viernes, 30 de noviembre de 2012

DÉCIMA CUARTA PÁGINA.

¿Alguien podría escoger un solo
recuerdo para que lo acompañe
en la eternidad?
Diciembre viene... es un mes de muchos recuerdos, algunos buenos, otros traumáticos, pero recuerdos todos. En estos días vi una película japonesa titulada ワンダフルライフ (1998) de Hirokazu Korēda y que se tradujo en inglés como After Life. La película muestra un "purgatorio" donde las personas pasan una semana y entre sus paredes deben decidir el principal recuerdo de su vida, porque ese recuerdo será el único que lo acompañará en la eternidad. El guión, la escenografía y las actuaciones son interesante, además que ocurre en un mes frío como diciembre, y me preguntaba, ¿cuál recuerdo escogería para pasar en la eternidad? Realmente creo que sería una forma cruel de dejar de ser, porque soy mis recuerdos, así que seguramente no podría escoger uno, pero sí debería escoger alguna evocación recientes entre las últimas navidades para comentar acerca de este mes que llegó, sería cuando fui con Mi Amiga Japonesa a la Noria de Osaka,『大阪の観覧車ーおおさかのかんらんしゃ』lugar donde nos besamos por primera vez en un anónimo día de diciembre, viendo un cielo nocturno que me regalaba una luna llena junto al planeta Venus, como testigos intensos y cómplices, además teniendo a Osaka a mis pies como un Shōgun y a ella entre mis brazos como coordenada de felicidad. 
En todos los lugares de la tierra hay recuerdos, historias y nostalgias.
Todo sencillo, cálido, sin planificación. Un recuerdo que ocurrió en un diciembre, una historia de mi vida que  pelearía un lugar privilegiado entre los otros cientos que tengo de mi existir y que me conforman. Memorias, pasados, totalidad experimentada que querré llevarme a mi eternidad. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario