domingo, 27 de julio de 2014

E.M. CIORAN Y EL BUDISMO OCCIDENTAL

Emil Michel Cioran
Su nombre es Nemesio, estudió conmigo en mis primeros años en la universidad. Era mucho mayor que yo y por diversas causas naturales fuimos escogiendo diversos rumbos, por lo que no sé nada de él en los últimos veinticinco años. Nemesio me pareció siempre extraño, desde su nombre hasta la cultura que manejaba para lo que es el promedio de los nuevos ingresos universitarios. De él escuché por primera vez la historia de los Ainu, pueblo étnico que viven en el norte de Japón y también de él escuché por primera vez conocimientos sobre budismo, aunque él no era budista. Nos reuníamos en la biblioteca y entre charlas y chistes, me explicó la diferencia entre la escuela HINAYANA o el pequeño vehículo - 小乗・しょうじょう - que en simple palabras se caracteriza por negar y aceptar la autenticidad de la escuela MAHAYANA o el gran vehículo - 大乗・だいじょう - que privilegian unos SUTRAS - 経・きょう - o textos que consignan las palabras de Buddha y en los cuales, esta escuela del gran vehículo, consignan la primacía de un ideal de compasión universal sobre la liberación individual del ARHAT - 羅漢・らかん -, o de aquellas almas que han vencido las pasiones, por lo que usando una lógica básica: el HINAYANA apuntaría a una prioridad de la liberación del individuo sobre la acción de una compasión sobre los ignorantes. 
Foto de Buddha tomada en un templo en Seul
En esos años la explicación de Nemesio, aunque fue clara no fue concisa, no me interesaba el budismo, pero varias personas que estaban por la universidad hablaban sobre espiritualidades proveniente de Oriente como si las hubieran practicado y estudiado toda su vida, por lo que un novato como yo, sólo podía oír y cuestionar en silencio entre dudas, ironías, sarcasmos e inciensos; el complejo sincretismo que sustenta a las creencias de los latinoamericanos. Presencié cómo decenas de personas, alumnos y profesores (algunos habían viajado a la India), se declaraban budistas, a veces como seguidores de Sai Baba o cualquier otro santón de moda, así como de cualquier escuela mística que usara kanji o les sirvieran de plataforma para sus egos. Conocí a un especialista de las sagradas enseñanzas para respirar y lograr una salud infinita y mostraba foto con su maestro yogui tomada en alguna calle de Nueva Delhi, a otros que usaban drogas para justificar la entrada de sus almas a otras dimensiones como se usaba en la ¿India?, obviamente según sus conocimientos de la cultura religiosa hindú, y por supuesto, nunca verificable, aunque creo que realmente tergiversaron Las enseñanzas de Don Juan, así del desierto de México pasaban a Benarés, en fin, también conocí a unas seguidoras que rumiaban las enseñanzas Pablo Coehlo como iluminación proveniente de Lejano Oriente, y una tarde conocí a uno en particular que me hablaba de las sabidurías verdaderas que estaban encríptadas en las obras de Lobsang Rampa, como me dediqué a escucharlo, otra tarde me mostró su tesoro: todos los libros del autor, y del cual me leí uno, me pareció una aventura psicodélica por el Tibet, se lo comenté y me miró con desprecio, en fin, todos estos seguidores de iluminaciones orientales no se alejaban totalmente de las estampas de José Gregorio Hernández o de Santa Barbara. 
El Buddha escondido del templo de Byodo-in en Uji
E.M Cioran, así apareció el nombre del autor de libro que editó Monte Ávila en los años 80 y que costó 20 Bs. Ya tenía unos años en la universidad y estudiaba filosofía, por lo que aquel título: Silogismos de la amargura, además en plural, me indicaba un bocado de fascinación antes de empezar. En esa época adolescente la amargura era parte del proceso de mis aprendizajes, y claro, tener a un maestro era indispensable, me compré la obra, pero nunca pude saber, en ese entonces, quién era E.M. Cioran y por supuesto que indicaba las iniciales; ese libro lo leí en una época en que no había Internet, y todo el saber había que buscarlo en las bibliotecas y otras fuentes bibliográficas. Ese libro de Cioran es un libro de aforismos hilados con precisión, donde podemos hallar en esencia pensamientos que en principios parecen subversivos, peligrosos, donde conceptos como: tiempo, Dios, alegría, sinceridad, mentira, nada, desengaño, escepticismo, aparecían y desaparecían entre sus líneas en estas construcciones breves y simétricas. Disfruté durante varias noches su lectura. Luego con algunas personas traté de compartir este libro, algunas lo calificaron con el rótulo de una obra pesimista e inclusive de mal gusto, y por supuesto yo también, para muchos era, ¿o soy?, un pesimista y mostraba ¿a veces? mal gusto, aunque les aclaraba que un pesimista es un optimista con experiencia y el gusto se adhiere al cuerpo por roces y no por ideas. Cioran comenta en ese libro: El pesimista debe inventarse cada día nuevas razones de existir: es una víctima del sentido de la vida. Este es uno de esos aforismos ejes del libro, y que me permitió ver con calma esa necesidad de buscar razones para vivir, porque un sentido absoluto, como lo poseen algunos fanáticos religiosos, impolutas personas, políticos de turno o aquellos que tienen la iluminación del Oriente, sencillamente es detestables, tanto para mí como para Cioran.
