lunes, 18 de junio de 2012

MI AMIGA JAPONESA Y LA FILOSOFÍA DEL FRACASO

Spiderman enseñando métodos de fracasos
en un seminario internacional en Madrid a una amiga
Cuando Mi Amiga Japonesa supo que había estudiado filosofía, abrió sus ojos y me dijo 凄い, 『すごい』es decir: fantástico o extraordinario, aunque la primera vez que busqué la palabra en el diccionario también era la expresión para algo horrible, por lo que 凄い顔『すごいかお』se entiende como: un rostro horrible, pero si digo 凄い美人『すごいびじん』estoy diciendo: una mujer de belleza extraordinaria, así que siempre me quedó la duda si el 凄い que dijo Mi Amiga Japonesa cuando le dije que estudié filosofía se refería a: "estudié filosofía. !Qué maravilloso!" o, "estudié filosofía. !Qué horrible!" En fin, con el tiempo he decubierto que se trataba de la segunda acepción, porque es lo más lógico de expresar luego de que uno confiesa que pasó años de su vida tratando de pensar algo correctamente, como si uno tuviera una tara de nacimiento y necesitó años para lograr pensar algo correcto. Cuando era adolescente y algo me empezó a gustar para dedicarme en la vida, empezó un gran cariño y curiosidad por la arquitectura, esto quizás se debió a que vi a mi padre construir nuestra casa, rústicamente, con cierta torpeza, pero en algún momento paralelamente vi unos cuadernos con unos dibujos impecables de casas, que según descubrí había realizado mi padre de joven, fueron hecho a mano con tinta china, en verdad, por lo que me acuerdo, eran maravillosos sus trazos, lástima que se perdieron esos cuadernos en la obsesión por la limpieza y de eliminación progresiva del pasado que posee mi madre; pues si el ver a mi padre construir la casa y luego descubrir de adolescente sus dibujos alimentó mi amor hacia la arquitectura; claro yo nací con muchas torpezas, entre ellas no saber dibujar una línea recta, así que el ingreso a la facultad de arquitectura de la Universidad Simón Bolívar fue prohibida. Luego sentí una atracción fuerte por las artes de fuego, por la fotografía, pero los materiales, los instrumentos, incluyendo las costosas cámaras fotográficas, así como la posibilidad de no tener nunca medios para vivir desde las artes, y por supuesto viviendo en un país donde estudiar estas artes a finales de los ochentas no tenía precedente ni sentido para muchos posibles abogados, médicos e ingenieros en que se querían convertir mis amigos, esto hizo con el tiempo que aquellas artes se convirtieran en mis aficiones favoritas, siendo la  fotografía mi principal
Disfrutar de la fotografía junto con la arquitectura y
Mi Amiga Japonesa en Nagoya
pasatiempo, por lo que tuve que tomar una opción seria ante mi familia y la sociedad, y fue así que estudié geografía, geología, pero definitivamente la ingeniería y las ciencias de la tierra a las cuales le tengo mucho cariño, no querían nada con un fracasado como yo, así que luego de reprobar varias materias por incompetente, llegué a la escuela de filosofía de la Universidad Central de Venezuela a finales de los años ochenta. Luego me acordé que cuando estudiaba filosofía descubrí en sus pasillos que casi todos sus estudiantes habían fracasado en ingresar a otras carreras, usando la escuela de filosofía como "trampolín" para estudiar luego derecho, o psicología o comunicación social, pero a veces había gente que ya había fracasado en ingeniería, biología, física, música o teología, así que la escuela me sentí como en casa, lleno de fracasados que tratan de pensar o hacer algo bien. Con el tiempo egresé de la escuela y comencé a dar clases de filosofía que tenía que "pelear" con sociólogos, psicólogos, historiadores y hasta abogados, todos demostrándome que no necesitaron estudiar filosofía para dar clases de filosofía, y que estudiar filosofía era un típico estigma del fracasado social e incompetente mentalmente; claro luego están "los filósofos" que aparecen en los medios de comunicación, que publican libros sobre algún debate filosófico con muchas citas y palabras en alemán, "filósofos serios", tan absolutamente gramáticos que creen que sólo ellos piensan correctamente y nunca admiten que en su derivar por la vida, infinitos tipos de fracasos los marcaron, llevándolos a desarrollar pensamientos inflexibles y enreversados. Con el tiempo logré una cátedra de ética en el Pedagógico de Caracas y sentí que había llegado al "Paraíso de los Fracasados", porque dar clases de ética en un ambiente donde nadie le interesa el tema aunque todos lo mencionan con: "se están perdiendo los valores", o todos los estudiantes se consideren éticos,  morales e intachable en su pensar y actuar, por lo que llegué a la conclusión: ¿para qué estudiar lo que ya saben? así que no se enseña, ni se reflexiona, ni se aplica la ética, así esos años de catedrático me hicieron sentir como si le enseñara a Mickey Mouse a ser Mickey Mouse, me percibía como un espejo fragmentado entre lugares comunes de valores constantes. 
