lunes, 7 de julio de 2014

MIEDO HOBBESIANO EN LA CONSTITUCIÓN JAPONESA

Publicidad del miedo, parte del éxito de la guerra
Mi Amiga Japonesa está triste, preocupada e impotente, pasó lo que nunca creyó que pasaría: fue aprobado un proceso de interpretación del artículo noveno de la constitución japonesa, aquel que dice: 第九条日本国民は、正義と秩序を基調とする国際平和を誠実に希求し、国権の発動たる戦争と、武力による威嚇又は武力の行使は、国際紛争を解決する手段としては、永久にこれを放棄する。二 前項の目的を達するため、陸海空軍その他の戦力は、これを保持しない。国の交戦権は、これを認めない. Para entendernos mejor y abusando de mi japonés creo que se podría traducir: El pueblo de Japón, con la esperanza de lograr una paz internacional basada en la justicia y el orden, renuncia para siempre (永久にこれを放棄する) a la guerra como medio de solución para conflictos internacionales. Para lograr este objetivo de lo expresado en el párrafo precedente; no se mantendrá en lo sucesivo ejércitos de mar, tierra o aire u otro potencial bélico. (陸海空軍その他の戦力は) El derecho de beligerancia del Estado no será reconocido. 
Las heroínas de Manga prestarán sus servicios
Este artículo es una verdadera belleza de humanidad, aunque fue hecho por unos jóvenes oficiales que eran guiados por el general Douglas MacArthur, que veía a los japones como niños por lo que necesitaban una constitución muy clara y sencilla. La constitución japonesa con fuerte aroma "gringo"; también obligaba en su primer artículo a renunciar al Emperador de su carácter divino; estos dos artículos, pienso, modificaron profundamente el sentir y el ser de Japón. La mayoría de los japoneses estaban tan cansados de la guerra y desconfiaban tanto de los militares que se caracterizaban por sus abusos constantes, que se alegraron de renunciar al ejercito, además de la imposibilidad de tener una actitud crítica frente a lo impensable que se simbolizaba en la persona divina el emperador, persona por la cual se realizaban las ordenes y hasta los sacrificios de muerte; al dejar de ser dios permitió el compás crítico, necesario para abrir los horizontes de interpretación de la vida y del mundo. Luego de aprobada esta constitución, pero viviendo en los límites de los dos bloques que dominaron la política durante cuarenta años, de los cuales Japón era la punta de lanza de los EE.UU., delante de un Asia contaminandose de la presencia del bloque comunista, se permitió a Japón crear un ejercito de autodefensa(自衛隊), lo que contrariaba la Constitución, pero para lograr esto se hizo la primera interpretación del artículo noveno, lo que posibilitó también una vía de escape para los argumentos nacionalistas (右翼) y su economía. Ahora en esta segunda reinterpretación aprobada el primero de julio del presente año: ya que cambiar el artículo llevaría un proceso largo y engorroso, se aspira a construir un ejercito para poder acompañar militarmente a otros fuerzas militares en maniobras conjuntas y a poder ejercer el derecho de defensa directa o realizar un ataque preventivo frente a una agresión segura como algunos alucinantes de la extrema derecha japonesa piensan que podría venir de Corea de Norte, Corea del Sur, o China, por las diferencias territoriales que tienen con Japón. La mayoría de los japoneses con los que he hablado del tema, no entienden los porqué de una reinterpretación de un artículo que expresa claramente lo que tiene que expresar. 
Un futuro para una juventud desempleada
Para algunas personas, reinterpretar el artículo para la creación de ejércitos es un paso necesario; afirman que tener ejércitos de mar, tierra y aire; permitirá un crecimiento económico deseado, y no desembolsarían una gran parte de la economía de Japón hacia EE.UU. como cancelación por sus servicios de "cuidar" al pueblo japoneses de "sus enemigos", y así poder por fin sacarlos de las bases militares, que desde sus fundaciones han generado innumerables cantidad de problemas con los lugareños; además gran parte de estas personas que aprueban la reinterpretación creen, que es una buena estrategia para bajar el índice de desempleo en jóvenes graduados como técnicos y en universidades: ofrecer un trabajo seguro en los ejércitos logrará una mejor estabilidad y una actitud positiva de los japoneses con su Japón a futuro, especialmente en estos momentos en que varias empresas han disminuido sus manos de obras profesionales lo que ha aumentado la tasa de desempleo entre los jóvenes cuyas edades oscilan entre los veinte a los veinticinco años. El mosaico de los porqué son amplios, pero mayoritariamente muchas de las explicaciones terminan en argumentos económicos, por lo que permitir la creación de ejércitos, activará la industria como de la confección de ropa militar, empresas de servicios para necesidades militares y especialmente la industria pesada construyendo misiles, portaaviones, armas con tecnología de punta; todo esto en paralelo con el desarrollo de las carreras para oficiales, suboficiales y tropa de los ejércitos y la economía que movilizarán; aunque el gobierno ya está bastante endeudado: !pero hay una esperanza!, que sus nuevos productos bélicos competirían en los negocios militares en los países "en desarrollo", es decir, aquellos que no pueden producir su parque de armamento.
