SEXTA PÁGINA
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Orquídeas |
Abril en Japón es un mes de flores, de Sakura, de salir a ver sus brotes y llegar a un árbol y descansar bajo su sombra y comer algo liviano y beber algo fuerte, lo que en Venezuela es en mayo, pero sin salir a ver flores y sin sentarse bajo ninguna sombra e ir a comer abundantemente dentro de algún restaurante, sólo las orquídeas mostrándose en algunos lugares especiales nos recuerdan que algo comienza de nuevo. Las flores abren ciertos sentidos que a veces olvidamos: el olfato, la vista, el tacto, y a veces el gusto. Oler una flor, mirar sus colores, tocar sus pétalos y a veces morderlas nos dan una perspectiva de la novedad, ¿oír una flor? algo ya metafórico, es entrar en el mundo de las hadas y de los duendes.
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Sakura |
Las flores poseen la imagen de lo armonioso, de lo dedicado, de lo femenino, de lo admirable, transformándose en un oxímoron de lo masculino, por lo que ver a un hombre con flores siempre es causa de comentarios alegres o displicentes. En varias culturas las flores funcionan como adornos, como ofrendas a los dioses, como preámbulos de amores y siempre me he preguntado por qué. Creo que una respuesta aleatoria sería que las flores fueron las primeras experiencias estéticas del ser humano, que aparecen y desaparecen, que no son constantes ni crea miedos, que se transforman, que atrapan las miradas y nos acercamos para apreciarlas y reflexionar sobre lo efímero, la reproducción, el tiempo y el amor.
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