domingo, 13 de enero de 2013

MI AMIGA JAPONESA Y LA FOTOGRAFÍA NIPONA

La homogeneidad y las líneas, marcas estética del
 fotógrafo japonés Kimura Ihei.
Mi Amiga Japonesa pasó este período decembrino con su familia comiendo "nabe" , visitando viejos amigos y comprando alguna cartera o botas de cuero; yo lo pasé limpiando y botando cosas, cocinando sano con algo de vino y leyendo algunas novelas de Ogawa Yoko que exigían mi entrega. Además de salir algunas tarde por Kyoto para ver a las personas celebrando una Navidad y un Feliz Año algo estándar y con muchos clisé. Pero algo que me gusta es perderme por calles, tratar de hallar lo improbable entre lo cotidiano, y así, cruzando una calle cerca de Teramachi, había un edificio donde se presentaba una exposición fotográfica, y algo que no puedo evitar es ver exposiciones, especialmente de fotos, quizás por mis obsesiones vouyeristas. Era una muestra fotográfica de los principales fotógrafos japoneses del siglo XX, así esa tarde descubrí a cuatro artistas que marcaron con sus fotos una estética durante varias décadas. 
Calles, cotidianidad, líneas, personas yendo y viniendo,
elementos principales en las obras de Kimura Ihei
El primero es『木村伊兵衛』Kimura Ihei (1901 - 1974), un fotógrafo que con una Leica hizo varios trabajos donde muestra un Japón de calles y laberintos. Kimura buscó crear diversos puntos de fuga y planos de individuos y cosas para hacer una dinámica sugestivas. Podemos ver algunas fotos, como la que está sobre este escrito, donde algunas jóvenes en una calle cualquiera de Japón parecieran estar moviéndose, pero a la vez muestran una estática inusual. En las fotos de Kimura las líneas y sus juegos son las que crearon su estilo particular. 
Juegos geométrico, juegos de líneas de Kimura Ihei
Siempre podemos apreciar las líneas, a veces subrepticias, a veces evidente, y así entre diversos trabajos que hizo a lo largo de su vida, Kimura Ihei, marcó una estética urbana en la formación de los nuevos fotógrafos japoneses. 
No sólo las líneas y las calles motiva a Kimura, también la mujer
Kimura Ihei no sólo fue un fotógrafo de "calle", de alinear las composiciones con líneas para lograr uno de los retos de la fotografía como es su tridimensionalidad, sino que se interesó por la belleza femenina, por los rasgos de beldad que posee estas mujeres de particularidad mirada y sonrisa.
Una geisha, un mito, y a veces una realidad que fotografió Kimura
Así vemos dos fotos donde el arte de captar la belleza se expresa, por un lado la sobriedad, la sutileza, la mirada de la geisha, con sus adornos en su cabellera que busca armonizar con la naturaleza, mirada que oculta y devela un erotismo no fácil de captar, así como las constitución de un maquillaje que imita la porcelana para emular a una luna en una noche clara, símbolo de belleza e intimidad que se puede percibir en su foto de la geisha.
Foto de una "exótica" nipona de Kimura
Pero quizás la foto más famosa de un rostro femenino de Kimura sea la representa a una mujer, con una yukata『浴衣・ゆかた』en un tentativo matsuri『祭り・まつり』y llevando un sombrero trenzado con paja o kasa『笠・かさ』pero poseedora de unos ojos claros, algo inusual en el Japón de mediados del siglo XX, presentando así un contraste profundo, propio de las bellezas "exóticas". Y es que la fotografía a diferencia de otras artes, posee siempre su propia interpretación en su constante mostrar y referir. Otro contemporáneo de esta estética "callejera" que comienza a establecerse durante el siglo XX será『土門 拳』Domon Ken (1909 - 1990). Un fotógrafo cuyos temas "callejeros" se centraron en los niños como realidad, como posibilidad. Las imágenes de niños fueron ampliamente representadas después de las guerras.
Los niños son siempre posibilidades de vida, de esperanzas, de continuidad
 y es lo que muchos fotógrafos de posguerra buscaron
Fotógrafos como Robert Doisneau, nos mostraron los niños de la Francia de posguerra, así  Domon también nos muestra los niños del Japón de posguerra, captando su juegos, gestos,   sueños; confluyendo todo lo anterior en fotos donde la inocencia que perdemos en la guerra, renace con perplejidad, con fuerza, con historias para construir un mañana siempre incierto. 
La curiosidad es la verdadera herencia de los niños.
