PAIS: Japón – Francia
AÑOS: 2022. DURACIÓN: 113 Minutos
DIRECTOR: Hayakawa Chie
ACTORES: Baisho Cheiko, Isomura Hayato, Arianne Stefanie
SINOPSIS. Una película de futurista que trata de responder a la pregunta sobre el envejecimiento que está ocurriendo en Japón y donde se pronostica que para el 2050, un cuarto de la población tendrá más de 65 años, es decir, una de cada cuatro personas será un individuo que necesitará algún tipo de atención médica, psicológica, económica, pero cuya productividad será casi nula. Plan 75, se presenta como una película del género de la ciencia ficción, pero incómodamente realistas y plausibles que está lejos de ser divertida, apocalíptica o aventurera como nos quieren vender el género. Apenas parece que tenga lugar en el futuro, pero el vacío de las calles, la falta de niños, las indiferencias emocionales, así como la conservación de las costumbres que enseña el filme al mostrar a varias personas que se involucran en un nuevo programa gubernamental que trata de animar a los ancianos (que superen los 75 años) a poner fin a sus vidas mediante la eutanasia, pareciendo lógico para algunos en algunos momentos de la película, pero con una seducción obscena del horror que se da cuando se presenta cualquier holocausto.
PENSAR LA PELÍCULA. Es una película que engaña, no al estilo de aquellas que buscan llamar la atención con posiciones políticas, o con efectos especiales, o haciéndola popularmente correcta, es un engaño sobrecogedor, como si morir dignamente o aceptar la vida hasta sus últimas consecuencias tiene las suficientes relevancias éticas en una sociedad donde todos sus engranajes son económicos. Hay un guiño a la estética de Adorno, hay una presentación al extremo de una lógica negativa de la experiencia estética, aquella que nos permite acceder a lo otro como lo otro y a lo extraño como lo extraño. Cuando nos relacionamos con una película nos encontramos con lo contrario de la realidad, con la apariencia, la ficción, el engaño, lo imaginario, lo irreal en general, es decir, un lugar liberado de los imperativos de la cotidianeidad y de la comunicación habitual, un lugar en donde prima lo extraordinario; y lo particular de esta película, es que lo logra dentro de la normalidad cotidiana más común y corriente hacernos extraño lo más normal de nuestro existir. Es una película que nos miente con verdades vistas, pensadas, oída, porque no hay nada más verdadero que esas mentiras que significan negar lo existente en lo inexistente y no lo contrario como es el pan nuestro de cada día con las películas de fantasía y acción. Así este filme de la realizadora Hayakawa Chie reivindica la mentira del arte como un poder de negación más que un poder de creación. Por esto la película se desarrolla en una apariencia de lo que no tiene apariencia, es promesa de felicidad futura, pero no presente, es entrar en tensión al estar de acuerdo con lo que se presenta a la vez que nos inquieta, esta situación se opone radicalmente a cualquier tipo de esteticismo y a un arte complaciente, ligado a las intenciones de las industrias culturales contemporáneas en donde prima la diversión y la complacencia y si no me creen
vaya a ver la película más taquillera del año Barbie, con el argumento de escapar de la realidad, de no querer pensar porque en teoría la angustia carcomen las neuronas de las nuevas generaciones, de tener un momento de diversión usando ropa fucia fuera de una cotidianeidad que siempre nos rodeará. En fin, lo interesante es que siempre hay opciones, aunque se puede sentir que la globalización uniforma más el mercado, las opiniones y nuestras expectativas así que no nos extrañe que cuando lleguemos a los 75 año este futuro nos alcance.
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