El Buddha rescotado de Tailandia ¿Todo lo que brilla es oro?
Luego comencé a leer otros libros como Brevario de podredumbre donde sus tesis sobre la vida, la muerte y las decadencias se muestran; después leí El inconveniente de haber nacido que al igual que Silogismos, en un libro de aforismos donde las ideas que obsesionan a Cioran se consolidan y reafirman, a la vez que horada los sentidos del nacer y existir, quizás este aforismo sintetice parte de sus ideas: La única, la verdadera mala suerte: nacer. Se remonta a la agresividad, al principio de expansión y de rabia aposentado en los orígenes, en el impulso hacia lo peor. No es de extrañar que todo ser venido al mundo sea un maldito. Estos aforismos no agradan, no fueron diseñados para tuitearse o ponerlo en Facebook, no son cool, kawaii, o políticamente correctos para una sociedad de máscaras y alabanzas a dioses y supercherías, y menos para creyentes que juran que una divinidad lo juzgaran y ellos tendrán artimañas para salir victoriosos a las sanciones pertinentes. El pensamiento de Cioran se aleja de esas redacciones de buen padre, maestro o guía espiritual; cuando leía a Cioran quizás veía la redacción de un l´enfant terrible, pero con el tiempo descubro que sus escritos fueron guiados por las reflexiones profundas derivadas, varias de ellas, de su interpretación sobre la filosofía budista: de explicar la desconsolación, la ignorancia que nos hace débiles, las diversas expatriaciones del alma, los engaños de las realidades, el vacío que se va centrando en nuestros laberintos de vida, todo estas reflexiones nacen, necesariamente, de aplicar metodologías hacia los desapegos y desarrollar técnicas para apagar las pasiones que nos obnubilan, métodos de los cuales el budismo enseña constantemente.
Otro Buddha recostado: ¿respuesta a la pregunta vivir en pie o arrodillado?
Mi Amiga Japonesa nunca fue una enfant terrible, se crió en una familia de clase media japonesa, hizo una vida normal entre estudios, viajes y amigos. De niña, como a toda niña japonesa la llevaron a una jinja (según diccionario) o yinya (según como yo lo escucho) - 神社・じんじゃ -, es decir, un santuario sintoísta, allí la presentaron a los dioses en una celebración llamada omiya mairi - お宮参り- que significa la primera visita al templo para rogar por la felicidad del bebé y donde la abuela paterna tiene el privilegio de presentarla a los dioses, pero cuando le pregunté si era de religión sintoísta, me dijo que no, que era budista, como la mayoría de los japoneses y sus restos humanos tendrán que ser velado por un bohsan - 坊さん - o sacerdote budista cuando muera. Es decir, Mi Amiga Japonesa nació dentro de las tradiciones sintoístas pero ¿deberá? ser enterrada en las tradiciones budistas; al final buen negocio para ambas religiones en apariencia, una se encarga de los nacimientos, la otra de las muertes. Creo que parte de la explicación radica en que el budismo explica el intercambio entre los dos mundos de existencia, es decir, entre aquel donde moran nuestros espíritus y éste donde moran nuestros egos y percepciones. El sintoísmo acepta ambos mundos de aquí que dentro de su cultura los monstruos - 化物 - tenga su espacio y especialmente los henge - 変化 - o animales con capacidad de adoptar figuras humanas como los tanuki - - cánido del genero nyctereutes, una especie de tejón, así como los kitsune - - una especie de zorro, estos últimos representados en piedras en las entradas de los templos como inari - 稲荷 - el dios de los cereales. Pero si bien para el sintoísmo ambos mundos existen ¿cómo se conectan? Fue el budismo quien trajo el concepto de cielo e infierno: jigokugokuraku - 地獄極楽 - sus desplazamientos, pasos, salidas y oraciones, es decir, una explicación de qué hacer después de la muerte y sus alternativas de sobrevivencia, que aparentemente el sintoísmo no explicaba, de ahí que se nazca en una religión de espectros y se muera dentro de una filosofía con fundamentos metafisícos inspirados en el más allá. En la medida en que paso mis años en Japón, a ese mismo ritmo, he tenido que aprender sobre budismo, por ciertas obligaciones y cierta lealtad a mi curiosisdad. He leido varios libros al respecto y tratado de entender