jueves, 6 de septiembre de 2012

MI AMIGA JAPONESA Y RYU MURAKAMI

村上龍
Empiezo a leer: "La mujer presionó el estómago del bebé y empezó a chuparle el pene; era más fino que los mentolados americanos que ella fumaba y un poco viscoso, como pescado crudo. Quería comprobar si el niño iba a llorar, pero los bracitos y las piernas siguieron flácidos, así que le quitó el plástico que le tapaba la cara. Forró una caja de cartón con toallas, colocó dentro al bebé y la cerró con cinta adhesiva. Después la ató con una cuerda y escribió en un lado, con letras de molde, una dirección inventada (...) Se bajó en la estación, se dirigió directamente a las taquillas de monedas que servían de consigna y metió la caja en un compartimiento vacío, en la fila de abajo". Así comienza la novela de Murakami Ryu titulada Los chicos de la taquilla y que es la traducción de la novela コインロッカーベイビース. Estas imágenes son la antesala que nos prepara para un desarrollo narrativo que se expandirá por unas quinientas páginas que contiene el libro y que se centra en un mundo tóxico, underground, de adolescentes y especialmente de la historia de dos hermanos, no por sangre sino por destino que buscan explicaciones a la absurda realidad que los (nos) rodea. En principio podría decirse con acierto que Murakami Ryu es un escritor particularmente cruel, ¿pero es así de sencillo su clasificación y, por qué denominamos que es cruel, cuáles son las bases para hablar de algo atroz o inhumano?
Es posible que denominemos literatura cruel a aquella donde el lector no se identifica con los protagonistas, ni con sus acciones, ni con sus pensamientos, porque le parece profundamente "malos", "inhumanos", "ruin". Todo lector quiere identificarse con un héroe, con acciones loables, con una vida de aventuras, logros y éxitos, pero que sean reconocidos por una sociedad, o en última instancia, de compartir ideales y pensamientos que realcen la bondad y la justicia humana, pero siempre y cuando ocurran en el momento histórico apropiado. La literatura está llena de personajes nobles, aunque ¿quién se identificaría con las estulticias de Madame Bovary o con las fanfarronadas de Rodion Raskolnikov? De alguna manera Bovary y Raskolnikov, así como otros ciento de personajes narrativos, no son "malos", son ignorantes, son manipulados por prejuicios sociales, son torpes, son llevados por impulsos que no comprenden. Lo que nos muestra los personajes literarios son representaciones de las debilidades humanas y en sus páginas nos enseñan cómo cierta voluntad o inteligencia nos puede ayudar a superarlas y así percibir un mundo mejor, como lo visualiza Pangloss y Cándido en la novela Candido de Voltaire. Pocas veces hallamos personajes "malos en el fondo", "profundamente miserables", todos tienen una justificación conmovedora como son Los Miserables de Victor Hugo o los personajes en las novelas de Herman Hesse. Las representaciones de personajes muy malos, desde que somos niños, se nos ha enseñado que deben desaparecer, de ahí que en las series infantiles nunca el Coyote, aquel animal hambriento y "malo" por su hambre logre eliminar la inocencia y ternura del Correcaminos, siempre el Coyote es eliminado. Los malos nunca toman el poder o logran que sus deseos