis argumentos sobre la necesidad de vengarse en el mundo japonés, pero yo lo extiendo aún más, y le digo que es posible que también se perciba con la misma intensidad en Asia, como en Corea. Ella me vuelve a mirar y me increpa que no puede saber eso. Yo le digo que no sólo admiro a directores japoneses, sino coreanos, ella no admira a ningún director coreano, así que tengo otros argumentos cuando comparo el cine japonés con el coreano, y le explico que entre los directores coreanos que me encantan está: Park Chan-wook. Mi Amiga Japonesa repite los sonidos que acabo de decir y comenta que no lo conoce. Yo le explico por qué el cine de Park Chan-wook me confirma la necesidad de venganza en la cultura asiática, y ella vuelve a meditar mi punto de vista.
Lo que más me gusta de la versión japonesa de 
La Genealogía de la Morales el dibujo de la portada.
No sé por qué
Lo que más me ha interesado del cine de Park Chan-wook, es que a diferencia del realizado en Venezuela, el coreano destaca y da preponderancia al sentimiento de venganza sobre el del rencor. En casi una docena de filmes que abarca su producción, podemos apreciar este ir y venir de la venganza, que a diferencia del rencor que no realiza el acto vindicador, la venganza lo busca y ejecuta causando daño al obstáculo de la felicidad del individuo. La venganza es una respuesta a un agravio, quizás por eso, san Agustin comentó que la venganza está fundada sobre una especie de sombría justicia. Lo interesante de la venganza es que busca la justicia con una característica vital: desplazar la pulsión, detener el acto de la furia del momento, contener la cólera que produce el agravio, para no ser llevado por los impulsos. El vengador debe ser cauto y paciente, pero además introduce una racionalidad sobre el sentimiento que congela su pulsión, transformando la venganza en un proceso racional. Este proceso implica una relación existencial, ya que el vengador existe para el otro, como nombre, como fecha, como vida; mientras el resentido vaga sin precisión, sin existencia para el otro. Es posible que la tradición cristiana que inundó a América halla pululado el perdón como el más noble de los actos, pero el perdón siempre será una atribución del poderoso (sólo Dios perdona), no del débil, para el débil queda el acto de la venganza, pero debe poseer una lógica estricta para realizarlo, si no será un ser esclavo de unos sentimientos que vive infinitamente en un estado de negación, de anulación, de tristeza y autodestrucción. El perdón genera rencor, ya que el perdón exige el olvido total del acto, del deseo, de la pulsión, y es precisamente nuestra memoria quien traiciona el perdón. Somos seres de recuerdos, así que el perdón es una lucha interna entre memorias y la compresión del acto de agravio que no siempre estamos dispuestos a llevar; ya Nietzsche había entrevisto que el rencor, la venganza y el perdón conformaban las estructuras básicas de la moral, de aquí que hayan sido las bases de su obra: La genealogía de la moral. La venganza no exige perdón, no hay una lucha entre recordar y olvidar, sólo hay un principio, una exigencia de satisfacción que tiene la paciencia como aliada principal.
Cartel coreano de Sympathy for Mr. Vengeance
Park Chan-wook está obsesionado con mostrar la imagen de la venganza, quizás sus dos películas más emblemáticas sean precisamente Sympathy for Mr. Vengeance de 2002, y Sympathy for lady Vengeance de 2005. En Mr. Vengeance nos muestra la venganza como una espiral imparable. En esta película, por una serie de azares que nos embelesa para seguir los pasos de las venganzas que ocurren paralelamente entre Ryu y Park Dong-jin. Las venganzas nacen por una serie de equívocos, de necesidades, de carencias. Ryu pierde su riñón y el dinero de su venta en manos de la médico que lo operó, acto que hizo para salvar a su hermana que necesita una operación. Antes su desesperación Ryu ha secuestrado a una niña para obtener el dinero que necesita para ayudar a su hermana, la hija es de un rico empresario: Park Dong-jin. La niña muere accidentalmente, y paralelamente la hermana se suicida. A partir de este doble proceso de muerte nace las venganzas que al final convergen en una lucha entre Ryu y Park Dong.jin, por un lado Ryu busca la doctora y sus hijos quienes lo han estafado, así como a cientos de personas que pierden su dinero y sus riñones, para vengarce, no por su estafa sino por la muerte de su hermana, a la vez Park Dong-jin busca vengar la muerte de su hija, tratando de hallar a los culpables para asesinarlos y al final ambos se encuentran. No sólo el tema y su presentación son exquisitos, sino que Park Chan-wook experimenta con grandes angulares manteniendo una línea divisoria sutil en la pantalla, un juego simétrico que atrae al espectador, también juega con colocar la cámara a distancia, lo que permite exacerbar los placeres voyeuristas; además de buscar equilibrios entre las imágenes y los ángulos, Park Chan-wook descontextualiza escenas, introduce fotografías en los planos menos pensados y recrea escenas con elementos de crudeza, siempre necesarios en las venganzas, para demostrar lo inhumano del agravio. A diferencia de Sympathy for Mr. Vengeance, en Sympathy for lady Vengeance, Park Chan-wook mantiene un argumento sólido donde la venganza, su génesis y consumación son desveladas paso a paso. La película cuenta la historia de Lee Geum-ja y cómo ha planificado su venganza hacia un secuestrador de niño, que por azar ella ayudó siendo una adolescente por amor. Luego de pasar 13 años en la cárcel logra amasar sus impotencias para redirigirlas hacia su victimario. La película cuida mucho la narración, desatando los nudos conflictivos lentamente, a un ritmo que mantiene al espectador en constante suspenso y entretejiendose con otras historias de mujeres encarceladas que dan una vitalidad y fidelidad a la historia que conmueve. 
