martes, 8 de mayo de 2012

MI AMIGA JAPONESA E IMMANUEL KANT

Siempre y en cualquier lugar,
 maestros y  estudiantes buscan 
resolver los problemas del mundo
Desde mis años de estudiante de filosofía en la Universidad Central de Venezuela, todo lo que se vinculaba con el pensamiento de Kant me olía a rigidez, a imposibles, a emasculación, a una ética de héroe o a una moral de santo, de ser ejemplo, de ser irreprochable, de ser perfecto, y no sólo a mí, sino a Nietzsche quien lo precisa en su tercera parte de la Genealogía de la Moral: "el imperativo categórico kantiano huele a crueldad", qué más cruel que ser un santo o ser un héroe. Pero, por qué me desalientaba el pensamiento kantiano desde esa época de mi juventud. La escuela de filosofía de la U.C.V. estaba -¿o está?-, lleno de profesores kantianos por una ala, y de profesores hegelianos por la otra. Ambas alas eran deambuladas por pléyades de alumnos que pasaban toda la noche hilando o deshilando líneas y fragmentos de la Crítica de la razón pura, o bien, de la Fenomenología del espíritu. Se hablaba en la ala kantiana constantemente entre el deber moral y las formas a priori del conocimiento, o acerca de lo sublime imaginándonos una tormenta eléctrica; en la otra ala, se hablaba del Espíritu Absoluto, o de la(s) dialéctica(s), todo teniendo como telón de fondo ciertas realidades absurdas de Venezuela; claro nunca mezclaban a ambos autores, ni ideas, aunque ambos escribían en alemán, porque la resaca podía ser mortal, o sencillamente algún profesor hegeliano o kantiano te dejaba de sonreír o no conseguías hacer una tesis. Normalmente yo me sentaba en el medio leyendo Wittgenstein, Dostoievsky, Camus, Rómulo Gallegos u otros autores que no fueran usados por las alas del saber. Yo tuve suerte, mi tesis no fue ni kantiana ni hegeliana, fue sobre Nietzsche y la asesoró el Prof. Ruperto Arrocha, quizás el único profesor en aquella época que mezclaba cosas y no se detenía en buscar lo puro, lo trascendental, lo absoluto, lo indivisible o rastrear a algún Dios escondido entre líneas o entre algunas sonrisas cómplices de ciertos traductores y fetichitas. 
Bicicleta dejada en medio de la
calle de Tokio, kantianamente
sólo el dueño la usará
En mis primeros años viviendo en Japón, una tarde mientras disfrutaba de un café en un Starbucks en Kioto y contemplaba el río Kamogawa 『鴨川』; o Río de patos en su traducción, visualicé este país regodeándose entre imperativos categóricos, acatamiento a las leyes y asunción de  responsabilidades sin cuestionarlas. Es decir, comencé a vivir en un mundo kantiano, ético y moral correcto. Y lo pensé porque una linda japonesita dejó su cartera Louis Vuitton en la mesa de al lado. Yo veía la cartera solitaria, quizás con dinero, en plena calle, sólo yo observaba el bolso abandonado, ella lo dejó para "reservar" la mesa y que nadie se sentara allí, ya que conseguir una mesa viendo el río en primavera es todo una hazaña. Yo contemplaba el río, a la gente pasar, la cartera, y ahí pensaba, ¿nadie se la llevará?, !que kantiano son los japoneses! En cualquier lugar de Latinoamérica, Estado Unidos o Europa, esa cartera abandonada de alguna manera ya hubiera sido sustraía por mentalidades no kantianas bajo el argumento de que la suerte le sonríe, como a los dos personajes del famoso cuento de la escritora argentina Luisa Valenzuela: Aquí pasan cosas raras; personajes que al descubrir un portafolio abandonado en una silla de un café, comenta el narrador, "ya casi aman, casi acarician y huelen y lamen y besan", al portafolio abandonado; qué hubieran pensado si en vez de un portafolio, fuera una cartera Louis Vuitton de 700 dólares, abandonada, triste y solitaria, una descripción orgiástica inundaría el cuento. Dentro de mí pensé que la gente caminaba por las calles guiados por aquel principio que dice: "Obra de tal manera que la máxima de tu voluntad pueda al mismo tiempo valer siempre como principios de una legislación universal", y no, "Aprovecha la situación porque más nunca se repetirá". En principio, el deber querido, la ley racional implica el no robar, no tomar posesión de lo que no nos pertenece, así el "otro" principio es aquel que se sostiene de la desesperación, del azar, de lo inconmensurable por lo que debe ser anulada por ilegal, por irracional, o por lo menos así nos enseña a pensar Kant, algunos burgueses, varios políticos de ultraderecha y fanáticos religiosos que no distinguen entre comer bien y comer mal. Básicamente cualquier persona aplaude esta estrategia, y la pequeña japonesita llegó con un cafe y una cheesecake, eso sí, sin mirarme, sin sonreírme, sencillamente dentro de sus imperativos yo no existía, se sentó, sacó su iPhone y su blanco audífono de la Louis Vuitton y yo desaparecí para siempre. Así que me preguntaba ¿no valdría un acercamiento, un compartir con alguien, un sentir mas "humano", dar una sencilla mirada o haberme preguntado si le cuidaba su puesto? Pero ella obraba de una forma cuya ley dice: no molestar(me). Mientras la miraba trataba de acordarme qué hay en el fondo de este imperativo, y a partir de ese momento empecé a ver a las personas y a la sociedad japonesas como buenos discípulos de Immanuel Kant. ¿Cierto?
Japoneses caminando kantianamente
por la calle de Tsumago-Juku 『妻籠宿』
 
