martes, 22 de abril de 2014

DISNEYLANDIA, EL NUEVO IMPERIO DE ORIENTE


Hirohito y Mickey Mouse
El Emperador Hirohito fue un fans de Mickey Mouse y otros personajes de Disney. Cuando hizo una visita a Estados Unidos en 1975, Hirohito insistió en visitar Disneylandia, donde firmó el libro de visitas junto Mickey Mouse y compró, o le obsequiaron, un reloj donde el tiempo era  apuntado por las "patas" enguantadas del ratón. Hirohito murió en 1989 y fue enterrado con su reloj de Mickey Mouse del cual nunca se separó, según algunas leyendas urbanas japonesasCuando era joven, veía anuncios en el cine y la televisión donde me ofrecían visitar el Paraíso, y ese lugar lo llamaban Disneylandia. Es posible que una de las primeras batallas campales que hice en mi vida contra mis padres, fue por pedir que me llevaran al Paraíso donde el Pato Donald y Tribilín me esperaban. Viniendo de una familia humilde la respuesta fue tajante: No existe el Paraíso. Siempre quedé con una perplejidad por no entrar en ese "Mundo Celestial", mientras algunos amigos me hablaron de aquel lugar con magias en sus palabras y encanto en su imaginación; sí, habían ido al allí, no por su fe, sino por la de sus padres. 
Mickey y Minnie, como cualquier pareja de turistas que se
visten con kimono para recordar su viaje por las tierra de

los samurai y geisha
Cuando vine a Japón como profesor, algo que me empezó a chocar fue que muchos alumnos de la universidad usaban cartucheras, lápices, suéter, gorros, bolsos, mochilas, libretas y peluches relacionados con los productos Disney. Eran hombres y mujeres hechos y derechos, que jugaban, llevaban y hablaban sobre los personajes de Disney; inclusive tuve alumnos coleccionistas y estudiantes que cuándo le preguntaba: ¿a dónde fuiste en vacaciones? me respondían con una tímida sonrisa y un halo de felicidad: 東京ディズニーランTōkyō Dizunīrando, ¿Dizuniirando? Sí, di-zu-ni-i-ra-n-do. Inclusive unos novios habían hecho su primer viaje de amor que terminó en el hotel que está dentro de las instalaciones del parque. ¿Él se habrá disfrazó de enano y ella de bella durmiente?Dado lo anterior lo primero que pensé fue clasificar ese fenómeno con sentencias fáciles: mercantilismo, colonialismo, capitalismo, infantilismo, etc., pero si bien podría esas clasificaciones de "ismo" explicar algo dichos fenómenos, lo cierto es que no podía explicar ciertas actitudes de las personas con respecto a los productos Disney. A veces llegué a pensar que era un escape a la realidad, pero la expresión: escape de la realidad ha perdido sentido para mí, porque ir a Disneylandia o a un bar, leer Harry Potter o Ricardo Piglia, ir a centros comerciales, hipódromos o asistir a partidos de fútbol, cantar en karaoke o en fiestas, oír música de Mozart o de Lady Gaga, ver pornografía o cine de acción, fumar droga o tabaco en un café; ¿no son formas de escapar de la realidad? Las críticas de las búsquedas para la obtención del placer como vía de escape de realidades pesadas y atormentadoras, han sido un lugar común en la escritura de la historia, el psicoanálisis y la ética. Los placeres de los "Otros" los aceptamos si los compartimos, pero los negamos furibundos según nuestros gustos, creencias y moral. Así que, sí escaparse a Disneylandia para huir de la realidad es bueno o malo, tiene el mismo sentido léxico de preguntarse sí escaparse a una biblioteca y leer libros de aventuras para huir de la realidad es bueno o malo; las respuestas y los juicios dependerán de las formas de obtener placer de los que emiten el discurso y sus maneras de evadir la realidad, pero a veces una crítica sustentada ayuda a buscar otros placeres con menos cicatrices psicológicas y económicas, y quizás, con una mayor plenitud emocional.
