Obra Ganadora |
Entro a una librería buscando pretextos para mantener una curiosidad sin rumbo. En la entrada y rebosante de una misma edición, aparece el libro que obtuvo el último premio Akutagawa del segundo semestre del 2016. El premio se entrega dos veces al año y se otorga desde 1935. Premio que curiosamente no lo ha ganado Haruki Murakami, quizás por eso en su novela 1Q84, Tengo, Fukaeri y Ushikawa revuelan y critican el premio, quizás es una manera literaria de Murakami de tomar una postura con respecto a este galardón, en fin, el premio Akutagawa es uno de los mas prestigiosos y normalmente pasaría de alto leer sus obras, quizás porque aun estoy encadenado a la tradición de leer los "clásicos" como Mishima o Abe, pero me atrajo la publicidad, explicaba que la novela fue escrita por una mujer que tenía 18 años trabajando en un "combini". "Combini" es la manera fonética con que los japoneses agregaron a su idioma la expresión inglesa convenience store que son pequeñas tiendas abiertas las 24 horas y que ofrecen una gama de servicios básicos para sus clientes y que en más de una ocasión me ha salvado el día. Me pregunté: ¿una mujer que trabajó 18 años en una tienda, quizás sin formación literaria, de qué escribiría?, además, ya el título era un problema entenderlo, porque tiene la palabra コンビニ (Combini) y a continuación la palabra 人間 (humano), así que me era difícil darme una idea del sentido de la propuesta del libro en japonés. ¿Cómo traducirlo? Mientras tenía el libro en las manos recordé una escena de Respiración Artificial de Ricardo Piglia: cuando el poeta Marconi le comenta a Tardewski que le habla a Renzi, sobre aquella señora que bordaba manteles y que le escribía carta y le mandaba poesía a Marconi, y como éste le comentaba que aquella mujer poseía una escritura extraordinaria, que había nacido para la literatura, pero cuando se encontraron le recomendó que se esforzara en hacer mejores bordados de manteles, y dejara la literatura porque para Marconi: "Si esa mujer seguía escribiendo, nadie, en el presente ni en los años que siguieran, nadie iba a recordar que había existido un poeta llamado Bartolomé Marconi". Marconi tenía la teoría de que la literatura es vida, es carne, es una combinación de vivencias y experiencias vitales; la mujer ante esta teoría se preguntaba ¿Cómo podría entonces escribir sobre mi vida si sólo soy una bordadora de manteles? y luego se responde: "Estoy condenada, dijo la mujer, porque entonces lo que escribo no puede ser más que esas historias tejidas en la pobre tela del olvido. Falsas historias que no tienen carne, porque la literatura no puede tener otra materia que la propia experiencias vividas". Así que me encontré con una escritora y su obra y me preguntaba que pesaba en su escritura, sus experiencias en un combini o historias arregladas en estanterías pulcras y luminosas. Ante esta curiosidad me compré el libro.
Murata Sayaka en un "combini" con su obra |
Luego de leer la obra no puedo deja de percibir una radiografía sarcástica de la sociedad japonesas. Es una novela corta y con un humor negro fino, además que se puede leer con cierta facilidad ya que usa una escritura sin redundancias intelectuales. Comienza relatando como el combini está lleno de sonidos y conociendo los sonidos se sabe lo que se tiene que hacer, me pareció una forma de mostrar una automatización, pero la escritora-protagonista, ya que se llama Sayaka, comentaba que al conocer la campana de entrada, el sonidos de las compras en el mostrador, el abrir y cerrar de las neveras, ella sabe lo que tiene que hacer y entonces: ¿no es una forma fácil de actuar ante las contingencias diarias? Luego hace un rememoración de algunas anécdotas de su infancia como cuando en un parque se encontró a un pájaro muerto y pensó en cocinarlo, pero su madre y sus amigas le hicieron un funeral al pájaro, compraron una caja, rompiendo flores y llorando, mientras ella pensaba en el desperdicio de la carne; en otra momento comenta como unos niños de su clase peleaban y nadie podía detenerlos, ella agarro un palo y les pegó en sus cabezas, haciéndole heridas. Los padres fueron reprimidos pero ella entendía que había hecho aquello para parar la pelea ya que nadie hacía nada, así que ella pensó que era lo más obvio y había hecho lo correcto. Esos comportamientos, el llamado constante de su padres a la escuela, la hicieron ver como una extraña, como alguien raro, y así progresivamente, una vergüenza la arropó y desde los ocho o nueve años se volvió en un ser silencioso para no llamar la atención, para no generar vergüenzas. Comenta que nunca sufrió de abuso de sus compañeros, porque tampoco logró establecer grupos ni amigos, así que su familia pensaron que estaba enferma porque no era "normal" llevándola a varios psicólogos, pero ella sólo quería no llamar la atención y con este preámbulo nos introduce el personaje de Sayaka. De una niña vivaracha y crítica a una adolescente tímida y vergonzosa. Cuando tenía 18 años ingresa a la universidad y para pagar sus gastos decide a trabajar en el combini. En el trabajo se convirtió en un empleada más, de aquellas que llevan uniforme, pero este simple acto la hizo sentir por primera vez que pertenecía a un grupo, a una esencia, a un lugar, además su familia le apoyó porque trabajar en un combini mientras estudias en la universidad en de una persona "normal". Allí comienza a sentirse en una "familia", a estar en un grupo humano donde todos son iguales, todos llevan uniformes, todos se comportan igual atendiendo los clientes y haciendo sus mejores esfuerzos para mantener la tienda limpia y en buen funcionamiento y nada de lo que hacía generaba vergüenza.
