miércoles, 31 de mayo de 2017

¿QUE HE APRENDIDO DE LOS ZOMBIS?

Zdzisław Beksiński

De niño los monstruos y lo monstruoso era un espacio particular. Los monstruos son seres únicos e irrepetibles. Sólo hay un Frankenstein o un monstruos de las galletas. De niño lo extraño y anormal eran los monstruos, luego llegaron los vampiros. No eran único, podía haber más de uno de ellos y su cualidad era succionar la sangre, había algo erótico: la noche, el misterio, el encuentro de los cuerpos, la penetración de los colmillos, el grito que se confundía entre dolor o placer, etc.; los vampiros eran personajes con sus mitologías que los veía de vez en vez en los cines, al igual que los monstruos y unos que otro fantasma. De niño los zombis era una voz lejana que se asociaba al vudú, algo extraño que practicaban en Haití u otras islas caribeñas, no recuerdo haber visto películas de zombis de niño; ahora los monstruos han desaparecido, los vampiros se han vuelto eternos adolescentes que no asumen sus responsabilidades exclusivas y ahora las carteleras de cine y las series de televisión están infectados de zombis, ejércitos de zombis nos persiguen, nos acorralan, pululan...

Zdzisław Beksiński

Con el tiempo he visto varias películas y series de zombis. He leído sesudos análisis que interpretan las películas de George Romero, especialmente Night of the living dead (1968), como una metáfora de la transformación del ser humano a una masa frenética buscando satisfacer su hambre de consumir carne humana como metáfora de productos. Entre los zombis no hay solitarios o seres únicos e irrepetibles, paralelamente, los zombis no son conscientes de lo que son, y es que ser consciente de una u otra manera obliga a asumir límites, así los vampiros no salen durante el día y Frankestein huye de la sociedad hacia heladas estepas; los zombis son una masa hipnotizada cuyo factor común es que nacen de algún cataclismo biocientífico, como 28 days later (2002) o Resident Evil (2002), estos filmes tratan de mostrar cómo los malos resultados de crisis económicas, políticas, humanitarias son causas primigenias de todo mal. En principio los zombis se adueñaron de las pantallas de cine y televisión porque son excesos y como tal pueden hacer lo que quieran, no hay códigos éticos ni morales, son jaurías que buscan satisfacer sus impulsos, sin consciencia, sin límites, así los zombis se muestran como un bastión para visibilizar un enemigo que es un Otro masificado, que no tiene voluntad y que nos enseña que al estar diferenciado de las masas o pensar que somo distintos a la masa que nos rodean, no nos hace más libre, auténticos, únicos, sino que los miedos crecen porque esto demuestra que somos seres gregarios, no dioses.

Zdzisław Beksiński

Las masas actuales están lejos de ser aquellos individuos que se movilizaban en pro de reivindicaciones que caracterizó la época industrial. Las masas modernas han dejado de tener orientación, solo se perciben como miembros de un discurso, donde la autonomía y la espontaneidad no tienen sentido en un mundo prefabricado de prejuicios y de opiniones preconcebidas, donde hay choque de masas ideológicas: hay marchas nazis, gay, chavistas, antichavistas. Las masas posmoderna ya no se reúnen, carecen de experiencias sensibles de un cuerpo o de un espacio propio, se aleja cada vez más de la posibilidad de transformar sus inertes rutinas prácticas dentro de una intensidad revolucionaria como dio origen a las masas industrial, ahora nos masificamos a través de símbolos mediáticos, discursos de modas, programas y personalidades famosas; el individuo posmoderno es un espejo de la masa que refleja, así que dentro de universos zombis, las masas posmoderna y las historias de masificación chocan, los zombi masificados se enfrentan contra una persona unidimensional que se estremece viendo The walking dead en su pequeño ordenador sin saber muy bien por qué.