se desarrollen, llegan a un punto de quiebre y desde ahí la maldad empieza a menguar como en cualquier película de las sagas de Batman, Superman, Men in Black MIB. Los libros crueles son, como apunta en La ética de la crueldad José Ovejero,: "... aquellos que niegan la sumisión a la banal dictadura del entretenimiento, aquellos que nos obligan a cambiar, si no de vida, al menos de postura, que nos vuelven incómoda esa en la que estábamos plácidamente aposentados en nuestra existencia". 
El 3 de mayo de Goya, representa para mi un cuadro cruel,
no por el drama que refleja y que la historia confirma,
sino porque centra desde la oscuridad,
aquello que nos negamos a creer
y que no nos enseñan de su inexistencia.
Mi Amiga Japonesa no le gusta Murakami Ryu, así como tampoco le gusta a otros amigos que conozco en Japón, igualmente ningún  estudiante me comenta acerca de este autor, casi siempre mencionan con alegría a Higashino Keigo 『東野圭吾』y sus novelas policiales. Casi todas las personas que comentan las obras de Murakami Ryu me dicen que no pueden soportar el ambiente violento y cruel que desarrolla, pero aún así, Murakami Ryu es un éxito de venta, aparte de haber ganado varios premios, como el codiciado Premio Akutagawa, entonces, ¿quiénes leen sus "crueles" obras, y por qué se niega su poder narrativo clasificándolo meramente como una composición violenta y  sin sentido de la realidad? Quizás mientras leemos a Murakami Ryu nos damos cuenta lo sencillo que es identificarnos con el mal absoluto y saborearlo. Mi amiga china Zhou me dijo que Murakami Ryu lo sentía pesimista; pero para mi, le explicaba, un pesimista es aquel que cree en lo que ve en los comerciales, en las películas o lee libros donde se les habla constantemente de la felicidad, de llegar a una vejez sin preocupación gracias a un seguro social o a la unidad familiar que se sostiene con culpabilidad, o vivir eternamente en un Paraíso sostenido por mitos religiosos, o teniendo éxito sexual por tener un coche específico o una tarjeta de crédito, o cómo se superan o desarrollan una autoestima por tener una figura esbelta o una habilidad que otros no les reconocen, pero que juran que aflorarán, algún día, cual patito feo, o en última instancia, por leer infinitas frases como "No basta con cambiar de dueño hay que dejar de ser perro" y creer que realmente esos mensajes les ayudaran a ser positivos, alegres, emprendedores. Creo que la obra de Murakami Ryu, o de un Sade, de un Vladimir Nabokov, de una Elfriede Jalinek, de un Chales Bukowski, entre otros ciento de escritores o cineastas "crueles", realmente presentan, no un enceguecimiento con el pasado o con el futuro, sino que muestran lo oscuro del presente, y no es oscuro porque sea malo, es oscuro porque está alejado de los reflectores del poder, de los paraísos artificiales, de ciertos ordenes morales o ideológicos que sustentan políticas a veces absurdas, quizás más crueles y violentas que en una novela de Kafka. Estos lugares se nos ocultan, se aniquilan en nuestros imaginarios, sin tener la oportunidad de tenerlas en consideración para la comprensión de ciertos mundos y realidades.
Kabukicho, el barrio rojo de la zona de Shinjuku
en Tokio, donde se desarrollan algunas historias 