Los Combini es un espacio donde se reúnen las jóvenes |
Al terminar la universidad no consigue trabajo, por lo que se mantiene como empleada del combini, pero no como empleada de nómina, sino a destajos, por tiempos, esto ya es extraño para su familia y amigos, porque no es "normal" que un egresado universitario trabaje a destajos en un combini, pero ella cada vez se adhiere al "ser" del combini, siente que su cuerpo se transmuta con la tienda, se alimenta tanto biológica como espiritual de sus productos, de sus momentos, de sus compañeros, de hecho comienza a mimetizar con algunas amigas en el combini. especialmente con su Izumi, por lo que todos los gustos y opiniones de Izumi, son también sus gustos y opiniones. Con el pasar de los años las personas le preguntan por qué no se ha casado, por qué sigue trabajando en un combini a tiempo parcial, y ante la insistencia ella sólo puede responder que su cuerpo es débil. Ella siente que todo cambia, pero a la vez todo permanece igual y esa sensanción ontológica le agrada. En algún momento aparece el personaje en esta obra escrita entre recipientes y cajas registradoras: Shiraha, este personaje hace otra radiografía sarcástica del hombre japonés contemporáneo. Es presentado como un personaje absurdo, crítico, soberbio e inmaduro. Critica los métodos y los hechos de las cosas, pero es negligente y pusilánime para tomar decisiones. Para Sayaka esta figura le comienza a perturbar su orden. Shiraha siempre le comenta que todo es una falsedad, que Japón sigue viviendo en la época Jōmon (縄文時代 primer periodo de la historia de Japón) donde los hombres son quienes manda y las mujeres sólo deben reproducirse o ¿acaso alguna vez has tenido o has visto a una mujer como jefa de un combini? No, siempre son hombre, Japón es un país para que los hombres se sientan para ser servidos por mujeres, como en la época Jōmon. En uno de los varios encuentros que tienen Shiraha con Sayako, ésta le habla de que no cumple con las normas de manual del trabajador de combini, que si lo cumpliera todo sería más fácil ya que ahí está todos lo que tiene que hacer o no hacer durante el trabajo, Shiraha desprecia el manual, no lo leer, porque mientras ella argumenta que el manual objetiviza los procesos, ordena las hora y la vida dentro del combini, Shiraha comenta que los manuales hacen más raras a la gente de lo que son porque dejan de ser lo que son en esencia. Paralelamente Sayaka descarga en varios comentarios irónicos la contante presión que ejerce su familia y amigas por trabajar en el combini y por no estar casada, definiéndola como alguien raro y aunque ella se siente un ser social establecido dentro de la sociedad japonesa, ya que cumple las leyes y paga impuestos, para muchos no es humana. Esta idea se deduce cuando su jefe le comenta que un ser humano es aquel que participa en la sociedad por medio de la familia y/o la compañía. (人間はさー、仕事か、家庭か、どちらかで会社に所属するのが義務なんだよ)y ella no tiene o hace familia, pero tampoco está en la compañía ya que quienes trabajan por horas en un lugar, no son considerados miembros activos de la empresa. Entre línea tenemos una definición de humanismo, no como una cualidad innata del hombre derivada de su existencia por medio de sus decisiones y pensamientos, sino como un deber social, sólo se es humano si perteneces a las estructuras humanas ejercida por una sociedad, sacrificando cierta libertad para ser y hacerse; así que la propuesta de Sartre de que el existencialismo es un humanismo queda distante en Japón en tal caso El combini es un humanismo, de aquí mi particular traducción del titulo. A mitad de novela la protagonista le pregunta a Shiraha, ¿por qué, si no le agrada trabajar en un combini, lo hace? Shiraha responde que entró al combini a ver si consigue mujer para casarse, porque dentro de un apartamento solo consigue citas por internet con mujeres que solo quieren que derroche todos sus ahorros en una noche, por lo que no ve viable conseguir una mujer por internet, en cambio en los combini siempre hay mujeres, y pensando así decidió la opción de trabajar allí, pero sea como fueran sus decisiones para conseguir una mujer, todos lo miran como un ser raro, su familia, sus amigos y especialmente su cuñada que siempre le regaña porque aún no se ha casado y tiene más de treinta y cinco años. Luego Shiraha se retira del combini y una tarde él llama a Sayaka para tomar un café y pedirle disculpas porque piensa que