ciertos principios, pero lo cierto es que el budismo como práctica, en su conjunto "religioso", donde los ritos, oraciones, adoraciones, mística, se combina con el aderezo de una meditación transcendental me aburre. Creo que a los budistas les aburrirían una misa católica o un culto judío, aunque por un criterio de tolerancia religiosa nunca lo confiesen; pienso que este proceso se da igual dentro de cualquier creencia o forma de espiritualidad, un babalawo seguro se quedará dormido luego de una hora recitando SUTRAS. Es posible que lo anterior explique que, cuando uno viaja por Europa, por lo menos "debemos" pasa la mitad del viaje visitando iglesias, basílicas, capillas, o si uno viaja por países islámicos se la pasa entrando a mezquitas, y si viaja por Oriente todos los días uno visita un templos donde las esculturas de Buddha, en distintas representaciones nos esperan; todo lo anterior para decir que uno ha realizado un viajes cultural lleno de sentido de espiritualidad, pero en el fondo nos aburrimos, por eso las personas hacen fotos a diestra y siniestra en los lugares sagrados ajeno a su fe, para no aburrirse, sin esperar una iluminación espiritual (al menos que provenga de un flash). 
Un ideal: un poco aburrido para mi gusto
La prácticas religiosas aburren porque es una búsqueda de obtener una formalidad que nos eleve o nos permita la anábasis pero a diferencia de las religiones, el budismo no tiene dioses per se. Buddha se presenta como un guía, y sus pensamientos son meras herramientas para tener un conocimiento y alejarnos de la ignorancia, por lo que despojando de su áurea religiosa, mística y de paz dentro de una meditación trascendental, el budismo es una filosofía, que al ser digerida por ciertos pensadores, como Cioran, nos da una perspectiva insólita. Fue en esta época leyendo budismo que pude entender algo el pensamiento de E.M. Cioran, porque gran parte de sus escritos los hilvanó entre el despojo místico del budismo, su parte aburrida, con una visión existencialista que se generaba en una Francia agotada de historias heroicas, quizás de aquí esta idea que escribió en Cuadernos (1957 - 1972). Todo lo que es literatura me resulta extraño. Me disponía a estudiar a Nagarjuna y su concepto de "suniata", que es, de todos modos, algo distinto de la Nada de Valéry. Cioran nos habla del desprecio de ideales, de la perdida de la pasión, del desapego a la vida, pero ¿estos no son los ejes del actuar para llegar al vacío perfecto que promueve el budismo? Por lo que no nos ha de extrañar que cuando comentan sobre el pensamiento de Cioran lo etiqueten de pesimista y confuso aunque Cioran nombre innumerablemente a Buddha, así en ese mismo Cuaderno (1957 - 1972), hallamos también: El budismo no es "pesimista". El budismo es la serenidad consecutiva a una liquidación general... la beatitud de la no posesión. Creo que Cioran como a mí, nos atrapa esa filosofía sin centro divino, sin apuestas finales a un Dios, y en esa medida el budismo y la filosofía escéptica se despliegan hacia el mismo fin, por eso en ese mismo libro, páginas posteriores nos dice Cioran: Me he sumergido de nuevo en la filosofía hindú y he vuelto a encontrarme con esa alternancia de sosiego y desesperación, inherente a esa filosofía. El budismo mahayana, al que, sin embargo, me siento próximo, me desarma completamente. La dialéctica de Nagarjuna, la de Sandakirti, de Santideva, destruye todos los conceptos, todas las supersticiones, para que, una vez reafirmado más que nunca el vacío  como única "realidad" nos aferremos a ella y obtengamos de ella consuelo y fuerza para dominar nuestras pasiones. La intención moral es evidente detrás de ese despliegue de argumentos destructores; se aniquila todo para encontrar la paz al final. Mientras algo sea, vivimos en la confusión. Aniquilemos todo el edificio de nuestros pensamientos y nuestras "voliciones" y descansaremos sobre sus ruinas. Sólo hay pax si hemos adivinado que todo es fantasmal; en cuanto algo existe, entramos en el drama. Habría que decir: en cuanto creemos que algo existe... pues se trata simplemente de nuestras locuras y nuestros arrebatos, que nada ocultan tras sí, ya que nada hay, además de ellos. 