Un día le hable a Mi Amiga Japonesa sobre Kant, ella al principio le pareció interesar, pero estaba cansada y al día siguiente tenía que trabajar, tenía que hacer muchas cosas, su jefe le había ordenado que llegara temprano para terminar la presentación de la nueva colección de primavera, y ella como diseñadora estaba dando los últimos toque a los dibujos. Tenía que obedecer a su jefe, no había opción, no habían excusas, dentro de cualquier otro país algunas personas evalúan su existir, sus relaciones, pero Mi Amiga Japonesa seguía a pie las órdenes del jefe. Pensé que también era loable, el trabajar hasta el agotamiento por el bien del pueblo, trabajo, trabajo y más trabajo ¿dónde he oído eso? En fin, mientras trabajaba en hacer los mismos dibujos, los mismos patrones, una y otra vez, pensé: es cierto, Kant en su ensayo ¿Qué es la ilustración? nos comenta: Sería muy peligroso que un oficial que ha recibido una orden de un superior quisiera razonar en su servicio sobre la oportunidad o la utilidad de dicha orden; debe obedecer. Y este era el argumento del cual, en en el libro: Eichmann en Jerusalem de Hannah Arendt, el nazi prófugo por Argentina utilizó para autodenominarse kantiano. Eichmann se declaró seguidor del pensamiento de Kant, de su moral. Arendt en este libro explica que el nazi entendió mal a Kant porque no puede haber una legislación universal cuando carece de una empatía en cuestiones humanas, pero si se usa el segundo argumento cuya conclusión es: "debe obedecer", del cual parte Michel Onfray en su libro El sueño de Eichmann, y que no cuestiona la incapacidad del jefe de las SS para comprender a Kant, inclusive le da crédito a su entendimiento. El fondo radica en que en ninguna línea de los escritos kantianos hay una fórmula para la resistencia, para la desobediencia, para la rabeldia, así que hablar de revoluciones (aunque sean del siglo XXI) y Kant es hablar de relaciones entre la Hípica panameña y la Summa Theológica. 
Obersturmbannführer SS 
Adolf Otto Eichmann
Buen cristiano, buen kantiano, 

