martes, 22 de octubre de 2013

MI AMIGA JAPONESA Y HANNAH ARENDT


Foto de Hannah Arendt que estuvo como fondo de pantalla
de mi portátil.

Durante un tiempo tuve una foto de Hannah Arendt como fondo de pantalla en mi portátil, y a veces cuando mis alumnos japoneses la veían preguntaban ¿quién era? Yo respondía mi abuela. Mi Amiga Japonesa cuando vio la foto por primera vez se intrigó. Es una foto antigua me afirma. Sí respondo y le digo es Hannah Arentd. Ella me mira con dudas y pregunta ¿quién era? Yo respondí que fue una antigua profesora filosofía. Durante los dos años que tuve la foto de Arendt en mi computadora sólo mi amiga china Zhou al verla dijo: es Hannah Arendt. Claro, Zhou estudió en Alemania y a veces me habla inglés con acento alemán y luego preguntó ¿por qué colocas la foto de Hannah Arendt en tu ordenador? Como siempre tenía que responder quién era o por qué tenía a Hannah Arentd en mi computadora, una mañana decidí quitarla como fondo de pantalla y colocar un diseño abstracto. Ya nadie hace preguntas, debe ser por eso que me encanta el arte abstracto, porque cualquier pregunta carece de sentido. Quizás mi amor por Hannah Arentd nació cuando estudiaba filosofía, tomaba mucha cervezas, fumaba mucho Marlboro con café retinto y luego me la pasaba discutiendo en las clases de Filosofía Política, allí oí por primera vez su nombre, cuando en algunas discusiones sobre política el profesor Omar Astorga nos trataba de enseñar algunas diferencias básicas entre Imperialismo, Fascismo y Totalitarismo que desgranaba a partir de las ideas de Arendt y cómo eran particulares desarrollos que estaban en la obra Leviatán de Hobbes. 
Los orígenes del Totalitarismo, un libro que
explica mucho pero que "políticamente"
se lee poco.
Claro, el profesor Astorga era un enamorado de Hobbes y yo me enamoré de Arendt, por lo que concluí que en las clases de Filosofía Política uno descubre un tipo de amor que no se nos da a nuestras corporalidades. Leí a Arendt y me entretuve con sus libros: Los Orígenes del Totalitarismo, Eichmann en Jerusalem y La condición humana. Leí a Hannah como si fuera una amiga, una vecina, una colega, por lo que nunca hice un trabajo de investigación, ni un ensayo sobre su pensamiento, sencillamente la leía y disfrutaba su inteligencia y la forma de organizar los problemas y las soluciones, definitivamente era una de las grandes escritoras del siglo XX. Quizás la respuesta de por qué coloqué su foto como fondo de pantalla, fue por una especie de homenaje íntimo que no sabía con precisión el porqué, pero que provenía de dos acontecimientos. El primero fue hace unos años, cuando aún vivía en Venezuela y por distintos canales y personas comenzaron a usar la palabra fascismo como el mayor insulto ontológico político que se hubiera creado, pero lo que yo veía era la instauración de un fascismo en Venezuela, más que un contrapunteo con la palabra, era la fundación de una era dictatorial, con un caudillo, con todas las señales, marcas y discursos que en sus tiempos hizo Mussolini. 
Il Duce e il popolo.
Diferencias pocas realmente entre Mussolini de ultraderecha y sus camisas negras y Chávez de ultraizquierda con sus camisas rojas, porque al final ambos eran ultra, ambos evitando cualquier argumento de coherencia y de razonamiento para sustituirlos por elementos de fe con valores destinados a perdurar en la conciencia del pueblo, valores obtenidos de cierto heroísmo, de aceptación de la gran patria o de la gran nación, de rescatar ciertas historias olvidadas y de dar un estatus óntico al pueblo, para así desarrollar una nueva vida espiritual bajo las directrices de un líder, comandante, duce, caudillo, führer, etc. Así de sencillo pienso se calcó la política de Mussolini y la de Chávez, ambos populares, ambos líderes de fe para sus pueblos fuera de cualquier contrato social, fuera de cualquier parlamento político, fuera de cualquier instancia institucional democrática porque en el fondo ellos fueron resultados del momento político caótico que había en la Italia premoderna y en la Venezuela posmoderna. Así que mientras releía a Arendt y mis estudiantes me decían escuálidos y mis colegas chavistas, precisé los ángulos con el que el fascismo se instalaba en mi país a mediados de la primera década del siglo XXI, luego coloqué la foto de Arendt para recordarlo. 
Burocracia efectiva