Buddha: escondiéndose en los escritos de Cioran
El budismo es una filosofía, en principio no hay una divinidad, aunque algunas escuelas hallan creado todo una infraestructura religiosa en torno al pensamiento de Buddha. Pero desde sus primeros escritos E.M. Cioran comienza a depurar esta idea religiosa, ya en Brevario de la podredumbre podemos leer: La vanidad tiene un atisbo de genio: ahí tenéis al gran orgulloso, que se pliega mal a la muerte y la siente como una ofensa personal. El mismo Buda, superior a todos los sabios, no fue más que un presumido a escala divina. Descubrió la muerte, su muerte, y, herido, renunció a todo e impuso su renuncia a los otros. Así, los sufrimientos más terribles y más inútiles nacen del orgullo maltrecho, el cual, para hacer frente a la Nada, la transforma, por venganza, en Ley. Creo que de esta reflexión de Cioran parte la verdadera belleza minimalista del pensamiento budista, una especie de memento mori donde se ilustra el Vacío y la Nada sin geografías de barrocos Paraísos o Infiernos atestados de culpables, sin teologías de recompensas o castigos, sin vanaglorias de eternidad a partir de la visión que expondrá Buddha y escribirán sus discípulos; pero si bien esto se presenta, lo cierto es que la necesidad de explicar un sentido de la vida y de la muerte exigió al budismo planear y replantear la idea de transgrimación (aunque muchas personas utilizan el concepto de reencarnación pero para el budismo no tiene sentido ya que implica la existencia de un alma o de un sí mismo individual permanente que pasa de un cuerpo a otro) o la errancia de los seres de vida en vida en el seno del SAMSARA - 生死・しょうじ - que es el ciclo de la existencia condicionadas por la ignorancia y donde reina la frustración en grados mas o menos agudos. Mientras las pasiones y la ignorancia no hayan quedado definitivamente disipadas en su espíritu, los seres animados no pueden hurtarse a una sucesión de nacimientos en el seno del SAMSARA el cual comprende seis destinos: los infiernos, el dominio de los espíritus ávidos, los nacimientos animales, el nacimiento humano, los asuras, los dioses; y dentro de esta jerarquización aparece tres finalidades o dominios: el dominio del  deseo, básicamente de lo corporal sobre lo espiritual, por lo que si se logra superar ese dominio del deseo, empieza el dominio de la forma pura donde una conciencia se encuentra integrada en una forma divina y se preocupa del recogimiento meditativo, para posteriormente llegar al dominio sin forma donde la conciencia son puros espíritus divinos desprovisto de forma corporal y absorbidos en profundo recogimiento meditativo. Así progresivamente el budismo va abarrotándose de métodos y ritos para subir las jerarquías; pero ahí termina la belleza y comienza el aburrimiento. Pienso que la idea básica del budismo es su postura de memento mori, y de presentar la posibilidad de no morir más en la NIRVANA - 涅槃・ねはん - y por supuesto para el MAHAYANA y el HINAYANA el NIRVANA budista son realizaciones distintas. Para el HINAHAYA es la extinción de las pasiones y de sus propias causas; así el espíritu se libera de los tres tipos de impurezas: placeres, devenir e ignorancia; mientras el MAHAYANA, denomina este NIRVANA "estático" porque el verdadero implica una relación con la compasión lo que impide sumergirse en una paz estática de cesación, rechazo que perdura en tanto existan seres hundidos en la confusión del SAMSARA
Muchos Buddhas de oropel se trafican en el mundo
El NIRVANA en la escuela MAHAYANA tiene un componente ético que no posee el HINAHAYA, pero este componente para la filosofía de Cioran es un añadido de los monjes para algún tipo de beneficio. Ya en su obra Desgarradura Cioran nos comenta: En el sermón de Benarés, Buda cita entre las causas del dolor la sed de devenir y la sed de no‑devenir. La primera se comprende, pero ¿la segunda? En el fondo perseguir el no‑devenir equivale a liberarse. Sin embargo, Buda no alude al objetivo, sino al camino en sí, a la búsqueda y a la obstinación en la búsqueda. Por desgracia, en la senda de la liberación sólo la senda es interesante. La liberación no se alcanza, uno se hunde, se ahoga en ella. El nirvana mismo no es más que una asfixia ‑aunque la más dulce de todas. Esta dulce asfixia del NIRVANA muestra la senda, pero Cioran llega a visualizar que el camino que enseña Buddha, lejos de la imagen de santidad con la que se recubre, presenta categorías a manejar como: desprecio, subestimación, desaire, desdeño, y especialmente repulsión. Todos estos elementos son constantes y necesarios para llegar al NIRVANA, y es esa historia de la senda, la que nos narra Cioran en sus escritos y que a las personas le parece pesimista, abominable, injurioso, censurable, dramática; pero ¿no se trata de entender la profundidad de esto precisamente y así alejarnos del morbo de las pasiones?, esto además, ¿no implica el desprecio por todo, hasta por lo más ilusoriamente humano? Ya en su obra Ese maldito Yo nos refresca estas ideas: ¡Ay de quien, habiendo agotado sus reservas de desprecio, no sepa ya qué sentimiento experimentar respecto a los demás y respecto a sí mismo! y Pasar del desprecio al desapego parece fácil. Sin embargo es menos una transición que una hazaña, que un triunfo. El desprecio es la primera victoria sobre el mundo; el desapego, la última, la suprema. El intervalo que las separa es similar al camino que va de la libertad a la liberación. 