en las obras de Murakami Ryu  
Murakami Ryu tiene en su haber más de una docena de libros, así como una docena de películas en las cuales ha sido director o escritor de las mismas. En español sólo se han traducido cuatro novelas. Los niños de la taquilla, Azul casi transparente, Sopa de Miso, Piercing. Cada obra marca una frontera que hay que transgredir, pero que se puede transgredir porque se permite la transgresión en el mundo que el escritor crea. Así ciertos supuestos como el amor materno, la amistad, la relación de pareja y el deseo, son puestos a prueba en cada una de las novelas citadas. Desde la historia de Hashi y Kiku que son Los niños de la taquilla, y que fueron abandonados en los lockers de alguna estación de trenes y buscan desesperadamente entender su destino; o leemos en Azul casi transparente, las historias orgiásticas de Ryu a la vez que observa y convive en el mundo underground que rodea a una Base Aérea de Estados Unidos en Sasebo, Nagasaki, lugar de nacimiento y crianza del autor; o Kenji, que es un guía de extranjeros por Kabukicho 歌舞伎町, la zona roja de Tokio, pero que una noche guía a Frank, un psicópata asesino estadounidense que disfruta el mero ver la sangre salir de los cuerpos, lo confronta con una realidad que busca evitar mostrar a su novia Jun en la novela Sopa de Miso; o la pulsión de asesinar con un punzón en el estómago o de querer oír cómo suena el talón de Aquiles al ser cortado, lo que lleva al protagonista de Piercing a tratar de realizar un asesinato "perfecto" que no logrará hacer, porque la prostituta sadomasoquista que contratará está totalmente descontrolada por los barbitúricos y ansiolíticos. Las víctimas no son pasivas, no son ausentes, no son muñecos imaginados por los victimarios, son seres humanos con debilidades y fortalezas de ahí la belleza de estas novelas.    
Una Amiga Japonesa leyendo Piercing para luego decirme que
la novela tiene momentos muy extraños que no entendía,
quizás aquellos que hablan de la libertad absoluta.
Cada página de Murakami Ryu nos empuja por la rampa resbaladiza de la libertad absoluta, de aquella pulsión que se rebela contra aquella muerte que se nos confecciona desde una conciencia que elimina nuestras aspiraciones mas radicales, los deseos más íntimos y recónditos de nuestro ser. La libertad no es la negación del cuerpo como creen algunos místicos o estudiosos kantianos, sino afirmar el cuerpo, aceptar lo que se es sobre lo que debe ser, y no a la inversa como repiten muchos iluminados. Esta peculiaridad es propia de la adolescencia, por lo que todos los personajes rebeldes, violentos, crueles de Murakami Ryu son adolescentes que buscan esta libertad absoluta, y que podemos apreciar en un película la cual fue el guionista titulada: シクスティナイ69, de 2004, en ella podemos apreciar a adolescentes que se rebelan ante el instituto educativo, recreando una acción de toma, de encuentros, de discusiones donde el primer amor y el deseo de libertad absoluta aparecen con obstáculos, pero que preparan las ganas para transgredirlos constantemente, mostrándose esto en la película con humor e inteligencia. También los jóvenes se rebelan cruelmente, se vengan en la película 昭和歌謡大全集, de 2003, la cual escribió el guión y dirigió la película, y donde nos muestra las luchas derivadas por la venganza, lo que aparece como una injusticia termina siendo una guerra entre unos jóvenes contra unas mujeres maduras, al final el último de los jóvenes destruye toda la ciudad, como metáfora de aniquilamiento necesario en las obras de Murakami Ryu, como acción fundamental para reconstruir otro mundo, otra sociedad. Pero personalmente la película, la cual también produjo el guión y fue director, que más me ha atrapado es トパース, de 1992, y donde una joven, similar al personaje de Piercing, que ofrece sus servicios sadomasoquista en hoteles, es testigo mudo de todo lo oscuro que esconde el placer y la libertad absoluta. Ai, nombre de la joven pero que también significa amor o cariño 『 愛  』-de aquí una pequeña ironía de la película-, es como un pequeño barco que navega por la oscuridad de Tokio, por los pisos de hoteles de plásticos, por lujuria y fetichismo, por controles y excesos. Ai busca sobrevivir a la locura que la rodea, y sólo regresando al origen de sus sufrimientos logrará redimirse. 
Carátula de DVD Topaz de Murakami Ryu
Todo lo anterior me hace pensar que Murakami Ryu logra eliminar uno de los pecados principales de la literatura: aburrir; pero además, no nos pide interpretar la realidad, de tomar una actitud moral o política, como nos piden los políticos y algunos escritores "comprometidos", sino que nos presenta la realidad o cierta realidad para leerla, para degustarla, para reflexionarla. Definitivamente me gusta otros sabores, otros olores que a Mi Amiga Japonesa, a ella este autor no le parece agradables. A mi me gusta el aroma, el sabor, los gestos de Mi Amiga Japonesa, y a veces, esa "oscuridad" que siempre trata de esconder entre su mirada libre y su absoluta sonrisa.


Traile de la película シクスティナイo 69, donde podemos disfrutar de la necesidad de transgresión propia de la adolescencia y donde la rebeldía por realizar una fiesta, pienso, busca reemplazar al padre, a la ley, al tótem que tratan de instalar por medio de culpabilidad, de arrepentimientos en los jóvenes en la escuela. Al final la fiesta se realiza, los docentes ceden, las oportunidades se dan, de aquí la belleza de la película.

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