Para armar, alimentar y vestir ejercitos una gran industria se necesita
Lo que detestan la reinterpretación, entre ellos Mi Amiga Japonesa, comentan que es un error, que la reinterpretación del artículo noveno permitirá a los nacionalistas en unión con los derechitas del gobierno de Abe Shinzo, la posibilidad de crear ejercitos como afirmación de una identidad errada, y se perderá aquel áurea que por décadas han tratado de construir sobre Japón: un país de paz, siendo éste su estandarte por lustros, por lo que para muchas personas, y entre ellas me incluyo, esta referencia pacifistas ha sido la mejor apuesta de humanidad que el orgulloso pueblo nipón ha hecho. Mi Amiga Japonesa se preocupa de estas nuevas reinterpretaciones, de esta manera subrepticia de crear nuevas identidades, de apostar a un orgullo guerrero y así tirar a la basura los logros de un pueblo pacífico, Mi Amiga Japonesa teme principalmente que esta reinterpretación pueda amarrar a un pueblo con unos guias fanáticos de una visión de la historia militarista japonesa cuyos orígenes están en las castas de los samuraís, además de machitas egocéntricos y soberbios que buscarán recuperar un orgullo entre exaltaciones imperialistas y crecimientos económicos. Mi Amiga Japonesa teme que esta nueva identidad u orgullo nacionalista degenere en políticas parecidas a aquellas que guiaron a Japón a principios del siglo XX a diversas guerras y que promovió uno de los ejércitos más crueles, canallas e inhumanos que se hartaron de hacer crímenes contra la humanidad y cuya punta de iceberg fue la batalla de Nankín. Mi Amiga Japonesa piensa que las reinterpretaciones del artículo noveno lo debilitan, y así podría abrir puertas a otro Nankín, además piensa que la economía no mejorará para los japoneses por producir armamentos de punta o botas militares, sino que volverá más rico y poderoso a ciertos sectores económicos y beneficiará a algunas familias plutócratas que manejan los hilos políticos de Japón.
絆 (きずな): Vínculos; 守(まもる): Protección.
Mi Amiga Japonesa me pregunta que opino... le digo que vengo de un país donde sus ídolos son militares, casi la totalidad de la historia de Venezuela está conformados por militares y sus anécdotas, además más de la mitad de los presidentes han sido militares, y cuando era un niño, los más viejitos hablaban maravillas de Pérez Jimenez, el último militar presidente antes que Chávez gobernara el país por más de una década. En Venezuela me tenía que aprender toda la historia patria sintetizada en una decena de batallas y en una media docena de héroes, todo girando alrededor de la figura de Simón Bolívar. Le comento a Mi Amiga Japonesa que en la actualidad los términos militares en Venezuela se usan dentro del lenguaje común y corriente del venezolano como moneda de cambio, y que es "normal" ver a soldados del Ejército o de la Guardia Nacional en esquinas caraqueñas llevando fusiles de asalto, como si una guerra estuviera en la entrada del país; aunque últimamente pienso que siempre ha estado dentro del país; quizás por eso, paradójicamente, desde la fundación de la República de Venezuela en 1830 nunca ha tenido un conflicto de guerra con ningún país. Yo tengo un problema particular: no soporto la autoridad, tengo problemas con la autoridad, por lo que todo lo que huele a militar, a historias de héroes militares que hacen guerras por el bien de un pueblo idiotizado con utopías guiadas por Walkirias, me desquicia; aunque sé que desde la Ilíada hasta la última película de Miyazaki Hayao, las guerras han sido el trasfondo de la civilización, pienso que la humanidad madurará cuando ese trasfondo desaparezca, y creo que cientos de personas piensa así, pero no es económico, por lo que los militares aparecen y desaparecen según el momento histórico.