A veces me detengo a pensar que en Venezuela se ha aceptado el fascismo y posiblemente irá hacia un totalitarismo. Si bien esta conclusión podemos llegar en las lecturas de Arendt, lo cierto es que para que este proceso se de, se necesita de una burocracia de Estado funcional. Arentd nos comenta: "El verdadero objetivo del fascismo era sólo apoderarse del poder e instalar a la élite fascista como dominadora indiscutida del país. El totalitarismo nunca se contenta con dominar por medios externos, es decir, a través del Estado y de una maquinaria de violencia; gracias a su ideología peculiar y al papel asignado a ésta en ese aparato de coacción, el totalitarismo ha descubierto unos medios de dominar y de aterrorizar a los seres humanos desde dentro. En este sentido, elimina la distancia entre los dominadores y los dominados y logra una condición en la que el poder y la voluntad de poder, tal como nosotros los comprendemos, no desempeñan papel alguno o, en el mejor de los casos, desempeñan un papel secundario. En sustancia, el líder totalitario no es nada más ni nada menos que el funcionario de las masas a las que conduce; no es un individuo hambriento de poder y que impone una tiránica y arbitraria voluntad sobre sus súbditos. Siendo un mero funcionario, puede ser reemplazado en cualquier momento y tanto depende él de la «voluntad» de las masas a las que encarna, sin él las masas carecerían de representación externa y seguirían siendo una horda amorfa; sin las masas, el líder es una entidad inexistente. Hitler, que era completamente consciente de esta interdependencia, la expresó una vez en un discurso dirigido a las SA: «Todo lo que sois me lo debéis a mí; todo lo que soy sólo a vosotros lo debo»". Pienso que Venezuela podría pasar de un sistema fascista compuesto por una dictadura nacionalista a un totalitarismo como ocurrió en Cuba o Corea del Norte donde desde adentro, desde las instituciones controlan al individuo, pero para lograrlo se debe poseer instituciones efectivas, diligentes, por lo que un sistema totalitario necesitará de una burocracia efectiva y funcional, pero esa instancia de excelencia dentro de las instituciones burocráticas en Venezuela se ve como una meta imposible, y es aquí donde el terror y la capacidad de aterrar en el fondo se transforman en chistes y los líderes políticos en monigotes. Obviamente un país con una burocracia efectiva generará otro totalitarismo, menos claros como en los EE.UU. o Japón, pero en estos totalitarismos meramente burocráticos contemporáneos, no aparece el líder, el guía, el führer espiritual, lo que permite a los individuo ejercer su individualidad.
El totalitarismo Disney
Sí, es cierto que una élite política tomó el poder en Venezuela, o sustituyo a otra, y en el proceso para serlo desarrolló una dictadura fascista con rostro democrático frente a una democracia teatral que comenzó a dominar la política de Venezuela desde los años setenta. Lo cierto es que el próximos paso en Venezuela no será un totalitarismo gracias a lo negligente de su burocracia, sino quizás otra dictadura fascista ultra de izquierda o derecha, como aconteció en el 2002 con Pedro Carmona, o arribada al poder a través del rostro democrático popular. Mucha de las preguntas que hay sobre las crisis políticas en Venezuela, en Siria, en Corea de Norte, en Japón, quizás tengan respuestas en los libros de Arendt, de ahí la primera parte de mi íntimo homenaje.
Producción de mi hemisferio derecho
El segundo acontecimiento que me llevó a colocar la foto de Arendt fue que paralelamente leí su biografía y mi hemisferio derecho cerebral comenzó a imaginar cosas y decidió narrar lo que imaginaba. Yo como amanuense empecé a escribir una historia donde la protagonista fuera Hannah Arendt. Imaginé una historia de amor desde la filosofía, la joven Arendt y el soberbio Heidegger reposaban en un lecho después de hacer el amor. Esta escena de ternura entre dos personas cerebrales siempre me produjo una imagen que derrumbó cualquier principio de contradicción que me regalaría la lógica. Así con el tiempo hice un cuento que titulé Tiempos en Marburgo y que luego se transformó en el primer cuento de mi libro Cuentos de amores extremosAllí está la historia, con sus matices y desarrollos, con sus reflexiones y acciones, y la foto de Hannah fue una inspiración mientras la describía, por lo que con el tiempo le tomé cariño y la coloqué de fondo de pantalla.
Cartel de la película
Todo lo anterior lo escribo porque hace unas semanas vi una película llamada Hannah Arendt (2012) dirigida por Margarethe von Trotta, en ella resumen las experiencia de Arentd en su percepción al juicio de Eichmann en Jerusalem. La película con una buena ambientación de la época muestra las facetas polémicas de la filósofa, pero también su lado femenino, su ternura y amor por el pensamiento y por lo humano. La película recrea algunos flashback (analepsis) de los encuentros amatorios con Heidegger... y se me erizaron los pelos porque veía lo que había imaginado. Fue una experiencia curiosa, era como si alguien hubiera leído las escenas de los encuentros entre Arendt y Heidegger que describí y las hubiera realizado para el cine. En verdad la sensación fue extraña, tan extraña que aún la siento mientras escribo estas líneas, y claro, la imaginación es libre, pero si hubiera salido algún elemento que sólo está en mi cuento, como el ratón Diógenes y apareciera en la película, la hubiera demandado por plagio. Lamentablemente no salieron ratones en la película.



 Trailer de la película

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