lunes, 19 de diciembre de 2016

LA NOVIA DE RIP VAN WINKLE - DOMINGO DE CINE (10)

PELÍCULA : La novia de Rip Van Winkle
PAÍS : Japón
TÍTULO ORIGINAL : リップヴァンウィンクルの花嫁
AÑO : 2016         DURACIÓN :   180  minutos.
DIRECTOR : Shunji Iwai 「岩井 俊二」
ACTORES : Haru Kiroki 「黒木 華」, Gou Ayano「綾野 剛」, Cocco 
SINOPSIS : Una docente a tiempo parcial e insegura de sus posibilidades: Nanami (Haru Kuroki), se reune con Tetsuya, quien también es docente a través de SNS (Social Networking Service) y decide casarse con él. Ella no tiene muchos parientes y viene de una familia disfuncional, pero por necesitar llenar la sala de boda recurre a los servicios de "sakuras" o personas de relleno de la compañía de actores que dirige Amuro (Gou Ayano). Pide a la agencia que envíe a la gente a su boda y que algunos pretendan ser sus parientes y amigos. Al principio de su matrimonio, Nanami encuentra a Tetsuya teniendo un aparente romance, por los que decide buscar los servicios de Amuro nuevamente para confirmar la infidelidad de su esposo, y desde ahí la historia comienza a realizar giros en espiral que nunca desenbocan en finales previstos.

PENSAR LA PELÍCULA : Las obras previas de Shunji Iwai: Hana y Alice (2004) y Vampire (2012), observamos sus obsesiones por tres temas que se repetirán en La novia de Rip Van Winkle; la cercanía de la muerte, las redes sociales y las relaciones entre dos mujeres. En Hana y Alice, nos relata lo sencillo y a la vez intrincado que puede ser una relación entre amigas sin ser juzgada por miradas misoginas, machistas o culturalmente patriacal, mientras en Vampire descubrimos a un vampiro que por medio de la Web, halla a personas que quieren suicidarse y los ayuda a morir extrayéndole su sangre que luego consumirá. En La novia de Rip Van Winkle, la pareja Nanami y Tetsuya, se conocen por la Web, mostrando lo fácil pero a la vez el irreal procedimiento para encontrar una unidad afectiva y una felicidad conyugal, luego se muestran una serie de intrincadas manipulaciones de situaciones y afectos dirigidos por la madre del esposo y por Amuro y su compañía de teatro, observamos como luego la vida de Nanami desencadena en una relación con una artista porno; Mashiro y como ésta se prepara para morir y al no querer morir sola busca desesperadamente que Nanami sea su amiga. Las obras de Shunji Iwai es una sinfonía continua, comienza la trama y sobre ella imbrica otra y otra, las tramas tienen sus desenlaces en un momento que captura al espectador pensando o detallando la trama siguiente, por lo que a veces pasan desapercibidas sus uniones y conclusiones. El juego de cámara y la constante explosión de emociones e inseguridades que muestran sus principales protagonistas hacen de las películas de este director una firma particular dentro del archipiélago japonés. Lo particular de esta película es que nos muestra a una Nanami tímida, insegura, manipulable, ingenua y torpe, que tiene que convivir con las apariencias de una sociedad como la japonesa donde las formas es lo propio y lo apropiado sin evaluar el desconocimiento de las propias emociones y la certeza de las relaciones humanas desarrolladas, es por eso que vemos a lo largo de la película cómo se derrumba continuamente Nanami, pero a diferencia de otras películas, nuestra protagonista no tiene sed de venganza, ni odios, vemos su continuo sufrimiento con una pasividad propia de una cultura que enseña a sufrir en silencio, pero tampoco nos cae mal Amuro, porque este actor sin ética, guiado por las oportunidades y el dinero, muestra los vacíos de la sociedad japonesa en su construcción social, en sus relaciones humanas, por lo que pensamos que a lo largo del filme que lo hace Amuro es el doloroso desenmascaramiento a nuestra protagonista que ha jugado sus diversos papeles sociales: hija, profesora, esposa, trabajadora, dentro de una sociedad de engranajes, sociedad que no le permite conocerse ni conocer a profundidad aquello que se oculta en las formalidades que ha aprendido; lo que en el fondo aporta estos aprendizajes en un conocimiento duro de su propia condición humana y de la estupidez del hombre que Nanami comienza a hilar. Al final no podemos odiar a Amuro por sus manejos de las emociones como un negocio, (¿y ésto no es algo propio de los actores, artistas y escritores en general?), tampoco podemos odiar a Nanami por su ingenuidad, ni a la madre de Tetsuya ni a Mashiro por manipular a las personas por miedo a perder sus seguridades y egoísmos. Es una película llena de emociones pero que en el fondo el espectador no logra emocionarse, no hay momento para reír o para llorar, para increparse o para maldecir, porque todas las emociones se nos presentan dentro de marcos donde los juicios morales y ético de desvanecen por bordear las costumbres sociales, la economía y la muerte.


Trailer