Cartel de la exposición de las espadas japonesas y Evangelion |
Yo a veces me cuestiono cómo siendo ella japonesa no es una apasionada por el manga, mientras observo en el tren a hombres y mujeres yendo y viniendo a sus trabajos con un manga dentro de sus portafolios y quizás esto es una de las razones de por que me gusta ella, porque no es una otaku, es decir, una obsesa por sus aficiones. Un día hice una encuesta, nada seria a mis estudiantes, y según los resultados, de cada diez jóvenes japoneses, cuatro no le interesan el manga. Así que el mito de la adicción a el manga entre los jóvenes japoneses no es tal, claro, hay que multiplicar a los amantes de el manga que son más o menos una sexta parte de la población japonesa, lo que asegura un buen negocio, por lo que además de la tecnología y el sushi, el manga es uno de los artefactos culturales que más exporta Japón. Pienso que el arte es arte cuando explica fenómenos sociales o culturales, pero si no tiene nada que decir dejar de ser arte ¿no? y se transforma en un objeto de curiosidad o mera "cosa mercantil" donde algunas personas gastan fortunas por tener un "original" de Picasso o Van Gogh, aunque éste no le diga nada, ni la hora.
Pienso que cuando un manga no tiene nada que decirme de la sociedad, de la cultura japonesa o de mis circunstancias, deja de ser un manga para transformarse en dibujos interesantes pero sin sentidos. Buscando entender mi vida y el mundo donde me desenvuelvo cotidianamente me acerqué al Museo de Historia de Osaka en vacaciones, no había gente, era un jueves, todo en calma, situación que no es fácil encontrar en los museos japoneses, siempre llenos de personas para tomarse fotos frente a obras o decir sencillamente "yo estuve allí", lo que me hace pensar en la validez o no de los estudios de arte en las escuelas básicas, en fin, una vez en el museo vi a varios grupos de adolescentes haciendo cola frente a una de las salas de exposiciones; lo que me extrañó. Lo cierto es que compré el boleto para entrar a esa sala y en el ticket leí『ヱヴァンゲリヲンと日本刀展』algo así como exposición de las espadas japonesas usadas en Evangelion, aclarando que no era el museo de manga como el que está en Kioto, sino el museo de Historia de Osaka. No sabía que era Evangelion, pero me gustan las espadas, las armas blancas, así que pensaba que era una exposición de espadas antiguas, pero no, eran de espadas muy modernas, futuristas, eran las espadas y cuchillos que aparecían en el anime y la manga; sí en el Museo de Historia de Osaka. Mi Amiga Japonesa me preguntó que tal mi visita al museo y yo me entretuve comentándole la exposición sobre las espadas que se usan en Evangelion, ¿Evangelion? dijo ella con una sonrisa, a la vez que me mostraba su rostro de duda, elementos necesarios para que me adentrara a ver este anime de veintiséis capítulos desde esa noche y en la cual una cercana me vio Mi Amiga Japonesa cuando la analizaba tomando un Campari con jugo de naranja.
Personajes del manga recibiéndonos en el Museo de Historia de Osaka con las "espadas japonesas" usadas en Evsangelion |
¿Quién habrá dicho que la realidad supera la ficción? |
Dentro de todo este recorrido por Evangelion, Pen Pen, el pingüino de la serie, me recuerda una especie de metáfora de lo siniestro "Unheimliche", algo cercano pero que oculta |
Lo femenino se repite en el manga pero también abre un debate sobre los ámbitos públicos y privados de las mujeres en la cultura japonesa |
God´s in his heaven. All´s right with the world |
Edvard Munch mostró en su obra una sociedad sesgada por traumas, esquizofrénica, ahora el manga japonés se apropia de su herencia |
Imagen de la última película de Sono Sion que no está incluida cuando escribí de él en el blog por ser la más reciente. Se titula 希望の国 o "Tierra de esperanzas", donde muestra a un Japón en un futuro no muy lejano y por supuesto desde otra perspectiva distinta a la del actual Primer Ministro |
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