 Trailer de los filmes sobre Buddha, inspirados en la obra de Tezuka Osamu
Con los años, he descubierto la veta budista de Cioran, y también la de Schopenhauer, mostrándome que parte de la incomprensión de sus escritos radicó en la ignorancia que se posee de algunos ejes budistas en sus pensamientos; especialmente en Cioran hallamos ciento de líneas donde hace referencias directas al budismo y particularmente a Buddha. Sabiendo lo complejo de su pensar para la cosmovisión occidental, Cioran hace sus mejores esfuerzos para mostrar su recorrido por la filosofía budista y su complejidad: sin los adornos de santidad, satisfacciones, juegos de poder o exotismos con lo que algunas personas presentan la filosofía budista en Occidente. La filosofía budista es toda un núcleo de reflexión para desapegarnos de nuestra ignorancia, ego, vanidades, y pasiones que constituyen fantasías creadas por nuestras sensibilidad pero quizás sólo teniendo una actitud de constante reconocimiento del proceso hacia una NIRVANA podemos entender lo difícil que es en aplicarlo en las calles de París como lo podemos visualizar en este relato de Cioran de su libro Cuadernos (1957- 1972). Crisis de nervios en la calle. En el quiosco de periódicos he estado a punto de reñir con la buena mujer; en el mercado, he echado una bronca a la vendedora, que, al ver mi despite, quería visiblemente engañarme. !Qué horrible! Sabía que, al salir de casa, cualquier cosa me pondría fuera de mí. !Y pensar que en otro tiempo ambicioné emular a Buda! Creo que aquí esta la génesis (además de los medios de comunicación) que nos impide ser plenamente budistas, de hacer largos SUTRAS, de emular a Buddha; y es que en que en las calles somos seres prestos a las emociones y deseos. Si observamos la vida de Buddha apreciaremos cómo se dieron hechos sociales y religiosos para huir de la cotidianeidad de las calles. Hay cientos de libros que se refiere a la vida de Buddha, como el escrito por Herman Hesse, así como decenas de películas, que nos pudiera dar esa idea. De entre las películas una de las que más me ha gustado es  Buddha, el gran viaje (I), de 2011, a partir de la serie de mangas con respecto a la vida de Buddha realizado por Tezuka Osamu, En la película observaremos las particularidades históricas que le permitieron al príncipe Sidarta ser Buddha, además que en esta primavera de 2014 se estrenó: Buddha, el gran viaje (II) donde apreciamos otras condiciones que posibilitaron la profundización del pensamiento budista, y seguramente en la última entrega, prevista para el 2016, presenciaremos la consolidación del pensamiento budista, o por lo menos así se puede leer en las manga. Aunque si hay personas que le gustan más las formas que la reflexión, la ocupación que las actividades azarosas, pueden comenzar realizando SUTRAS, repetición infinita una plegaria como el HANNYA SHIN-GYO, - 般若心経 - y que su totalidad lo podrán encontrar en la Web y con fe recitarla para el bien del universo; mi fe es muy limitada, por eso llego hata kuyaku y me aburro, en fin, Buddha me entenderá y seguro ya estará conversando con Cioran en algún NIRVANA. 
観自在菩薩行深般若波羅蜜多時照見五蘊皆空度一切苦厄。。。 
kan・ji・zai・bo・sa・tsu・gyo・jin・han・nya・ha・ra・mitta・ji・sho・ken・go・un・kai・ku・do・issai・ku・ya・ku...
Siempre es más sincero aprender los SUTRAS con los padres que con iluminados
 

lunes, 7 de julio de 2014

MIEDO HOBBESIANO EN LA CONSTITUCIÓN JAPONESA

Publicidad del miedo, parte del éxito de la guerra
Mi Amiga Japonesa está triste, preocupada e impotente, pasó lo que nunca creyó que pasaría: fue aprobado un proceso de interpretación del artículo noveno de la constitución japonesa, aquel que dice: 第九条日本国民は、正義と秩序を基調とする国際平和を誠実に希求し、国権の発動たる戦争と、武力による威嚇又は武力の行使は、国際紛争を解決する手段としては、永久にこれを放棄する。二 前項の目的を達するため、陸海空軍その他の戦力は、これを保持しない。国の交戦権は、これを認めない. Para entendernos mejor y abusando de mi japonés creo que se podría traducir: El pueblo de Japón, con la esperanza de lograr una paz internacional basada en la justicia y el orden, renuncia para siempre (永久にこれを放棄する) a la guerra como medio de solución para conflictos internacionales. Para lograr este objetivo de lo expresado en el párrafo precedente; no se mantendrá en lo sucesivo ejércitos de mar, tierra o aire u otro potencial bélico. (陸海空軍その他の戦力は) El derecho de beligerancia del Estado no será reconocido. 
Las heroínas de Manga prestarán sus servicios
Este artículo es una verdadera belleza de humanidad, aunque fue hecho por unos jóvenes oficiales que eran guiados por el general Douglas MacArthur, que veía a los japones como niños por lo que necesitaban una constitución muy clara y sencilla. La constitución japonesa con fuerte aroma "gringo"; también obligaba en su primer artículo a renunciar al Emperador de su carácter divino; estos dos artículos, pienso, modificaron profundamente el sentir y el ser de Japón. La mayoría de los japoneses estaban tan cansados de la guerra y desconfiaban tanto de los militares que se caracterizaban por sus abusos constantes, que se alegraron de renunciar al ejercito, además de la imposibilidad de tener una actitud crítica frente a lo impensable que se simbolizaba en la persona divina el emperador, persona por la cual se realizaban las ordenes y hasta los sacrificios de muerte; al dejar de ser dios permitió el compás crítico, necesario para abrir los horizontes de interpretación de la vida y del mundo. Luego de aprobada esta constitución, pero viviendo en los límites de los dos bloques que dominaron la política durante cuarenta años, de los cuales Japón era la punta de lanza de los EE.UU., delante de un Asia contaminandose de la presencia del bloque comunista, se permitió a Japón crear un ejercito de autodefensa(自衛隊), lo que contrariaba la Constitución, pero para lograr esto se hizo la primera interpretación del artículo noveno, lo que posibilitó también una vía de escape para los argumentos nacionalistas (右翼) y su economía. Ahora en esta segunda reinterpretación aprobada el primero de julio del presente año: ya que cambiar el artículo llevaría un proceso largo y engorroso, se aspira a construir un ejercito para poder acompañar militarmente a otros fuerzas militares en maniobras conjuntas y a poder ejercer el derecho de defensa directa o realizar un ataque preventivo frente a una agresión segura como algunos alucinantes de la extrema derecha japonesa piensan que podría venir de Corea de Norte, Corea del Sur, o China, por las diferencias territoriales que tienen con Japón. La mayoría de los japoneses con los que he hablado del tema, no entienden los porqué de una reinterpretación de un artículo que expresa claramente lo que tiene que expresar. 