Cartel coreano de Sympathy for Lady Vengeance
En Sympathy for lady Vengeance, el director mantiene los mismos elementos técnicos que utilizó en Sympathy for Mr. Vengeance (grandes angulares, cámara a distancia, introducción de imágenes metafóricas para acentuar una idea o suceso), pero en su versión femenina se observa más serenidad y control del tiempo de ejecución de venganza, así con respecto a Mr. Vengeance, Lady Vengeance marca un ritmo más lento, sutil y social para el acto vengativo. En los filmes de Park Chan-wook se establece un conocimiento necesario para precisar el tiempo originario de la venganza. Muchas génesis de las venganzas nacen con la infancia o en la niñez. La inocencia de nuestros años pueriles es rápidamente perdida por los infantes que están en las películas de Park Chan-wook. La niñez es la gramática necesaria para escribir los ejes discursivos que soportan los argumentos de las venganzas, esta idea la podemos precisar en el filme Oldboy en el 2003, en esta película nos muestra los procesos de venganza y su relación con la niñez perdida, además de ser denomina el segundo filme de la trilogía de la venganza de Park Chan-wook. Oldboy nos narra la venganza, no desde la niñez como víctima, sino como pérdida. Luego de ser secuestrado por 15 años Oh Dae-su, al final de una viernes de ebriedad, es sacado a la calle para que busque respuestas a su encierro sin sentido. Las respuestas llegaran lentamente, es víctima de una venganza cuyo origen se remonta a su temprana adolescencia y que se alarga entre expiaciones y comprensión de los tabúes del incesto que enmarcan la cinta. 
Cartel coreano de Oldboy
Esta obra lleva al límite la planificación de la venganza que realiza Lee Woo-Ji sobre un hecho que Oh Dae-su consideró baladí en su momento, pero que para Lee Woo-Ji explicaba sus desapegos, sus obsesiones, sus límites. El filme nos lleva a plantearnos la venganza como sentido de vida, como modo absoluto de subsistencia, explicando cómo este sentimiento desarrolla una vitalidad, un ansias de vivir, sólo por satisfacer el agravio recibido en algún lugar lejanos de nuestra memoria y quizás la obra de Alexandre Duma logró una mirada similar en Occidente en el siglo XIX. En la producción de Park Chan-wook, hay una película titulada Three... Extremes, son tres cortos realizados por tres directores asiáticos: Takashi Miike, Fruit Chan y Park Chan-wook, éste último participa en un corto titulado Cut realizada en el 2002, donde apreciamos la venganza como un proceso que nace, no sólo de la injusticia, de la impotencia, sino especialmente de la envidia. El corto nos relata la historia de un actor de relleno que decide vengarce de un director torturandolo, en ese momento expresa todo un cúmulo de resentimientos y envidias, pero en su proceso de venganza comete mayores agravios, no ataca sólo al director dueño de sus envidias, sino que en su proceso de venganza compromete a su hijo quien no comprende las circunstancias de las locuras que observa en su padre, actor de relleno, de ahí la frialdad con la que el niño dice las palabras "me vengaré", las únicas que dirá en todo el filme. Los que nos lleva a pensar que las venganzas realizadas con envidias y resentimientos conllevan injusticias internamente. 