Zdzisław Beksiński

El mundo de los zombis y sus secuelas no me atraían hasta que vi una película coreana que conseguí por las tiendas de alquiler cuando llegué a Japón, es decir, desde que vivo en Japón me ha interesado el fenómeno zombi, pero ¿por qué? La película coreana es The neighbor zombie (2010), en principio parece otra película donde el fin es conseguir viseras y luchar contra los contaminados, con las armas, con la ciencia, con las habilidades de cada uno. La película está estructurada en seis relato, seis historias que muestran las transformaciones de los individuos a zombis, pero a diferencia de otros filmes, aquí nos relata el dolor y la impotencia de los seres queridos de los que se transforman. El proceso de zombi no es inmediato, es gradual, lo que permite al infectado estar en consciente durante su proceso de metamorfosis, así tenemos una visión "huamana" del zombi y sus impotencias. En ese momento no comprendía bien que había en esa película que me llamaba la atención; quizás ver cómo los vinculos afectivos se iban mermando y los esfuerzos de los seres amados en mantenerlo eran inútil. La última película de zombi que vi y que curiosamente también era coreana fue Train to Busan  (2016), aquí los zombis se transforman velozmente, los momentos de consciencia son ínfimos, los zombis corren, saltan, son fuertes, el género humano pareciera que no podrán con ellos. Como en toda secuela de zombis aparecen las personas ruines y los héroes y esta película no escapa de estos clisé. Todo transcurre en un tren, símbolo de progreso, de futuro, los zombis vienen desde la parte trasera del tren, hacia la cabecera, viene infectando desde atrás, desde el pasado, invadiendo el presente y descarrilando el futuro; es posible que esta interpretación metafórica de la película me muestre algo que explica el fenómeno zombi como hecho cultura pop sui generis y es que los zombis representan el pasado, caótico, sin sentido que devora el presente y trastoca cualquier planeación del futuro, la metáfora es tan precisa que al final de la película Train to Busan sólo la niña y la embarazada logran sobrevivir porque representa aún la oportunidad de futuro, igualmente hay otra película de zombis japonesa que busca sintetizar varios referencias de las películas zombis, se titula I am a hero, (2016) y lo interesante de esta película es que ha diferencia de mucha se puede obsevar la transformación del caos, de una cotidianidad normal a una extraordinaria, pero además hay una reflexión que hace uno de los protagonistas y es que los zombis se quedan en el pasado, realizan repetitivamente los actos que más le satisfacían, es decir, su pasado se vuelve cíclico, el pasado marca a los zombis e inutiliza el presente de los no infectado, quizás este sentimiento de caos, del sin sentido de la historia, de inutilidad del presente, de desacarrilar el futuro son marcas de esta posmodernidad y que las personas la siente en el devenir que ofrecen las series de zombis.

Zdzisław Beksiński

Quiero mostrar esta idea a través de una serie que ha marcado a toda una generación: The walking dead. A lo largo de estos siete años y más de cien capítulos han creado una legión de seguidores ademas de estar considerada como una de las mejores cinco series de la historia. En un principio yo no iba a ver esta serie cuando empezó en el 2010, la vi dos o tres años después, debido a los innumerables podcats, ensayos, reflexiones que leía sobre la cultura pop y su relación con los zombis como el libro Filosofía zombi de Jorge Fernández Gonzalo. Allí el autor revisa varias películas icónicas de zombis llegando a la conclusión de que el zombi como metáfora: "nos permite acceder al mundo que nos rodea desde una visión compleja de la propia cultura (...) esta cultura postrada ante el capitalismo, animada por falta de relación con sus vecinos pero perfectamente mediatizada, capaz de conocer a tiempo real lo que pasa en la otra parte del globo pero no a quien más cerca está de uno, como si la tecnología nos hubiera desligado de las funciones primarias, instintivas y el zombi sirviese, al mismo tiempo, como recuerdo y temor ante esa animalidad que se ha perdido, como horror al progreso, porque en cierto modo, el no-muerto es la personificación apocaliptica de lo desconocido hecho hombre, del hombre hecho amenaza para sí mismo". Así, el zombi es el pasado que nos recuerda nuestra animalidad dominada por una cultura, cultura que se transforma en caos, en descorporalizado, en mero signo aunando temores hacia un futuro donde la principal amenza somos nosotros mismos, todo esto parece sintetizar este fenómeno de los zombis en sus mordidas, descomposición, miradas y esto es lo que ha hecho de la serie The walking dead y de las series en general, el producto cultural pop de principios del siglo XXI.