Un futuro para una juventud desempleada
Para algunas personas, reinterpretar el artículo para la creación de ejércitos es un paso necesario; afirman que tener ejércitos de mar, tierra y aire; permitirá un crecimiento económico deseado, y no desembolsarían una gran parte de la economía de Japón hacia EE.UU. como cancelación por sus servicios de "cuidar" al pueblo japoneses de "sus enemigos", y así poder por fin sacarlos de las bases militares, que desde sus fundaciones han generado innumerables cantidad de problemas con los lugareños; además gran parte de estas personas que aprueban la reinterpretación creen, que es una buena estrategia para bajar el índice de desempleo en jóvenes graduados como técnicos y en universidades: ofrecer un trabajo seguro en los ejércitos logrará una mejor estabilidad y una actitud positiva de los japoneses con su Japón a futuro, especialmente en estos momentos en que varias empresas han disminuido sus manos de obras profesionales lo que ha aumentado la tasa de desempleo entre los jóvenes cuyas edades oscilan entre los veinte a los veinticinco años. El mosaico de los porqué son amplios, pero mayoritariamente muchas de las explicaciones terminan en argumentos económicos, por lo que permitir la creación de ejércitos, activará la industria como de la confección de ropa militar, empresas de servicios para necesidades militares y especialmente la industria pesada construyendo misiles, portaaviones, armas con tecnología de punta; todo esto en paralelo con el desarrollo de las carreras para oficiales, suboficiales y tropa de los ejércitos y la economía que movilizarán; aunque el gobierno ya está bastante endeudado: !pero hay una esperanza!, que sus nuevos productos bélicos competirían en los negocios militares en los países "en desarrollo", es decir, aquellos que no pueden producir su parque de armamento.
Para armar, alimentar y vestir ejercitos una gran industria se necesita
Lo que detestan la reinterpretación, entre ellos Mi Amiga Japonesa, comentan que es un error, que la reinterpretación del artículo noveno permitirá a los nacionalistas en unión con los derechitas del gobierno de Abe Shinzo, la posibilidad de crear ejercitos como afirmación de una identidad errada, y se perderá aquel áurea que por décadas han tratado de construir sobre Japón: un país de paz, siendo éste su estandarte por lustros, por lo que para muchas personas, y entre ellas me incluyo, esta referencia pacifistas ha sido la mejor apuesta de humanidad que el orgulloso pueblo nipón ha hecho. Mi Amiga Japonesa se preocupa de estas nuevas reinterpretaciones, de esta manera subrepticia de crear nuevas identidades, de apostar a un orgullo guerrero y así tirar a la basura los logros de un pueblo pacífico, Mi Amiga Japonesa teme principalmente que esta reinterpretación pueda amarrar a un pueblo con unos guias fanáticos de una visión de la historia militarista japonesa cuyos orígenes están en las castas de los samuraís, además de machitas egocéntricos y soberbios que buscarán recuperar un orgullo entre exaltaciones imperialistas y crecimientos económicos. Mi Amiga Japonesa teme que esta nueva identidad u orgullo nacionalista degenere en políticas parecidas a aquellas que guiaron a Japón a principios del siglo XX a diversas guerras y que promovió uno de los ejércitos más crueles, canallas e inhumanos que se hartaron de hacer crímenes contra la humanidad y cuya punta de iceberg fue la batalla de Nankín. Mi Amiga Japonesa piensa que las reinterpretaciones del artículo noveno lo debilitan, y así podría abrir puertas a otro Nankín, además piensa que la economía no mejorará para los japoneses por producir armamentos de punta o botas militares, sino que volverá más rico y poderoso a ciertos sectores económicos y beneficiará a algunas familias plutócratas que manejan los hilos políticos de Japón.
絆 (きずな): Vínculos; 守(まもる): Protección.
Mi Amiga Japonesa me pregunta que opino... le digo que vengo de un país donde sus ídolos son militares, casi la totalidad de la historia de Venezuela está conformados por militares y sus anécdotas, además más de la mitad de los presidentes han sido militares, y cuando era un niño, los más viejitos hablaban maravillas de Pérez Jimenez, el último militar presidente antes que Chávez gobernara el país por más de una década. En Venezuela me tenía que aprender toda la historia patria sintetizada en una decena de batallas y en una media docena de héroes, todo girando alrededor de la figura de Simón Bolívar. Le comento a Mi Amiga Japonesa que en la actualidad los términos militares en Venezuela se usan dentro del lenguaje común y corriente del venezolano como moneda de cambio, y que es "normal" ver a soldados del Ejército o de la Guardia Nacional en esquinas caraqueñas llevando fusiles de asalto, como si una guerra estuviera en la entrada del país; aunque últimamente pienso que siempre ha estado dentro del país; quizás por eso, paradójicamente, desde la fundación de la República de Venezuela en 1830 nunca ha tenido un conflicto de guerra con ningún país. Yo tengo un problema particular: no soporto la autoridad, tengo problemas con la autoridad, por lo que todo lo que huele a militar, a historias de héroes militares que hacen guerras por el bien de un pueblo idiotizado con utopías guiadas por Walkirias, me desquicia; aunque sé que desde la Ilíada hasta la última película de Miyazaki Hayao, las guerras han sido el trasfondo de la civilización, pienso que la humanidad madurará cuando ese trasfondo desaparezca, y creo que cientos de personas piensa así, pero no es económico, por lo que los militares aparecen y desaparecen según el momento histórico.