Cartel coreano de Joint Security Area
Hay otras películas de Park Chan-wook, que si bien no presentan la venganza como motor del filme, no son fáciles de hallar sus sentidos sin tener en consideración este sentimiento. Así tenemos la película  Joint Security Area del 2002. Película que nos comenta acerca del área conflictiva que hay entre las fronteras de Corea del Norte y Corea del Sur. En la zona de seguridad ocurre dos asesinatos, si bien pareciera que no fueron realizados por venganza, ya que los soldados muertos fueron quizás debido al conflicto que hay en la zona fuertemente militarizada, lo cierto es que toda la película gira en torno al asesinato de una de las personas que recibió ocho disparos. "Fue un acto de venganza" dice la investigadora, y a partir de esta idea la fiscal del caso busca la verdad. ¿Fue una venganza? pero ¿por qué? si no hay relaciones entre los soldados del ejercito de Corea del Norte con los soldados del ejercito de Corea de Sur. A lo largo de la película nos muestran los momentos en que se desarrolla la amistad entre los soldados, aunque los por qué de la venganza nunca se dan con claridad. Pienso que en esta temprana película de Park Chan-wook, presenta la venganza en abstracto, la venganza no hacia las personas concretas sino a símbolos: al Estado en este caso. Vengarse de la política de los países, vengarse de los procesos inauditos para mantener las formas sobre los contenidos, vengarse sobre la patria, las instituciones y la vida misma, es lo que quizás obliga a uno de los soldados a disparar ocho veces sobre el cuerpo de su víctima. Es posible que la venganza que luego profundizará Park Chan-wook, haya comenzado desde un constructo abstracto, pero en una de sus más recientes producciones Thirst de 2009, que en principio puede parecer otra película de "vampiros", observamos una refinación a esta idea de venganza hacia los símbolos. 
Cartel coreano de Thirst
Podemos deshilar el tejido del conjunto de argumentos de la película, donde la frase en inglés Thirst for vengaence, "sed de venganza" creo que no es gratuita. Estimo que hay una elaborada venganza hacia el poder y una de sus principales representaciones: Dios, o como decía San Anselmo, del ser tal que nada mayor puede ser dicho. La película mantiene la estética de Park Chan-wook, visualmente bien elaborada y muestra los giros de las personas con respecto al poder, de ahí que una vez obtenido el poder, hay una pregunta capciosa: ¿cómo vengarse al descubrir que el poder es el mayor mal de lo que puede ser obtenido? Tras esta idea, el vampiros, que poseen la inmortalidad y posee además conocimientos de teología, ya que es un ex-sacerdote, buscará respuesta de su estado, a tener el mayor de los males. Luego de reflexiones llenas de inseguridades, llega a la sencilla conclusión de que el único método para ser libre, la única forma de vengarse de su creador que le ha dado el poder, la única manera de abandonar el mayor mal en resistiendo al poder mismo y la única forma es anulándose. Aunque es fácil pensar el suicidio en varios términos, la película nos guía a ver el suicidio como una venganza sublime de aquel que ha heredado el poder y solo tiene la libertad en el rechazo.

Cartel coreano de I´m a Cyborg, but that´s OK.
En medio de estas dos películas de venganzas sobre abstracciones, Park Chan-wook, nos entrega una "comedia romántica" titulada: I´m a Cyborg, but that´s OK. Lo interesante de esta película, y a diferencia de otras comedias románticas, es que presenta la posibilidad del amor dentro de los ámbitos de la locura. Película que mantiene imágenes bizarras como es el mismo inicio de la película y sostenidas con la estética propia de Park Chan-wook, hace de esta película una "comedia romántica" poco convencional. Ambos personajes Young Goon y Il Sum, viven en un psiquiátrico, ambos tienen esquizofrenia que limitan sus vidas y sueños. Observamos a lo largo de la película y entre líneas la obsesión de la venganza de Park Chan-wook cuando Young Goon confieza que quiere vengarse de las personas que internaron a su esquizofrénica abuela separándola de ella cuando era una adolescente. Young Goon quiere eliminar a todos los médicos y enfermeras, quienes dentro de su mundo psicótico limitan la vida de las personas apagándola con terapia y procesos curativos. Entre las escenas divertidas de la película están los momentos donde Young Goon se venga, en su imaginación, asesinando masivamente a los miembros del psiquiátrico, una venganza sobre las instituciones, sobre los régimen de control. La película posee una poética difícil de hallar en las comedias románticas, donde el mensaje final es el triunfo del amor sobre las adversidades, pero en este caso sería el triunfo del amor sobre la venganza, un giro poético auténtico. Al final hago mi "comedia romántica" con Mi Amiga Japonesa, ella me mira, y sé que no debo cometer agravios, porque seguramente su venganza será fatal, ¿disparándome con sus dedos como lo hizo Young Goon? 

lunes, 18 de noviembre de 2013