buen amante de Richard Wagner y de vinos 
y que nunca dudó de nada
Aquí en Japón nadie cuestiona una orden de un superior aunque sea confusa o absurda como las que se pueden apreciar en la película de Kitano Takeshi 『北野 武sobre la mafia Yakuza titulada Outrage de 2010 Nadie cuestiona, por lo menos en apariencia, quizás internamente  duden, pero nada se manifiesta, ese es uno de los secretos del éxito de las compañías japonesas (y de las organizaciones Yakuza): lealtad y obediencia -secretos que también sabían algunas órdenes religiosas pero que con el libre albedrío mermaron la autoridad- y que dentro de la mirada Occidental, meramente capitalista e individualista se le escapa estos matices inherentes a la obediencia. Mi Amiga Japonesa ejecuta todas las órdenes que le da su jefe, claro, cuestiona las mías, o ¿quizás no sé dar órdenes o sencillamente el ejercicio del poder me aburre como a Elias Canetti? Las órdenes deben ser dadas por una autoridad, por aquel que tenga el poder y por lo tanto, nunca bajo ningún criterio debe socavarse. Kant determinaba que toda oposición al poder legislativo, a las leyes, a la autoridad por actos de descontento de los sujetos, rompe los fundamentos del sistema y esto atenta contra la "Ley" y el "Deber". Quizás por eso cuando Zaratustra le dice al santón que Dios ha muerto a principio de Así habló Zaratustra 『ツァラトゥストラ語りき』, en el fondo nos muestra la posibilidad de dudar, de eliminar la ley, de cuestionar las reglas, los deberes; claro con el costo de las pérdidas y teniendo a la intemperie como futuro. Japón parece un paraíso kantiano y como cualquier paraíso de pensamiento; las artes desobedecen. Las artes nos permiten  ser sublimes, hacer críticas, visiones subversivas o guerrilleras, es quizás debido a esto, que hallamos en la literatura japonesa personajes que dudan, que transgreden los códigos morales como en las obras de Murakami Ryu『村上龍』o cuestionan los afectos como lugar de convivencia como en las novelas de Yoshimoto Banana 『吉本ばなな』, o critican el respeto a deberes y costumbres como en las páginas de Ogawa Yoko 『小川洋子』, o deducen las partes oscuras que tiene todo poder cuando determina los destinos de sus miembros, sin saber sus depositarios la legitimidad de los mismos como lo expresa en sus múltiples libros el escritor bestseller de Japón: Murakami Haruki 『村上春樹』. 
Joven japonesa kantiana leyendo las órdenes de su mano
Sólo queda la duda, que dentro de la sociedad japonesa se niega con todo esmero. Nadie duda, y para tal fin siempre se planifica las cosas hasta último minuto o milímetro. Siempre hay mapas, vinculaciones, explicaciones, claro siempre que no se profundice las preguntas. Porque en el mundo kantiano en que vivo, preguntas hondas, socavadoras, no tienen respuestas ni interlocutores. En el mundo kantiano no habría un William Smith de 1984, ni un Sócrates, sólo los artistas, pero nunca, ninguna revolución ha comenzado por un libro de ficción, por un cuadro, por un poema; el mundo kantiano permite la expresión porque es arte, pero no sublime, sino como válvula de escapes a mentes inquietas pero inconscientes, y ahora cada vez que camino, cada vez que hablo con Mi Amiga Japonesa, no puedo evitar una dulce venganza que el viejo de Königsberg me hace, desde su tumba viendo como uno de sus críticos más      
ニーチェフリードリヒ
atormentado vive en su paraíso, pero le traduciré unas líneas del pensamiento de Nietzsche que esbozó en su libro El Anticristo アンチクリスト』, esperando que Mi Amiga Japonesa alguna vez me pregunte sus implicaciones cuando el jefe le deje tiempo para leer: "Qué destruye más rápidamente que trabajar, pensar, sentir, sin necesidad interna, sin una elección profundamente personal, sin placer?, ¿Como un autómata del "deber"? Esta es precisamente la receta de la decadencia, del idiotismo... Kant se volvió idiota". 強い欲求、深い個人の選択、喜びなしでは働く、考える、感じる事が早く壊れてゆく。『ねばならぬ』ロボットのようではないか? これは正確には衰退そして無知の秘訣である。。。カントは馬鹿になりました。

2 comentarios:

  1. ¿Qué dice la ultima imagen? No es español. :v no pero en serio, ¿qué dice? :o

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    1. Son frases famosas de Nietzsche en japones como :神は死んだ es decir: Dios ha muerto...

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