Zdzisław Beksiński

El primer capítulo de esta serie contiene toda la carga del quien despierta en la nada, del quien ha sobrevivido a un cataclismo inocentemente, sale no hay nadie. luego se encuentra con una niña zombi que mata. Con esto elementos The walking dead comienza su saga. Esta serie comenzó en comic según su creador, Robert Kirman, no gira en torno al problema de los zombis, sino acerca de la sobrevivencia, quizás la pregunta última es como querrán sobrevivir las sociedades del futuro: como zombis término que se aplicaría a todo aquello que no es humano o como seres humanos y lo que implica serlo. En el fondo todos están infectados de esta inhumanidad, inclusive morir de muerte natural implica volverse zombi y desplegarse como destructor de lo humano: la cultura, el lenguaje, los afectos, etc.; para responder puntualmente a esto, Kirman desarrolla todas las debilidades y fortalezas humanas como la cobardía, la traición, la solidaridad y la empatía, así como constantes planteamientos morales y éticos que van desde la eutanasia hasta replanteamiento sobre el bien y el mal, quizás esta visión de Kirman y sus constantes planteamientos a lo largo de su más de 160 comics así como su versión televisiva plantean en el fondo este ir de lo inhumano a lo humano y viceversa.

Zdzisław Beksiński

Podríamos decir que series exitosas como Breaking Bad, Los Soprano, Juegos de Tronos, Black mirror, es que en cada capítulo realmente introducen un tema ético que según las circunstancias y el desarrollo de los personajes, toma un determinado rumbo que ubica al televidente en una interacción de empatía o no con la resolución morales del capítulo y estas empatías morales es la hace parte del  éxito de las series. The walking dead presenta en cada capítulo conflictos morales y resoluciones ética que derivan de las experiencia y del desarrollo de los personajes, pero a diferencia de otras series como las mencionada, en The walking dead la memoria, los recuerdos quedan suspendido. En series como Breaking Bad, las resoluciones morales que toma Walter White se resumen en el último capítulo, en su visita a escondidas para ver su familia, causa principal por la que tomó varias de sus decisiones, el recuerdo aparece y se instala en sus últimas decisiones, al igual en Los Soprano, las dediciones de Tony giran sobre las excusas de mantener, proteger y expandir "la familia" en todo lo ancho de su significado así el final único es la eliminación de la familia totalmente, Juego de Tronos, las familias se desmembran entre el poder y los recuerdos que los acompañan junto a elementos emocionales como: la traición, la soberbia, la envidia, el ego, el amor y el odio, etc., en The walking dead el pasado se ha "zombificado", el pasado se ha transformado en algo que produce dolor, que tortura, que hay que olvidar: amigos, familia, amores... no hay historia, no hay memorias ni recuerdos, solo flashback o analepsis, para descubrir el por qué del carácter de un individuo o el transcurri de una acción, pero no son las bases para las decisiones morales o para visualizar los fines o los dinteles éticos que soportan su acciones. Y es que el pasado, la historia, en la era de la informática cada vez es más endeble, nuestro escritos se pierden por los cambios de los formatos electrónicos, las fotos se disuelven en miles de bites que acumulamos y que raras vez volvemos a apreciar, las millones de opiniones que atiborran en las redes sociales cumpliendo la misión de sesgar la mirada del día sobre el mundo, pero inmediatamente olvidamos y extrañamente recuperamos. Nuestras memorias, recuerdos e historias se montan sobre formatos digitales; fáciles de perder, imposible de ordenar, volviéndonos seres del día a día perseguido por un ejercito de zombis de una inhumanidad que no son más que el símil de aquello que ya no podemos recordar, ni memorizar y por ende entender y conservar, elementos que no da la bases de nuestra humanidad y cultura.