Son la curiosidad, lo lúdico, las miradas de interrogación, las expectativas, lo que crea un "aura" en las fotos sobre infantes de Domon, que a diferencia de las que se pueden producir en estudios, como las que realiza Anna Geddes, presentan cosas que ya no son, cosas que ya han sido, cosas que pasaron desapercibidas, en cambio en las fotos de estudios siempre percibo que me quieren decir las cosas como son, evitando las interpretaciones, los desafíos, las reflexiones. 
Esta foto me muestra un juego que ya no veo en el Japón en que vivo
Las fotos de "calle" nos muestra el momentos real, es el instante que nunca se repetirá y que pasa normalmente desapercibido. Son las imágenes donde aparecen la gente sin poses, son los momentos donde no pensamos sobre la eternidad, egos o trascendencias, mostrando para mi gusto, el verdadero arte fotográfico. Quizás esos fotógrafos que salían con una cámara por las calles, como Cartier-Bresson o Elliott Erwitt, sabían intuitivamente este poder de la imagen inmediata y efímera, y aunque se les adjudiquen las pegatinas de fotoreportaje, para mí ellos buscaban mostrar las cosas que han sido, lo que pasó, permitiéndonos crear miradas, pensamientos, narraciones abundantes; pero que en la medida en que entramos en el siglo XXI, esta intuición parece que se está perdiendo cada día, por ciertas estéticas narcisistas y por los medios de publicidad que proponen a un sujeto estándar sobre los momentos y las dimensiones humanas.
Narrar es el arte que se ubica detrás de la foto
Así me pregunto: ¿qué veían los niños de la fotografía que tenemos a la derecha? Sea lo que sea que veían, definitivamente recreaba aquel mundo desolado de posguerra. De alguna manera otro fotógrafo "callejero" de esa época, fue『濱谷 浩』Hamaya Hiroshi (1915 - 1999), quien también anduvo por el Japón de calles destruidas, pobreza, y sueños rotos. Hamaya podría ser un fotógrafo que buscó captar las metamorfosis del Japón en que vivió. Hamaya se concentró en esos pequeños procesos que siempre pasan desapercibidos por ser ordinarios y a veces vulgar, tratando de precisar en qué se transformará su Japón, y para ello, nos mostrará las historias diarias y "aburridas" de Japón.
El trabajo: sentido, mito y realidad en Japón, presentado por Hamaya 
Hamada a diferencia de Kimura y Domon, presenta los mitos que han marcado la cotidianidad nipona como son: el trabajo, la masa, la unidad, los aislamientos, la lucha del día a día, como quizás nos  muestra las fotos de Sebastiao Salgado. Encontramos en Hamaya una amplia gama en estos tópicos de los mitos "grupales" nipones, mostrándonos inequívocamente que el lenguaje de la fotografía es un lenguaje de enigmas a contar. 
Onsen『温泉』 Masa『群集』, dos elementos que se mantienen en Japón
Para mí, la fotografía posee un enigma que siempre se nos presenta en la mirada. Miramos algo que no existe, que ya sucedió, y apenas a veces, tenemos algunas referencias o ciertas epifanías. Nos ven, vemos, hallamos individuos que no conocemos, innumerables contornos que no sabemos, resistencias interpretativas que nos señala lo fútil o lo inconcebible de la vida. La fotografía guarda un secreto, siempre es algo inacabado, como un grito, como un lema, como una lucha sin resultados. 
¿Qué gritan, a quiénes gritan, por qué gritan? Enigmas que siempre rodean
a las fotos. Saberes incompletos, interpretaciones verdaderas innecesarias,
la fotografía nos presenta enigma y de ahí parte de su placer estético
Otra de las cosas que me gusta de la fotografía y mi amor por este "hobby", es que siempre la fotografía es algo contingente y no necesario, como metáfora de la vida misma, y como toda contingencia, esta nos permite un saber marginal sobre las cosas que apreciamos en el encuentro con lo contingente. Así las fotos japonesas siempre son atractivas para los occidentales porque les permiten acrecentar esos pequeños placeres  de los saberes marginales. 
Una foto de Hamaya para aumentar nuestros saberes marginales,
subjetivismos, vouyerismos, masa, enigmas
El último fotógrafo que marcó una estética durante el siglo XX, fue『東松 照明』Tomatsu Shomei (1930 - 2012). Sus fotos abrieron una estética que viene derivada de los trabajos de sus senpai 『先輩』, de sus maestros, como fueron Kimura, Domon y Hamaya. Así el joven kohai『後輩』o discípulo Tomatsu, logró integrar estas herencias, produciendo con su cámara, fotos más agresivas y agradecidas.