Alguien sintetizaría mis comentario como que hay cierto resentimiento de mi parte con Disney, un pensar "negativo" acerca del mundo Disney porque no entré a su Paraíso de niño pero, no sé si negar sueños, emociones, cosas a los niños sea un factor para los resentimientos, porque si fuera así, tener lo negado al niño aplacaría posteriormente sus resentimientos, pero esta fórmula creo que no funciona. Lo cierto es que con el tiempo fui un crítico de aquel mundo Disney, quizás porque en el fondo aprendí a criticar los gustos, las creencias y las morales que apaciguan el placer, pero esta formación no vino dada desde el vacío, viene con argumentos, análisis y hermenéuticas, así uno de los primeros libros que leí con respecto al tema Disney fue: Para leer al pato Donald de Ariel Dorfman y Armand Mattelart donde debaten ideas como: El mundo de Disney es un orfelinato del siglo XX. Pero no hay afuera: los huérfanos no tienen dónde huir. Este orfelinato, sin embargo, también se conecta con la génesis de los personajes: como no han nacido, no pueden crecer. Es decir, nunca saldrán tampoco de esa institución por la vía de la evolución biológica personal. Además explica que El hombre le tiene miedo a las mujeres, aunque se cortejan eternamente, sin resultados, se compiten por ellas en torneos, se les salva, se las unta de regalos y se las llevan a pasea. Los dibujos están llenos de castrados que viven en coitus interruptus con sus vírgenes imposibles. 
Mickey, el gran consolador de las carestías
En principio el texto de Dorfman y Mattelart nos da una idea de algunas patologías sociales que acompañan los "comics" de Disney; uno de los puntos más certeros de las observaciones de estos estudiosos para mi, es que los productos están dirigidos a huérfanos, a personas carentes de amor, de madurez emocional, de aquellas que quieren construir un mundo según sus carestías y negaciones. Será a través de las figuras sonrientes y tontas de los productos Disney que estos niños y especialmente los adultos se acercan a una forma de afecto que se asemeja a la felicidad; además de ser emociones que se materializan y se vuelven tangibles, a veces son fotografiables y abrazables, dejando de ser emociones abstractas, un deber ser incorporado a la dinámica familiar o sociales. Estos niños no son los niños creadores que Nietzsche nos comenta en su Así habló Zaratustra; aquel niño que aparece después de las transformaciones del camello y del león. Nietzsche comenta que el niño, en su santa inocencia, inicia de nuevo los juegos, los movimientos, la creación; me imagino que para los niños a los que están dirigido los productos Disney, deben tener la condición de vivir en orfandad y en orfanatos que por definición no permiten la actividad creadora; en los orfelinatos la inocencia nunca ha sido un arma, solamente una precoz capacidad de sobrevivir a través de transacciones afectivas, control de las emociones, manipulación de las necesidades se desarrollan en los orfelinatos como lo describió Charlotte Brontë en su obra: Jane Eyre. Estos niños que viven en orfelinatos saben que deben sobrevivir en el único mundo que conocen porque no saben crear otro. Los niños con falta de afectos, al ver la reproducción de sus emociones y sueños en los personajes Disney se prenden de una manera casi patológica; de ahí el reloj de Hirohito, las película de Blanca Nieves que Hitler veía en su tiempo libre, y quizás una admiración secreta de Stanlin cuando su director favorito Einsentein visitó a Disney y a Mickey Mouse; ¿le habrá llevado algunas matrushka?
El futuro de Corea del Norte
Hay historias como las del heredero del trono de Kim Il-sung; Kin Jong-nan, este nieto del eterno presidente de Corea del Norte, fue detenido en el aeropuerto de Narita en Japón con un pasaporte falso en el 2001. La excusa que otorgó a la prensa de tan alucinante acto es que quería visitar Tokio Disneylandia; fue así que perdió la seriedad y el apoyo de los teóricos del Juche, o la doctrina que su abuelo había dejado al pueblo que adminitraba como un orfanato. Su hermano menor, Kim Jong-un, terminó siendo el actual dictador de Corea del Norte, ¿habrá viajado de incógnito también a Tokyo Paris? quizás por esos lares conoció a Rodman. Como dice Dorfman y Mattelart, no sólo es una condición de orfandad la que debe poseer la persona, sino también un sentimiento de inmadurez sexual que se sostiene sobre una plataforma de flirteos. Los dictadores con fama de devoradores de mujeres como: Trujillo o Musolini, no son más que niños "huérfanos", egoístas, incomprendidos, que no se satisfacen sexualmente y, en sus frenesís orgiásticos tratan de arropar sus vacíos con aquello que no conocen y constantemente se les escapan: lo femenino. Cientos de dictadores déspotas con las mujeres, como Enrique VIII, buscaban a una madre que no hallaban porque primero mancillaban cualquier concepto de mujer, de ahí su cortejar eterno. Y es que al huérfano, uno de sus principales complejos y deudas es cómo establecer relaciones emocionales con los padres, cuando estos sencillamente no inexistenten. Las relaciones que aprenden los niños huérfanos, no son las afectivas, sino las del poder, por lo que las historias Disney, sus "cómics", enseñanzas, paradojas y protocolos, apuntan a cómo relacionarse con el poder. Si analizamos a los dictadores, un gran porcentaje parecen contener estas directricez que hablan Dorfman y Mattelart; viven en países que se han vuelto orfelinatos y con el tiempo los mantienen como tal, transformándose en sus padres, beneméritos, guias, duce o comandantes; o cualquier otro sustantivo donde se destaquen significados de responsabilidad pero también de poder de coacción entre alguien superior sobre subalternos. 
Naturalmente Dorfman y Mattelart no se quedaron en mero análisis psicosociales de los productos Disney, también profundizaron acerca de los aspectos económicos de los productos; de aquí que expliquen que las ideas de Disney resultan producciones materiales para una sociedad que ha alcanzado un determinado desarrollo de sus fuerzas productivas. Comenta: Es una superestructura de valores, ideas y juicios que corresponden a las formas en que una sociedad post-industrial debe representarse su propia existencia para poder consumir inocentemente su traumático tiempo histórico. (…) La sociedad postindustrial lleva a cabo el anhelo que la burguesía se ha propuesto desde su origen, y que a lo largo de su desarrollo se ha ido verificando en sus múltiples variaciones históricas sobre el tema de la naturaleza (en la filosofía, literatura, los hábitos). Recién a mediados del siglo XX, a través de los medios masivos de comunicación, puede la clase dominante retornar al de lo originario, a la producción sin pecado original, a la vida tribal ahora planetaria, al ocio sin las contradicciones del trabajo, a la tierra sin la contaminación atmosférica pero con todo el consumo surgido de la industrialización. Lo imaginario infantiles recubre todo el cosmos-Disney con baños de inocencia, permitiendo por medio de la entretención que se desarrolle la utopía política de una clase. Este concepto de entretención, y los contenidos específicos con que se desenvuelven en el mundo de Disney, es el resultado superestructural de las dislocaciones y tensiones de una base histórica postindustrial, que genera automáticamente los mitos funcionales al sistema. 
Shanghai tendrá su Disneyland. ¿En el libro rojo de Mao lo profetiza?
Esta parte de texto apunta a una lógica que explica el porqué no hay Disneylandias en Gabón, Malawi o Paraguay, y porque si hay Paraísos en EE. UU., Japón, Francia y China. La empresa Disney plantea un mundo donde las fuerzas productivas y reactivas desaparecen para encontrar una pausa de inocencia. Podemos pensar que aunque Dorfman y Mattelart usan este concepto, a mi parecer no es una inocencia encontrada lo que las personas hallan en Disney, sino hacen una asistencia a un escenario para comprobar que aquellos sueños o emociones existen efectivamente, es como si realizaran una parausía: un asistir, un presenciar, un corroborar algo; obviamente alejando este concepto de su sentido teológico sobre la segunda llegada de Cristo... o quizás no; quizás Disneyland sea un trailer alucinante de esa llegada. Todo el imaginario que Disney ha introducido en sus filmes, comics, muñecos, dibujos animados, presentan la posibilidad de encuentros "sagrados", de estar en el Paraíso y, ante esta posibilidad, las personas buscan las puertas celestiales sabiendo que se pueden abrir con unos cuantos dólares. Las personas que van a Disneylandia logran su parausía, estar presente por algunas horas en el Paraíso, para luego testificar en nombre de Disney sobre la fantasía, la paz, los sueños, la alegría y las utopías, que todos esos conceptos existen y son palpables. Todo aquel bienestar que se atan con las ideas de las sociedades postindustriales, en forma metafórica, las personas las viven en sus encuentros con Mickey Mouse, con las diversas atracciones que los visitantes asisten, con la adquisición de recuerdos, ritos, memorias. 
El nuevo imperio asiático
En mi primer año en Japón y por mera casualidad fui a Disney Tokio. En principio iba a ver un espectáculo del Cirque du soleil, la carpa del circo canadiense estaba al lado de Disneylandia Tokio y, aprovechando que estaba con una japonesa fanática del mundo Disney, me convenció en ir, así que dejé que ella fuera mi Virgilio por esa tierra "¿celestial?" Al entrar lo primero que me dijo fue: sólo hay un Mickey Mouse en el mundo, el que ves ahora. Yo veía un "¿muñeco?", es decir, un hombre o mujer dentro de un traje hermético de plástico y fieltro. Luego mi Virgilio precisó: es único porque cuando sale aquí en Tokio Disney no aparece ni en Paris, ni en Miami, ni en California, ni en Hong Kong. Yo me reí por dentro, porque era una de esas explicaciones que Virgilio daba con una seguridad metafísica.
Mi Virgilio con Mickey-sama
Mi Virgilio me llevó por un Paraiso carente de Beatrice, lleno de padres bendecidos en largas filas, niños santificados que corrían entre los juegos mecánicos. Al final todos nos juntamos en una gran homilía para estar en el desfile programado, en nuestras particulares parausías. Todos con una sonrisa de orgullo, recuerdos en procesos y abrazos deseados. Al final del día seguíamos deambulando por ese Paraíso cuando de repente mi Virgilio se topó con Mickey Mouse: lloró, lo abrazó, lo besó; había visto a Dios en la tierra, en ese momento supe que era el final de mi visita al Paraíso
Mi Amiga Japonesa no le gusta Disney, aunque estos días descubrí una toalla de Mickey Mouse en la casa. Me explicó que fue un regalo de sus abuelos, y ahora la veo secándose en la terraza. Es verde con diversas poses de Mickey Mouse. Cuando la vi por la casa me extrañó y más cuando me dijo que sus abuelos se la regalaron, como si fuera una niña. Pensé en cómo Japón fue un orfanato luego de perder la guerra, cómo los EE.UU. administró este orfanato poniendo sus reglas de oro, cómo desarrolló superestructuras económicas que dislocó tensiones históricas y mitos, de cómo se desenvolvió un ideal de bienestar a costa de una ideal de sobrevivencia. Por eso entendí el regalo, lo que aún no entiendo es por qué Mi Amiga Japonesa no lo usó y fuera yo al final el quien algunas mañanas, después de bañarme, me seque con Mickey Mouse. Percibo que hay muchas interpretaciones, como lugares del cuerpo para secarse con una toalla. 

Este video nos muestra como Disney excomulgó de su Paraíso a Hitler, Hiroito y Mussolini






lunes, 7 de abril de 2014

BONG JOON-HO: EL CREADOR DE FISURAS

Bong Joon-ho
Durante muchos años la palabra deconstrucción y sus múltiples sentidos estuvieron en boga dentro de los ámbitos académicos y artístico. Entre los teóricos del movimiento se encontraba su gurú: Jacques Derrida. La definición del propio Derrida es "simple": plus d´una langue, es decir, más que un idioma y no más que un idioma. De esta definición "simple" se escribieron miles de páginas. Una vez traté de explicarle a Mi Amiga Japonesa qué era la deconstrucción luego de ver una película de Bong Joon-ho. Hallé el término traducido al japonés como『脱構築・だつこうちく』Al estudiar kanji a kanji, la palabra déconstruction dio el siguiente giro; el primer kanji da la idea de remover, escapar, dejar afuera; el segundo proporciona la idea de marco, de combinación o de construcción, pero también de postura o pretensión; el último kanji da la idea de fabricar o construir; es decir, que libremente me explico que para el japonés que no lee a Derrida, esta combinación de kanji podría indicarle algo así: Una construcción combinada que tiende a escapar. Se lo explico a Mi Amiga Japonesa, pero igual, a ella le parece confuso y sin sentido para hablar de un filme que acabamos de ver y que se puede calificar como una sencilla película de Ciencia Ficción. Es probable que sí, que el atrincherarse en los conocimientos académicos en la mayoría de los casos es absurdo e innecesario para el día al día del mercado, del entretenimiento, del placer; es como si en el fondo uno quisiera que no lo entendieran, así que le tuve que explicarle mis percepciones de la película a Mi Amiga Japonesa a través de una metodología de categorías, como le encantaba a Aristóteles. En mi interior veía los filmes de Bong Joon-ho como metástasis de la idea de deconstrucción.
Perro que ladra no muerde
Ahora escribo algunas ideas sobre el cine de Bong Joon-ho acompañado con la idea de deconstrucción o aquella construcción combinada que tiende a escapar. Bong Joon-ho es un director coreano que fisura la realidad con lo obvio; así dentro de una trama, el coreano logra, por medio de juegos de imágenes, presentar las posibilidades de interpretación varias para llegar a un final predecible, pero el final de la película mostrará que todas aquellas prediciones e interpretaciones erán erradas, porque el final Bong Joon-ho introduce un  sentido o sentidos (a veces absurdo, a veces lógico), y no interpretaciones. Estos sentidos se combinan y se deslizan con lo obvio; es posible por eso que lo obvio pase de largo en nuestra interpretaciones y sólo al final las descubramos, de aquí parte del éxito del director. Las imágenes presentadas y su montaje nos da una narración que no busca explicar una trama, son narraciones que introducen sentidos y en esa medida, la película logra una autonomía que sólo podemos percibir al final. Bong Joon-ho comenzó su recorrer artístico con una película titula 플란다스의 개 del años 2000 y que fue traducida al inglés como Barking Dogs Never Bite o con nuestro título castellanizado: Perro que ladra no muerde.  
Barking Dogs Never Bite
Perro que ladra no muerde, es una historia en principio sencilla: un aspirante a profesor casado con una mujer que tiene un trabajo común y además esta embarazada. El filme nos muestra cómo ambos hacen su vida común, viviendo en una urbanización común. Y es precisamente dentro de este esquema "normal" o "común" donde se da lo anormal. Nos percatamos de las mafias académicas (Bong Joon-ho siempre hará en sus filmes sutiles críticas a la academia, a los profesores, a las investigaciones), de la abulia del matrimonio, de los hábitos de los vecinos, de la ineptitud de los vigilantes. Bong Joon-ho nos nuestra las relaciones que están detrás de una comunidad, convivencias que siempre muestran patetismos agazapados. La película gira alrededor de los ladridos de los perros, de las mañas de sus dueños, de las vinculaciones de la sociedad hacia la Naturaleza. Son los detalles que se escapan, lo pie de páginas, las fisuras en las realidad incólume, como son los ladridos, un hombre comiendo en el sótano, una llamada, un motorizado con el casco oscuro puesto; quienes muestran las partes obvias que buscan escapar de la construcción de hogares felices y donde los animales y la bestialidad reinan. Bong Joon-ho hace una crítica social, pero con un tono perplejamente directo, sin sarcasmos ni cinismos de los cuales se alardean muchos directores y críticos de cine. Presenta lo obvio que todos saben, pero que no se dice, el coreano tiene la cualidad de mostrar las fisuras en una pared que llamamos realidad, y estas fisuras son provocadas por las cosas obvias. Usando el poder de las imágenes el director recrea los malestares, los desconsuelos, las mentiras que van hilando una trama de impotencia cuyo final es predecible dentro de una poética equilibrada; pero quizás, como estamos demasiados acostumbrados a finales "originales" o "ingeniosos", nos atragantamos en los juicios de un final que nos aturdirá.
Crónicas de un asesinato
Su película 살인의 추억 del año 2003 traducida al inglés como Memories of murder o sencillamente: Crónicas de un asesinato, muestra un talento particular del director y con el cual comenzará a estampar su estilo. Es posible que esta película policial sea una de las mejores realizadas a principios del siglo XXI. Basada en hechos reales, sencillamente Bong Joon-ho nos muestra mo las interpretaciones construidas sobre interpretaciones de un asesinato en serie, se escapan de cualquier juicio "lógico", porque todas las interpretaciones están sostenidas por prejuicios. Bong Joon-ho nos enseña cómo las construcciones de la realidad tienen un peso fijo y constante en los prejuicios. Nuestro director nos va mostrando que todo lo que parece no es, aunque los protagonistas quieren creer que lo es. Lo obvio golpea la realidad y ésta se vuelve a escapar. La policía busca a un monstruo, a un pervertido, a un zafio, a un andrógino, a alguien extraño; cualquier ser humano que no sea tan humano, porque los crímenes que reflejan la película sólo lo podría hacer un ser bestial para los ciudadanos, deshumanizado para la policía, espectral para los periodistas. 