Zdzisław Beksiński

Derrida en libro Memorias para Paul de Man, explicaba que la memoria como experiencia del tiempo fracasa al intentar anular la distancia entre el momento presente y el momento pasado, ya que se abre la posibilidad a la discontinuidad, a la distancia, a la diferencia entre la "presencia del presente" y el "presente mismo"; por eso la memoria esta signada, poblada por huellas, por sombras, de fantasmas, lo que permite construir los discursos con alegorías, de dar imágenes a aquello que no lo tienen y a su vez produce la ironía e sus disyunciones. Así hablar desde y con alegoría es hablar de los que murieron, de los ausentes, de los discursos oficiales, las historias de vida de quienes desde su particularidad nos puede hablar de hechos "históricos", pero vividos desde el olvido, desde las fronteras, desde la fuente de la memoria (Mnemosyne), y sus olvidos (Leteo) genera la ironía, en la medida en que disimular o ignorar las narraciones alegóricas. En el mundo de los zombis, las alegorías no aparecen, nunca tenemos narraciones de los zombis, de sus hechos o hazañas, de sus vidas y muerte, también la ironía desaparece, el presente se transforma en un sólo plano retórico donde la figura de conciliado predomina, es decir, aquella figura que transmuta sus significados al de su anterior aparición, por lo tanto las narraciones de verdad, moral, deber, heroísmo, se difuminan en la serie y películas de zombis: no hay  pasado, no hay fantasmas, no hay analogía ni ironía, sólo hay zombis que obligan a huir y a protegerse en un presente caótico por falta de narraciones y donde el único sentido del actuar se disuelve en el concepto de sobrevivir. Es posible que el mundo se esté volviendo en un presente sin analogía, sin ironías, sin memoria y con historias saturadas de retóricas e inhumanidad para que produzca en nosotros un mero estímulo que se sintetiza en el concepto de subsistencia, es posible que los zombis indique algo de estos signos que las personas no comprender pero pueden intuir que están. En la actualidad todos tratan de sobrevivir o exigen permanecer en el mundo; por lo que tienen que sobrevivir a la barbarie de la guerra, de los gobiernos fascistas de izquieda o derecha, de los procesos de exclusión por clase social o educativa, sobrevivir al aburrimiento, al rencor, a la migraciones, el hombre busca sobrevivir  porque hay un darwinismo social incrustado en el capitalismo mas inhumano y que por detrás de él vienen los zombis y en ese recorrido, todos aquellos diseños de futuro que se han planteado de diversas perspectivas filosóficas, políticas, sociales, económicas, carecen de sentido en prinicpio de sentido, ya que el futuro sólo existe para el quien sobrevivira.

Zdzisław Beksiński

Pero... ¿sobrevivir hasta perder la razón? Si la muerte fisiológica, los zombis, la sociedad consumista te perdonan, es posible que la locura sea más clemente, así se sufrirá menos la irrupción del dolor y las sopresas del pesar; pero extreñamente la locura no aparece en las películas zombis, no se observa como opción para sobrevivir, siendo quizás una de las más correcta respuestas a un apocalipsis zombi. Los sobrevivientes realmente se transformarán de humanos a momias convulsas o a especímenes para ofrendas a dioses olvidados como se puede apreciar en cualquier película de la tetralogía: "Mad Max". En el futuro descarriado se sobrevivirá siempre fuera del ser, habrá sólo criaturas inexistentes en la exitencia como le pasa a todos los sobrevivientes de las decenas de series y películas zombis, donde palpitan extraviados entre otras ficciones, entre fantoches, ruinas, podredumbre, exasperación. En algún momento en el futuro descarriado pareciera que las esperanzas se volveran hacia la autodestrucción, para dar un sentido de liberación y de fuga a la ruindad de la cotidianidad, pues no cabe engaño más cruel que la fascinación por todo lo que no sea demencia o muerte y que las series de zombis enseñan y a la vez lo desapercibido que pasa la locura y el suicidio como posibles soluciones de la raza humana para sobrevivir a su propio apocalipsis.





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