Tomatsu implica una estética del vacío, un elemento
fundamental en la cultura japonesa 
Podemos ver parte de su trabajo como búsqueda estética hacia la abstracción, hacia la revisión de ciertos códigos para exigir percepciones diversas, así como otras miradas y sentir. Pensamos que las fotos de Tomatsu intenta recrear el concepto de vacío con las imágenes, concepto que es fundamental para la estética japonesa y que no funda ningún nihilismo clásico. Así, además de los elementos como las calles y los niños, Tomatsu marca el vacío, o elementos creativos que logra integrar distorsiones en la imagen, como la foto donde una niña soplando un globo, en ella observamos cómo introduce un vacío, una ruptura, una irregularidad, un detalle, un punctum como lo determinará Roland Barthes en su inigualable libro. 
Calles, niños, vacíos, elementos de la temáticas de Tomatsu
A diferencia de sus sempai, Tomatsu introduce una estética acerca de lo femenino que se aleja de las presentadas por sus maestros. Tomatsu explora el cuerpo, quizás con la lente similar del mexicano Manuel Álvarez Bravo. Las estéticas previas presentaban escasos desnudos o masificaciones. A continuación podemos ver tres fotos y compararlas con un barrido de mirada, y detallar algunas de las transformaciones de la imagen de lo femenino en el Japón del siglo XX.
Foto de Domon por las "calles masculinas"
de  Tokyo de los años 50
Observamos la foto de una mujer elegantemente vestida sobre una calzada en reparación, los contrastes siempre aumentan la riqueza narrativa de una foto, además de explotar la experiencia estética dentro de ciertos exotismos. Esta foto de Domon nos puede sugerir esos momentos en donde lo femenino se puede expresar dentro de las composiciones más rústicas y agrestes como puede ser la construcción de obra y que siempre nos han enseñado a asociarla con lo masculino. Observamos ahora una foto de "desnudos" de Hamaya. Detallamos la masificación, los cuerpos y cómo se pierden, se ocultan, se trastocan.
Foto de mujeres masificada por Hamaya
Así la foto de Hamaya en el onsen, lleno de cuerpos femeninos desnudos pero masificados, nos muestra una característica de la masa y es su asexualidad. En las masas no hay erotismo, son imágenes que no revelan las fantasías amatorias, no podemos amarnos como masa ni en las masas, siempre como individuos, frente a un Otro, aunque la masa puede amar a una persona, a un líder, de ahí ciertas patologías que nacen con artistas, deportistas y políticos. Cuando en ciertos países se censuran las fotos de Spencer Tunick, criticándolas de "pornográficas" o de "eróticas"; estas categorías para mi gusto lo que muestran son una profunda ignorancia del hecho fotográfico. Tunick nos relata un hacer del espectáculo, quizás como lo que hace Hamaya: lugares masificados, escenarios saturados, pérdida de la identidad, de cuerpos que sólo muestran una uniformidad para que la vista se pierda en un anonimato no peligroso para el quien ve.
Una estética del sujeto nacerá con lo modernidad japonesa
y en las fotos de Tomatsu Shomei
Pero cuando vemos las fotos sobre las mujeres de Tomatsu, comenzamos no la busqueda de lo femenino, o de la masificación, sino la narración de ciertas individualidades de lo femenino. Así tenemos esta foto de Tomatsu de una mujer desnuda, sin gesto, alejada de todo, simple, mostrando facetas de algún erotismo agotado o ajeno. La mujer de la fotografía de Tomatsu nos muestra opciones interpretativas no terminadas, pero también nos muestra un Japón que busca salir de ciertos anonimatos y masificaciones para representarse como subjetividad, como individuo, como unicidad. Los niños y las mujeres en los cambios del Japón del siglo XX, quizás fueron los temas más recurrentes por estos cuatro grandes artistas, y seguramente a veces yo también, en mi condición de amante de la fotografía, me entretengo tomando fotos a niños y a mujeres, claro, a veces fotografío a Mi Amiga Japonesa, y curiosamente ella me sonríe, me mira con su particular erotismo a mi cámara mientras yo trato de captarlo, lentamente, hasta completar fotos que siempre me indicarán algo que ya nos ocurrió, de algo que fue y quizás en algún momento me exijan algunas interpretaciones o emociones que compilé con esas imágenes, con algunas fotos y que me hacen ser lo que soy, y a veces a ella. 

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