Memories of Murder
La policía usa todos los medios para que sus creencias coincidan con la realidad, usando la violencia y la tortura para su fin; los periodistas confunden los sentidos para que en cada instante la noticia coincida con la realidad, los ciudadanos temen, así prolongan sus prejuicios sobre la realidad; los hechos nunca coinciden con las creencias por lo que las explicaciones no logran hallar los motivos de los asesinatos. El criminal nunca será hallado. Tiempo después el dectetive principal del caso se encuentra en las cercanías de un lugar donde se cometió uno de los crímenes, y mientras recuerda lo sucedido, una niña se acerca y le asegura que ha venido una persona a visitar ese lugar varias veces. El detective cree que la niña a visto al monstruo, al asesino y ante esta expectativa pregunta: ¿cómo era ese señor? La niña responder: una persona normal. Toda la construcción sobre la realidad del asesino que se realizó a lo largo de la película a partir de lo anómalo, del miedo, de los prejuicios, es falso. El asesino es una persona común y corriente, lo obvio se escapa de nuevo, lo obvio era la norma a investigar
El Anfitrión
El cine de Bong Joon-ho es un cine que busca mostrar y ver por las grietas de las creencias que siempre tratan de frisar la pared de la realidad. En su tercera entrega 괴물 de 2006 y traducida al inglés como The Host, o El anfitrión en español, nos encontramos con los elementos que le darán carácter a las obras de Bong Joon-ho. Lo eficiente se transforma en ineficiente como: el ejército, las industrias de salud, los investigadores, el gobierno, la sociedad en general, la familia en particular. El filme gira alrededor de una familia común: la familia Park, compuesta por un padre que no es un padre sino un eterno adolescente, una tía que no es una tía sino una heroína cobarde, un tío universitario que no vive como un exitoso profesional egresado de una universidad coreana, sino como un desempleado que se camufla en trajes y coches, una hija que no es una hija sino una adolescente sabelotodo; todos estos miembros orgullo de un abuelo que no es un abuelo sino una conciencia decaída que administra una tienda de venta de bebidas y tentempié al lado del río Han; a estos personajes le acompaña un monstruo creado por la misma sociedad. La película crea diversas direcciones de interpretación por los constrastes de los elementos presentados, pero al final será la imposición del sentido lo que impondrá Bong Joon-ho. 
The Host
Todo es ilusión, el abuelo no será héroe, el ejercito un cúmulo de ineptos, los médicos unos estúpidos, el padre no será el padre de su hija porque la hija no sobrevivirá así que deberá reconstruírse como padre, el gobierno no protegerá a sus ciudadanos, los tíos desaparecerán en acciones predecibles, y solamente un inocente sobrevivirá luego de conocer el terror que engendra la desdicha. Todo los cuerpos de la sociedad no parecen ser lo que son, no se articulan con armonía o racinalidad, así como la criatura que desde el río Han consume la intrepidez y gallardía de los nobles que morirán por las manos más insospechadas u ¿obvias?: la Naturaleza. Bong Joon-ho nos muestra la eterna dialéctica entre la naturaleza y la sociedad, que creemos que en el fondo enfrenta las negligencias del hombre y sus egos heroicos con lo que es absolutamente necesario y continuo. Sólo la inocencia da descanso a esta lucha; en el filme, el descanso aparece en las escenas con los niños. Al final un niño sobrevivirá al ataque del monstruo, el más inocente o el quien tenía más hambre por vivir como es la necesidad de la naturaleza y su principio activo.
Tokyo (Gondry, Carax, Bong)
La cuarta entrega de Bong Joong-ho, fue un corto dentro de la película Tokyo de 2008. La película está compuesta por tres cortos, dirigidos respectivamente por: Michel Gondry con su corto: Interior Desing, donde resumen el ser objeto y/o el ser sujeto dentro de un mundo asfixiante como es Tokyo; Leos Carax con su corto Merde, personaje bizarro que sale del interior de nuestro inconsciente, del subsuelo, de las cloacas y que no reconoce el bien ni el mal sino sólo la belleza y que perfeccionará para su filme Holy Motors del 2012, el tercer corto es Shaking Tokyo o Sacudiendo Tokyo de Bong Joon-ho. Historia que concentra la idea de lo que es no parece, de la ineficiencia, de los prejuicios y en este particular filme la aparición de la confusión frente al orden y el descontrol de las obsesiones para mostrar la realidad que esconde. En la película de Bong Joon-ho todo es ordenado, existe el más pulcro orden, pero en apariencia, serán las sacudidas del alma, de la Naturaleza, de la historia, del pensamiento lo que nos mostrará el orden falso que sostiene todo orden; todo lo anterior será visible después de un temblor, de terremoto, que dejarán aflorar en sus grietas la verdad. Una historia sin moralejas, donde al final toda Tokyo se ha convertido en un inmenso espacio habitado por hikikomori, seres que sólo pueden construir su mundo desde sus miedos y gracias a la protección de unos padres culpables por haberlos traído al mundo y que previamente, he reseñado éste fenómeno japonés por aquí en este blog.
Madre
Madre, un filme de 2009, delinea la estética de Bong Joon-ho con precisión. Cada personaje busca que sus creencias, prejuicios y traumas se adapten a la realidad que perciben única, y que a su vez, sea concordante con sus criterios de verdad y vida. Pienso que Bong Joon-ho se divierte mostrando cómo la verdad se desliza entre las grietas para resquebrajar una sólida pared de realidad frisada con prejuicios, pared que termina de desmoronarse, construcción que termina escapando cuando menos se espera, a veces por el peso inadvertido de lo obvio. Esta película busca los límites de una relación entre una madre que lleva el peso de tener un hijo con cierto grado de retardo mental y la vida de éste en una comunidad que abusa o ignora su condición. El filme muestra el drama de la madre, como cientos de películas que tocan el tema, pero a diferencia de las otras películas "maternas", Boog Joon-ho comienza a explorar la confesión como un espacio de develación, la confesión como método para la suspensión de las narrativas lineales; así que en un interludio la medre se confieza, pero sin que posteriormente la realidad cambie, quizás porque la confesión siempre proviene del pasado hacia el presente y no hacia el futuro. 
Mother
La película tiene varias confesiones, como en todas las películas de Boog Joon-ho, pero a diferencia de las otras, donde las confesiones llegaban por presión indirecta: el policía que torturaba a los sospechosos, el asistente de profesor que fue presionado por la inocente para relatar su avesión a los animales y la necesidad de aceptarlos, o el hikikomori que confiesa sus crisis en voz en off; todas estas confesiones son más bien como prolongaciones narrativas, pero en la película Mother las confesiones nacen, no por presiones externas sino por colapsos internos, por quiebres afectivos donde las culpas aparecen; en principio para realiza catarsis, posteriormente para apaciguar la agonía. Las confesiones se desvanecen o se pliegan a las realidades que el protagonista quiere ver y no la cambia, aunque obsevamos cómo estas realidades escapan sutilmente
Rompenieves
Todos estos elementos se reunieron para la última dirección de Bong Joon-ho realizada el año pasado (2013): 설국열차 y que comercialmente se conoce como Snowpiercer o Rompenieves. Esta película de producción corea-americana, es una película de Ciencia Ficción con rasgos distópicos, donde la jerarquía no es vertical sino curiosamente horizontal. Wilford (Ed Harris) creador y genio que mantiene a la humanidad con vida dentro de un tren, es cuestionado por los habitantes del vagón de última clase porque sus peticiones no son atendidas, esto generará una revuelta. En el filme Bong Joon-ho desarrolla toda una serie de argumentos, fisuras, deconstrucciones, juegos especulares, confesiones; que permiten detallar desde diversas perspectivas la película. Este filme que vi con Mi Amiga Japonesa y que traté de explicar con puras teorías académicas, al final tuve la necesidad de mostrarle mis ideas a través de categorías o grupos temáticos vinculados con las proposiciones estéticas de Bong Joon-ho, para explicar mi parece acerca de la construcción de la realidad. Si observamos cada elemento que hemos registrado anteriormente sobre el estilo de Bong Joog-ho hallaremos lo siguiente en su última producción:
Rompenieves
1) Lo que parece no es. En Memories of murder nadie es lo que parece ser; igualmente en Rompenieves el héroe no es héroe, los malos no son malos, la maestra bondadosa no es una maestra bondadosa, los miserable y marginados no son miserables ni marginados. 2) La realidad se escapa en los detalles. En Shaking Tokyo son los detalles lo que obsesiona al hikikomori, de hecho comienza a sucumbir al amor cuando descubre a una mujer que tiene una precisión certera para descubrir los detalles, lo que lo descoloca de su control. Rompenieves está lleno de detalles que develan que las cosas no son como se presentan, como un chef de sushi afro descendiente o la droga que en el fondo es un explosivo plástico. Los detalles abruman, inclusive develan como en el caso Curtis (Chris Evans) cuando logra completar lo que realmente ha ocurrido en el tren en los diecisiete años que lleva transitando por una circuito infinito, cuando, por ejemplo, detalla cómo se producen las barras proteínicas que alimentan a los habitantes del último vagón, una manera in extremi para eliminar la hambruna. 