Mi extraño encuentro con Mickey
Mouse en Disneyland Tokyo
Todos se veían intachables, y por supuesto, yo era el profesor fracasado que había pasado veinte años de mi vida leyendo filosofía, y por lo tanto, no tenía dinero para comprar un coche de segunda categoría, o que no sabía hablar inglés con la perfección de un nativo, que no había asistido a grandes orgías ni a importantes reuniones políticas, y que por supuesto nadie me conocía; mientras algunas personas me enseñaban cómo usar éticas acerca del placer o ciertas eudaimonía que el propio Aristipo o Diógenes hubieran temblado de horror, así varios alumnos, no pocos profesores y extraños amigos, me  mostraban sus vehículos recién comprados, -a veces con una mujer en su interior, lo que me hacía pensar que quizás también compraron la mujer junto al vehículo-, comentándome de sus reuniones importantes y donde ratificaban lo exitosos que eran. Tantos años de fracasos me sirvieron para venir a Japón, un país que precisamente no se conoce a primera vista por sus fracasos, o por su filosofía, y sí por ser un "paraíso ético y moral", casi un universo kantiano. Así que ahora vivo en el otro lado del espejo con Mi Amiga Japonesa, pero descubro con los días que en este otro lado del espejo los fracasos existen, pero sin voces filosófica que lo relaten, sólo vemos estos fracasos como historias, cuentos o anécdotas. Hay tantos fracasos y fracasados en Japón como perros y gatos pueden haber en un país. A veces le digo a Mi Amiga Japonesa sobre los fracasados y los fracasos, pero cuando trato de explicar la palabra fracaso sólo hallo en el diccionario las palabras: 敗北『はいぼく』 y  失敗『しっぱい』la primera palabra daría la idea de derrota, la segunda expresión implicaría la idea del fallo. Ahora bien, la palabra fracaso proveniente del italiano fracassare que implicaba además de las ideas de: derrota, fallo, también el de caída y rompimiento. Así que Mi Amiga Japonesa entiende el fracaso como una caída temporal de algo o alguien del cual hay que aprender para no repetir, o de perder en un juego de negocios o en los usos lúdicos del amor; y sí, en este sentido, Japón, Venezuela, Costa Rica y España entre muchos países están llenos de fracasados; yo apunto hacia una idea de los fracasos que pueden estar inspirada de una Filosofía del Fracaso que implicaría, una respuesta vivencial al idealismo que hemos heredado desde Platón, pasando por el Cristianismo, hasta llegar a la diosa Razón y su inmortalidad en Auschwitz. El fracaso sería una metodología empírica para romper algunos moldes que nos enseñan para obtener la felicidad y la dicha plena en un mundo con pocas alternativas de existencias. No es la idea seudopositivista de aprender de los fracasos, porque los fracasos no enseñan absolutamente nada, los fracasos advierten sobre mundos ideales en que se quiere desenvolver y cómo estos cambian constantemente: sus valores, sus ideales, sus fines; y por lo tanto, debemos prepararnos para visualizar el mundo ideal en que estamos o queremos entrar. Podemos desenvolvernos en un "mundo perfecto", todo ideal, pero que conlleva un alejamiento a ciertas características de nuestra naturaleza que queremos ocultar o no aceptar, y que varios sistemas de poderes tratan de mantener para su beneplácito y conservación de privilegios. 
Toneladas de fracasos se acumulan
en las calles de todas las ciudades
Mi Amiga Japonesa piensa que nadie puede ver el mundo desde el fracaso, sin ideales, sin mundos perfectos, sin utopías, sin sueños, desde algunas ideas o prototipos con los que nos enseñaron a desear, yo le digo que sí, que yo veo el mundo desde el fracaso, ella se ríe, pues que más puede hacer alguien que le dice 『世界だけが失敗を理解する事ができます』. Es posible que desde entonces el すごい realmente signifique algo horrible para las personas que estudian la Filosofía del Fracaso, porque no pueden verse en el mundo ideal, armónico, completo como aquellos que relatan algunas religiones, frases de autoayuda, visión burguesa y películas animadas de ayer y hoy.     

1 comentario:

  1. Fracaso: no en balde es el título de uno de los más recordados poemas del Pope de la poesía venezolana (el otro, para variar, se titula Derrota). Excelente man, me has hecho reír un buen rato. "Se están perdiendo los valores"...Será que alguna vez los tuvimos? Saludos a los filósofos del Oriente

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