Hirohito y Mickey Mouse |
Mickey y Minnie, como cualquier pareja de turistas que se visten con kimono para recordar su viaje por las tierra de los samurai y geisha |
Alguien sintetizaría mis comentario como que hay cierto resentimiento de mi parte con Disney, un pensar "negativo" acerca del mundo Disney porque no entré a su Paraíso de niño pero, no sé si negar sueños, emociones, cosas a los niños sea un factor para los resentimientos, porque si fuera así, tener lo negado al niño aplacaría posteriormente sus resentimientos, pero esta fórmula creo que no funciona. Lo cierto es que con el tiempo fui un crítico de aquel mundo Disney, quizás porque en el fondo aprendí a criticar los gustos, las creencias y las morales que apaciguan el placer, pero esta formación no vino dada desde el vacío, viene con argumentos, análisis y hermenéuticas, así uno de los primeros libros que leí con respecto al tema Disney fue: Para leer al pato Donald de Ariel Dorfman y Armand Mattelart donde debaten ideas como: El mundo de Disney es un orfelinato del siglo XX. Pero no hay afuera: los huérfanos no tienen dónde huir. Este orfelinato, sin embargo, también se conecta con la génesis de los personajes: como no han nacido, no pueden crecer. Es decir, nunca saldrán tampoco de esa institución por la vía de la evolución biológica personal. Además explica que El hombre le tiene miedo a las mujeres, aunque se cortejan eternamente, sin resultados, se compiten por ellas en torneos, se les salva, se las unta de regalos y se las llevan a pasea. Los dibujos están llenos de castrados que viven en coitus interruptus con sus vírgenes imposibles.
Mickey, el gran consolador de las carestías |
El futuro de Corea del Norte |
Naturalmente Dorfman y Mattelart no se quedaron en mero análisis psicosociales de los productos Disney, también profundizaron acerca de los aspectos económicos de los productos; de aquí que expliquen que las ideas de Disney resultan producciones materiales para una sociedad que ha alcanzado un determinado desarrollo de sus fuerzas productivas. Comenta: Es una superestructura de valores, ideas y juicios que corresponden a las formas en que una sociedad post-industrial debe representarse su propia existencia para poder consumir inocentemente su traumático tiempo histórico. (…) La sociedad postindustrial lleva a cabo el anhelo que la burguesía se ha propuesto desde su origen, y que a lo largo de su desarrollo se ha ido verificando en sus múltiples variaciones históricas sobre el tema de la naturaleza (en la filosofía, literatura, los hábitos). Recién a mediados del siglo XX, a través de los medios masivos de comunicación, puede la clase dominante retornar al de lo originario, a la producción sin pecado original, a la vida tribal ahora planetaria, al ocio sin las contradicciones del trabajo, a la tierra sin la contaminación atmosférica pero con todo el consumo surgido de la industrialización. Lo imaginario infantiles recubre todo el cosmos-Disney con baños de inocencia, permitiendo por medio de la entretención que se desarrolle la utopía política de una clase. Este concepto de entretención, y los contenidos específicos con que se desenvuelven en el mundo de Disney, es el resultado superestructural de las dislocaciones y tensiones de una base histórica postindustrial, que genera automáticamente los mitos funcionales al sistema.
Shanghai tendrá su Disneyland. ¿En el libro rojo de Mao lo profetiza? |
El nuevo imperio asiático |
Mi Virgilio con Mickey-sama |
Mi Amiga Japonesa no le gusta Disney, aunque estos días descubrí una toalla de Mickey Mouse en la casa. Me explicó que fue un regalo de sus abuelos, y ahora la veo secándose en la terraza. Es verde con diversas poses de Mickey Mouse. Cuando la vi por la casa me extrañó y más cuando me dijo que sus abuelos se la regalaron, como si fuera una niña. Pensé en cómo Japón fue un orfanato luego de perder la guerra, cómo los EE.UU. administró este orfanato poniendo sus reglas de oro, cómo desarrolló superestructuras económicas que dislocó tensiones históricas y mitos, de cómo se desenvolvió un ideal de bienestar a costa de una ideal de sobrevivencia. Por eso entendí el regalo, lo que aún no entiendo es por qué Mi Amiga Japonesa no lo usó y fuera yo al final el quien algunas mañanas, después de bañarme, me seque con Mickey Mouse. Percibo que hay muchas interpretaciones, como lugares del cuerpo para secarse con una toalla.
Este video nos muestra como Disney excomulgó de su Paraíso a Hitler, Hiroito y Mussolini
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