Snowpiercer
3) Los prejuicios como constructores de realidad. Barking Dogs Never Bite es una película donde se muestran los prejuicios constantemente en una sociedad normal y como a partir de estos, se instala la desconfianza entre sus habitantes; todos los miembros que participan en la revuelta que se realiza en Rompenieves tienen prejuicios, todos los miembros se miran con desconfianza, nadie confía en nadie y nadie tiene claro los por qué. En el filme obsevamos como las acciones y los conocimientos de Namgoong (Kang-ho Song) son depreciados por ser vicioso o las ideas de Curtis o de Edgar (Jamie Bell) son censuradas por los prejuicios de los padres, aunque ellos al final cambian, no por sus necesidades sociales, sino cuando son secuestrados sus hijos, cuando su naturaleza es herida. 4) La ineficiencia de las fuerzas de control. The Host muestra la ineficiencia del ejercito; las fuerzas armadas son una parodia de violencia e ineptitud, así también se presentan en Rompenieves, el ejercito es nefasto, no logran controlar la subversión ni sus crímenes, la ley no tiene fuerza.
Rompenieves
5) La confesión como momento de suspensión de la realidad. Mother plantea la confesión como un momento crucial, como la que hace la madre ante un sacerdote, a veces por presión como lo hace el hojalatero a la madre. La confesión son momentos de suspensión de la narración, lo que generarían cambios en su acción, pero en el fondo esto no ocurre. Cuando la madre se confiesa no ocurre nada, pero cuando el hojalatero se confiesa es asesinado, la confesión siempre perjudica a los otros, no al confesante. En la película Rompenieves la confesión de Curtis, el héroe, donde relata que había hecho actos ignominiosos, no lo hace cambiar, pero tampoco afecta a Namgoong quien lo escucha, porque él no entiende inglés. La confesión de Wilford a Curtis da sentido a la narración de la película y también genera la cólera de Curtis. Bong Joon-ho nos presenta el filo de las confesiones, siempre es un arma para el otro y no para el quien se confiesa. 6) La inocencia salva. En todas las películas de Bong Joon-ho aparece un inocente como redentor, y siempre sale libre de las situaciones, se salva, en la mayoría de las películas son niños o adultos con un aire cándidez como en Barking Dogs Never Bite, en su último filme no será la excepción. En Rompenieves Yo Na (Ah-sung Ko) y el hijo de Tanya, serán al final, los únicos representantes de la humanidad.
Snowpiercer
7) Enfrentamiento entre la Naturaleza y el hombre. La naturaleza humana subordinada a la Naturaleza se enfrentan como Lucifer con Dios. El final de la película aparecerá el ciclo eterno de estos encuentros, los niños sobrevivientes de la naturaleza humana para enfrentarse a una helada naturaleza hostil y su metáfora de peligro en el oso polar que los ve. Finalmente cierro mi explicación de la película de Bong Joon-ho a Mi Amiga Japonesa, ella acepta algunas razones y otras no, al final me quedo solo frente a la pantalla de mi computadora y pienso que en el fondo lo difícil de explicar a Mi Amiga Japonesa es que hay un constante telón de fondo nietzscheano y que los deconstructivistas y posmodernos aprovecharon. Pienso que para Nietzsche la voluntad no era ciega como había planteado Schopenhauer, ni tampoco pensaba que era pura voluntad de vivir, como lo plateaban algunos darwinianos; entendía la voluntad como una inclinación hacia la adquisición de poder. Pienso que el poder, su obtención, sus encuentros con lo obvio y sus fisuras con la realidad, así como algunas de sus huídas, marcan los dilemas finales en las películas de Bong Joon-ho, de aquí la riqueza de reflexiones que volverán paradójico toda construcción sobre una realidad certera y fiel y que poéticamente se trata de mostrar en Snowpiercer.