ha sido muy patán con ella. Luego de hablar sobre cientos de tonterías que rodea a una sociedad como la japonesa, ambos admiten que viven rodeado por una presión por ser "raro", por lo que Sayaka le propone vivir juntos. Luego de un diálogo de acuerdos donde Shiraha le comenta que ella no es el tipo de mujer que le excite para tener sexo, por lo que tendrán que vivir sin relaciones sexuales, ella acepta y ambos viven en el pequeño apartamento de ella, tan pequeño que Shiraha decide vivir en la tina o "ofuro" del apartamento, viven juntos pero separados, aunque lo importante es que dan la apariencia de una relación amorosa; otra de las condiciones que pone Shiraha es que no quiere trabajar, sino quedarse todo el día en casa, desea esconderse de una sociedad donde la apariencia cuesta tanto que no quiere aparecer bajo ningún concepto en ningún sitio si no es necesario, es decir quiere desaparecer para mellar la constante presión que siente por ser "raro", ella acepta y le dice que no hay problema, que le dará "esa" (餌) que es un termino para decir comida para animales, convirtiendo así a Shiraha en su mascota y como tal lo tratará.
Uniforme = Igualdad |
Sayaka comenta que vive con un novio y todos están felices, todos la ven normal, todo dejan de presionarla por no tener novio, pero luego comienzan presiones para que la pareja se una con amigos en festejos, y ahora la bombardean con preguntas como: ¿cuándo dejará el trabajo para dedicarse a los hijos, dónde vivirán para que sus hijos vayan a una buena escuela, Shiraha busca un buen trabajo? la apariencia de la relación funciona pero la presión se incrementa se vuelve un delta interminable, y aunque se han vuelto normales en algún momento Shiraha comenta una de las frases que más me llamó la atención: "la afición de los humanos normales es juzgar a los humanos anormales" (普通の人間っていうのはね、普通じゃない人間を裁判するのが趣味なんですよ) Ambos trabajaron en el mismo combini así que todos los días sus compañeros le preguntan sobre Shiraha, ella se siente extraña, siente que ahora quieren entrar constantemente en su intimidad, que no tiene espacio, que la homogeneidad y el orden que le atrae del combini no se logra mantener. Shiraha la presiona para que consiga un trabajo donde gane más dinero, así que decide dejar el combini, pero el día de la entrevista, horas antes de realizarse, entran ambos a un combini y mientras él va al baño, ella comienza a arreglar cosas, revistas, productos, recuerda los sonidos, su cuerpo se ha somatizado con la esencia del combini, los jóvenes empleados ven cómo ella arregla las cosas, pone en orden las mercancías sin que nadie se lo haya pedido. Al salir Shiraha del baño le pregunta qué hace y ella le responde que no ira a la entrevista, que ella escucha la voz del combini que la necesita y que regresará para pertenecer al un humanismo propio que permite el laborar en el combini, regresar a una familia que cambia sin cambios, aunque sea por algunas horas.
Del extremo orden al máximo sarcasmo ¿necesidad lógica? |
Esta obra muestra lo obvio de forma sarcástica y con un humor ácido, y es que la sociedad japonesa necesita más formas irónica para reaccionar sobre sus prototipos de familia feliz y del alegre trabajador en una empresa eterna que inunda la publicidad y las series televisivas y películas, estas visiones lentamente desmembran sus propias estructuras sociales, de ahí varias de sus crisis como la caida de natalidad y el abandono del campo. En una época de cambios profundos, el sarcasmo y la ironía pueden ser las fórmulas para plantearse reaciones ante una sociedad japonesa que niega legítimos cambios como modificar la imagen de la mujer de ser un mero prototipo de servidora de hombres, reproductora de vida y cuidadora de niños y hogar, y darle mas igualdad en el trabajo, en los salarios, en las tomas de poder y en la sociedad en general, por lo menos así piensa Sayaka y Mi Amiga Japonesa. Es posible que el éxito de la escritora circunscriba estas ideas, además si bien Murata Sayaka trabaja en un combini, resulta que tiene un licenciatura en literatura por la universidad de Tamagawa en Tokio, además de otras cinco o seis novelas como:「タダイマトビラ」「殺人出産」「消滅s世界」y otros premios literarios como el Yukio Mishima cuya edición 26 ganó con su novela「白色の街の、その骨の体温の」así que en la escritura de Murata Sayaka se funde la bordadora de manteles que algunos Marconis desprecian.
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