Siempre hay alguien que tiene miedo y que hay que proteger
No quiero hablarle a Mi Amiga Japonesa sólo de mis experiencias que obtuve en un país donde los militares se creen dioses y la tropa piensa que son descendientes de Changó o cualquier otro espíritu o dios menor; le comienzo a hablar de Thomas Hobbes, no por jactancia sino porque creo que sus teorías explica parte del problema de los ejércitos. Ella se queda oyéndome con cierto retraimiento, quizás porque le nombro personajes de los cuales nunca ha oído. Le enseño cómo Japón muestra un ancestral miedo y que se conoce como el miedo hobbesiano. Le puntualizo que hubo una famosa guerra la del Peloponeso, y que hubo un historiador: Tucídides que escribió: Lo que hizo inevitable la guerra fue el crecimiento del poder ateniense y el miedo que esto provocó en Espata. Thomas Hobbes había traducido a Tucídides y se percató que también la guerra civil que estalló en Inglaterra en su época, consideraba este miedo al poder de los otros como causa primera del conflicto. Hobbes escribió entonces: Y de esta desconfianza recíproca no tiene el hombre manera más razonable de asegurarse que  mediante la anticipación; es decir, por la fuerza, o la astucia, para dominar la voluntad de todos los hombres que pueda, hasta que no vea ningún otro poder tan grande como para que constituya un peligro para él. 
Convertir al ejercito como un miembro de la familia, adiós a las mascotas
 La trampa hobbesiana captura tanto a grupos como a individuos. Allí donde dos grupos son amenazas potenciales recíprocas, el miedo común resultante da a cada uno razones para golpear primero. Y puesto que cada uno puede ver que el otro tiene estas razones, el circulo del miedo se refuerza. A partir de esta reflexión Hobbes piensa que una manera de salir de esta trampa del miedo recíproco y de la violencia de todos contra todos es la instalación de una autoridad lo bastante fuerte para imponer la paz y vigilarla. Hobbes la llamó Leviatán, (en la actualidad ONU u OTAN) a las que debemos nuestra paz y defensa (aunque en el fondo se rían Putin y Bush de estas instituciones). Creo que acertadamente Hobbes propone este bestiario fantástico para referirse en el fondo a la omnipotencia de un cuerpo político que en realidad es una máquina para someter al individuo. El Leviatán es un animal devorador, bestia hambrienta que destruye a su paso toda subjetividad y he aquí el problema que se presenta, para mí, la teoría de Hobbes y lo que permite aún las guerras. Los criterios subjetivos son anulados por la bestia que, en última instancia: se reproduce, por lo que en el fondo en lugar de haber dos grupos armados, en la actualidad hay cientos de leviatanes, que anulan los juicios subjetivos y potencian el miedo, y esta trampa lo que ha hecho que Japón se arme, por supuesto más los beneficios económicos que Hobbes no podía entrever durante el siglo XVII.
MacArthur habló de los japoneses que eran como niños, ¿regresarán uniformados?
Mi Amiga Japonesa se entristece como una flor donde la humedad escasea; si, la paz escasea cada vez, ella presiente que se limitará, al igual que sus criterios subjetivos. Yo presencié cómo en mi país se eliminó la paz y la cortesía por miedo de los otros grupos, de cómo se logró crear tanta inseguridad que la única forma de estar seguro era tener un arma. Japón, un país donde he logrado respirar la paz, ahora se muestra inseguros frente al miedo de los otros armados, poderosos como China, como Corea y de la debilidad de su amigo americano que se desgasta en guerras innecesarias. Mi Amiga Japonesa se quiebra frente a la historia, y ciento de japoneses también, aunque en principio no lo presienten. Yo ya he visto varias corridas de miedo en Venezuela, y el Leviatán (en este caso un gobierno eterno: "no volverán" o de sus adversarios) sigue devorando los criterios, las subjetividades y las oportunidades de una paz, del desarrollo de diálogos e intercambios de ideas sin mostrar fuerza, armas, poder. Hobbes no sólo pasea por Japón, se ha cansado de recorre Latinoamérica y gran parte del continente africano mostrando las carestías de inteligencia, los fanatismos, lo tribal, los armamento, las fuerzas y cómo todo esto permite el desarrollo de la trampa hobbesiana del miedo, de la guerra que la estupidez humana impide ver y superar. ¿Cuando podremos deshacernos de las teorías del hombre de Wiltshire?
  
¿El espíritu de la nueva armada japonesa?

  
 

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