Siempre hay alguien que tiene miedo y que hay que proteger
No quiero hablarle a Mi Amiga Japonesa sólo de mis experiencias que obtuve en un país donde los militares se creen dioses y la tropa piensa que son descendientes de Changó o cualquier otro espíritu o dios menor; le comienzo a hablar de Thomas Hobbes, no por jactancia sino porque creo que sus teorías explica parte del problema de los ejércitos. Ella se queda oyéndome con cierto retraimiento, quizás porque le nombro personajes de los cuales nunca ha oído. Le enseño cómo Japón muestra un ancestral miedo y que se conoce como el miedo hobbesiano. Le puntualizo que hubo una famosa guerra la del Peloponeso, y que hubo un historiador: Tucídides que escribió: Lo que hizo inevitable la guerra fue el crecimiento del poder ateniense y el miedo que esto provocó en Espata. Thomas Hobbes había traducido a Tucídides y se percató que también la guerra civil que estalló en Inglaterra en su época, consideraba este miedo al poder de los otros como causa primera del conflicto. Hobbes escribió entonces: Y de esta desconfianza recíproca no tiene el hombre manera más razonable de asegurarse que  mediante la anticipación; es decir, por la fuerza, o la astucia, para dominar la voluntad de todos los hombres que pueda, hasta que no vea ningún otro poder tan grande como para que constituya un peligro para él. 
Convertir al ejercito como un miembro de la familia, adiós a las mascotas
 La trampa hobbesiana captura tanto a grupos como a individuos. Allí donde dos grupos son amenazas potenciales recíprocas, el miedo común resultante da a cada uno razones para golpear primero. Y puesto que cada uno puede ver que el otro tiene estas razones, el circulo del miedo se refuerza. A partir de esta reflexión Hobbes piensa que una manera de salir de esta trampa del miedo recíproco y de la violencia de todos contra todos es la instalación de una autoridad lo bastante fuerte para imponer la paz y vigilarla. Hobbes la llamó Leviatán, (en la actualidad ONU u OTAN) a las que debemos nuestra paz y defensa (aunque en el fondo se rían Putin y Bush de estas instituciones). Creo que acertadamente Hobbes propone este bestiario fantástico para referirse en el fondo a la omnipotencia de un cuerpo político que en realidad es una máquina para someter al individuo. El Leviatán es un animal devorador, bestia hambrienta que destruye a su paso toda subjetividad y he aquí el problema que se presenta, para mí, la teoría de Hobbes y lo que permite aún las guerras. Los criterios subjetivos son anulados por la bestia que, en última instancia: se reproduce, por lo que en el fondo en lugar de haber dos grupos armados, en la actualidad hay cientos de leviatanes, que anulan los juicios subjetivos y potencian el miedo, y esta trampa lo que ha hecho que Japón se arme, por supuesto más los beneficios económicos que Hobbes no podía entrever durante el siglo XVII.
MacArthur habló de los japoneses que eran como niños, ¿regresarán uniformados?
Mi Amiga Japonesa se entristece como una flor donde la humedad escasea; si, la paz escasea cada vez, ella presiente que se limitará, al igual que sus criterios subjetivos. Yo presencié cómo en mi país se eliminó la paz y la cortesía por miedo de los otros grupos, de cómo se logró crear tanta inseguridad que la única forma de estar seguro era tener un arma. Japón, un país donde he logrado respirar la paz, ahora se muestra inseguros frente al miedo de los otros armados, poderosos como China, como Corea y de la debilidad de su amigo americano que se desgasta en guerras innecesarias. Mi Amiga Japonesa se quiebra frente a la historia, y ciento de japoneses también, aunque en principio no lo presienten. Yo ya he visto varias corridas de miedo en Venezuela, y el Leviatán (en este caso un gobierno eterno: "no volverán" o de sus adversarios) sigue devorando los criterios, las subjetividades y las oportunidades de una paz, del desarrollo de diálogos e intercambios de ideas sin mostrar fuerza, armas, poder. Hobbes no sólo pasea por Japón, se ha cansado de recorre Latinoamérica y gran parte del continente africano mostrando las carestías de inteligencia, los fanatismos, lo tribal, los armamento, las fuerzas y cómo todo esto permite el desarrollo de la trampa hobbesiana del miedo, de la guerra que la estupidez humana impide ver y superar. ¿Cuando podremos deshacernos de las teorías del hombre de Wiltshire?
  
¿El espíritu de la nueva armada japonesa?