lunes, 27 de enero de 2014

HER - DOMINGO DE CINE (3)

Película: HER (2013)
País: EE.UU.
Título Original: HER
Director: Spike Jonze
Actores: Joaquin Phoenix, Amy Adams, Scarlett Johansson
Sipnosis: Theodore es un hombre solitario que no acepta el proceso de divorcio que lleva a cabo. Trabaja como redactor de cartas sentimentales y su entretenimiento son los juegos de video y de vez en cuando salir con los amigos. Está ambientada en un futuro amable, limpio y tecnológico. Dentro de los adelantos de tecnologías está el sistema operativo OS1, que anuncia poseer una inteligencia artificial especial ya que: "no es sólo un sistema operativo, es una conciencia", precisa el anuncio. Theodore se encuentra rápidamente atraído por Samantha, la voz del sistema operativo OS1. A medida que comienzan a pasar tiempo juntos comienzan una relación sentimental, etérea con respecto a los cuerpos pero profunda en cuanto a las necesidades, hasta transmutarse en amor. Theodore se encuentra en un mar de emociones a veces inconexas, a veces absurdas, a veces deseadas. En la medida en que pasa el tiempo, el sistema operativo aprende, evoluciona, creciendo ambos en un sentido espiritual. Luego de un tiempo, los conflictos se acumulan hasta desbordar la coherencia de la cotidianidad.  

Pensar la película. Esta película la vi porque después de mi descanso de Navidad he decidido ponerme en la actualidad con las películas que concursarán por el Oscar. No se puedo predecir cuál ganará, y de hecho, mis favoritas raramente son las ganadores, por lo que desde que Titanic ganó, película que para mí no merecía todo lo que ganó, decidí no predecir más, ni apostar, ni pertenecer a ningún club. Her es una película con sus altibajos, pero me reencontró con mi afición por las películas de Ciencia Ficción. Es difícil hacer una buena película en este género, aunque las que hay son todas clásicos incuestionables del cine. Desde Metrópolis  de 1927, dirigida por Fritz Lang, pasando por Alphaville de 1965, realizada por Jean-Luc Godard o Solaris de 1972, dirigida por Andrei Tarkovsky, hasta la trilogía de Matrix de los hermanos Wachowski, las películas de Ciencia Ficción siempre apuntan a las debilidades que a veces son transformadas en fortalezas, o viceversa, de hombres incrustados en "mundos perfectos"; es posible que la mejor película que logra resumir este drama sea Gataca de 1997 dirigida por Andrew Niccol. Las películas de Ciencia Ficción presentan al principios mundos perfectos, a veces diáfanos, a veces oscuros, pero son perfectos porque en apariencia todos los miembros de la sociedad han aceptado un sistema social y político masificado donde la tecnología soporta la credibilidad de esos mundos. En estos ambientes impolutos y dentro de cierta lógica pragmática como Minority Report de 2002, dirigida por Spielberg, observamos que los errores humanos pueden ser previsible, pero es precisamente lo azaroso de la condición humana lo que al final desactiva esos mundos perfectos. Creo que la mayoría de las películas de Ciencia Ficción se basan en esta fórmula: el futuro será mejor que el pasado, entramos en una vía de perfección sostenido por nuevas tecnologías, y todo lo anterior se presenta creíble ante nuestros ojos, quizás porque de una u otra manera, vivimos parte de ese futuro y vamos aceptando las pruebas económicas, sociales, psicológica, políticas para llegar allí: al futuro, aunque a veces podemos hallar películas de Ciencia Ficción donde ese futuro es descabellado pero igualmente creíble y quizás certero como en Idiocrecy de 2006, dirigida por Mike Judge, al final los personajes de las películas de Ciencia Ficción introducen cambios en el mundo, o adquieren los personajes perspectivas que muestran lo aberrante que es, como lo hacen los protagonistas de las novelas 1984 y Fahrenheit 451. Esto parece ser la fórmula de muchas películas de Ciencia Ficción: mostrar que siempre exitirá la posibilidad del fracaso o lo inhumano de ese futuro debido a nuestra condición humana y así replantear otras alternativas, otros finales, para la humanidad o para el protagonista. En Her, su logro como película de Ciencia Ficción es que nos dice que por más apetecible que podamos imaginarnos un mundo ordenado, pulcro, sin miserias y sentir que algo falla, que en el fondo hay algo aberrante en aquella sociedad perfecta, pero el mundo y la perspectiva de Theodore no cambia. La película hace énfasis en que sea cual sea el futuro, el hombre estará domesticado por la tecnología, de aquí la belleza poética futurista de la película. No hay otros finales, otras alternativas, para Theodore la vida continua y su único placer es la visualización de otro futuro que elabora en su mente.  Theodore instalado en un mundo de tecnología vive como un hombre rodeado de una humanidad clásica, de afectos confusos por una sensibilidad extrema, de definiciones opacas entre la realidad y la ficción, además se dar la oportunidad de vivir un affaire con un sistema operacional que no es más que una resolución especular a su lógica emocional frente a sus crisis afectivas, pero no hay otro final ante el mundo en el que vive, lo acepta como en el fondo todos aceptamos el Internet, los Smathphone o el Facebook; cuestionándolos pero usándolos y adaptándonos. Her se desarrolla desde la visión de un hombre clásico, aquel hombre que Foucault argumentó que fue una invención del siglo XVII que se abrió paso a través del siglo que llamamos de las Luces y se expandió con la Revolución Industrial. En Las palabras y las cosas cuenta esa odisea sin omitir nada. Así su propuesta de que la muerte (teórica) del hombre implicaría una revisión de conceptos como humanismo, al igual que los derechos humanos, ya que estos actúan de acuerdo con el principio de mecanizar las energías revolucionarias con el fin de transformarlas en compasión, simpatía, condolencia y otros sentimientos que eximen de atentar contra el orden del mundo, y es precisamente esta imposibilidad de dar otra definición de hombre, lo que genera la dinámica en la que viven Theodore y Samathan. Este filme no llama a ningún cambio hacia el sistema social, político o económico del futuro, como podemos ver en otras obras, pero nos muestra el conformismo humano en una cotidianidad que aún no resuelve nuestros problemas básicos afectivos y nuestra condición humana. Lo loable de Her es que a diferencia de otras películas donde el final alternativo se busca, aquí se hace énfasis en la domesticación del ser humano por las tecnologías, y no es el ser humana quien abandona las tecnologías, como algunos soñadores imaginar al no usar un móvil o programas como twitter, son las tecnologías quienes abandonan al ser humano, como Samatha, o para quizás separar la metáfora de la idea, son nuestras capacidades de domesticar nuestros cuerpos, pensamientos y opiniones a las nuevas tecnologías lo que realmente nos muestra la posibilidad de arribar o no a un futuro. Theodore está instalado en ese futuro, está sometido sin resistencia, continuamente domestica su condición humana, sólo le queda la opción de soñar otro futuro como muestra el final del filme, como lo hicieron los primeros hombres que soñaron con otras realidades, otros finales para sus vidas.  

Trailer